Partida Rol por web

Las nieblas de Mnemósite

Sasuke - II

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03/04/2010, 14:44
Sasuke Lancaster

Vaya, así que le interesa mi historia después de todo. Bueno, un desahogo no me vendrá mal.

- Yo era huérfano en Hong Kua, que es una de las ciudades más grandes de Phaion... aunque seguro que tú ya sabrás eso. Me ganaba la vida afanando lo que podía de los incautos que no cuidaban de vigilar su bolsa hasta que un día le robé al tío equivocado, en más de un sentido. Era un capullo de pelo blanco al que intenté asaltar en un callejón, pero el tío se libró de mi y me redujo al instante. Y entonces...

Joder, ahora viene la parte difícil.

- Entonces... no sé muy bien qué pasó... Es decir, el tío parecía todo dispuesto a darme una paliza y... Bueno, en ese momento algo le cambió en la cara, como si me conociera. Y aunque yo nunca le había visto, en aquel momento le reconocí, como si fuéramos colegas de toda la vida. Él me ayudó entonces a levantarme, me dijo que tenía que yo era un viejo amigo suyo reencarnado o algo así, y que tenía que estar preparado para... No sé. Me dio una moneda de oro y me advirtió que no fuera a buscarle hasta que estuviera preparado: que no apareciera por Dwänholf, que era donde decía que iba a estar.

Dios, qué descabellado suena. Y sin embargo, yo le vi... pero podía ser una cosa que hizo con su magia en mi mente. Joder, esta puta chorrada me vuelve loco cada vez que la pienso.

- Pasó una semana en la que los robos se me dieron bien, pero una noche Fred... uno de los tíos con los que compartía refugio, al que conocía del orfanato... me vino todo histérico, diciendo que había robado no sé qué piedra al Octavo Gremio. El Octavo Gremio es el que controla todo el crimen organizado del principado, y si jodes a los que ellos protegen te puedes dar por muerto. Yo no sabía de qué coño me estaba hablando Fred, porque me había cuidado mucho de no atacar a nadie así, y no tenía ninguna puta piedra en mis manos, pero como habían matado a otro de nuestros conocidos por ponerse chulo, le di a Fred una parte de mi dinero y le dije que huyera, e intenté tender una trampa a los que me perseguían en una posada. Resulta quew Fred fue quien les guió hasta mí, y la trampa no funcionó tan bien como yo esperaba, pero logré cargarme a uno de ellos y me escondí de los otros dos en un almacén.

Y tengo que acordarme: si vuelvo a ver a Fred, le tengo que abrir un tragaluz en las tripas, por Iscariote.

- Me quedé dormido en el almacén, y el tío del pelo blanco me encontró allí y me dijo que estaba en un buen lío, y que tenía que irme de la ciudad. Yo, que todavía estaba medio ido, le creí cuando me dijo que había pagado a un barco para que me llevara lejos. No me di cuenta hasta que fue demasiado tarde que el muy hijo de puta me había vendido como esclavo.

¿Pero por qué me miraba con aquella tristeza mientras el barco marchaba?

- Lo demás ya lo sabes: me vendieron en el mercado, me trajeron aquí con unas cuantas mujeres, incluyendo a otra ryuan que no hacía más que llorar, y un viejo, y me pusieron a trabajar tras marcarme como a una puta res.

Sasuke miró a los ojos de Samiya, notando la boca seca por el parloteo y preguntándose si no tendría que decir algo más.

- Esto... la verdad es que, bien pensado, no he sido un tipo muy bueno en mi vida, así que no me extrañaría que esto fuera parte de mi mal karma por vivir de robar a la gente. O sea, no es que crea que me merezco estar de esclavo, pero desde luego que me lo merezco esta puñeta bastante más que el resto.

Y mucho más que tú, sospecho.

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05/04/2010, 13:18
Samiya

-Si quieres un consejo, Sasuke: hazte imprescindible. Es la única manera en la que te aseguras de que este sea un lugar confortable. Yo me hice imprescindible por mi educación. El sultán me ordena copiar todas las cartas y documentos, y a veces me pide consejo. Seguro que tú tienes alguna habilidad en la que sobresalgas. Úsala, que te necesiten por ella, y gánate un nombre y una reputación. Así te aseguras de que cuiden de ti.

Samiya miró a Sasuke con resignación. No podía cambiar lo que era, pero podía intentar estar lo mejor situada posible.

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05/04/2010, 22:31
Sasuke Lancaster

Hacerse útil. Samiya venía a confirmar lo que él ya sospechaba sobre aquella mierda de vida. Venía a ser como cuando estudiaba en el orfanato y tenía que intentar sacar buenas notas en las clases; pero no demasiado buenas, para que Gourry y su pandilla no se fijaran en ti más de lo normal.

- ¡Vaya! Pues voy a tener que estrujarme la cabeza, porque de momento no se me ocurren talentos míos que no tengan que ver con aligerarle la bolsa a alguien, y no creo que el sultán tenga vacante un puesto de Sumo Carterista de Palacio para que yo lo ocupe.

