Partida Rol por web

La doctora se giró. En su rostro se dibujaba una mezcla de sentimientos, entre los que pudiste ver claramente el deseo, la pasión, pero también parecía asustada... Te cogió del pelo, echando tu cabeza hacia atrás. Sus labios ardientes empezaron a besar los tuyos, saboreándolos... Su lengua se introdujo como una intrusa dentro de tu boca, explorando cada rincón. Sus besos sabían a regaliz.

Su otra mano te cogió con fuerza del pecho, y empezó a tocártelo... De forma brusca pero muy placentera la mujer te acariciaba. Sentías como te ibas mojando... Nunca te habías enrollado con una mujer, para ti era una experiencia nueva...

- Jovencita, no estás en situación de armar guerra. Como ya te he dicho, y te repito, la guitarra se te devolverá cuando se crea oportuno. Y si no me dejas pasar ahora mismo, te vas a pasar una semana de castigo. Así que repito... Aparta de mi camino. - Julia le hablaba a Erika con rabia contenida. Se mantuvo firme, mirándola con frialdad.

La doctora te hizo un par de radiografías. Repitió la operación un par de veces, haciéndote colocar de diferentes modos. Cuando pareció satisfecha salió de la mampara de protección.

- Venga, ponte algo que no pases frío... Tenemos que esperar un poco para comprobar que hayan salido bien, entonces ya podrás irte. - Te dijo dibujando finalmente una sonrisa en sus labios.

 El frío se os había metido hasta los huesos, y aunque ahora agradecierais la calidez de vuestras prendas, pequeños escalofríos todavía subían por vuestra espalda.

Pasó bastante rato. Ya no sabíais cuánto, habíais perdido la noción del tiempo, cuando finalmente la puerta se abrió y apareció otra mujer. También vestía el mismo uniforme de la guardia. Pero unas líneas bordadas adornaba sus mangas. Parecían galones o algo por el estilo.

- Hola, ¿Xènia? y ¿Laia? Me llamo Julia, si me acompañais os llevaré a vuestro dormitorio. - Os dijo con voz autoritaria. Aunque sus palabras habían sido educadas, su tono de voz era algo cortante.

No era la más lista del mundo, estaba claro, pero viendo que así no iba a conseguir anda más que me castigaran me aparté, aunque si mirando a alguien hubiera podido matarlo, ella ya habría caído al suelo.

- Bruja de mierda..

Me aparté del medio por la cuenta que me traía, aunque no pensaba dejar aquello así ni mucho menos. Llegaría el momento de mi venganza, pero eso siempre es mejor planearlo cuando se te pasa el calentón.

De muy mal humor y quizás incluso algo deprimida me senté en la cama más alejada a la idiota que estaba en la habitación cuando había llegado y me senté sobre ella haciéndome una " bolita " y sujetando mis piernas con mis manos.

He estado escuchando toda la discusión, entre la nueva y Julia. Sonrío para mi, sin apartar la mirada del techo. Ya casi me conozco todos los puntitos y malformaciones que tiene.

Parece que al final Julia se larga y la nueva se estira sobre una de las camas. La miro de reojo, comprobando que se ha hecho una bola...

- Tsk... Olvídate de tu guitarra... - Digo en voz alta, sin apartar la mirada del techo. No sé por qué lo hago... Me divierte verla así.

Me giré para mirar a aquella muchacha que tenías aspecto de no haber roto un plato en su vida, pero que por si acaso, estaba tan encerrada como yo.

- Como no me dejes en paz juro que te mando de aquí a la enfermería..

En mi voz sólo había amenzada, dejándola claro que conmigo no iba a jugar, ni ella ni nadie más de los que había en este lugar aunque tuviera que vivir eternamente castigada. Es más, en aquel momento estaba tan enfadada que me hubiera podido liar a patadas con aquella muchacha hasta dejarla sin una costilla entera y encima sin el menor arrepentimiento por mi parte.

Realmente esperaba que se hiciera mucho mas de rogar, y tener que jugar con ella en mas momentos, pero aquello no me desagrada en absoluto, ahora mismo no solo ella tenia el poder. Habia "jugueteado" con amigas pero nunca llegado a mucho, y no podia evitar que aquello me sobrepasara de forma excitante, no solo por su condicion sexual si no por la situacion.

Mis manos no dudaron en desabrochar con fuerza su bata, en buscar su cuerpo bajo esta, en introducirse bajo su camiseta queriendo notar su piel, buscando sus pechos con deseo, mientras respondia con el mimso ardor cada uno de sus besos, mordiendo su labio de vez en cuando, lamiendo su cuello...

Esta vez sí que la miro... Mi mirada gélida se clava en la nueva. Gilipollas... No la conozco y ya no la soporto, bueno, no tiendo a hacer amigas pero ésta encima se cree que es alguien...

Entrecierro los ojos, mirándola con odio. Finalmente suspiro, no tengo ganas de que me lleven a la celda de castigo otra vez, así que aparto la mirada. No vale la pena... Algún día ya verá quién soy...

Un gemido de placer salió de los labios de Ana. La mujer, haciendo fuerza te cogió y te colocó nuevamente sobre la camilla de rayos X. Tenía algo de fuerza, y con lo poco que pesabas no le costó nada. Sus labios ardientes quemaban tu piel... Sentías como temblaba bajo el contacto de tu mano...

