Partida Rol por web

Donde la historia comienza.

El camión lleva varias horas rodando, bache tras bache por las áridas llanuras que os separan del puesto militar avanzado. Ya casi debéis de haber llegado.

Miras a los demás colonos que viajan contigo mientras diversas ideas cruzan por tu mente. Una mujer acunando a su demasiado silencioso hijo, que tal vez no sobreviva hasta llegar a la base, un par de muchachos con poco más de 20 años hablando silenciosamente mientras otro hombre más anciano reposa la vista y respira pesada y acompasadamente a pesar del traqueteo, otra mujer más joven atendiendo a un hombre de mediana edad con varios vendajes cubriendo las heridas de rifle en su pecho y brazos, una vez más oscuras de sangre. Heridas de bala.

Retrocedes en tus recuerdos más recientes, no hace más de un par de horas en el enclave minero de Rotah, al sur de aquí. La sedición que con tanto esmero has estado cultivando en los corazones antiganos, tu justa causa y la de otros muchos como tú, no ha florecido tal y como esperabas. Los marines de la Confederación llevaron a cabo uno de sus famosos ataques preventivos tras la rebelión abierta que causó la llegada de los hijos de Khoral a Antiga Prime hace menos de dos días. Debían buscarte a ti y a unos cuantos más, pero por suerte tras la masacre, los soldados confederados se encargaron de recoger a los supervivientes civiles para llevarlos a una base durante las revueltas. No te han reconocido, y piensas que es tu ocasión para infiltrarte y conseguir ventajas para tu causa, una causa que Arcturus Mengsk os encargó hace ya dos años tras haberse sofocado el primer intetno de rebelión en Ciudad de Andasa.

La brusca parada del vehículo interrumpe tus pensamientos. Debéis haber llegado, y los gritos de los marines en el exterior dando indicaciones son una buena señal de ello. Las luces a través del techo de lona se oscurecen un momento tras atravesar una arcada y el camión vuelve a detenerse al poco tiempo. Un ruido de barra metálica se oye en la parte trasera, y la podéis ver la luz entrando por las portezuelas abiertas. Un soldado con la armadura azulada de la milicia antigana os indica que bajéis del vehículo con un gesto de su rifle.

Mantengo mi atención a todo lo que ocurre a mi alrededor y procuro no bajar del camión de los primeros, pero tampoco de los últimos, no quiero que nadie sospeche de mi. Ayudo a bajar al hombre herido y me ofrezco como apoyo para que pueda caminar, asi me camuflaré mejor y habrá menos posibilidades de que alguien me descubra. Mientras avanzo con el herido, previsiblemente más lento, iré memorizando la estructura y la distribución del campamento, pensando ya en una posible huida si la situación llega a requerirlo.

Una vez en la enfermería(a donde supongo que llevaremos al hombre que acompaño), intentaré hacerme con algo punzante, un visturí o escalpelo, con lo que poder coaccionar a alguien que se ponga en mi camino....

Bajáis del camión mientras un soldado os guía sin violencia con la mano en la espalda uno por uno para que no os amontonéis. El hombre herido camina con dificultad sujeto de un hombro por la mujer y del otro por tí, sin notar apenas lo que sucede a su alrededor. Al contrario que tú.

Estáis en un patio de entrenamiento a rebosar de actividad. El fragor de las andanadas de práctica llega a tus oidos desde varias direcciones, los técnicos van de un lado a otro cargando materiales y hcaiendose cargo de los vehículos que parecen llevar a un taller en la zona sur. Rodeandoos hay un muro, que por el brillo apagado dirías que es duralita, fortificado con baterías automáticas de proyectiles.

No tienes la posibilidad de captar más detalles, pero parece que los milicianos locales de armaduras azuladas están tremendamente activos. En cuanto a vosotros os están llevando a lo que consideras la enfermería, situada junto a la entrada de otro gran edificio, que por su configuración estandar, jurarías que se trata de los barracones. Os hacen pasar a los siete a su interior, donde véis escaso personal en comparación con el patio. El marine que os escolta le silba a un tipo con ropas marrones y un distintivo azul en un brazo con la cruz roja y fondo blanco que le identifica como sanitario de la milicia. Resulta curiosa la mirada que intercambia con el soldado, antes de abandonar la habitación.

