Partida Rol por web

Gerald, el Mastín, como se presenta a quien le escuche, en honor a su órden de mercenarios, Los Mastines de la Dama. Es un hombre de palabras, se siente cómodo en compañía de unos y otros y pronto se mezcla con la mayor parte de guardias y marieneros del navío. Se le ve cómodo en el hambiente y no parece verse afectado por el movimiento constante de la embarcación.

-Es bueno el ritmo que llevamos ahora, si las cosas siguen igual, pronto estaremos otra vez en tierra firme. A parte, cuando mayor sea la velocidad, menores son las sacudidas del oleaje en el casco. O eso me pareció entre ayer y hoy.- Sacando un saquito de cuero con monedas tintineantes, y una sonrisa entre sus labios, surcados por una vieja cicatriz, comenta.- ¿Donde tienes las cartas, Ashrac?

Ayer fue un día de mierda, el olor de los animales la lluvia la algarabía al tratar de subir el equipaje y los que mandaban sobre sus caballos me dejaron de mal humor y lo único que hice después de embarcar fue irme a dormir

En la mañana del día de hoy me levanto algo mareado ya que nunca antes había viajado en barco la experiencia y me resulta nueva pero muy poco acogedora porque ese olor y la algarabía de ayer se habían multiplicado como por 5 ya que aún no habían dado órdenes aprovechó para inspeccionar el barco y la carga.

La partida del barco es de lo más normal quitando la lluvia que nos acompañó en la salida. Pero lo que empezó relativamente apacible, se va complicando y mi cuerpo reacciona regular ante los continuos movimientos, es un malestar persistente, aunque no tan fuerte como para dejarme apoyado en la borda deseando no tener estómago.

No podemos hacer nada en el interior de este barco, somos muchos y las dimensiones son las que son, además el ruido tan monótono roto apenas por el relincho de un animal o el grito de algún marinero, todo hace que ya esté deseando llegar a tierra firme cuando acabamos de iniciar el viaje.

Algunos se dedican a cambiar el dinero de bolsa con el juego, nunca me ha gustado jugarme el dinero de esas maneras, quizás porque la fortuna siempre me había resultado esquiva. Prefería alguna copa de buen vino, tampoco muchas, que luego el cabo lo hacía pagar hasta el punto de abandonar la bebida durante una buena temporada. Por suerte, algún compañero hábil con un instrumento amenizaba con algunos acordes y ocasionalmente unas canciones, no había mucho más que hacer en el barco, algo de ejercicio aunque muy escaso, las guardias que nos tocaban hacer y para de contar, un viaje largo.

Harold se acomodó en el barco y observó a los demás comenzar a jugarse el dinero. Nunca le habían gustado esas distracciones, aunque agradeció la música. Notó algo de vaivén en el estómago, pero nada que no pudiera superar. La galera iba a buen ritmo, por lo que debería ser un viaje rápido. 

Otro dia mas en el barco. El vaiven causado por el oleaje era molesto, pero resistia al mareo. Era como una ruleta, no siempre me afectaba el viaje, pero una que otra vez me la habia pasado sobre la borda, en muy mal estado.

Mientras la gente hace lo suyo, yo saco mi timbal y empiezo a marcar el ritmo, para que alla algo de sonido, ademas de los rutinarios, que empezaban a crispar los nervios.

El ritmo tribial, era de mis favoritos, y deje salir desde lo mas interior de mi alma, las notas

Doflar venía sintiendo el ritmo del viaje. El oleaje hacía que la travesía fuera insoportable y el grito de los marineros no hacía más que ponerle los pelos de punta. Pero, para su suerte, lograba mantener la compostura. Mientras buscaba una excusa para mantener ocupada su mente, escuchó de golpe un sonido musical. 
Sin pensarlo dos veces, se acercó a Smirnof, un extraño hombre que andaba con su timbal para todos lados. El mediano disfrutó de un poco de música, calmando sus ansiedades y mareos. 
Unos instantes después, su curiosidad fue más fuerte, y no pudo evitar preguntarle

- ¿Dónde aprendiste a tocar así? ¿Cómo funciona este instrumento?¿Cuál es su historia?-

El movimiento del barco era algo que no estaba acostumbrado y las nauseas se estaban empezando a ser presente pero la compostura y fuerza para aguantar tal viaje se estaba empezando a hacer presente a lo que solo tuvo un pequeño mareo.
A medida que el viaje iba tomando su curso ninguno de los presente se acerco a jugar un rato a los dados, seguramente temían que el movimiento del barco les perjudicara.
Luego se percata de que uno vino y le pregunto por cartas No tengo cartas, juego con dados. Si quieres te explico es muy sencillo. Después reaccionó y pensó habré dicho mi nombre en algún momento, pues no recuerdo. Mira, el juego es sencillo, tiramos cada uno los 5 dados, el que tenga el mayor juego gana la mano y el que gane 2/3 gana la partida. Apuestas algunas monedas? pregunto.

