Partida Rol por web

Por fin habían logrado llegar a la oficina de correos tras un viaje bastante movidito.

Ahora, la paranoia se cernía sobre ellos, en cualquier esquina podían estar esperándoles para saltarles encima y no debían bajar la guardia, o tal vez solamente eran imaginaciones de Henric, de todas maneras, parecía que por fin habían dejado atrás a sus perseguidores. Aún así, el que uno fuera un paranoico no significaba que no le estuvieran siguiendo.

Bajó del automóvil junto a Louis para acompañar a Mina. El no tenía nada que hacer en correos, pero se sentía mas seguro si se metían entre la gente en lugar de quedarse esperando fuera, no podía olvidar lo ocurrido delante de la comisaría, cuando las balas surcaron el aire por encima de sus cabezas.

-Esperen, voy con ustedes, tanto tiempo quieto ahí sentado me esta agobiando.

Al bajar del coche vio el letrero de la oficina de correos y se acordó de la carta enviada a la señoria Carlyle. Era urgente ir a su casa a ver si Erica había respondido a su carta.

-Aún debemos idear un plan para acercarnos a mi casa y consultar mi correo. No será muy seguro ir allí, pero podemos encargar a alguien a que recoja mi correspondencía... rapidamente su mente voló y enfocó la cara del chico al que Nick había dado una propina el día que recibieron la carta de Elías. Girándose para hablar a Nick a la cara mientras este terminaba de apagar el motor del coche le preguntó ¿Que me dices de tus contactos? No hay ningún chaval de la calle en la que tienes la oficina que se preste a recoger mi correo por unas monedas?

Se había acomodado de nuevo en el taxi, esta vez en otro, y había escuchado la misma orden de hacía unos minutos... "siga a ese coche". El trayecto había sido tranquilo, sin embargo, y el taxista pudo seguir en Cadillac de Nick sin dificultad ninguna. Incluso había podido detenerse ante la oficina de correos sin que lo saludaran bocinazos de otros conductores ansiosos por que dejara de ocupar el doble carril.

Vio como del otro coche descendía primero Mina, rápida, e inmediatamente la seguía Louis, casi adelantándola en su preocupación por protegerla. Henric bajó también, y Nick siguió en el coche, probablemente por no poder aparcarlo debidamente. Vio como hablaban los dos amigos, e imaginó que habría que decidir como seguía la ruta, después de correos. Por su parte, ella tenía que pasarse por el Hotel, al igual que Nathan, y otros.

-Será mejor que espere aquí, sólo será un momento, le dijo al taxista, que estaba lanzando miradas por el retrovisor a la espera de que le dijeran si acababa aquí la carrera. -Después seguiremos, tenemos cosas que recoger en distintos Hoteles. Casi al mismo tiempo que daba instrucciones al taxista, Kirkham abrió la portezuela y salió. Pero no llegó a entrar en la oficina de correos. Se giró para preguntar por un kiosco de prensa...

-Pues no he visto ninguno, Archie. Pero es una buena idea comprar la prensa de hoy. A ver si hay algo nuevo que podamos relacionar con todo esto...

Salió tras Archivald, se giró hacia el Padre Ian y Nathan, y les hizo un gesto tranquilizador con la mano. -Voy a echar un ojo, no me alejaré. No es necesario que esperemos todos... pero tampoco es necesario que todos bajemos. Sonrió. El comentario iba dirigido a su amigo, aunque nunca admitiría que se preocupara por su cojera.

Con pasos firmes, mirando a ambas direcciones, fue hacia la dirección opuesta a la que estaba dirigiéndose Kirkham, sin alejarse demasiado.

Henric se limitó a esperar una respuesta de su amigo Nick mientras observaba a Mina y a Louis alejarse en dirección a la oficina de correos. Luego miró en dirección al otro coche y al resto de compañeros haciendoles un tímido saludo con la mano para indicarles que estaban esperando.

No me resulta atractiva la idea de quedarnos aquí parados. Lo de la comisaría fue demasiado, es cierto que estamos todos demasiado emparanoiados en esta situación, pero despues de todo lo sucedido tenemos que estar con mil ojos. En cualquier momento podría suceder algo como el tiroteo de ayer y la suerte podría no acompañarnos esta vez.

