Partida Rol por web

Las máscaras de Nyarlathotep

2.2 Londres - Fundación Penhew

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08/05/2011, 20:44
Light Artisan

 

La Fundación se encontraba en un edificio victoriano, a unas 2 millas del Hotel Midlands (unos 3 km). Fue difícil conseguir un taxi, pero una vez conseguidos dos vehículos, el grupo pudo desplazarse cómodamente en los amplios coches negros. Cerca del pequeño pero poco discreto edificio de la Fundación se alzaba el complejo neoclásico del British Museum. La calle era una concurrida arteria entre los barrios de Boomsbury y el Soho, cerca de Oxford Street: Coches y camiones de reparto circulaban por ella, y los peatones, armados con paraguas, caminaban de un lado a otro. Tiendas, cafés y bancos se alternaban. La neblina y el cielo gris deslucía las fachadas y los árboles desnudos que flanqueaban las calles.

Una escalinata llevaba hasta la puerta dorada de la Fundación Penhew. El edificio destacaba entre sus vecinos por su antigua fachada y por ser el más bajo de la calle, apenas planta y piso. Los grandes ventanales estaban oscuros.

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09/05/2011, 09:47
Nick Stolze

Nick llevaba un buen rato callado. La jaqueca incipiente comenzaba a desaparecer gracias al analgésico que había tomado en el Hotel y, porqué no decirlo, gracias también a haber abandonado aquel cargante ambiente de la cafetería repleta de tapices, moquetas, lámparas victorianas y demás aditamentos barrocos y molestos. Sin embargo el mutismo del detective tenía otras connotaciones... algo le rondaba por la cabeza. Había mucho por hacer, muchas puertas a las que llamar y la Fundación Penhew parecía que sólo era la punta del iceberg. Esperaba que los británicos del grupo pudiesen tirar de contactos para seguirle la pista a la expedición Carlyle. Pero no fue así, el tal Nathanian no parecía mostrar demasiado arrojo a la hora de remover estiércol para encontrar respuestas y Mina... bueno, quizá ella tuviera excusa al llevar tantos años lejos de su Gran Bretaña. 

Lo que estaba claro era que Nick se encontraba como un pez fuera del agua. Londres no era su territorio. Allí no podía tirar de "gente que le debe un favor" o de "conozco a un tipo que conoce a un tipo". Allí era un mero observador. Y eso era precisamente lo que iba a hacer. No perder detalle de nada.

Los taxis avanzaron por las calles de la capital británica con asombrosa rapidez. El detective esperaba otra urbe populosa, deshumanizadora y maravillosamente llena de vida como Nueva York. Pero los ingleses parecían ser... de otra pasta. No había atascos ni cláxons sonando contínuamente. La gente era pesadamente cívica en aquel lugar.

Y con todo esto seguía callado. No era habitual... no era un tipo prudente precisamente. De hecho en los últimos días ya había cumplido su cuota de comentarios desafortunados por lo que prefirió seguir callado. Calladito estás más guapo...

- Es bonito este lugar... - dijo sin convencimiento cuando se bajó del taxi a las puertas del edificio de la Fundación... como una entradilla barata a un comentario menos bienintencionado. - ¿Tenemos cita? Apuesto a que escurren el bulto para recibirnos.

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10/05/2011, 10:19
Brenda Farrow

-No, no tenemos cita, me temo. Pero bien, si hay que tenerla, vamos a concertarla, no hay problema. ¿no te parece? El nuevo director no tiene motivo alguno para no recibirnos, siendo que venimos avalados por la Familia Carlyle, y tenemos una razón poderosa para verle. En fin, si pone pegas, va a ser una sorpresa.

El edificio era imponente, pero como todos los edificios de la ciudad, que rezumaban solera y seriedad por los cuatro costados. A Brenda, con su manera de ver las cosas, aunque le gustaba el estilo, no podía dejar de encontrarlo... rancio. A ella le iba mucho más el aire moderno de New York, con sus rascacielos imponentes, y su aire modernista. Como ese impresionante proyecto que estaban ya construyendo, el Chrysler.

