Partida Rol por web

Los invitados se sentaron y tras los cumplidos y las presentaciones, pidieron algo de cenar. Tras ponerse al día con Brenda y explicarle al resto los muchos viajes a Australia que habían realizado con una u otra Universidad, y de lo difícil que resultaba conseguir financiación, el Profesor Cowles pasó al tema que todos estaban esperando.

- Así que al parecer un amigo suyo te habló de mi, Brenda. ¿Quién era?

-No fue exactamente así, Anthony. Verá, entre sus pertenencias encontramos un folleto de su conferecia acerca de los Ritos Oscuros de la Polinesia. Por eso suponemos que fue a verle, que asistió a ella. Se trata de un conocido escritor de temas similares, Jackson Elías. Y, como ya le dije, lo malo del asunto es que Jackson ya no está entre nosotros. Fue brutalmente asesinado, posiblemente por una secta. Y nosotros, que somos sus amigos, estamos intentando hallar respuestas a su caso. Seguimos todas las pistas que podemos encontrar... como ese folleto...

- Oh, vaya. Lo siento mucho. Me temo que no conocía al señor Elías. Cuando me mencionó su nombre por teléfono no caí en quién era. Si que tengo varios de sus libros, unas lecturas de lo más interesantes.

Hizo una pausa y lanzó una significativa mirada a su hija, al otro lado de la mesa. La joven asintió, un leve movimiento que fue correspondido por su padre.

- Díganme... ¿Elías fue asesinado con veneno? ¿Su cuerpo estaba cubierto de pequeñas heridas punzantes?

-No. Su muerte fue brutal, estaba con el vientre abierto de lado a lado, con las entrañas fuera, bañado en su propia sangre. Por eso creemos que fue un asesinato ritual, o algo parecido. Y por la marca que le pusieron en la frente. Una especie de flor... algo así...

Y dibujó con el dedo sobre el mantel la silueta de la marca.

-Hay una africana detrás de esto, una mujer. Y otros asesinatos anteriores, nueve en total según la policía...

Archivald permanecía en silencio mientras recordaba cuando entraron en la habitación y hallaron el cuerpo sin vida. Una mueca de incomodidad se dibujo en su rostro al no poder evitar el miedo que paso en ese momento pues hasta ese momento no había visto tan de cerca un hombre muerto y más aún que hubiera muerto tan recientemente. Lo más que había visto era animales muertos así como algún familiar o vecino en su entierro.

Al observar la extraña marca dibujada por brenda se puso a recordar los otros caso que el teniente poole de la policía había nombrado por si en esos casos había habido indicios de uso de veneno.

Salvo por el disfrute que aquella perturbadora presencia femenina pudiese acarrear, Nick determinó pronto que aquel careo sería un esfuerzo vacuo. El simple hecho de que aquel erudito pudiese tener conocimientos sobre las prácticas y ritos de los indígenas de medio mundo no implicaba que fuesen a estar más cerca de los asesinos del pobre Jackson. Seguro que si exponía su pesimista visión de aquella entrevista todos le recriminarían su falta de visión pero en aquellos momentos no estaba para una clase de antropología.

No... un antropólogo poco ayudaría para resolver un caso como aquel. Podría servir de guía sobre como prepararse psicológicamente a la hora de tratar con hordas de fanáticos africanos pero poco más. ¿Qué tipo de monstruosidades eran esperables? Seguramente las peores. Seguramente algunas a las cuales ni siquiera un detective como él, acostumbrado como estaba a lo peor de una ciudad tan sucia y corrompida como Nueva York, podría prepararse ni estudiándose dos Doctorados en Historia y Humanidades.

Sin embargo si disfrutaba del momento. La joven hija del erudito era una delicia y Brenda... la maravillosa Brenda... resplandecía como una luciérnaga cuando dirigía elocuentemente la conversación, bajo aquella bruma de melancolía, tristeza y fatalidad que envolvía el grupo. Nick la observaba divertido, de forma descarada. Con el gesto de ternura que tendría un hombre en la graduación de su hijo. Le gustaba tenerla cerca... en aquella locura.