Miró al cielo, sentía frio en todo su cuerpo y se arrebujo en su gastado abrigo negro mientras seguía esperando.

No se que sacaremos de todo esto, pero nada bueno me parece. ¿En que feo asunto me he metido? Elías no merecía lo que le hicieron, pero no será bueno si dentro de poco tiempo alguien piensa lo mismo de nosotros.

Se estremeció al pensar en la imagen del cadaver de su amigo y en la posibilidad de acabar igual. Aunque sin duda aquello le libraría de la tortura solitaria en la que había vivido los últimos años, ahora no le agradaba la idea de que ello sucediera, no cuando había conocido a gente tan agradable. A pesar de las circunstancias que les habían unido en aquella causa.

-Descuida -respondió Nick mientras salía del coche y encendía un cigarrillo-, yo me encargaré de que alguien lo recoja y nos lo traiga al hotel.

Esperó a que el extremo ardiera y dio una larga calada, echando el humo hacia abajo. Sus ojos, atentos, vigilaban los alrededores mientras charlaba con sus compañeros. La aparente calma era solamente una fachada.

La espera se les hizo larga a todos ellos. Las miradas se desviaban constantemente calle arriba y calle abajo, sondeando los semblantes de la gente que iba y venía. En el interior de la oficina, varios dependientes atendían a la clientela con rapidez y eficacia fruto de una larga vida de rutina. Cuando les llegó el turno, tanto Louis como Mina obtuvieron un pedazo de papel que leyeron, doblaron y guardaron en el bolsillo antes de salir en dirección al Cadillac.

A Louis no dejaba de sorprenderle el orden reinante entre lo que debería ser un caos, o al menos así lo era en Egipto, donde, en cualquier establecimiento se tenía por costumbre, solicitar los servicios a voz en grito y prevalecía aquel que gritara con más potencia.
Él estaba acostumbrado a eso, pero no a guardar correctas filas en espera de llegar hasta un mostrador, casi envuelto  por una capa total de silencio, pues todos allí se dedicaban a pensar en sus asuntos....y si alguien hablaba lo hacía en un susurro, como se en vez de correos fuese una biblioteca.

Cuando recogió el papel, Mina ya le estaba esperando cerca de la puerta, por lo que se apresuró en llegar hasta ella mientras guardaba el papel, bien doblado, en uno de sus bolsillos.

Vayamos con los demás - le indicó con una sonrisa, al tiempo que le abría la puerta para dejarla pasar primero, no sin antes echar un vistazo fuera para comprobar que no había peligro.

Cuando salieron, Louis miró a su alrededor, observando a conocidos y desconocidos, pero no frenó sus pasos hasta llegar al coche de Nick - Ya tengo la dirección de Faraz Najir - le indicó abriendo la puerta del copiloto, pero sin llegar a introducirse en el interior del coche - Ahora es mejor movernos deprisa....¿dónde están los demás?

La pregunta iba dirigida tanto a Nick como a Henric, pues se había dado cuenta que los ocupantes del otro vehículo no se encontraban todos allí.

Archivald volvía caminando tranquilamente por la calle con dos periódicos bajo el brazo mientras tarareaba una vieja canción sureña.

Al cruzarse con una joven y bella señorita procedió a realizar una leve inclinación, nada ostentosa, y saludarla retirándose el sombrero vaquero de la cabeza.

- Buenos días, señorita

Tras quedarse parado durante unos segundos viendo como ella se alejaba se acerco al resto del grupo y busco con la mirada a Henric para acercarse hasta él.

- Me gustaría acercarme al hospital para comprobar el estado de harry. Después podríamos ir a visitar a la señora Carlyle. ¿Alguien más desea acompañarnos?