Casi se echó a reír con su propio chiste al imaginarse vestido con turbante y túnica negros, rodeado por los esclavos con los que había llegado vestidos de manera similar, y arengándoles: ¡Salid, mi oscura legión de carteristas! ¡Salid a la noche, y en nombre del sultán: afanad, afanad, y afanad! ¡Y quien no aligere la bolsa a la primera, que la suelte ante la fría caricia del acero o el coscorrón de la cachiporra! Casi podía ver al viejo mirando dubitativo sus armas, a la mujer daevar contemplando con fascinación su daga, y a la muchacha llorona ryuan tropezándose con sus vestiduras cada dos por tres.

De repente se dio cuenta de que Samiya le estaba mirando como si acabara de sacarse un huevo de paloma de la boca (qué bueno era aquel truco cuando le salía). Debo de haberme sonreído al pensar en esa tontería, pensó. Hablando de lo cual...

- Ya que estamos... Llegué aquí con un hombre ya muy mayor, una mujer daevar muy orgullosa, una ryuan que no paraba de llorar y dos asher. No es que me quiera meter donde no me llaman, pero ¿sabes dónde les han asignado?

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07/04/2010, 17:00
Samiya

-El anciano ha sido designado como ayudante de los contables. Resulta que es todo un sabio. La daevar es posible que no lo consiga. Las heridas de los azotes que le dieron por intentar escapar se le infectaron y ahora se debate por la fiebre. En cuanto a las chicas, han sido llevadas para servir como damas de compañía a la sobrina del sultán. Al sultán no le agradan las esclavas de cama, y es una suerte.

Samiya se levantó y echó un vistazo a la ventana. Desde el despacho se veía el patio, el enorme jardín y el sol rojizo por el atardecer.

-Seguro que el sultán apreciará tus habilidades para lo que sea. Unas manos ágiles pueden servir para confeccionar tejidos, pinturas o cualquier otra forma de arte. O incluso, música. ¿No sabrás tocar algo? Al sultán le gusta mucho la música.

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08/04/2010, 23:37
Sasuke Lancaster

Vaya, menuda casualidad que Samiya mencionara eso. Sin darse cuenta, había tocado una de sus ilusiones de cuando era niño... antes de que la realidad le abriese los ojos a bofetadas.

- La verdad es que no sé nada de música, pero cuando estaba en el orfanato siempre me decían que tenía manos para eso, así que... si alguien me enseñara los primeros pasos, creo que podría hacerlo. Lo que sí sé hacer es malabarismos con las manos y cosas así, aunque me falta práctica.

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11/04/2010, 01:08
Samiya

-El sultán no es dado a divertimentos tan banales, pero su hermana sí. Quizás estén interesados en que les entretengas. Puedo intentar interceder por ti. -Se ofreció la chica-. Pero tienes que prometerme una cosa. No puedes intentar escapar. Si lo haces y me relacionan con ello, puede ser el fin de mi sencilla existencia como escriba, ¿entiendes, Sasuke?

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11/04/2010, 02:53
Sasuke Lancaster

- Sin problemas. De todos modos, ¿hacia dónde iba a escapar? Estoy en medio del desierto en un país que me es desconocido. Incluso si no fuera esclavo, me conviene más quedarme aquí dentro que lanzarme a lo desconocido -sonrió con franqueza- No te dejaré en mal lugar.

Y Sasuke era sincero. Sabía que la marca del hierro le señalaría como esclavo alla adonde fuera, y que su tosco manejo del idioma y falta de saber sobre los kushistaníes le convertirían en presa fácil de los cazadores de esclavos que sin duda habría por allí. Además, estar allí le estaba abriendo oportunidades que nunca hubiera tenido a mano como golfo callejero de Hong Kua, y él no era tan tonto como para tirar a la basura las oportunidades.

Pero eso no quería decir que algún día, cuando no le pudieran relacionar con Samiya y no fuera tan ignorante de su entorno actual, no fuera a correr en pos de la libertad. Sólo le haría falta paciencia.

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12/04/2010, 09:25
Director

Y así pasaron dos meses para Sasuke. El ladrón aprendió a ser algo más que eso, aprendió a hablar en jashú y a desarrollar otras habilidades que le valdrían para sobrevivir y hacerse necesario en el palacio del sultán. La hermana de éste apreció su capacidad artística y se divirtió con sus trucos. Llegó hasta aprenderse su nombre. Así, se convirtió en algo así como el bufón personal de la hermana del sultán, quedando relegado de las tareas más penosas.

Al menos era "querido", cosa que nunca había sido en Phaion. Sus amigos lo habían traicionado, pero Samiya le había dado una oportunidad sin conocerle y había hecho mejorar su calidad de vida. ¿Qué le depararía el futuro?

Aún no podía saberlo.