Al levantarme esta mañana sentí un leve mareo divido al bamboleo del barco, era algo molesto pero no podía evitarse. También estaba algo aburrido por lo que decidí pasear un rato para distraerme. Y mientras vagaba por el barco me encontré con otro Guardia, como estaba libre ya que el capitán o los cabos no habían dado ordenes de hacer nada me acerque a el y dije.

-Buenos días, Alfonso como estas?- 

Mis habilidades con el laúd pronto me habían hecho popular entre los hombres que buscaban algo de distracción. No podía culparlos. el vaivén del barco no se llevaba bien con los estómagos. Por alguna razón a mi no me afectaba. Que suerte!

Smirnof se puso a tocar su timbal para levantar la moral del grupo. Decidí unirme a él.

Estaba concentrado, tocando con los ojos cerrados dejandome llevar. Era una buena melodia que habia conseguido esta vez. Habia sido una buena elección comprar este instrumento de calidad en el continente. Entonces me percato que un pequeño me habla...Cuando lo miro bien, alcanzo a percibir sus rasgos, se trataba de un Hobbit. Mi grave y rustica voz se hace oir sobre el oleaje, viento y llovizna.

De pequeño, un viejo semiorco del pueblo tocaba en las seremonias, y ahi me inicie. Pero se podria decir que soy mas autodidacta. Escucho las notas, en la naturaleza y de ahi voy sacando... como se dice?...

Jjeruss(insporacion en enano)

Lo miro, esperando si comprendia a que me referia.

Smirnoff

Saludo, ofreciendole la mano. Intento no ser desconfiado, pero el verlo con esas ropas y suponiendo que es uno de los nuevos guardias, me obligo a creer que no es "de ese" tipo de  per...humanoide.

La primera jornada del viaje había decidido pasarla junto a los caballos, calmándolos y haciéndoles ver que estaban seguros, a salvo. Sabía que aquellos animales no estaban acostumbrados al mar, al vaivén generado por las olas, ni a estar encerrados de aquella manera, y no disfrutaba viéndoles sufrir más de la cuenta. Muchos se preocupaban de los demás, de ellos mismos, o de nadie en absoluto; él, aunque había sido de los segundos desde que tenía memoria, siempre había hecho una excepción con todas las criaturas con las que se había topado, incluso al cazar siempre, o casi siempre si tenía en cuenta a la gente, lo había hecho con respeto y limpieza, y jamás por simple deporte.

Así, cuando al segundo día decidió subir a cubierta de nuevo y dar un paseo, notó un leve mareo que le produjo náuseas unos instantes. Por suerte el aire fresco, que parecía escasear allí encerrados, se llevó rápidamente el malestar, y tras una pequeña pausa pudo moverse con libertad en aquél barco y observar todo lo que había a su alrededor. 

La tripulación controlaba firmemente el navío, aprovechando el buen viento que les daba un alentador impulso, y corrían palabras de ánimo esperando que aquello durara y llegaran antes de lo que esperaban. Los soldados que les habían contratado iban de un lado a otro, charlaban o tocaban música. Dos de ellos comenzaron una melodía cuyos tonos se iban combinando creando una armoniosa tonada que amenizaba el ambiente y daba como resultado una atmósfera cautivadora. 

No pudo menos que sonreír bajo su embozo y, animado, acercarse a donde su compañero Gerald se había unido a otro de los mercenarios. Los dados rodaron, y él se quedó aparte, apoyado contra uno de los mástiles del galeón, mirando quien ganaba la partida.

El Mastín asintió sacado un puñado de monedas, entrelas que había, cobre, plata y oro. Ante la pregunta de si conoce el juego asiente.

-No hay campamento que no tenga sus propias reglas para el juego. Vayamos calentando los dados.- Dijo mientras lanzó una mirada al resto.- ¿Alguien más?

Mirando a linterlocutor, a quien se dirigió como Ashrac, pues así escuchó que le nombraban durante las horas pasadas ya en el barco, se le presentó.

-Gerald de Arabel, de los Mastines de la Dama. ¿Las apuestas, las hacemos por victoria o prefieres por grado de victoria?

El viaje en el barco estaba siendo tranquilo y rutinario. Preferiría estar en tierra firme y a ser posible en una zona boscosa, pero en esta ocasión no había podido elegir.
Aprovechaba los largos días para meditar y unir mente y cuerpo en uno. Y en los ratos que necesitaba la compañía de otros seres vivos me acercaba a Atrus y Ashrac, para conversar amigablemente.
 

En un momento de intimidad, alejado lo más posible de los ojos y oídos indiscretos.