Despues de asentir ante la sugerencia de Brenda, Ian bajó del taxi de todas formas, pero con mucha calma, como si no quisiera hacerlo, dejando atras el amparo de la cabina, que los protegía del exterior... o al menos de la vista. No entró en la oficina. Se limitó a estirar las piernas a pocos metros de la puerta, observando a los demás, echando algún vistazo al interior del edificio, buscando a sus compañeros con la mirada, como si vigilara que todo fuera bien. Entro de nuevo en el coche, cerrando la puerta y bajando un poco la ventanilla.

No podía evitar fijarse en todas y cada una de las personas que se acercaban, en aquellos que los miraban, que se acercaban demasiado, que hacía gestos extraños... una especie de paranoia se estaba apoderando de él. Algo lógico dadas las circunstancias. Ian sabía que no estaban a salvo en ese momento. Podrían haberlos seguido, o simplemente, podrían encontrarlos siempre que se estuvieran quietos. Pero era inevitable.

Por un momento, Archivald lo sacó de sus ideas, de sus temores, sacandole una sonrisa al ver sus exagerados movimientos al saludar a la señorita. Pero pronto volvió al estado de alerta que tan inquieto le hacía sentir. Solo quería moverse, acabar con esta tensión cuanto antes.

Cuando comprobó que todos se estaban reuniendo de nuevo ante la puerta de la Oficina de Correos, junto a los coches, Brenda regresó con paso ágil y nervioso. Escuchó al vuelo algunas sugerencias.

-Por mi, mientras a lo largo del día vayamos a por nuestro equipaje en el Hotel, puedo ir a donde sea. De hecho, creo que es mejor ir en grupo, por si las moscas. Así que... vosotros decidís.

Y volvió a entrar en el taxi, a la espera de darle al conductor un destino.

Louis había encontrado a Mina de pie cerca de la puerta, contemplando con una expresión extraña el papel en sus manos. Sus ojos estaban fijos, y la curva de sus labios estaba detenida a medio mover, como si estuviera tratando de procesar una orden contradictoria. Mientras se acercaba, Louis la vio cerrar los ojos e inhalar profundo, tan profundo como si pudiera robar el aliento de cada uno de los ordenados autómatas que había allí. Cuando llegó a ella, y le habló, Mina levantó los ojos y le dedicó una de las sonrisas más cálidas, intensas y sinceras que pudieran encontrarse. Tal era la potencia del gesto que nadie excepto él hubiera pensado que se encontraban metidos hasta el cuello en una trama de asesinatos y huían a ciegas por sus vidas.

- Sí, por supuesto... ¿Has recibido buenas noticias? - dijo, innecesariamente, pues en aquellas horas había aprendido a leer parcialmente el rostro de su acompañante. La sonrisa con la que le abría la puerta no le parecía indicar otra cosa.

Le siguió hasta el Cadillac, mirando a su alrededor, y contando inconscientemente cuántos de ellos estaban a la vista. De forma instintiva supo que faltaban Brenda y Archivald, y si bien no veía a Nathanian, suponía que estaba dentro del taxi. Vio a Archivald volver, al padre bajarse para mirar y volver a entrar al taxi. Los movimientos se sucedían como si se tratara de una película, dándole una sensación de ser una simple espectadora; película la que sólo le faltaban los carteles de conexión entre las escenas, que ella no podía leer pues no los sabía. Y con la única diferencia de que aquella película era a colores, vivos e intensos... Estaba todo vivo. Aquello era real. Y no era una espectadora: era protagonista. Debía actuar.

Escuchó las voces de sus compañeros. Miró a Archivald, y sonrió.

- Tendría que ir a buscar algunas cosas, pero no creo no poder acompañarte - Mina se dirigió luego a Nick - ¿Hay algún lugar aparte de ese a dónde dirigirnos? Estamos listos para partir, ahora mismo - fue en ese momento, en el verbo del viaje, cuando recordó el papel que tenía en su mano, y lo guardó en su bolso - La gran noticia es que no le ha sucedido nada al profesor; la mala noticia es que no puede regresar... Creo que nos hubiera podido aclarar algunas cosas - Mina sonrió suavemente. Lo segundo parecía importarle poco, luego de la forma en la que había dicho lo primero.