Sin pensarlo dos veces empujó el gran portalón. Era de esperar que estuviera abierto, después de todo una Fundación Cultural no dejaba de ser un ente público.

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10/05/2011, 16:40
Nathanian Moore

El escritor salió del taxi refunfuñando mientras se apoyaba en su bastón.

- Un taxi, estós americanos, cualquiera diría que no saben caminar como es debido...

Se detuvo frente al edificio, notando como los ojos de Brenda recorrían la fachada.

- ¿Magnífica, verdad? Apenas se ven edificios de este porte al otro lado del Atlántico. Londres es una maravilla para aquellos que disfruten de la arquitectura: Iñigo Jones, William Henry Barlow, Christopher Wren, John Nash, Nicholas Hawksmoor, y por supuesto, el maravilloso Royal Albert Hall de Francis Fowke. Imagino que nuestra querida Mina estará encantada de estar aquí.

Nathan parecía de muy buen humor, pese al frío y a la niebla, y fue el primero que, a paso lento, comenzó a subir los escalones que llevaban a la puerta.

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10/05/2011, 19:31
Henric Larsson

-Desde luego. Le respondio Henric a Nathanian. El arte es arte en mucha facetas, y todas ellas son perfectamente disfrutables a su manera y medida, aunque no soy un gran experto en este tema, si que entra dentro de mis intereses artísticos.

El hombre volvió a abstraerse observando el edificio mientras los otros terminaban de salir de los taxis, y regresó a la realidad en cuanto Brenda apareció en su campo de visión empujando la puerta de entrada al edificio.

-¿Qué habeis dicho? Preguntó. Ah ya, claro. Bueno, tendremo tiempo para estar aquí, y en caso y la necesidad de una cita previa no será más que una pequeña molestia para nuestra "curiosidad", jeje. Bromeó, pero era sincero sobre ello. La curiosidad por saber más al respecto de lo ocurrido con Elías, era algo que había empezado a moverlo con más fuerza que la simple venganza por esclarecer su muerte.

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10/05/2011, 23:00
Danielle Archer

Me mantuve el camino en silencio, observando aquella ciudad terriblemente gris y lúgubre desde las ventanillas de aquel taxi, pensando que en una ciudad así, mi trabajo sería más bien escaso, pues aquí mis conocimientos tampoco servirían de mucho, pero si al menos conseguíamos la información que requeríamos ni tan mal.

Iba perdida en mis cosas cuando aquel taxi paró y hasta que el primero de mis compañeros bajó de él no me di cuenta de que era el momento idóneo para que yo hiciera otro tanto y no me demoré más, poniendo los ojos en aquel edificio victoriano en cuanto estuve de nuevo al aire libre.

- Un edificio precioso. - Murmuré más para mí misma que para el resto, aunque en seguida presté atención a las palabras de mis compañeros y asentí. Con todos los que íbamos y las pintas de extranjeros que teníamos la mitad, quizás hasta tuviéramos suerte y nos recibieran en seguida, aunque estas cosas no siempre funcionan de una manera tan sencilla.

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11/05/2011, 01:14
Archivald Kirkham

Archivald era un hombre de campo acostumbrado a montar a caballo y dormir al raso pero estos últimos años disfrutando de los placeres de la vida le habían cambiado. Ahora miraba lo que le rodeaba con otros ojos, su vista se iba de un monumento a un vehículo pasando por las piernas de alguna joven señorita inglesa mientras meditaba que quedaría bien en su rancho de todo lo que veía.

Al bajarse del taxi y una vez lejos del oído del taxista pudo alzar la voz para comentar algo que llevaba tiempo queriendo salir al exterior.
Estos ingleses... ¿Por que conducen al contrario que nosotros? Al principio me he puesto nervioso temiendo por nuestra vida pero luego me he dado cuenta de que aquí todos conducen al revés
- pregunto con voz sincera y despreocupada.
Por cierto, ya que Harry* se encontraba mejor le enviado a hacer un recado. Supongo que luego sabremos como le ha ido y él mismo podrá poneros al día sobre lo que se me ha ocurrido.

