Partida Rol por web

Los de asuntos sociales estuvieron buscando tanto al padre, que hacía demasiado tiempo que había desaparecido, como a la madre de Kelly. Sin resultados.

A la joven la llevaron a un centro social, donde estuvo hasta que pasó el juicio. Allí el juez dictaminó que sería llevada a Black Tears, un correccional donde llevaban a la gente como ella.

Decían que en esos sitios los jóvenes aprendían, ya fuera a las buenas o a las malas, a comportarse como la sociedad exigía.

Las cosas nunca habían sido fáciles para Kelly, pero ese futuro que se le pintaba, parecía oscuro y siniestro.

La asistenta fue a ver a la joven varias veces esa semana. Sus palabra intentaban ser de ánimo, aunque entre esas palabras iba un mensaje claramente oculto... Aprende a ser una persona de provecho...

El reloj marcó las 15h. Únicamente quedaba media hora para que vinieran a buscarla.

Sobre la mesa se encontraba una hoja de papel, en la que venía reflejado el material que le permitirían llevar...

   1 - Dos chandals

   2 - Cuatro camisetas, preferiblemente oscuras, sin ningún tipo de dibujo.

   3 - Cinco mudas 

   4 - Dos tejanos

   5 - Dos jerseis

   6 - Un par de zapatos deportivos

   7 - Chaqueta de invierno

   8 - Cepillo de dientes

   9 - Cepillo cabello

  10 - Únicamente un objeto personal.

Las pertenencias serán revisadas al ingresar en el correccional. Cualquier cosa fuera de esta lista será devuelta a sus responsables.

Se había resignado. Cuando la detuvieron aún tenía la esperanza de que alguien vendría a sacarla de allí. Pero ¿quién haría tal cosa por ella? Su madre se había fugado con Jonathan, o eso suponía y esperaba. No le quedaba nadie más en el mundo. Qué triste.

Ahora se había hecho a la idea de a dónde iba a ir. Pero no se dejaría pisotear fuese donde fuese.

Abre su mochila, y mira la lista. Una sonrisa burlona sale de sus labios. Qué exigentes... murmura, empezando a meter la ropa por orden.

Además de meter camisetas y pantalones, mete 5 pares de conjuntos de ropa interior. Se queda mirando la lista... No tengo jerseis... espero que estas chaquetas valgan. Se encoge de hombros y sigue metiendolo todo. Llega al final de la lista.

Su objeto personal, sería sin duda, la pulsera de su hermana.

El tiempo había pasado, y finalmente llamaron a la puerta.

Antes de esperar a que Kelly contestara, ésta ya estaba abierta, y la asistenta se encontraba con su eterna sonrisa en los labios. La mujer parecía sonreir mucho, pero en su mirada se podía apreciar un gran pesar...

- Qué, cielo, ¿estás preparada? - Preguntó entrando en la estancia. Cogió la hoja que todavía se encontraba sobre la mesa y sin apartar la mirada le preguntó... - ¿Lo tienes todo? Piensa que vas a pasar una larga temporada... -

Kelly sabía que aquella mujer no tenía la culpa, así que no pagaría con ella nada ni tampoco sería borde con ella. Además, tenía un aspecto adorable y se veía a leguas que no disfrutaba con aquello.

Sí, señora. He aprendido modales y lo demuestro cuando me da la gana. Tengo todo lo que me permiten llevar. Digo echando una mirada rápida a la lista y asintiendo. Me pongo la mochila al hombro y espero.

¿Va para mucho? Pregunto sin darle importancia.

La mujer asintió con la cabeza, sabía que gente como Kellly era víctima de la sociedad. La joven en el fondo era una buena chica, y le dolía ver esa clase de situaciones.

- El camino será un poco largo. Y lamento decirte que no podré acompañarte. Abajo hay un coche patrulla que ha venido a buscarte. - Donna se detuvo y miró fijamente a Kelly. Ella siempre había estado en contra del funcionamiento del sistema, por eso había cogido el oficio ese. No creía que encerrando a los jóvenes se consiguiera domarlos. Gente como Kelly lo que necesitaba era un poco de comprensión y cariño.

- Bueno, creo que no podemos demorarnos más. Este es mi teléfono, cualquier cosa que necesites sabrás donde localizarme. Lamentablemente, ese reformatorio sale de mi zona. - Dijo entregándole un pequeño trozo de papel con un número escrito. - Me han hablado bien de ese lugar, supongo que no tendrás problemas... - Terminó diciendo, y acto seguido empezó a bajar las escaleras.

Era un trabajo duro, y Donna llevaba mucho tiempo haciéndolo. Había visto a tantos jóvenes como Kelly...