Pequeños y suaves mordiscos te llenaban de placer. Ana se apartó un momento, para admirar tu cuerpo nuevamente. Ardía de deseo, necesitaba poseerte, hacerte suya... Dios mío, ¿qué estoy haciendo?... No podía apartarse de ti, volvió nuevamente a colmarte de besos ardientes...

Me sente en la camilla rodeandola con mis ppiernas, apretandola contra mi, comenzando a desabrochar su pantalon, me moria de ganar de meter una de mis manos en su ropa interior, de comprovar su humedad...

Mi otra mano aparto su sujetador comenzando a rozar y estimular sus pezon, disfrutando de su tacto y tamaño de pechos, jadeandole al oido mientras mi cuerpo entraba en calor con rapidez, finalmente alcanzando su ropa interior, sobrepasandola y buscando su sexo, comenzanodo acariciarlo por encima, tanteandolo antes de hacer algo mas... profundo.

Desabrochaste su pantalón, y tus dedos acariciaron su sexo suave, aterciopelado y depilado. La sentiste húmeda, completamente excitada. Un gemido de placer se escapó de sus labios cuando acariciaste su clítoris...

Al empezar a introducir tu dedo, Ana se puso tiesa. Dejó de besarte y mirándote con horror se separó brúscamente de tí...

- Dios, ¿qué estoy haciendo...? - Murmuró abrochándose nuevamente el pantalón... - Esto no puede ocurrir... Es un error. Vístete... - Te dijo cortante.

Te miró con expresión acalorada, su respiración estaba acelerada. Llevó una de sus manos a su revuelto cabello, intentando peinarlo con sus dedos.

- ¿Es una error porque yo he cometido una delito o porque no quieres admitir que te atraen las mujeres? - Le pregunto mordiendome el labio y bajandome de la camilla y dirigiendome a mi ropa - Me deseas y lo sabes, y sabes que yo a ti tambien... y como ya te dije no me dare por vencida, pasare mas tiempo que nadie visitando al medico del lugar... - Comento juguetona apartando mi ropa para comenzar a vestirme lentamente, sin dejar de mirarla, provocandola.

Por fin.. pensó, pero no dijo nada. Simplemente se levantó y se dirigió a su ropa, colocada en alguna superfície.

Empezó a vestirse sin prisa, y finalmente, colocó en su muñeca una pequeña y pintoresca pulsera.

Luego siguió esperando, apoyada en la pared con los brazos cruzados.

Kay pasa a la "habitación super guay de chicas problemáticas" en silencio y sonriendo de lado.

Allí había una rubia, y también estaba Erika. A la rubia no la conocía, pero con las pocas palabras que soltó durante los hechos que se llevaron a cabo a continuación, decidió que le daba igual no hacerlo.

La Srta. Frígida se fue y la chica evitó un suspiro.
La verdad es que le caía fatal...

Quizás partirle la cara acabase con tanta "frigidez"... Era bonito soñar con ello...

Miró a Erika, la cual estaba preocupada por su guitarra. Estaba claro que le importaba mucho.
Se acercó a por sus cosas, y eligió la cama más cercana a la ventana que pudiese ser posible.

-¿Sabes?-señaló a la morena.-A la mujer esa le hace falta que la follen un poco, ¿no crees?.-Sonríe de lado, hablando en un tono "confidencial". No sea cosa que también las estuviesen grabando aquí...

Las palabras de Kayla hicieron que dejara de mirar a aquella niñata como si quisiera arrancarle el corazón a mordiscos y me hicieron incluso mostrar una sonrisa triste que no tardó en pasar a ser un poco más macabra.

- Yo misma la meteía un palo por el culo hasta que se lo sacase por la boca.. - Respondí de mal humor, pero no por las palabras de Kayla, sino por pensar en aquella mujer. - Seguro que es lesbiana y encima eso le gusta y te pide más..

No me molesté en hablar bajo, si me escuchaban que lo hicieran, me daba igual.

Xènia asintió a las palabras de Laia, aunque no esperaba que le dijera lo de la infección... ¿una infección allí abajo? Quizás había pillado una ETS... claro que solo conocía una chica que hubiera cogido una infección y era por culpa de un piercing que se había puesto.

En este momento entró otra mujer, y ella asintió cuando preguntó su nombre.

Venga, vamos - le dijo a Laia, invitándola también a levantarse para seguir a aquella mujer.

La espera parecía haber terminado. Una mujer abrió finalmente la puerta, invitándonos a seguirla. Asentí con la cabeza y sonreí tímidamente a Xènia.

- Sí, ya era hora... - Le susurré procurando que no me escuchara la mujer que había venido a buscarnos.

La doctora no pudo aguantar tu mirada, con el pulso acelerado se giró y mientras te vestías cogió un teléfono que había en la pared e hizo una llamada. 

- ¿Julia? Sí, ya puedes venir... - Escuchaste como decía a la persona que se encontraba al otro lado del auricular. Colgó el teléfono y volvió a mirarte.

- Ahora espera en esa sala de allí que vendrán a buscarte. - Te dijo señalando la puerta del fondo. Te diste cuenta como rehuía tu mirada.

La doctora comprobó algo, que imaginaste que eran las radiografías, y pareció salir satisfecha...

- Bueno, ya hemos terminado, ahora si esperas en la sala que hay allí... - Dijo señalando la puerta del fondo. - Vendrán enseguida a buscarte. -