-Deberíamos de evaluar a nuestros acompañantes- dirigiéndome a Atrus y Ashrac –lo mismo llegado el momento nos suponen un lastre o tenemos que librarnos de ellos-
 

Doflar escuchó a Smirnoff con bastante atención, y al sumarse Fonkin hasta le dieron ganas de participar a él también. "Quizás podría cantarles uno de los hermosos poemas de mi comunidad... mmm... mejor no" pensó. Al extenderle la mano, el mediano aceptó el saludo con una leve sonrisa

- Doflar Anchovalle, un placer!- dijo sacudiendo su brazo.- A propósito, ¿Un semiorco? ¿Cómo puede...?- y la segunda palabra fue interrumpida por la invitación de Gerarld: "¿Alguien más?". - Dados...- dijo casi como un suspiro.

No pudo esperar a seguir con el interrogatorio a su nuevo amigo (o por lo menos así lo consideraba el pequeño e iluso Doflar), pues salió corriendo como pudo entre los tamboleos del barcos, hacia donde sus otros compañeros practicaban dados.

- Dados, dados, dados!- dijo casi exaltado.- ¿Cómo se juega? Allá en mi comunidad teníamos un juego muy raro y divertido. Obvio que siempre ganaba yo, no contaban con mis pequeños "trucos".- "Uupps, eso no debería haberlo dicho".- No importa, en realidad jugabamos cartas jeje.

Sonrió divertido ante la llegada del pequeño soldado, y a punto estuvo de reír cuando se le escapó lo de los "trucos". A él los juegos de manos nunca se le habían dado bien, pero aunque así fuera, no se arriesgaría a hacerlo contra aquellos dos. Tanto su compañero Gerald como el mercenario al que habían llamado Ashrac eran tipos duros, y si les hacían trampas, bueno, a lo mejor el joven guardia acabaría patrullando los mares para la eternidad. 

Al final, animado por la euforia del mediano, decidió unirse también y se acercó hasta ellos, sacando varias monedas de algún bolsillo escondido en su capa..

- Me uniré también a la partida, no me vendrán mal unas monedas de más. 

Atrus vio venir a sus compañeros y esbozó una leve sonrisa.

-¿Qué linda compañía, eh?- la ironía salía por sus poros.

Pero escuchó atento y en silencio la opinión de su compañero.

-Si quieren pueden ocuparse de eso ustedes, mientras que yo podría revisar de qué se trata el cargamento. Puedo intentar infiltrarme en la bodega...- dijo el asesino con tranquilidad, apenas en un susurro -A las noches nos podríamos reunir para conversar sobre lo que averiguamos ese día-

Atrus se mantenía por costumbre observando a los demás, en silencio. Cada tanto miraba el mar, pero no tenía ninguna intención de pasar una vida en un barco. ¿Cómo podían preferir estar en un objeto de madera flotando en una inmensidad de agua cuando podrían estar recorriendo llanuras, bosques y valles?

Cuando la mesa de dados se comenzó a formar, Atrus no pudo evitar palpar po un segundo su bolsa de monedas. No estaba ni cerca lo llena de hace un tiempo, pero tampoco le importaba realmente. No era un hombre ambicioso en cuanto a dinero, aunque sabía y era consciente de la utilidad del oro. Prefería otros tipos de poder...

Atrus se mantuvo en silencio, lejos de todo el bullicio de los guardias.

El saludo del pequeñin fue vibrante y energico, un astivo de sonrisa se dejo entrever en el duro y apatico rostro de Srmirnof. Se venia una pregunta mas, pero al parecer los dados captaron su atención y dejo la charla para luego.

La emoción de apostar no era la gran cosa, y aunque tenia poco dinero, preferia invertirlo en mujeres, comida o magia. Eso si eran cosas que merecian la pena, ser pagados.

Para pasar el rato, decidio dar un recorrido por el barco, revisando que todo este bien. Realmente no sabia mucho de marineria, pero al menos podria avisar a alguien que si sepa.

Hoy es el día, así os lo ha comunicado el capitán del barco, llegareis a la isla aproximadamente en un par de horas. Así que hartos ya del incómodo baibén de las olas, el espacio reducido, los pequeños roces surgidos durante estos 10 días de viaje y la tensión acumulada de guaridas interminables, esperando siempre que algo o alguien ataque el cargamento, han convertido un viaje prometedor en una petardez asombrosa, ¿ porque ? porque noo haa pasadod nadaaa, pero cuando digo nada, es que ni una sorpresilla de nada, nada de nada, ¿ para qué tanta precaución para transportar estos carros ?, es cierto que el océano es traicionero, que las criaturas que viven en sus profundidades pueden causar graves daños al navío e incluso llegar a hundirlo, pero es que no ha pasado nada, aburrido no, lo siguiente.

En fín, los marineros preparan ya las velas, cabos y demás para la pronta llegada a la isla " Del Hierro "

Durante estos díez días habéis jugado ( podéis empezar cuando queráis ), trabajado, investigado, avistado, oteado, siesteado, etc... ( si alguien tenía pensado realizar alguna acción reseñable por favor que no se corte, tiradas oportunas al canto en secreto a mi persona, si no es así en cuanto los que faltan, estén presentables, empezaremos de verdad.