Partida Rol por web

Edariel escuchó el presentimiento de Dave con atención, pues él también había notado algo así.
En todo caso, no parecía haber nada fuera de lo común en su habitación, así que por ahora no era muy buena idea andar sospechando de quienes les habían contratado.

Stuart parecía más confiado con aquella gente, e incluso con ganas de pasar el tiempo charlando con el Shirren. El elfo se encogió de hombros, y no pudo evitar reír cuando se hizo el interesante con aquel striptease.
¡Hah! La degenerada es usted señorita por desnudarse delante de tres caballeros... le respondió entre risas.

Poco después, mientras el o la Ysoki se duchaba, escucharon un estruendo proveniente del exterior. Edariel se acercó a la puerta con cautela, intentando otear el exterior antes de abrirla.

Dave escuchó atentamente aquél sonido. Al cabo de un momento miró a Gendo asintiendo. Parecía que los dos estaban de acuerdo.

El sonido es indudablemente un disparo, y además el disparo de un arma de proyectil sólido y de gran calibre. Sea quien sea el que lo haya efectuado, no anda muy lejos.

Las palabras de Dave son lo mismo que pienso, pero la respuesta de Stuart es muy inocente. Ante su broma, le hago un gesto de querer vomitar mientras pongo en orden mis ideas para decírselas. Me paro y me acerco a la ducha, para que así escuche (y aprovechar que el ruido del agua interrumpa cualquier intento por grabar mis palabras:

 - "No tiene que ver con sus armas, sino con su actitud. Mi instinto también me dice que esconden algo. No necesariamente puede ser algo malo pero está claro que no confían en nosotros y eso es porque algo tienen que esconder. Pienso que probablemente sea algo que me importe una mierda, pero viendo a Edariel entre nosotros, claramente tendrán más resguardos. Lo más probable es que esta "operación" no respete tanto las leyes locales como ellos aseguran y eso sea algo que prefieran mantener en secreto."

De pronto escucho el estruendo y reconozco de inmediato el ruido. Le asiento a Dave pues él también sabe lo que ha oído. Saco mi rifle azimuth mientras me acerco a la puerta donde Edariel está mirando:

 - "Eso fue un disparo, indudablemente. Proyectil sólido de gran calibre, como un cañón o algo así. No fue muy lejos tampoco, a juzgar por el ruido."

Me pongo a mirar por la ventana si hay alguien apuntando hacia acá antes de abrir la puerta y salir a investigar.

Al abrir la puerta puedes apreciar que la noche ya cayó en la jungla. Salvo por los focos repartidos en los barracones y las cuatro esquinas del campamento la valla de fuerza azulada ilumina tenuemente el campamento.

Durante un instante crees ver unas luces en el entrelazado de ramas y hojas, pero tu atención se fija en las figuras al pie del edificio principal. Darbus, Randower y Kehess se acercan a la valla oeste. De pronto, la energía de la valla situada desde la esquina noroeste hasta su sección media se vuelve de color rojo desaparecinedo de inmediato. El campamento se queda desprotegido, vigilado durante breves segundos únicamente por las armas de los tres trabajadores de Thaima. Durante esos segundos tus suposiciones se confirmaron. Un transporte aerodeslizado pesado sale de entre los árboles cercanos entrando en el recinto.

La valla de energía vuelve a conectarse. Primero es de color rojo y luego, se vuelve azul impidiendo el paso a las criaturas.

Seguís observando la escena y veis como dos humanos, un hombre y una mujer bajan del transporte. Parecen alegres y sonrientes saludando a sus compañeros. Sin duda deben de ser Otlik y Kathra, los miembros que estaban fuera trabajando.

Al asomarse por la ventana no parecía haber un peligro inminente, por lo que decidieron salir para comprobar lo que sucedía.
Una nave de pequeñas dimensiones llegó a través de la maleza, y por la reacción de sus contratantes parecía amistosa.
De hecho, de su interior salieron un hombre y una mujer a los cuales Darbus y compañía saludaron con familiaridad.
Eran muy posiblemente el resto de los componentes del equipo.