Al rato vuelve con un grupo de sanitarios, y entre todos se dedican a atenderos. Al hombre herido se lo llevan en una camilla tras una puerta metálica doble sin permitir a la mujer joven que lo acompañaba que vaya con él. A la madre y su niño la llevan a otra sola y mientras al anciano le dejan descansando en un sillón en el que es atendido por un muchacho que le hace una serie de pruebas, a los tres hombres restantes os piden que les acompañéis, llevandoos por un pasillo a una serie de salas independientes por separado, mientras el soldado que os escoltaba permanece fuera de ellas.

El lugar tiene aspecto de consulta de reducido tamaño, con un banco metálico cubierto por una sábana en el que el sanitario joven te invita a sentarte.

- Si hace el favor de quitarse la camisa, procederé a hacerle una revisión médica. ¿Tiene alguna lesión que precise atención inmediata?- Su tono es atento y profesional mientras prepara su instrumental, entre el que puedes distinguir un inyector hipodérmico, de aspecto poco peligroso, y un pequeño escaner sanitario que se encuentra calibrando en este instante.

Mientras caminaba por el patio, memoricé todo lo que veía al tiempo que comenzaba el trazado de varios posibles planes de fuga, aunque para definirlos como quería debería esperar a la noche y ver los turnos de guardia, para definir la mejor ruta de escape.

Ya dentro de la enfermería pienso, mientras se llevan a mis acompañantes a diversos sitios, mientras busco algo útilo como arma que no encuentro, la mejor forma de actuar para no ser descubierto ni levantar sospechas. Me decido por interpretar un papel que me haga fácilmente olvidable, el clásico minero, viviendo para su trabajo.

Mientras me quito la camisa mirando al suelo digo, de forma suave y medio asustada.

 - Nnn, no...no tengo ninguna herida.....oiga...¿sabe que es lo que pasa? Tengo queeeee volver a la mina......me descontarán del sueldo el tiempo que falte...

- Sí, eso mismo parece indicar el escáner.- Dice apagando el pequeño chisme zumbante tras haberlo pasado por encima de todo tu cuerpo- De todas maneras, no puede pretender regresar a la mina en mitad de la guerra civil. Puede incluso que no quede mina a la que volver, con todo ese armamento pesado que enviaron. ¿Dónde se supone que estaba usted en medio de todo ese tiroteo? Voy a comprobar una vez más que no sufra shock neuronal, por lo demás está perfectamente sano, aunque voy a aplicarle un par de vacunas para reforzar su sistema inmunitario. Reactiva su escáner y parece programarlo durante algo más de tiempo antes de aplicarlo cerca de tus sienes. Tras un breve examen se da por satisfecho y vuelve a guardarlo.

Mientras carga la hipodérmica con un par de viales que extrae de un mueble cercano, continúa conversando contigo:

- La verdad es que es una desgracia toda esta matanza. La Confederación debería haber buscado otras maneras de evitar el conflicto. Y los antiganos... bueno, no parece que tuvieran muchas formas de negociar nada. Por la cantidad de ustedes que llevo examinando en los últimos dos días no parece que esto acabe pronto.- Aplica la hipodérmica electrónica durante unos segundos sobre tu hombro izquierdo y tan solo notas un suave picor acompañado de un zumbido.- Bien eso es todo, se encuentra en perfecta forma física, aunque parece necesitar algo de descanso. El soldado que está afuera se ocupará de usted. Puede vestirse ya.

 - Bueeeno.....durante el tiroteeo.....estaba ennnnnn la cantina.....refrescándomee...era mi hora de descanso...pero luego estos.....señores me cogieeeeron...me metieron en ese camión y hasta aqui me trajeron.....Yyyy no se preocupe.....estoy bien....no tengo nada roto.....

Sigo hablando despacio y algo asustado, aunque calmándome paulatinamente, seguiré hablando un rato de esta forma. Paulatinamente volveré a una forma de hablar normal, una cosa es no querer levantar sospechas queriendo no parecer muy lúcido, otra es pasarme de listo y que me recuerden como 'el lento aquel del pueblo'. Miro al escaner mientras me lo colaca sobre las sienes....

 - Oiga....¿eso que me va a hacer?

Miro a todas partes, fingiendo algo más de nerviosismo, aprovechando para seguir buscando algo cortante con lo que poder intimidar a alguien en caso de necesidad.....

- ¿Ha venido mucha gente? - Pregunto curioso - Yo es que de política....pues mucho no sé...siempre he trabajado en la mina....desde joven, y en cuanto durante me diesen mi asignación, yo trabajaba...es un trabajo duro, pero de algo tenemos que vivir.

Me visto mientras charlo un rato más.