Notas de juego

* Harry es ese alegre hombre de color que venía conmigo hasta que le dispararon dejándolo postrado en cama.

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12/05/2011, 19:58
Light Artisan

En contraste con la fría y brumosa calle, el edificio de la Fundación era agradablemente cálido y acogedor. Madera y ladrillo conformaban la decoración, junto a discretas placas con los nombres de diversos benefactores e instituciones. Un portero con librea abrió las puertas al grupo y les dio la bienvenida, recogiendo abrigos y paraguas.

Tras un escritorio alto se sentaba un joven apuesto y bien vestido.

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12/05/2011, 20:20
Recepcionista

- Buenos días, bienvenidos a la Fundación Penhew, ¿en qué puedo ayudarles? 

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14/05/2011, 17:24
Archivald Kirkham

Buenos días - responde cordialmente archie con una sonrisa en el rostro y retirandosé su sombrero de la cabeza y dandoselo también al portero. Aunque me parece que según la climatología de este país realmente hoy si que hace un buen día, ¿Me equivoco caballero?

Tras el chascarillo para romper el hielo archie se acerca al recepcionista y saca de su chaqueta una pequeña biblia de la procede a extraer una hoja debidamente doblada y protegida con un plástico.
Bien, aún esta bien conservada, tras un viaje tan largo no estaba seguro de que llegará en buen estado... Perdón, no me he presentado, me llamo Archivald Kirkham y junto con mis amigos venímos buscando la fundación Penhew en relación con una investigación que estamos realizando sobre la expedición Carlyle - mientras tanto archie extiende la hoja para que el muchacho pueda verla pero se fija en la expresión de su cara al mencionar dicha expedición. Esto que tiene delante es una autorización por parte de la señorita Carlyle para investigar dicho asunto. Por favor, hemos tenido un viaje muy largo, ¿Podríamos hablar con la persona que este a cargo para que nos autoricen a examinar sus archivos sobre dicha expedición?

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15/05/2011, 13:50
Brenda Farrow

Brenda se quedó en segundo plano, admirando la sobriedad del interior de la Fundación que, a pesar de esa característica, y de un modo que sólo los británicos conseguían aunar a la perfección, no daba sensación de frialdad, sino al contrario, de lujoso bienestar. Madera y ladrillo, colores cálidos, un ambiente de tranquilidad y silencio, y una actitud cordial, esa era la etiqueta de los mejores clubes de la bella Albión. Aunque, por supuesto, sólo lo sabía por boca de Nathan, puesto que todos ellos tenían en común ser estrictamente masculinos...

Ese pensamiento hizo que la americana tuviera que guardarse un pequeño mohín travieso. Pero no refrenó una mirada juguetona mientras Archie sacaba su "carta de presentación" y se ganaba al conserje, con su aire inequívoco de tejano genuino.

Sólo apuntó, tras las palabras de éste, y por detrás de su hombro:

-Oh, y también quisiéramos hablar con el actual director, por supuesto. El señor Gavigan...

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15/05/2011, 14:44
Danielle Archer

Mi compañero se adelantó en eso de las presentaciones, cosa que casi agradecí, ya que normalmente yo solía resultar quizás un poco brusca hablando y era mejor no llamar más la atención de lo que ya lo hacíamos por ir a cualquier sitio en un grupo tan numeroso como el que nos habíamos acercado allí. Si hubiéramos llevado un cartel en la mano que hubiera puesto " turistas " a nadie le hubiera sorprendido lo más mínimo al vernos. Precisamente turismo no hacíamos pero...

Observé a mi alrededor, aunque en donde estábamos lo más interesante que se veía era el apuesto recepcionista, al que sin duda, no me hubiera importado saludar con menos gente, pero ahora no tenía mucho tiempo para esas cosas.

- Una lástima, aunque es demasiado guapo como para no tener ya una mujer y un par de hijos al menos.

Si al final quienes me dijeron que ya estaba un poco mayor para dejar a mi antigua pareja iban a tener razón.

