Partida Rol por web

Las máscaras de Nyarlathotep

1.29 Nueva York - Hotel Franklin

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11/02/2011, 02:17
Archivald Kirkham

Tras disfrutar de una cena agradable con sus compañeros hablando de cosas sin importancia como el clima en Londres, que ropa era la más conveniente para el viaje, etc...
Sin embargo con la llegada de los postres la conversación se oscureció sacando a colación otros temas menos agradables.
Archivald, como buen tejano era un hombre de acción y no le gustaban demasiados los temas de libros, exposiciones, museos y toda esa mierda. Así que el nombre de Anthony Cowles podría ser de alguien tan famoso como Babe Ruth pero a él no le sonaba de nada.

Vaya, no se quien son esos hombres que mencionan. ¿Debería conocer algo más sobre ellos? - pregunta mientras rellena las tazas de café.
Por lo demás me temo que yo no tengo mucho que contarles. Querida brenda, será un placer para mi querida madre recibir a su padre en mi rancho. Ahora, lo de la redada de la policía me apena por las muertes acontecidas aunque hayan sido durante el cumplimiento del deber. Por cierto...
- archie se levanta y le pide a un camarero el periodico de hoy.

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11/02/2011, 07:46
Brenda Farrow

-Buena idea, Archivald. -Se inclinó sobre la mesa, mirando a Larsson que leía aún la carta manuscrita. Tomó el libro con la octavilla, y ojeó el título del capítulo que ésta estaba marcando. -¿Por qué no nos lees la carta en voz alta cuando termines tú, Henric, por favor...?

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11/02/2011, 07:51
Brenda Farrow
Sólo para el director

Notas de juego

¿Algún dato en el libro, el capítulo o la octavilla que llamen la atención?

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11/02/2011, 13:30
Light Artisan

 

Notas de juego

 Si, la descripción dice "Manuscrita", el prop está elegantemente mecanografiado... Luego lo cambio.

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11/02/2011, 14:50
Mina Mordaunt

Mina se terminaba su té, mientras los restos de lo que parecía ser una tarta anidaban olvidados en un plato que había cerca de ella. Toda la cena, de su lado, había transcurrido en la más tranquila de las conversaciones. Quitado el hierro de la tensión, el movimiento y las decisiones importantes, sólo había espacio para la relajación y el interés. Mina se conducía a través de los temas, los cambios y los platos con una soltura que quizás no se hubiese creído posible por la gran cantidad de silencios que hacía habitualmente para dejar hablar a los demás, y el segundo plano que adoptaba prácticamente en cada lugar en el que estaba. Había llegado al hotel pálida y agitada, con nada a excepción de un pequeño bolso, pero con una sonrisa que impedía otra reacción que sonreírle plenamente en respuesta.

Justamente había sonreído Danielle, respondiendo a su saludo, y luego comentado brevemente a Archivald que aceptaba su generosidad y ya había dispuesto todo para que nada molestase ni a su madre ni a cualquier otro habitante del Rancho. Echaba miradas de tanto en tanto al padre MacConlom como si supiese que algo le sucedía, esperando que el hombre por sí mismo decidiera romper la burbuja de inquietud que lo rodeaba. En un momento miró a un costado, y echó de menos las ausencias de esos asientos vacíos. Pero al rozar el fin de la cena, entre vapor y olor amargo, ya todos estaban reunidos y el sacerdote decidió exhibir aquello que le inquietaba.

Alargó la mano hacia el hombre, pidiéndole con una sonrisa suave que le pasara el libro. Conocía a Cowles, era imposible no conocerlo. Su padre le había hablado de él en algún momento, y luego en la universidad no había espacio que rozara su materia en el que no se lo mencionara. Fue escuchando lo que sus compañeros tenían para decir, pero cuando el libro estuvo en su mano, Mina apartó la taza y el plato y movió ligeramente la silla hacia atrás, para apoyar el tomo contra el filo de la mesa y mantenerlo levantado. Sus ojos se fueron a las hojas, leyendo de esa manera cruzada con la que leían todos los acostumbrados a revolver la información de inmensas bibliotecas. Algo allí tenía que dar una pista. Elías podía haber llegado a la ciudad a presenciar esa conferencia, o a hablar con quien la daba, a comentarle un descubrimiento, a compartirle...