Miró al taxi, y preguntó con un gesto si estaban listos para irse. Después miró a Archivald, y a los restantes tres, en la espera que decidieran a dónde ir e instándolos a tomar una decisión rápida. Recién allí, Mina entendió con todo el peso que se habían transformado en errantes: estaban decidiendo a dónde vagar, porque no sabían qué hacer, ni a dónde ir, ni con quién hablar. No sabían nada; estaban a ciegas. Pero estaban bien. Eso era lo importante.

Henric esperaba pacientemente y señaló con el dedo hacia el lugar en el que se encontraban los demás cuando Louis preguntó por ellos.

Luego se giró hacia Archivald y le respondió

-No hay ningún problema en hacer otras cosas antes de pasarnos por mi casa. Es mejor darle un poco de tiempo al cartero a que lleve la carta con la respuesta de la hermana del señor Carlyle, si es que se digna a responder...

Se quedó mirando una pequeña mancha de barro en la punta de uno de sus zapatos, abstrayéndose una vez mas. Cuando se dió cuenta de que había vuelto a dejar a sus compañeros esperando a que terminara de hablar se sobresaltó y terminó.

-Ooh, vaya... iba a decir que si ya está todo arreglado aquí, nos pongamos ya en marcha, aún nos quedan cosas por hacer.

Y sonrió timidamente mientras abría la puerta del coche para volver a introducirse en el mismo.

Archivald sonrío ante las palabras de Henric, sin duda mostraba mejor humor que el resto de sus compañeros, y le dio una palmada amistosa antes de tomar la palabra.

En ese caso me gustaría acercarme al hospital. Tal vez este sea un buen momento para separarnos ya que yendo todos juntos somos un grupo muy numeroso. Algunos de ustedes querían recuperar algunas de sus pertenencias, creo que este es un buen momento para hacerlo. ¿Que les parece si nos reunimos a mediodía en algún sitio?
Tal vez alguien de la ciudad pueda hacer una recomendación sobre a que lugar ir a comer...

Archivald examino rápidamente los gestos de sus compañeros. Sus caras abatidas y tristes necesitaban de una buena noticia así que con un poco de suerte a mediodía habrían recibido respuesta de la señorita Carlyle pero mientras tanto hacía falta conseguir algo más para elevar la moral de la tropa.
Tal vez harry se encuentre mejor y pueda dejar el hospital, seguro que eso serviría.

Siendo así, Archivald - comentó Louis separándose del coche de Nick y caminando hacia el taxi que, hasta ahora, había sido el transporte de Kirkham - será mejor que vaya con Nick al hospital, ya que puede ser uno de los lugares más peligrosos y él podrá ayudarle a mantener alejados a aquellos que nos acechan.

Louis ya había alcanzado el vehículo que utilizaría a partir de ahora - Mientras tanto yo acompañaré a aquellos que tengan que recoger cosas de sus diversos alojamientos, ya que yo también tengo que hacerlo.

Omitió voluntariamente que los hoteles tambien podían ser lugares muy peligrosos, ya que si habían averiguado quienes eran, sin duda vigilarían sus respectivos alojamientos.....y no le cabía ninguna duda de que, en esos mismos instantes, ya habría alguien que hubiese descubierto las identidades de todos, sobretodo si, como sospechaba, tenían a alguien infiltrado en la policía.

Henric esperaba sentado en el coche de Nick sin separarse de su amigo. Junto a el se sentía mas seguro, ya que habían sido muchos años de amistad la que había entre ellos y que había forjado unos lazos demasiado estrechos como para obviar las consecuencias de ello.

Miró por la ventanilla al resto de compañeros para observar como se volvían a distribuir y esperó pacientemente a que todos se pusieran de nuevo en marcha. El tiempo apremiaba.

Brenda sigue en el taxi, a la espera de que todos se acomoden y puedan seguir con su periplo hotelero.

Bien, sheridan, un buen plan. ¿Donde nos vemos luego? - dice archivald apoyando su mano derecha sobre el hombro del guía.

A todos nos conviene movernos, han pasado muchas cosas últimamente y los ánimos están por los suelos. Es el momento de ser fuertes o por lo menos aparentarlo