Partida Rol por web

 Mirando el cerrojo con atención, tantea luego unos viales que tiene en su equipo. Finalmente comenta.

 - Tengo unos viales que contienen ácido. Quien me los vendió me dijo que era muy corrosivo, tal vez nos pueda ir bien para romper el cerrojo y permitirnos acceder sin tener que hacer ruido.- Hace la propuesta a Anur.- Pero antes preferiría que por lo menos estuvieramos los tres que nos hemos quedado juntos. Vayamos a por Thognar.

Los desconfiados pensamientos naturales de un humano circulaban por la cabeza de Aaron. Noto algo extraño en él... es como si no fuese el mismo. Pero esos malos pensamientos eran rápidamente purgados por su doctrina y su fe. Será mejor que no piense en estupidces. ¡Es él! ¡Es Hassam! Y ha vuelto gracias a Lathander. No debo dudar de las elecciones de mi dios ni de que en realidad es mi compañero mago, estos malos pensares no me llevaran a ninguna parte. Tengo que ayudarle.

Asiento ante las palabras de Hassam y le hago un gesto para que coloque el pie en mi mano. Sube hasta arriba y te daré la cuerda, es una buena idea a la hora de regresar. Ayudo a Hassam a subir y cuando esté arriba le tiendo la cuerda para que la ate en algún sitio y me ayude a subir a mí también.

 -No hace falta... +desestima Anur, poniendo la espada en la jamba de la puerta+... guarda el acido para despues. Si hay algo tras esta puerta que no oyo la pelea, tampoco se molestara por esto, y es mejor que nos vea aparecer con las armas en mano que con frascos... Ademas, solo la abriremos, no podemos seguir hasta que vuelva el clerigo... 

Se prepara a hacer fuerza a fin de abrir a lo bruto. Desgraciadamente, sin el habil Therion, deberan acostumbrarse a este metodo primitivo para las proximas trabas...

Thognar coloca el escudo a su espalda, el hacha en la boca y comienza a trepar la escalerilla que cruje como si se quejara del peso del enano. Paso a paso va avanzando hacia arriba, sin saber muy bien que diablos se encontraría arriba.... 

Cojones.hrhrhrmm,..aenrnresta genterfmgmg le faltan cojones...

Murmura entre dientes mientras sube.

¿Qué haceis entonces?

Hassam subió el primero, ató bien la cuerda y se la arrojó a su compañero que esperaba abajo. Sin embargo, por razones obvias, no podía ayudarle a subir ya que casi no podía ni cargar con su propio equipo.

Una vez arriba Hassam le tendió la mano para levantarse y le sonrió.

- Espero que cuides bien de esos cabezas huecas. - dijo contento. Y se dirigió hacia las escaleras de la habitación. Pero entonces, escuchó un ruido y se detuvo inmediatamente.

No escuchas nada (por uno xD) por el momento...

Comienzo a seguir a Hassam con total naturalidad, dejando la cuerda en el mismo sitio. Claro que sí, Hassam. Es mi deber proteger a mis compañeros, tanto a ti como a ellos. No tengas en cuenta sus opiniones, no todas las personas ven el plano con los mismos ojos y que todos nos comprendamos es difícil. Sigo andando detrás de él, y voy cogiendo aire algo cansado tras subir por la cuerda.

- ¿Cuánto tardarás en informar a tu círculo? Pregunta Aaron, con una curiosidad que no le caracterizaba. Intentaba romper un poco la relación tan dura que habían tenido desde que se conocieron.

- He oido algo, ahi delante. Es como...

Hassam mira al clérigo un poco por encima del hombro. Pese a sus buenas intenciones hacia el grupo tampoco quiere entablar "relacion cercana" con ninguno de ellos.

- Lo que yo tarde no es incumbencia de un lanzador divino. Tardaré lo que tenga que tardar, ni más, ni menos. - dijo seriamente, aunque después para suavizar un poco añadió - Intentaré volver a tiempo para salvar lo que quede aqui con vida. Ojalá sea pronto.

Entonces lo escuchaste otra vez. Venía de delante, como habia dicho el mago. Subisteis las escaleras y al girar la esquina os encontrasteis con que la puerta de los Zurzidores, la capilla de los magos, estaba abierta. Salian ruidos de dentro.

Desde las sombras, una larguirucha criatura gruñe a través de sus afilados y enormes colmillos. Se asemeja a un chimpancé sin pelo y es claramente carnívoro. Tiene unos brazos que parecen tentáculos y que acaban en unos apéndices enrrollados que podrían tratarse de unas manos deformes.

Salta sobre el enano, apartándole y empujándole hacia abajo. Éste, rápido de reflejos, consigue evitar caer de cabeza y aterriza sobre sus piernas traseras mientras que vuelve a agarrar el hacha.

La criatura está en el agujero del techo y desde ahi ataca, lejos del alcance del enano pero desde un lugar que si alcancen sus tentáculos.

Trata de agarrar al enano por el cuello.

Asiento algo confuso debido a las palabras usadas por Hassam. El mago no acostumbraba a insultar indirectamente a la gente, y eso hizo sospechar a Aaron, pero no era su deber dudar ni juzgar lo que Lathander había hecho, además, los ruidos que escuchó volvieron a desviar los pensamientos.

¿Qué son esos ruidos? Saco la maza y el escudo con rapidez. Espera aquí, Hassam. Aaron ya se temía lo peor, pero hizo honor a su título de defensor del bien y se lanzó andando hacia la puerta de la capilla de los magos para averiguar qué eran esos ruidos. Este será el último desafío, estoy seguro. Me asomo por la puerta para mirar en el interior de la capilla, seguro de mí mismo.

Antes de que Thognar pueda maldecir en enano aquella criatura se abalanza sobre él.

Ahora te vas a enterar aquí abajo.. -piensa cayendo y doblando un poco las rodillas por el peso. Lo que no se esperaba era aquella especie de latigo que se enrolla con rapidez sobre su estrecho cuello. Con una mano agarra el tentaculo intentando meter los dedos entre su cuello y el para hacer espacio y poder respirar malamente. Con la otra intenta llegar a una de las dagas que lleva en el cinto para intentar cortar el apendice en cuanto pueda, sino es posible que fuera su fin.. 

Llevais un buen rato tratando de abrir la puerta. La forzais y no abre.

Los minutos pasan y la desesperación comienza a hacer mella. Anur levanta su maza dispuesto a cargarse la puerta a golpes si hace falta.

Pero, ¿dónde esta Aarón? ¿No tarda mucho? ¿Y el enano?

Mientras que con uno de los brazos grandes como leños trata de hacer hueco en su cuello para no ser asfixiado del todo, con el otro alcanza la daga del cinto. La agarra con fuerza mientras su rostro se va poniendo algo palido por la falta de aire y reuniendo todas las fuerzas que le quedan clava con fuerza la daga en el tentaculo que lo retiene, arrastrándola hacia abajo para rajarlo todo lo que pueda.

En estos momentos echaba de menos la compañia de sus compañeros, pero tenía que salir de esta, esto era inaceptable, no era una muerte digna para un enano.