Levantó un momento los ojos.

- ¿Está dirigida al profesor Cowles, o es de él, Henric? - preguntó, y luego negó. Hacer una redada en un sitio así, una masacre... Miró a Brenda, y luego a Archivald - ¿Cómo fue la masacre?

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11/02/2011, 17:41
Danielle Archer

Era en esos momentos de sociabilidad y charla en los que no era capaz de acordarme cuánto tiempo había pasado lejos de la civilización, pero casi podía decir que más del que debiera porque apenas comprendía unas palabras de lo que decían, pues ni sabía quiénes era las personas de las que hablaban ni entendía lo que decían de libros que escribiera seguramente alguien famoso...

- O toda esta gente es muy culta o yo empiezo a sentirme como muy fuera de lugar..

Aquello no era lo mío y volvía a estar de nuevo allí quieta, sin nada que hacer a parte de escuchar, pues ni siquiera tenía nada interesante que añadir a la conversación y comenzaba a impacientarme el tener que estar así.

- Quizás tengan razón y este trabajo no fuera a ser para alguien como yo... Me gustaba la acción y ahora me sientía como cuando estaba en la universidad y hablaba en alguna ocasión con ese grupo que siempre tenía algo sobre lo que discutir y pensar y yo miraba por la ventana pensando en que prefería dormir la siesta subida al árbol del jardín.

- Así es la vida..

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11/02/2011, 23:26
Light Artisan

 

El panfleto es simplemente un panfleto normal y corriente impreso en papel barato.

Marca el Capítulo XIV del libro: Del fetiche a la higiene.

"CHAPTER XIV. FROM FETICH TO HYGIENE.

I. THE THEOLOGICAL VIEW OF EPIDEMICS AND SANITATION.

A very striking feature in recorded history has been the recurrence of great pestilences. Various indications in ancient times show their frequency, while the famous description of the plague of Athens given by Thucydides, and the discussion of it by Lucretius, exemplify their severity. In the Middle Ages they raged from time to time throughout Europe: such plagues as the Black Death and the sweating sickness swept off vast multitudes, the best authorities estimating that of the former, at the middle of the fourteenth century, more than half the population of England died, and that twenty-five millions of people perished in various parts of Europe. In 1552 sixty-seven thousand patients died of the plague at Paris alone, and in 1580 more than twenty thousand. The great plague in England and other parts of Europe in the seventeenth century was also fearful, and that which swept the south of Europe in the early part of the eighteenth century, as well as the invasions by the cholera at various times during the nineteenth, while less terrible than those of former years, have left a deep impress upon the imaginations of men.

From the earliest records we find such pestilences attributed to the wrath or malice of unseen powers. This had been the prevailing view even in the most cultured ages before the establishment of Christianity: in Greece and Rome especially, plagues of various sorts were attributed to the wrath of the gods; in Judea, the scriptural records of various plagues sent upon the earth by the Divine fiat as a punishment for sin show the continuance of this mode of thought. Among many examples and intimations of this in our sacred literature, we have the epidemic which carried off fourteen thousand seven hundred of the children of Israel, and which was only stayed by the prayers and offerings of Aaron, the high priest; the destruction of seventy thousand men in the pestilence by which King David was punished for the numbering of Israel, and which was only stopped when the wrath of Jahveh was averted by burnt-offerings; the plague threatened by the prophet Zechariah, and that delineated in the Apocalypse. From these sources this current of ideas was poured into the early Christian Church, and hence it has been that during nearly twenty centuries since the rise of Christianity, and down to a period within living memory, at the appearance of any pestilence the Church authorities, instead of devising sanitary measures, have very generally preached the necessity of immediate atonement for offences against the Almighty."