Aún así, no se había esclarecido el motivo de aquella detonación similar a un cañón, por lo que Edariel se acercó a donde todos estaban hablando.
Cuando tuvo su atención saludó de forma cortés.
Buenas noches.
Mi nombre es Edariel. hizo una pausa para dar tiempo a los recién llegados a presentarse.
Hemos escuchado una fuerte detonación... ¿sabéis algo al respecto? preguntó a todos en general.

A la par que te acercabas pudieste escuchar con claridad como la hembra humana hablaba con Darbus.

-No hay problema. Acabamos de conseguir el último. Mañana...- Darbus manda callar a la mujer al verte acercándote.

-Ah, nada, mi equipo acaba de detonar la última carga del día. Edariel Telfalas, -no pasó desapercibido para ti el énfasis que puso en tu apellido. -esta es Kartha y su hermano Otlik Moss, del equipo de perforación.

-Un placer.- Dijo Otlik con desconfianza.

-No te preocupes elfo, tu jungla tapará el agujero en menos de un mes. El impacto medioambiental ha sido mínimo.

De pronto una nave aparece en el claro de cielo que ocupa el campamento. Sus focos iluminan la zona, centrándose en el grupo de prospección donde está Edariel.

Durante unos segundos la intensa luz ciega a los presentes. Cuando se apaga os dais cuenta que acaba de aterrizar y de la plataforma salen varias personas, todos elfos, con armaduras de camuflaje excepto uno que se acerca altivo y con mirada desafiante.

-Qué oportuno.- Dice el jefe de prospectores. -Me moría de ganas de hacerte una pregunta elfo,- dice a Edariel, -pero parece que se va a responder ella sola.

La comitiva de seis elfos se acerca con sus rifles láser cargados y preparados.

La comitiva llega hasta vuestro lado. Nada parece diferente salvo el rostro del Elfo que parece sorprendido. No así el del elfo que va descubierto y preside la comitiva con semblante altivo. Con una única y fugaz mirada al elfo de vuestro grupo, comienza su diálogo dirigiéndose al jefe de prospección.

-Darbus Hank,- Dice con parsimonia. -...jefe de prospectores.- Parece una presentación, pero fría y muy, muy distante. 
-Según tengo entendido habéis vuelto a hacer un agujero en mi selva. ¿No quedamos en que solamente haríais dos prospecciones por semana?. Aunque claro está,- dice extendiendo la mano -vuestro cerebro no da para mucho. ¡Que difícil debe de ser la vida para los humanos!.

Sin mediar palabra Otlik entregó una placa de datos al elfo, que la observó durante un momento.
-¿Habéis adelantado la prospección por condiciones ideales?. 

-Como puedes ver, nos preocupamos por TÚ selva.- Espetó el jefe. -Mañana no haremos hoyos en el suelo. Las condiciones climáticas, de humedad y la poca fauna de la zona hacían que el momento fuera el propicio. Para no causar estrés en la "fauna local".-

Se podía ver que no era el primer encontronazo entre ellos. Ambos se lanzaban pullas gélidas.

-Os estaremos vigilando, constantemente.- Devolvió la placa a Dabrus ignorando la mano tendida de Otlik, como si solamente se dignara a hablar con el jefe.
-Veo que habéis contratado más personal.- Miró a Edariel, luego la nave de Thaima y a Gendo a lo lejos. -Más humanos... y amigos de humanos.- Su tono cortante no pasó desapercibido cuando miró de nuevo a Edariel.

Edariel saludó a los recién llegados, sin poder ignorar el tono de desconfianza en su voz, especialmente el llamado Otlik.
Kathra dijo que la selva se regeneraría rápidamente, ante lo que Edariel asintió.
¿Hay algún motivo para hacer esas detonaciones de noche? preguntó contrariado.

Pero entonces no hubo tiempo para mucho más, pues una nave de manufactura élfica apareció de repente.
Salieron seis tripulantes, cinco de ellos armados con láseres y ataviados con pesadas armaduras, y el sexto...

