Partida Rol por web

Salísteis de la sala siguiendo a los guardias. Dos iban delante, y los otros dos os seguían de cerca. Caminásteis por varios pasillos a lo largo del centro. Finalmente llegásteis a lo que se os indicó era la enfermería.

Entrásteis en una sala mediana, tenía unas sillas iguales a las que habían en la sala de espera, y al igual que en la otra sala, también se encontraban clavadas al suelo.

Os dijeron que esperárais allí. Un guardia se quedó dentro, junto a vosotros. Otro abrió la puerta que había al fondo de la sala y entró en la otra estancia. Y los otros dos guardias parecía que se habían quedado fuera.

Fantastico!. Digo con sarcasmo, este castillito de Harry Potter es una mierda. Ahora qué esperar que nos jodan?... maldita porquería de existencia. Pienso mientras me siento en silencio  esperando quien sabe qué.

 El hombrecillo se sentó en uno de los bancos y siguió con su larga espera. Estaba muy cansado y realmente necesitaba dormir. Se sentía agobiado tanto viaje le había dejado muy fatigado. Y el solo quería descansar.  Pero parece que tenían muchas actividades ese día como para poder tomar un descanso. Sebastian se limito a observar al cuadro de dicha escena de manera serena y calmada. 

Tras asentir a las palabras de Leo, oigo el comentario de David.

-Puede David, pero yo no pienso amargarme en éste antro....- Le comento con una sonrisa traviesa, pues ya sabía a que, o más bien, a quien, iba a dedicarla mi tiempo...

Rie ante el comentario de Alex, sabia a que se referia, y el chico habia tenido suerte, al menos no se habia liado con ninguna de las otras que parecian unas guarras. La mas "modosa" por asi decirlo, habia caido en las redes de Alex, y bueno....ellos sabrian que hacian.

-Lo unico que debemos hacer es seguir este año sin preocuparnos, y que no nos jodan demasiado.

Pensaba en alguien ajeno a aquella habiaticon, y a aquel centro, mirando ahora al suelo con las manos en los bolsillos....

Al rato se abrió la puerta del fondo. Salió el guardia que había entrado primero.

- Ahora se os irá llamando por turnos, y entraréis aquí para haceros una revisión. - Dijo mirándoos con el ceño fruncido. Sabíais que era tarde... Miró a Leo y le señaló. - Tú, para dentro. - Fueron sus escuetas palabras.

Leo chasque la lengua, era el primero en entrar y se dirige descalzo con los pies helados hacia el poli para enrtar en la sala de reconocimiento.

-Como quieras...pero las manos quietas, tigre.

Rie ante su comentario hacia el policia.

Al entrar en la consulta, viste a una doctora bastante atractiva sentada tras una mesa. Parecía estar leyendo algún informe. La puerta se cerró tras de ti. Al mirar hacia atrás viste al guardia apoyado con los brazos cruzados. La consulta parecía bastante completa. Había una camilla y varios aparatos. Además de vitrinas con varias clases de productos. Al fondo se veía una puerta.

- Buenas noches, Leo. Soy la doctora Estévez. - Dijo levantando la mirada de los papeles que estaba observando. - Cualquier cosa que tengas metálica quítatela y déjala sobre esa bandeja. - Al decir ésto la doctora señaló una bandeja de aluminio. - Después quítate la ropa y túmbate sobre la camilla. -

-Toda la ropa, doctora?

Sus palabras señas de significadollegan a los oidos de la doctora. El joven Leo empieza a desnudarse, quedando en calzoncillos y calcetines y se dirige a la camilla para tumbarse.

-Espero que no tenga las manos demasiado frias, no me gustaria tener que calentarme.

Sus bromas jocosas podrian ser malinterpretadas, pero le encantaba bromear. y espera el siguiente paso dela doctora. Ya que no poseia nada metalico sobre él.

La doctora te miró alzando una ceja. Una sonrisa asomó a sus labios mientras bajaba la mirada hasta tus calzoncillos... - De momento te los puedes dejar puestos. Después ya te los quitarás. - Te dijo de forma sorprendente. Se acercó a una máquina, cogiendo unos cables terminados en ventosas. La acercó a la camilla y empezó a colocarte las ventosas por tu pecho, habiendo limpiado la zona previamente con alcohol.

- Bueno, vamos a hacerte un electrocardiograma, a ver como te funciona el corazón. - Te dijo tocando algo de la máquina, la cual empezó a dibujar unas líneas discontinuas en un papel...

Al cabo de bastante rato, el guardia asomó nuevamente por la puerta.

- Venga chico, te toca. - Dijo señalando a Rubén. Y esperó a que el joven entrara en la consulta.

El policía que nos acompañaba era otro con cara de pocos amigos, me pidió que fuera el segundo en entrar en la enfermería por lo que dejaría a los demás atrás Uff menos mal...

- Voy.

Mmm cierro los ojos y miro al techo... qué pereza. Sigan al gordo... que asco.

Sin mucho más que decir, me quedo esperando a que llegue mi turno.

Miro a los que quedan junto a mi. Cada uno parece sumido en sus propios pensamientos. Me levanto y empiezo a caminar de arriba a abajo.

- Venga tios, contaos algo... - Digo por romper el hielo. Parece que esto se puede alargar y me aburro.

Al entrar en la consulta, viste a una doctora bastante atractiva sentada tras una mesa. Parecía estar leyendo algún informe. La puerta se cerró tras de ti. Al mirar hacia atrás viste al guardia apoyado con los brazos cruzados. La consulta parecía bastante completa. Había una camilla y varios aparatos. Además de vitrinas con varias clases de productos. Al fondo se veía una puerta.

- Buenas noches, Rubén. Soy la doctora Estévez. - Dijo levantando la mirada de los papeles que estaba observando. - Cualquier cosa que tengas metálica quítatela y déjala sobre esa bandeja. - Al decir ésto la doctora señaló una bandeja de aluminio. - Después quítate la ropa y túmbate sobre la camilla. -

Al entrar me quedé mirando a la doctora ¡Al fin alguien que no tiene cara de mala leche en este antro! me quité la cadena que tenía con mucho cuidado ya que no deseaba perderla por nada del mundo y comencé a quitarme la ropa.

- ¿No es demasiado pronto para desnudarnos?- dije de broma por lo que me reí del comentario.- Es broma.- hice una pausa.- y cuéntame... ¿cómo te llamas?

 Leo sonrie y se encoge un poco al notar sus manos y los electrodos frios.

-Uis...

Queda quieto para no hacer fallar la prueba, tranquilo y calmado mirando como lalinea aparecia arriba y abajo a ritmo de su propio corazon.

La doctora levantó la mirada de los papeles que estaba ojeando y te miró con la ceja levantada. Una sonrisa se perfiló en sus labios mientras se levantaba y se acercaba a donde estabas.

- Mi nombre es Ana, aunque deberías llamarme doctora, ¿no? - Dijo en voz baja y guiñándote un ojo, para que el segurata no la escuchara.

- Bueno, mejor que contarte yo... Cuéntame tú... ¿Te han operado alguna vez? ¿has sufrido alguna enfermedad? ¿alguien de tu familia ha sufrido enfermedades genéticas? ¿fumas? ¿bebes?... Vamos, lo que se suele preguntar en una revisión. - Te dijo sin borrar la sonrisa de sus labios. Mientras hablaba fue tomándote la presión y el pulso.