 - Oh...ehm...gracias, pero no estoy cansado, solo ha sido un día más en la mina...bueno...medio día...Oiga....¿y el hombre que ayudé a entrar....Sabe como está?....

Sea como fuere, consiga o no el elemento cortante, abandono la consulta y me voy hacia el guarda para ver que pretenden hacer conmigo

- Lo desconozco- asevera encogiendo los hombros- si vino con alguien más estará recibiendo examen médico al igual que usted, y probablemente tratamiento de ser necesario.- Algo en su forma de hablar te hace pensar que pueda haber algo más que sepa, pero por un motivo u otro no te lo ha comentado. Quizás solo se deba a tu estado de alerta, quizás al hecho de desconfiar de todo posible confederado, sea como sea no te parece que el clínico represente una amenaza para ti, oculte algo o no.

Terminas de volver a colocarte la ropa, lentamente para poder examinar el cuarto en busca de algo útil. Es una sala blanca relativamente pequeña, con varios paneles móviles en una de las paredes, uno de los cuáles fue del que extrajo los viales. Puede que se traten de neveras, armarios con medicamentos o que puedan contener el material que buscas, no sabrías decirlo. Aparte de eso hay un terminal informático sobre una mesa de trabajo con gradillas y probetas, y un par de artilugios tecnológicos que no sabrías identificar. Realmente nada útil, aunque claro, esto no tiene pinta de quirófano, tal vez en alguna habitación cercana tengan uno...

Una vez fuera, ves al soldado que os escoltaba esperando. Echando una larga calada al cigarro que está fumando, lo coge con dos dedos y con un golpe del índice lo arroja hacia la pared, deshaciendose en cenizas rojas y negras cuando se estrella contra un cartel de prohibido fumar.

- Sígueme tío, os están esperando a los nuevos. El coronel tiene poca paciencia, pero desea supervisar las adquisiciones. ¡Ja!- Debido a la risilla contenida se le escapa el humo del tabaco por la nariz y entre los dientes- A lo mejor hasta os concede un rato para charlar y todo.

En vista de que no he conseguido nada que me pueda ser útil en la enfermería mantengo la calma y sigo al soldado mientras vuelvo a examinar la disposición del lugar en el que me encuentro, rememorizándolo y ojeando todo aquello que pude pasar por alto en el primer reconocimiento desde el camión.

Vuelvo a buscar rutas de escape mientras intento sacarle algo de información al guardia haciéndole preguntas, procurando no curiosear más de lo común.

 - Y oiga....¿Que vamos a hacer aquí?¿que es este sitio?Debería volver a la mina....¿que es lo que ha pasado?

- ¿Mina? A estas alturas será una cantera a cielo abierto chaval.

De una de las otras salas sale otro médico con las manos en los bolsillos de su bata blanca. Te mira por un instante, no sabes muy bien porqué, y continúa su camino alejándose de vosotros hasta desaparecer tras uno de los múltiples pasillos del lugar.

El soldado también se ha quedado mirando al médico inexpresivamente al igual que tú.

- Estás en el puesto de avanzada DN-2, y te hemos traido aquí tras una misión de rescate- gruñe- A ver si acaban ya con tu amigo y nos vamos de una vez.

Sigo andando después de ver al médico mirarme.

  - ¿Me habrá reconocido? no me sonaba pero quien sabe si los confederados infiltraron a alguien en las minas y les pasaba información...O puede que el hombre al que ayudé me haya delatado.....sea como fuere puede que mi tapadera esté en peligro, debo estar alerta....

 - Una misión de rescate....-me quedo pensativo un momento mientras seguimos caminando- ...asi que han destruido la mina...¿quién podría querer destruir la mina? Si solo hacemos nuestro trabajo lo mejor que podemos...Ahora tendré que buscar trabajo otra vez.... - Después de escuchar su comentario - ¿Y a donde nos van a llevar?

- Te preocupas demasiado chico...- se corta a media frase cuando se abre la puerta y el más mayor de los dos muchachos que iban en el camión sale por ella frotándose el hombro.- Ah, vale. Ya estamos todos. Seguidme, por aquí.- Con un gesto relativamente amable de la enorme mano mecanizada os invita a regresar por donde habéis venido.

Abandonáis las instalaciones del hospital de campaña volviéndo nuevamente al patio. Los camiones ya no están, pero todo continúa bullendo de actividad. El soldado marine os indica que marchéis delante y mirándote a ti señala un edificio céntrico, que en tu opinión es idéntico al resto.- Allí.- Parece contestar a una de tus muchas preguntas.