Por lo demás, a parte de mis pensamientos, intenté mantenerme allí quieta, intentando no llamar demasiado la atención de nadie y sin abrir la boca.

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16/05/2011, 05:18
Mina Mordaunt

Mina se había quedado afuera del edificio. Nathanian no había estado muy lejos de su observación, ni todo el viaje hasta ese lugar había transcurrido sin que se notara, en cada resquicio de la sonrisa de la inglesa, la melancolía y la alegría por partes iguales. Parecía algo distante, pero aclaró sonriente a cada uno de ellos que se debía al retorno. Hacía quince años, les dijo a algunos, los que compartieron el taxi con ella. Cada calle estaba llena de recuerdos, y cada cambio era para ella algo tan notorio como si le hubiesen apuntado con estrellas y focos. Sí, Mina estaba ligeramente perdida, pues no había modo de abstraerse a la catarata de memorias y de impresiones que tocaban sus manos, sus mejillas y su corazón. Quizás por eso había dejado que los demás fueran por su lado, y ella estaba aún allí, afuera, observando la fachada de aquel enorme edificio al que habían llegado.

Terminó por entrar, en absoluto segundo plano, mientras Archivald desplegaba todos sus encantos cálidos y personales, directos, contrastando con la austera sobriedad impersonal que desplegaba el recepcionista. Mina sonrió, pero inmediatamente se deshizo de su observación, pues el portero se acercó solícito a recoger abrigo y paraguas. El diálogo principal se daba lejos, y esa pequeña charla entre el hombre y Mina se dio en voz muy baja, cordialmente, sonriente, antes que ella se acercara al resto del grupo. Miró a Nathan, y le sonrió, con esa sonrisa que sólo dos ingleses podrían apreciar en su totalidad.

Se acercó al grupo, hasta quedar detrás de Archivald, que llevaba la voz cantante. Sonreía, y le sonrió al recepcionista tras saludarlo con un breve gesto al mejor estilo inglés. En el camino había pensado en un par de personas a las cuales llamar, luego que pudiesen saber el resultado de aquella pequeña expedición urbana. Sólo esperaba que continuasen estando donde estaban.

Notas de juego

Volviendo a las andanzas :)

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17/05/2011, 21:45
Archivald Kirkham

Mientras archie observaba la cara del recepcionista una idea se fue fraguando en su cabeza.

¿Me quedaría bien un bigote tan grande como ese? En las frías noches al raso debe estar bien tener algo de abrigo pero con mi insana afición al tabaco seguro que me acabaría quemando. Y además... en realidad es horrible. Ese bigote tan grande lo encuentro excesivo... dudo mucho que haya encontrado mujer alguna dispuesta a... bueno, dispuesta a "eso".

Por fortuna la voz de brenda le saco de su ensoñación e impidió que se le quedara mirando fijamente durante demasiado tiempo porque habría sido algo demasiado raro.

Cierto, el señor Gavigan. Si hubiera sido señorita no me hubiera olvidado de su nombre - responde jovialmente archie acompañando su chascarillo de un leve choque de dedos sobre la mesa antes de volver a sonreír.

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18/05/2011, 09:05
Nick Stolze

La gente en gran Bretaña tenía una extraña amabilidad casi sospechosa. O eso o el detective estaba mosca ante tanta cortesía... tanto "yes, sir"... tanto "please, mister" y tanta estupidez. Esa cierta hostilidad neoyorquina se echaba de menos como la relación de dos hermanos que no paran de pelearse. Ese tumulto constante no existía en Londres, aquí todo eran buenas maneras y cortesía... malditas buenas maneras.

Igual por eso Nick estaba preparado para cualquier respuesta negativa, cualquier mohín de disgusto al preguntar directamente por el mandamás de aquel tugurio forrado de maderas nobles. Seguro que si el recepcionista se ponía un poco tonto un buen tirón de ese repugnante bigote le ponía en su sitio. - Maldito imbécil... se cree elegante y caballeroso con esa ardilla muerta bajo la napia.