600 páginas de esta guisa, en Proyecto Guttenberg

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12/02/2011, 00:20
Brenda Farrow
Sólo para el director

Notas de juego

¿Me suena Locksley Fellow? ¿Tengo amistad con el profesor o con su hija?

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12/02/2011, 00:29
Light Artisan

Notas de juego

La Señorita Cowles es muy popular entre los alumnos. MUY popular. Conoces a ambos, suelen cenar en el Graffton Dinner, cerca de la Estación. No te sería difícil encontrar su dirección y su teléfono, al menos el de su despacho en la Universidad.

"Locksley Fellow de Esotérica Polinesia" creo que es una traducción algo terrible de lo que entiendo que debería ser "Cátedra Locksley de Esoterismo Polinesio". Y necesitarías al menos un 60% en Antropología para saber algo del asunto.

Le daré un tirón de orejas a Zjordi. 

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12/02/2011, 12:18
Brenda Farrow
Sólo para el director

Notas de juego

XDDD Ok a "todo"

Brenda da los pasos para tener un encuentro con ellos, ni que sea telefónico. Decide tú si se rolea, o si no te interesa por una cuestión de sincronía/tiempo con el resto antes de subir al Mauretania.

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13/02/2011, 22:43
Light Artisan

Notas de juego

 Puedes hacer una llamada desde el Hotel y tenerlo todo resuelto para mañana por la mañana, seguramente.

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13/02/2011, 23:00
Brenda Farrow
Sólo para el director

Notas de juego

Ok. ¿Y la carta manuscrita?

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13/02/2011, 23:20
Light Artisan

Notas de juego

 Akrabu está un poco Out. Y la carta no es manuscrita, es mecanografiada (Error por contestar desde el curro sin la apropiada documentación a mano. Tengo que corregir la referencia.)

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14/02/2011, 21:09
Henric Larsson

El artista se encontraba ajeno al resto de objetos que el padre MacConlom había dejado sobre la mesa, y leía con suma concentración la carta que tenía entre las manos hasta que concluyó su lectura en el preciso momento en el que pronunciaban su nombre.

-Ni lo uno, ni lo otro Mina. Dijo Henric. No es de Elías, está dirigida a él por una tal Miriam Atwright, notificándole de que cierto libro que quería nuestro amigo, ya no está a disposición de una colección a la que hace referencia esta mujer, pero que muy posiblemente, la información que Elías deseaba encontrar en él, la pueda encontrar en otros volúmenes.

Henric procedió a leer la carta, tal y como Brenda se lo había pedido.

 

Cita:

Apreciado Sr.Elías:

Por desgracia, el libro por el que se interesaba ya no se encuentra en nuestra colección, pero la información que busca puede posiblemente encontrarse aquí en otro svolúmenes. Si tiene a bien ponerse en contacto conmigo a su llegada, estaré encantada de poderle ayudar en la busqueda. Reciba un cordial saludo.

- Y tras esto, viene la firma de esa tal Miriam. Concluyó Henric, dejando la carta en medio de la mesa a la vista de todos, para que el que quisiera pudiera leerla por si mismo. ¿Que deciáis de que Penhew era un masón?

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14/02/2011, 23:27
Brenda Farrow

-Pues eso me ha dicho un viejo amigo de mi padre, alguien bien informado...

Brenda se levantó y se apartó un poco, yéndose hacia el mostrador donde un empleado del Hotel estaba, al parecer, preparando algo.

-Por favor, ¿podría decirme dónde puedo hacer una llamada telefónica...?

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15/02/2011, 12:48
Danielle Archer

No podía hacer otra cosa que intentar almacenar todos los nombres y datos en mi cabeza y eso, ya era bastante trabajo como para intentar aportar alguna idea, que ni siquiera se me hubiera ocurrido.

De todas maneras, lo que sí que parecía era que íbamos a tener que buscar esa información y echarla un vistazo. Al parecer nos faltaban demasiados datos como para poder llegar a alguna conclusión, pero al menos se veían caminos por los que poder continuar.

Me quedé pensando unos instantes en cuántas cosas habían pasado y al menos a mí, cuantas muchas se me escapaban, pero esperaba que con algo de tiempo pudiera solucionarlo, al menos, el caos de información que había dentro de mi cabeza.

