Partida Rol por web

El temible Guerrero fue decapitado por Ungrim, que le corto la cabeza como quien corta mantequilla. Agamenon, daño a su enemigo y luego se esforzo en evitar los certeros golpes que le lanzaba el Guerrero.

Arramus, justo al momento de alcanzar a sus compañeros, sintio el suelo temblar. El combate de Agamenon se detuvo un segundo y Ungrim maldijo por lo bajo en su ancestral idioma. Parecia que algo se habia derrumbado no muy lejos.

Durgin, Aenur y Jandrus, se levantaron del suelo. El polvo les rodeaba y no comprendian bien que habia pasado. Haciendo un esfuerzo, recordaban que Durgin le lanzo al frente de la carga, le siguio Jandrus con su magia y Aenur, que termino con la vida del Sacerdote, luego todo temblo y les vino la oscuridad y los numerosos golpes... todo a su alrededor era roca y polvo, mucho polvo.
 

- ¿Pero qué ha pasado?

Registro rápidamente los restos y la habitación en la que nos hallamos.

Tras reponerse de la caida, Durgin ojeo la siguiente sala, donde solo parecia haber un mueble con armas, armas de buena calidad salvo que la caida le hiciera delirar.

Aenur, por su parte, quiso saber si Morcar, o sus secuaces ocultaban algo, pero entre tanto escombro lo unico que encontro fue tierra y trozos de muro caido.  

- A ver qué tenemos por aquí...

Ayudo al enano

Me levanto torpemente al cabo de un rato, tras la caída. Completamente magullado veo cómo mis compañeros desaparecen por una de las puertas y espero que al instante comiencen a oirse los primeros ruidos de una nueva pelea.

Sin embargo nada de eso ocurre, señal de que deben estar tranquilas las cosas por ese sector. Yo me acerco a la otra puerta, y trato de intuir alguna presencia hostil tras ella.

Era una estampa curiosa ver a un Elfo y aun Enano buscar juntos, debatiando cual de los filos era el mejor.

Aenur, encontro una espada, cuya empuñadura era la de un muercielago de oro. La Demoniaca, le explico Jandrus. Llamada asi porque en su interior esta encerrado el espiritu de un demonio y se alimenta de la vida de quien la esgrime.

Durgin, encontro un tesoro ancestral, una de esas obras que ya no son capaces de crear los habitantes del mundo y casi rompio a llorar por la emocion. Entre sus manos estaba el Hacha de Garin, el Arma que uso el propio Garin, Padre de Enanos, en la lucha contra las Hordas del Caos, en la que fallecio en combate. 

Jandrus, por su parte, investigaba que nuevo peligro les esperaba y temblo cuando a pocos metros de el, descubrio a dos Guerreros del Caos acercandose a la puerta. 

La emoción hizo que las cortas piernas de Durgin saliern an busca de nuevos enemigos con el hacha de Durgin en mano. Del primer impacto destrozó completamente un sorprendido guerrero del caos.

Sigo el ejemplo del enano tras guardar la poderosa espada en mi mochila.

Aunque consigo herirle mi acometida no es tan demoledora como la del enano y mi oponente sigue en pie.

Contemplo con envidia las nuevas armas de mis amigos.

- ¡Hey! ¿De dónde las habéis saca...? -No hay tiempo para la respuesta, pues pasan raudos por mi lado a hacerse cargo de los dos guerreros.

Como la situación la tienen perfectamente controlada, me dirijo a la habitación de donde han salido. Allí veo la armería y me pongo a buscar con afán si hay alguna cosa adecuada para mí

Jandrus se aparto de la puerta para ver como Durgin se lanzaba entusiasmado con el hacha en busca de los Guerreros para probar su eficacia y como pudo comprobar, era eficaz, pues el Guerrero cayo bajo sus pies lleno de cortes y heridas, hechas tan facilmente como un taco de mantequilla.

Aenur, le siguio, a pesar de lo poderosa de su espada, no quiso sacrificar su espiritu. No por el momento al menos, y combatio contra su adversario al cual consiguio herir. En respuesta el Guerrero trato de amputarle algun brazo pero no lo logro, ya que una vez mas la destreza del Elfo le salvaba de una muerte segura.

Jandrus, al ver la clase de armas que escondia aquella sala, no tardo en retroceder y buscar una acorde a sus capacidades. Y alli, entre los restos de otras armas cuyo origen les era desconocido, encontro algo para el. Una varita, cuyo poder canalizaba mejor la magia del lugar.

Durgin se giró con rapidez a atacar al otro guerrero del caos que estaba presentando cierta resistencia ante el elfo.

El Guerrero acabo siendo masacrado cuando se vio entre dos enemigos. 

registro los cadaveres

Con la flamante varita en mis manos, vuelvo a donde están mis compañeros. Como me imaginaba, ya no queda ni rastro de los guerreros del caos y ni el elfo ni el enano parecen haber sufrido ningún rasguño.

Veo al elfo saquear los cadáveres de sus víctimas y, a pesar de que la estancia ya tiene una salida, fisgoneo un rato a ver si hay alguna otra oculta a nuestros ojos.