Kelly cogió el trozo de papel y se lo quedó mirando unos segundos. Después se lo guardó en el bolsillo de sus shorts.

Gracias. Dijo con una pizca de amabilidad, pero añadiendo una breve sonrisa mirandola a los ojos. Definitivamente era una buena persona, ella no tenía la culpa.

Después la siguió escaleras abajo, suspirando y autoconvenciéndose de que el tiempo le pasaría volando. Pero eso no quitaba, que pareciese una vaca yendo al matadero.

Al salir al exterior, un coche patrulla estaba esperando a la joven. Fuera se hallaban dos policías esperando. La asistenta acompañó a la joven Kelly.

- ¿Agentes? Aquí tienen a Kelly Ceres - Dijo dándole a la joven un suave apretón en el hombro, intentando con este gesto darle ánimos, valor para el camino que estaba emprendiendo.

De los dos policías, uno de ellos era mujer. La cual se acercó y sonrió a la muchacha.

- Bien, ya nos encargamos nostros. Ahora, si quieres acompañarme, dejaremos tus cosas en el maletero. - Le dijo dirigiéndose a la parte trasera del coche. El otro policía se quedó al lado de la joven, esperando.

Kelly miró de arriba a abajo a los dos policías con una ceja levantada. No le gustaban ni un pimiento. Se despidió de Donna con una leve sonrisa, era lo máximo que podía hacer en ese momento. Luego vuelve a girarse a la policía, que se dirige al maletero.

Coge su bolsa y la sigue, mirando de reojo al maletero. Ni que fuera a sacar una pistola para escapar.... más que nada porque no la tengo.. piensa dejando la bolsa en el maletero, y luego metiéndose en el coche.

El coche se puso en marcha... Los agentes iban hablando entre ellos, ignorando completamente a la muchacha que tenían atrás. El camino sería largo... Muy largo.

A través de la ventana se empezaron a ver desfilar las calles. Una mujer miró con tristeza hacia el interior. Un niño, descalzo, pedía en una esquina, mientras la gente pasaba como si no lo viera. Un anciano cruzaba una calle, ayudado por un joven apuesto. La humanidad era así... La gente iba a la suya, haciendo oídos sordos a las necesidades de sus similares.

El coche enfilaba por otra calle, y un grupo de palomas alzaron el vuelo... Algo irónico, contando que las palomas eran el simbolo de la libertad, y eso precisamente era lo que le estaban quitando a Kelly... Su libertad.

Kelly se acomodó en el asiento. Presentía que sería un viaje largo y sin diversión.

Apoya el codo en el respaldo de la puerta y la cara en su mano, con la frente casi pegando a la ventana. Observa la ciudad. Una verdadera lástima y ella iba a ser encerrada cuando seguro que había verdaderos criminales ahí fuera. Era injusto.

Tampoco tenía nada por lo que luchar fuera, pero cualquier cosa era mejor que estar encerrada. Almenos se tomaría ese tiempo para recapacitar y pensar qué hacer con su vida, ahora que estaba sola.

El viaje fue largo... Muy largo. Hicieron algunas paradas, dejando que la joven saliera para estirar un poco las piernas. Pero eran paradas cortas y enseguida volvían a retomar el viaje.

Hacía ya rato que los paisajes habían cambiado. La agente informó a Kelly de que ya estaban en la zona de los Pirineos... Que no tardarían en llegar a su destino.

A través de la ventana, Se podía apreciar hermosos paisajes verdes. Los árboles se amontonaban como nunca Kelly había visto.

Pasaron por una carretera desde la que se veía un gran lago... Sus cristalinas aguas invitaban a darse un baño a cualquiera que pasara por allí...

Y finalmente llegaron a un camino de piedra. A lo lejos se podía ver un gran edificio... La mujer se giró para decirle a Kelly que allí era a dónde se dirigían...

Tras salir de la ciudad, Kelly fue quedándose cada vez más maravillada con los paisajes. Aunque la ventanilla estaba cerrada es como si pudiese aspirar el fresco aire, el olor a naturaleza...

Aspiró hondo y dejó ir el aire. No hacía más que ver cosas que le recordaban a la libertad, y eso que iba de camino a una "cárcel".

Finalmente vislumbró lo que sería su "hogar" durante los próximos días. El castillo en realidad le gustaba, pero no podia evitar sentir algo de incomodidad sabiendo lo que iba a hacer ahí. Un nuevo suspiro, para intentar coger fuerzas. Se sentía como un pájaro que siempre había volado libre y al que iban a enjaular durante mucho tiempo.