Ausente como estaba se le coló en la retina la imagen del cadaver de Jackson. Su vientre abierto... su expresión de intenso dolor... la marca...

- Fue torturado... - dijo casi de manera inconsciente. Una vez se dió cuenta de que sin pretenderlo había centrado por un instante toda la atención decidió completar su razonamiento. - Jackson Elias fue torurado antes de que lo abriesen en canal... como un animal. Su gesto estaba contraído en una horrible mueca. No lo apuñalaron mientras dormía. Se ensañaron con él... y luego lo mataron.

Sus palabras probablemente pecaron de exceso de grafismo. Pero si aquellos dos habrían de ayudarles, lo mejor era ir al grano... rápidamente y sin milongas.

- Vaya... Vaya, lamento oír eso. Pensé que quizás tuviera que ver con el motivo de mi charla: El Culto de la Oscuridad. Pero no, no se parece en nada, excepto, claro, que se trata de un asesinato ritual.

-Supongo que no recordará que nadie se le acercara a hablar o a preguntarle algo fuera de lo común... o que algo raro ocurriera en su conferencia. Porque es lo único que me queda por intentar acerca de Jackson, en relación con su folleto. El folleto, por cierto, lo encontramos dentro de un libro. ¿Quién lo tiene...? ¿Archie...?

- ¿El culto de la Oscuridad...? - Apostilló el detective interesado. Realmente, a lo largo de su vida había visto cosas bastante desagradables y, aunque uno no era especialmente piadoso sí le costaba creer que había gente en el mundo adorando a satanás y cosas por el estilo. Pero quizá aquella situación, la muerte del pobre Jackson y todo lo que se les venía encima, hacía que no pudiesen descartar ninguna opción.

- ¿Se refiere a sectas adoradoras del diablo y cosas así? Umpf... no digo que no sea una opción que a todos se nos ha pasado por la cabeza pero, me pregunto qué es lo que tienen que ocultar y cuan ferviente es su deseo de ocultarlo como para viajar por medio mundo para acabar por asesinar a un tipo en una habitación de Hotel a plena luz del día.

El aire de suficiencia del detective era casi enervante y, aunque en ningún caso pretendía que el profesor y su más que encantadora acompañante se sintieran ofendidos, sí sentía cierto hartazgo de la sensación de estar ante otro callejón sin salida. Tomó una densa bocanada de aire a la vez que daba una calada a su cigarro. Tal vez así se calmaría un poco.

- Sectas, sicarios o como quiera... pero la cuestión no es quien. Es más bien por qué.

El hombre parecía más serio. Por un momento su rostro se convirtió en una máscara infranqueable.

- No, querida. Nadie me preguntó nada inusual. Los habituales compañeros de facultad, algunos colegas de otras instituciones a los que no conocía... No fue muy concurrido. Una lástima.

Entonces se volvió hacia el detective, la luz de nuevo en sus ojos.

- ¡Oh, nada de eso! Algo mucho mucho más antiguo, amigo mío. Quizás una de las primeras religiones del mundo que adoran al "demonio", pero no tiene nada que ver con nuestra concepción judeocristiana del bien y el mal. Verá, los ciclos míticos de la Polinesia se basan en "canciones", que son familias de mitos estructuradas de forma cronológica desde la creación del mundo, que surgió del agua. Dentro de sus tradiciones existen canciones, danzas y pinturas rupestres. La estructura de las tribus repite las estructuras de Familias presentadas en las canciones, agrupándose en filums tribales relativos a ancestros. Cada uno de estos filums se emparenta con un Dios-Espíritu, que protagoniza su ciclo de canciones. Es fascinante que cada ciclo sea conservado por una Tribu concreta, y que sólo aparezcan menciones a los ciclos míticos los Espíritus de las tribus limítrofes. Esta particularidad ha sido realmente nefasta con las recolocaciones de la tribus y la desaparición de muchas de las que habitaban el Golfo de Carpentaria. Una verdadera lástima. Por suerte, en el Territorio del Noroeste aún quedan filums enteros, aunque es realmente complejo estudiarlos: Los aborígenes australianos son una gente orgullosa y mucho más inteligente de lo que los colonizadores creían. Y no se dejan engatusar facilmente: Ya conocen lo que hace el agua de fuego y los cigarrillos, y no se dejan engañar. Tienes que construir una relación de confianza con ellos desde cero, pero una vez conseguida, te dan plena participación con el grupo. Lo positivo es que aprendes sus rituales desde el principio: La iniciación, los ritos de aprendizaje... ¡Todo!