Con este pensamiento el detective descubrió para su propio asombro que no estaba de buen humor... y no sabía porqué.

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18/05/2011, 10:20
Recepcionista

El hombre leyó el papel que le entregó el tejano, devolviéndolo al poco.

- Por supuesto, señores. Avisaré al señor Gavigan enseguida. Si son tan amables de esperar en la biblioteca, enseguida les informaré.

Hizo un gesto al portero, que inmediatamente se adelantó, abriendo una de las amplias puertas, invitando a los investigadores a pasar a una espaciosa sala completamente flanqueada de libros, donde aguardaban unos sofás junto a las amplias ventanas que daban a Oxford Street.

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18/05/2011, 10:24
Light Artisan

Notas de juego

.

El Recepcionista no parece reconocer ni hace ningún gesto extraño al oir el nombre de Carlyle. Lee el documento por encima, la firma y la del abogado de Carlyle y nada más. Es todo cortesía.

¿Plástico? ¿Una funda de plástico? Andaqueeeeeeeeeee.... ¬¬

.

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18/05/2011, 13:35
Brenda Farrow

-¡Oh, Santo Cielo!

Brenda había entrado en la biblioteca a paso rápido, contenta de que no les hubieran pedido ya de entrada si tenían una cita con el director de la Fundación. Bien, podía ser que no les recibieran, pero aquello ya tenía buena pinta.

Y cuando llegó al centro de la gran estancia, casi inadvertidamente al estar sumida en su reflexión, se detuvo en seco, admirada.

Dio una vuelta completa alrededor de sí misma, con los ojos abiertos de entusiasmo, y luego se acercó a una de las paredes. Acababan de cruzar la puerta bajo un arco de madera, y enfrente tenían los ventanales a la calle. Pero el resto de muros, incluso alrededor de la puerta, eran de un atractivo extraordinario para una mujer como ella.

-¡Solo en Londres una encuentra algo así!

Efectivamente, la Sala estaba forrada de suelo a techo por estantes de madera tallada, repletos de tomos y tomos de libros, algunos realmente antiguos, con puertas acristaladas correderas protegiéndolos. El techo estaba artesonado, y un par de escaleras con descansillo, móviles, podían deslizarse por cada tramo de pared, para acceder a los volúmenes más altos.

Algunas mesas en el centro, con sillas a tono, y lámparillas de pantalla verde, para los estudiosos. Aunque también había algunos sofás Chester y lámparas de pie junto a ellos, para leer relajadamente.

El conjunto se redondeaba con una gruesa e inmensa alfombra de seda, persa sin duda.

-¡Magnífico!

Tomó un libro de la estantería más cercana, uno acerca de los principios arquitectónicos clásicos, se giró hacia Nathan y le guiñó un ojo, sonriente como una chiquilla.

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18/05/2011, 14:38
Danielle Archer

Era una pena que se fuera el que seguro sería el más interesante que podría encontrar en aquel lugar, pero habíamos ido para lo que habíamos ido, por lo que mis pensamientos estaban totalmente fuera de lugar. Eso sí, poco más tenía que hacer yo en un lugar como aquel, por lo que continuando sin decir nada, caminé tras los demás hasta aquella biblioteca.

No recordaba haber visto tantos libros juntos desde hacía mucho tiempo, quizás, serían obras muy interesantes, pero yo estaba acostumbrada a fijarme en aquellas a las que nadie le había echado la mano aún y que sabía que estaban ocultas a lo largo de toda la tierra.

- Quizás llevo demasiado tiempo en la civilización.

Podía habérmelo planteado antes de aceptar el trabajo, pero ahora ya estaba allí y había sido un viaje lo suficientemente largo como para no querer darme otro igual nada más llegar.

Fui hasta uno de aquellos sofás y me senté a esperar, pero tan sólo dos minutos me sirvieron para volver a ponerme en pie y acercarme a una de aquellas ventanas a ver qué era lo que se veía por ella, a parte del día tan sumamente gris que hacía.

- Es como tener que levantarte siempre triste si miras el cielo...