Por el momento, anotaba todo lo que me parecía importante, esperando que no se me olvidase cuando de verdad me hiciera falta.

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15/02/2011, 21:41
Light Artisan

El camarero te deja un teléfono que saca de debajo de la barra y un listín de Nueva York. Tras un par de consultas con la centralita, consigues localizar al Prof. Cowles

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15/02/2011, 23:30
Llamada

- ¿Si? ¡Dígame! 

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16/02/2011, 07:19
Brenda Farrow
Sólo para el director

-Anthony, ¿cómo está? Soy Brenda, Brenda Farrow. No estoy en Arkham, sino en New York, como usted, y he visto que ha dado una conferencia en la NYU. Me preguntaba si podría recibirme y charlar un rato, hay algo delicado que quisiera comentarle. Necesito su ayuda, o sus conocimientos por lo menos profesor...

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21/02/2011, 06:05
Mina Mordaunt

Mina asintió a Henric, aunque luego pareció negar por su equivocación, o por lo que fue a decir luego.

- Debería haber preguntado en la universidad por esos nombres... se me pasó hacerlo. Ahora bien esto... el capítulo que está marcado intenta abordar las epidemias y los métodos de salud y sanidad desde un punto de vista teológico. En los primeros dos párrafos expone lo que creo que sostendrá en el resto... sostiene que el mundo ha conocido grandes epidemias, pestes, fatales y documentadas a lo largo de su historia, y luego sostiene que desde el principio de las civilizaciones, los hombres se han sentido inclinados a ver en estas epidemias y pestes la maldad o la ira de dioses, o entes sobrenaturales desconocidos. Que aún hoy, en el siglo veinte, el cristianismo sigue respondiendo a las pestes no apuntando a tomar medidas sanitarias si no a la necesidad de pedir perdón y hacer las paces con Dios, retirar las ofensas, como forma de parar lo que sucede. 

Mina miró a sus acompañantes, una mirada en abanico que pareció tantear cuánto les importaba, y si realmente se les ocurría que había algo importante en ello.

- Los antropólogos sostienen que es intuitivo para el hombre asociar algo que no comprende o que no maneja con la existencia de un ser superior. Es un reflejo del propio egocentrismo de nuestra raza, incluso en momentos primitivos, sigue una cadena de pensamiento que observa la posición dominante del hombre respecto de los animales, el cómo el hombre domina y cambia su entorno sin que los animales involucrados entiendan qué pasa ni cómo lo hace. Entonces, le resulta intuitivo llenar el vacío de su ignorancia respecto de qué es lo que sucede con ciertas cosas pensando que son obra de un ser superior a él. Y le reverencia y le teme, primero porque no sabe cuáles son sus poderes... segundo, porque cree que es un ser a su imagen y semejanza, y sabe perfectamente de lo que es capaz. Quizás...

Frunció los labios un momento.

- Es una hipótesis, nada más. Pero el conocimiento de que realmente fue una fuerza superior la que ha desatado alguna de las grandes pestes de la humanidad, o la creencia de que ese conocimiento existe y se posee, sería algo por lo cual una secta estaría dispuesta a aglomerarse, matar o morir.

Cerró el libro, poniéndolo sobre la mesa para ofrecérselo a alguien que quisiera leerlo.

- Puedo intentar averiguar de qué fue exactamente la charla, si hago un llamado ahora, quizás... quizás eso pudiese darnos una idea de qué estaba en la mente de Elías cuando vino para aquí. Y también puedo intentar averiguar si en el ambiente académico la remitente de esa carta es conocida... veo el logo de Harvard allí. Trataré de echarnos un cable.

Se levantó, pero al mirar hacia la barra, vio que Brenda continuaba allí hablando. Así que se sentó, y sonrió.

- Bueno, cuando Brenda termine lo suyo... 

Notas de juego

Pues eso, Mina se lía a intentar conseguir información al respecto, tirando de sus contactos académicos y de los del profesor Landgrave.