- Ejem... Papá... 

- ¿Eh? ¿Qué? ¡Oh, si! El Culto de la Oscuridad, si. Perdonen pero es que es un tema tan fascinante... Una vez existió entre los aborígenes una secta de adoradores del murciélago. Por extraño que parezca, era conocida en diferentes partes de Australia y el dios siempre recibía el nombre de Padre de todos los Murciélagos. Los adeptos creían que haciendo sacrificios humanos a su dios, ganarían el suficiente poder como para merecer que se les manifestase. Si podían persuadir o seducir al dios y hacer que éste se les apareciese, sería el conquistador de toda la humanidad. Los sacrificios se llevaban a cabo con los adoradores dispuestos en hileras, entre las cuales debían correr las víctimas, que eran golpeadas con garrotes provistos de afilados dientes de murciélago recubiertos de una sustancia derivada de los murciélagos enfermos de rabia; este veneno era de acción rápida, pero parece ser que las víctimas se volvían locas antes de morir. Se dice que los jefes de la secta tenían el poder de convertirse en serpientes provistas de alas de murciélago, lo que les permitía conseguir víctimas a lo largo y ancho de la región. Es un culto desaparecido ya, pero cuando me dijeron que su amigo Elías había sido asesinado de forma ritual... Bueno, pensé que podría ser.

Hace unos meses llegó a mi poder un diario. Al parecer era de un tal Arthur MacWhirr de Port Hedland, en el Territorio del Oeste. Mac Whirr hace referencia a muertes de víctimas con centenas de pequeñas punciones, lo que las relaciona con la ancestral Secta del Murciélago de la Arena. Además, incluía varias fotos que traje para la ponencia, donde se ven enormes restos megalíticos en el desierto de Gibson. Mi serie de ponencias estában encaminadas precisamente a conseguir dinero para organizar una expedición a dicho lugar. Al parecer, puede estar relacionado con la Ciudad Subterránea construida por los Dioses de la que surgió el Padre de Todos los Murciélagos.

La joven sonrió mientras su padre continuaba su imparable verborrea. Sacó de su bolso una foto ampliada y la dejó sobre la mesa:

Archivald escuchaba en silencio pues la conversación era demasiado aburrida para él. Tan solo mostró interés en la parte de la secta sobre el culto a la oscuridad pero no tardo mucho en perder de nuevo el hilo de la conversación.
Cuando la bella eva les mostró la fotografía se puso en pie para tomarla, tocando accidentalmente su mano con sus fuertes dedos.

¿Puedo verla? - al notar el contacto con la mano de eva - Perdón... ¿Donde ha sido tomada esta imagen?

Las fotografías que Archivald había visto hasta el día de hoy eran de algunos fotógrafos viajeros que pasaron por texas a los que pudo contratar para hacerse un retrato familiar y poco más. Aunque en las ciudades había fotógrafos profesionales y por un módico precio se podían comprar no era algo que le interesará demasiado.

- En el Desierto de Gibson, o eso creo. Es difícil saberlo, pero siguiendo el diario de MacWhirr, creo que podría encontrar el sitio... si tuviera los fondos para organizar una expedición, claro.

el profesor suspiró, en parte por el cansancio y en parte por la decepción de no haber podido ayudar.

Vaya, ¿Y donde esta ese desierto? - pregunta archivald un poco avergonzado al desconocer la ubicación del lugar.

Con un interés relativo Brenda seguía la conversación entre el profesor y Archivald. Relativo, porque desde que se había dado cuenta de que no iba a poder ayudarles en su búsqueda de pistas que les llevaran a algún sitio con relación a la muerte de Jackson, había alejado su mente de los paisajes de la fotografía, y la había llevado casi sin querer a otro desierto, éste en África.