El rostro de Edariel se desencajó de repente, y sus ojos se abrieron de par en par. Se quedó así un largo momento, como si hubiera visto un fantasma.
Casi ni escuchó la conversación que su padre mantuvo con Darbus...
Su padre.
Estaba ahí, después de todo.
Tanto pensar en “el momento” de visitarle, de cómo y cuando regresaría a su ciudad... y ahora él estaba allí.

Notó su mirada, que provocó que tímidamente agachara la cabeza. Estaba nervioso y avergonzado. Después de todo, aquel hombre le seguía intimidando. Por mucho que hubiera creído que ya había superado sus temores, y que tenía la fuerza suficiente, realmente seguía siendo una figura a la que no podía hacer frente.
Eran demasiados años, décadas, mucho más de lo que vive un humano, a su sombra. Sufriendo su estricta educación y sus severas normas.
En su inconsciente, aún era el niño que lloraba asustado por sus castigos.

Entonces Adariel dijo algo que lo reactivó. “Humanos y amigos de humanos”. Amigos.
Es verdad, ahora tenía amigos. Amigos que le aceptaban como era y que no esperaban nada más que contar con su apoyo cuando hubiera problemas. Y a ellos no les podía fallar.
No podía seguir siendo aquel niño pequeño. Ahora era otro elfo.

Padre. dijo de forma seca, aguantando su voz firme. Necesitaría hablar con vos. añadió, mirándolo de forma seria. Aguantó su mirada de forma estoica.

Al parecer, no hay peligro como tal sino un equipo que viene llegando. Veo que Edariel se acerca al grupo y comienza a hablar, pero me mantengo un poco relegado mientras evalúo la situación, viendo si no hubiese algún peligro latente o algo. Al instante, aparece una nave de elfos y me acerco al grupo cuando ellos están hablando, por lo que me pierdo parte de la conversación.

Cuando llego al lado del grupo, me pongo lateral a Edariel, por lo que alcanzo a escuchar que le dice "Padre" al elfo que obviamente es el líder.

Con solo ver su actitud, ya me caen pésimo y me dan ganas de escupirles unas cuantas verdades, pero me abstengo por respeto a mi amigo, que imagino debe tener una historia familiar un poco jodida.

"Bueno, todos la tenemos aunque algunos ni siquiera eso pues pensábamos algo que resultó ser completamente falso."

Me quedo ahí al lado de él, mirando todo lo feo que puedo a los soldados elfos con sus rifles, que me asustan tanto como como un skitter bebé.

-Y ya ha quedado respondida la pregunta.- Dijo Darbus mirando a uno y a otro, padre e hijo elfico, mientras se cruzaba de brazos y daba un paso atrás dejando algo más de intimidad. 

-¿Quieres hablar conmigo? - No era una pregunta, sino una afirmación disfrazada de pregunta. -Después de estos años, después de tu,- Adariel se contuvo visiblemente de no pronunciar palabras mas fuertes. -... Salida del planeta, quieres hablar conmigo.- El rostro del padre de Edariel no mostraba ira o rabia, pero sus palabras estaban cargadas de furia. 

-Por supuesto. ¿Que padre se negaría a hablar con su hijo?.- Dijo acompañando con una sonrisa un gesto que invitava a dar un paseo alejados de los demás.

Edariel notó un nudo en el estómago cuando su padre le respondió afirmativamente y le invitó a que se alejaran para charlar con más intimidad.
Siguió a su progenitor, otra vez siendo su sombra como en su infancia.
Pero había algo distinto; ahora ya no sentía miedo.
Era un elfo más, después de todo.

Cuando hubieron conseguido cierta distancia, Edariel comenzó a hablar.
Asumo que estaréis dolido por mis maneras... por dejar nuestra ciudad sin avisar... y por no haberme comunicado en todo este tiempo.
Posiblemente por todo ello, os debo una disculpa. dijo, con un tono algo tembloroso, mirando al bosque.

He viajado por toda la galaxia durante este tiempo, y sin embargo al regresar aquí he notado como si el tiempo no hubiera pasado. Este es mi hogar, al fin y al cabo. añadió en un tono más relajado.