Obedezco al marine mientras voy echando un vistazo al lugar, contabilizando al personal, mirando cuantos marines hay, si aparte de los camiones hay algún vehículo y lo más importante, buscando algo que pueda parecerse a un arsenal o a un almacén, donde poder conseguir armas o protección para cuando la cosa se ponga seria.

Reanudando el camino en dirección al barracón, un silbido hace que detengáis vuestra marcha mientras el marine mira al lugar de donde viene, desde una zona llena de técnicos afanándose en llevar deslizadores gravíticos con cajas enormes de un edificio a otro rodeado por vehículos. Un tipo con aspecto bonachón se acerca andando a vosotros. Viste uniforme de oficial de campaña, a tu parecer no de muy alta graduación, pero el marine que os escoltaba se cuadra inmediatamente ante él.

- Descanse soldado.- Guarda el puntero en el panel táctil del tamaño de una carpeta y lo coloca bajo su brazo izquierdo mientras os mira- Así que estos son los recién llegados... ¿No eran tres Derrick?

- Me temo que ya no, señor.- Las palabras del marine te llenan de sospecha e inquietud, pues claramente algo debe haber pasado con el otro muchacho que te acompañaba.

Tras mover la cabeza negativamente con aire de lamentar algo el oficial continúa: - Ha habido cambios. Ahora el Coronel desea hablar con los nuevos antes de proceder. Llévalos a la central.- Os mira por un momento de manera afable por unos instantes y vuelve a coger su panel de registro- Bienvenidos.

 - Mierda ¿qué demonios habrá pasado? antes éramos tres y ahora dos...¿de que coño va esta mierda? estos son capaces de utilizarnos como infantería.....

Miro sorprendido al marine y al hombre recién llegado.

 - Disculpen....¿qué nos van a hacer? ¿Que es lo que ha pasado?

- Ya habéis oido al sargento, no deis la brasa y tirad para adelante calladitos.

El marine parece dispuesto a cumplir sus nuevas órdenes con premura y con su breve discurso y una mirada algo peligrosa al civil que te acompaña hace que la actitud de protesta abierta de éste se convierta en un paso hacia atrás mientras refunfuña algo ininteligible. El sargento sin embargo interrumpe la escena:

- No sucede nada anormal. La situación está perfectamente controlada. El resto ya lo han visto con sus propios ojos. Hagan el favor de apresurarse, el Coronel es un hombre muy ocupado que ha decidido otorgarles su tiempo. No conviene hacerselo perder. Buenos días.- Termina a modo de despedida antes de continuar su camino hacia la zona que acabáis de abandonar.

Al poco de continuar la marcha, se escucha una explosión algo amortiguada. Os giráis viendo como la atenciónde los más cercanos se centra en lo que parecen ser los barracones. El oficial con el que acabáis de cruzaros ha salido corriendo junto con un tipo con ropas civiles y un pañuelo en la cabeza hacia allí. Parece que el oficial da indicaciones a aquellos que se cruzan con ellos de que continúen a lo suyo, por lo que el marine que está con vosotros dos os sugiere que continuéis andando.

Miro como se empieza a movilizar todo el mundo y miro al marine y a mi acompañante y empiezo a hablar casi a gritos.

 - Oiga.....¿nos están atacando?!! ¿Qué es lo que está pasando? No me dirá que no pasa nada?!!!

- No lo sé chaval, pero no he recibido ordenes de averiguarlo y sí de acompañaros a la central, así que adelante.

El tipo parece impacientarse, y está empezando a tamborilear los dedos del rifle que sostiene en la mano. Aún sin él, con esa armadura resulta lo suficientemente imponente como para que vuestro otro acompañante, intimidado, vuelva a caminar en la dirección que ibais siguiendo. Más tranquilo al ver que al menos uno de los dos no váis a darle problemas añade:

- Aunque estuvieramos bajo ataque no deberías tener miedo chiquitín. La DN-2 está fuertemente protegida. Y aunque los milicianos nos sobramos para dar por culo a cualquiera que crea que tiene suficientes cojones y armamento para intentar atacarnos ahora está aquí un destacamento del escuadrón Alpha. Serán unos desgraciados, pero prefiero tenerlos de mi lado.

El escuadrón Alpha. Los mastines de la Confederación, siempre al filo de una ofensiva violenta, rápida y cruel. Este lugar debe tener más importancia de la que supone un simple puesto avanzado.