Por su imaginación cruzaban las imágenes de la expedición Carlyle, los sucesos que podían haberles ocurrido, y también, porqué no admitirlo, las imágenes de ellos mismos siguiendo sus pasos. Aunque, esperaba, con un final distinto...

De vez en cuando se disciplinaba para volver al comedor del Franklin, y a la cena. Y a sus invitados, que, después de todo, estaban allí por ella. Finalmente sonrió, y con un imperceptible suspiro se dispuso a aguantar conversación hasta que fuera el momento de retirarse educadamente y sin ser descortés.

Mina se había llamado a silencio. Observaba a los interlocutores de la conversación que se daba sobre la mesa con interés, atención y sin perder ni un resquicio del hilo que iban desenrollando lenta y vigorosamente entre todos. Poco de lo que contaba el profesor la extrañaba. Reconoció en sus palabras mucho de lo que ella misma recordaba haberle dicho o sugerido a los demás. Sin embargo, atendió a todos los detalles con el mayor oído crítico que tenía, tratando de tender asociaciones a través de sus propios conocimientos, tender los hilos que podían ir desde lo que había sucedido con lo que podía estar indicando el profesor.

Sonrió quedadamente, y luego con mayor intensidad, al ver cómo el hombre se alejaba por las ramas a caballo de su propia emoción y ansiedad. Recordó al profesor Landgrave, pero más aún, recordó a su padre. La descripción de la locura hizo vacilar su sonrisa, la atenuó, pero no logró que la perdiese. Había demasiadas cosas que no sabía y que tampoco tenía a quién preguntar, había muchas hipótesis que no había podido contrastar nunca. Trató de centrarse de nuevo en lo que estaba sucediendo, y por el rabillo del ojo creyó reconocer un gesto gastado, de resignación por parte de Brenda. Le dedicó una breve sonrisa, simple.

- Si es el desierto de Gibson... Es en Australia - dijo Mina, volviendo la mirada a Archivald. Su voz debió sonar extraña, hablando por primera vez desde aquel momento lejano en el cual se había presentado a los desconocidos. Giró hacia ellos, sonriéndoles suavemente, pero había adoptado una expresión seria, de conocimiento - Es posible que no se trate de la misma secta, salvando las distancias, profesor. Aún así, su conocimiento de la estructura de la secta podría ayudarnos a aproximar un poco a esto. Ha habido un asesinato ritual, pero más me resulta a mí que ha sido un acto de castigo que un acto de sacrificio, como puede pasar en la secta que estudia. El ensañamiento ha sido aquí demasiado cuidado, y el significado simbólico lo desconozco, pero no se me escapa la intención y el mensaje que tiene al haber sido dejado sobre la persona asesinada. ¿Qué opina sobre ello? 

 - No lo sé, señorita. Mi especialidad son las tribus aborígenes australianas. Es... lo siento, me temo que no serviría de ninguna ayuda. Lo siento de veras.

La mirada perdida de archivald indicaba que estaba pensando en algo, por instinto se llevo la mano a la boca pero no tenía encendido ningún cigarro así que tras sonreír al descubrir que sus dedos estaban vacíos tomo la palabra para romper el silencio.

Bueno, no creo que una tribu africana y una tribu australiana estén muy relacionadas pero no olvidemos que también tenemos indicios de actividad en Egipto por lo que si que podría haber alguna relación. El teniente Poole de la policía nos conto en relación al signo que le hemos enseñado que pertenecía a una secta africana que venía operando en los EEUU desde hace unos 15 años y que consultaron a un experto del museo de historia natural experto en religiones que solo les pudo decir que dicho símbolo podría ser anterior a los egipcios. Lo que quiera significar eso, claro.

Me temo que ahora mismo no podemos servirle de mucha ayuda en ese proyecto de expedición pero más adelante, si la salud y otros compromisos no lo impiden, estaría dispuesto a acompañarles al desierto del Gibson.