Sin embargo no puedo volver. Al menos, no todavía.
Siento no poder corresponder a las expectativas que teníais puestas en mí... pero mi camino es otro. Y ahora no me avergüenza decíroslo.
Soy un elfo, y ello me llena de orgullo. Pero siento que debo descubrir lo que hay en los rincones de la galaxia, descubrir lo que significa la existencia misma, El Ciclo... explicó con entusiasmo.

Quizás... quizás llegue un día en el que mi curiosidad quede saciada y decida regresar. Pero no ahora.
Es así como lo siento, y espero que me entendáis. No puedo tomar el relevo de la Casa Telfalas, al menos no todavía...
Y creo que mis andaduras servirán no solo para mi propio enriquecimiento como elfo, si no para que muchos individuos de todas las razas que pueblan el universo, cambien su percepción sobre nuestra raza.
Quiero que entiendan nuestra grandeza, y dejen de mirarnos de forma desconfiada. explicó, con la esperanza de que su padre lo comprendiera.

Esperó su respuesta antes de sacar el tema del medallón.

-Me debes una disculpa.- Dijo tajante. -Tu sed de conocimientos es bienvenida entre tu gente, Eldariel, pero no debes olvidar que nos quitaron nuestro hogar, destruyeron nuestras vidas, familias y verdades. Utilizaron en nuestra contra magia ancestral para obligarnos a olvidar quién nos traicionó. Míralos,- dijo volviéndose hacia el grupo que habíais dejado. -Solamente se preocupan de enriquecerse ellos y no su gente, no la gente del resto de la galaxia. Son individuos únicos de pensamiento al servicio de una corporación.- Adariel se volvió hacia ti, con su mirada firme y autoritaria atravesando tu ser.

-¿Porqué los elfos debemos ayudar a quienes son como ellos?. Hablas de que entiendan nuestra grandeza, lo que quieren es poseerla y destruirnos. Ya sabes lo que pasó en el Intervalo. No son de fiar.-

Adariel vuelve a caminar. Nunca antes habías visto a tu padre tan distante y apático con los extranjeros y la piloto que os recibió tampoco se mostró muy cordial con vosotros. ¿Es posible que un sentimiento discriminatorio llegue a convertirse en racista?. Además, ¿qué hace allí tu padre?.  

Edariel y Adariel Telfalas se alejan de vosotros hacia un lugar más apartado y oscuro. La valla de fuerza emite un chasquido cuando algo intenta atravesarla, algo que se pierde en la selva inmediatamente.

Los elfos con armaduras no dicen nada, no hacen nada, solamente os miran con sus rifles en posición de descanso, pero empuñados y listos para ser usados. No sabéis si es por vosotros, o como habéis comprobado hace un momento, porque en cualquier momento la jungla puede convertirse en un lugar muy difícil.

 -Tus sospechas eran acertadas Darbus.- Inquirió el geólogo rompiendo el silencio de la escena. -El elfo era hijo de otro elfo.- Los prospectores rieron la broma, pero si molestó a los guardabosques elfos, no lo dejaron ver.

-Pero, ¿que hace trabajando para Thaima el hijo del ministro de magia?.- La pregunta fue ehca en voz baja, como pensándola para si mismo. Los elfos no parecieron oirla, pero si los que se encontraban cerca. 

Edariel escuchó a su padre exigir una disculpa, que anteriormente el elfo ya había dado.
Lo siento por haberme marchado de aquel modo, pero era la única manera. se explicó.

Luego, cuando notó el desprecio de su progenitor hacia los humanos, sólo pudo torcer la boca en un gesto de desaprobación.
Los humanos son básicos, se guían por el principio de querer lo mejor para ellos y para nadie más. Sólo les importa el ahora, y el “yo”.
Pero a la vez, los humanos son gentes que pueden hacer cualquier cosa por aquellos a los que aman y por aquello en lo que creen. Su sentido del amor... roza lo absurdo... pero es admirable la devoción que le dedican a “los suyos”, amigos incluidos. Y si creen en algo, su tozudez puede mover montañas.
Después de todo, incluso de ellos hay cosas de las que aprender. dijo Edariel, intentando que Adariel viera las cosas de forma algo distinta.

De todas formas padre... ¿toda esta excavación es tan importante como para que tengáis que movilizaros vos en persona? preguntó contrariado.