Partida Rol por web

Abandonáis el despacho una vez estudiada con detenimiento la información que se os ha proporcionado y volvéis a la sala de mando donde el Coronel está recibiendo con cara de pocos amigos información de una pareja de técnicos bastante preocupados.

Tras concluir la nerviosa cháchara de sus subordinados con un gesto de la mano, los despide con un par de breves órdenes. Se da la vuelta lentamente acariciándose el mentón con preocupación, de forma que ve como habéis abandonado su despacho.

Se acerca a vosotros y colocando las manos militarmente tras la espalda comienza a hablaros en voz baja:

- Su nave y la escuadra de escolta aún no están listas. Mientras no estén disponibles creo oportuno asignarles una sencilla misión mientras tanto.- Hace una pequeña pausa- Acabo de ser informado de que hemos perdido varios de nuestros puestos de monitorización, que ya no envían información. El satélite aún tardará en estar en posición para emplear el escaner activo y averiguar su situación. Aparte de esto han logrado información adicional que apunta a una manipulación de los sistemas de comunicaciones desde el interior de la base, en un área de acceso restringido cercana a la sección de carga.

Descruza los brazos desde detrás de la espalda y retirando la manga descubre un pequeño dispositivo de muñeca en el que teclea unos cuantos digitos codificados. Al poco por una ranura cercana, el dispotivo emite un microdiskette. Se lo entrega a G-26.247 y continúa:

- Estas son las claves de acceso actuales. Con ellas podrán recorrer libremente la zona. Su misión es averiguar las causas del supuesto sabotaje. En caso de tratarse de infiltrados, quiero prisioneros a los que poder interrogar.- Termina de forma tajante, indicando que vuestra misión comienza ya.

Por un largo, larguísimo segundo, al menos para los patrones de reacción Fantasma, una ceja se alza en su rostro, mezcla perfecta de incredulidad, asombro y enfado por semejante encargo. Como si se les utilizase como piezas de saldo... 'Ya que están por aquí' parecen decir las palabras de Coronel Huge.

Suerte del visor-máscara que cubre su rostro y finalmente vuelve la mirada hacia 26247.

- Adelante entonces... - Y con cuidado de traer algún juguete para que el coronel pueda desahogarse piensa para sí y, seguramente, también para sus compañeros.

Con un vago y simultáneo cabeceo los tres fantasmas mostráis vuestro asentimiento y comprensión de las órdenes, y tras G-26.247 salís en silencio de la sala de control para alivio de los técnicos del lugar.

Dejando atrás a los guardias os dirigis al cercano sector de carga, pasado tan solo a un tramo de pasillo más allá del hangar donde desembarcasteis. Una vez delante de la puerta de seguridad sellada principal, vuestro lider introduce los códigos en el panel de acceso, y tras unos parpadeos aparentemente aleatorios de varias de sus luces éste le devuelve el microdiskette y la puerta se abre con un sonido chirriante. No deben entrar a menudo por aquí.

Esta zona aparenta ser un conjunto de pasillos conformados por los múltiplas paneles, relés y circuitos del sistema de comunicaciones. También parece que algunos sistemas de suministro pasan por aquí. Camuflaos y separaos, conocéis las ordenes: localizar el área disfuncional y aprehender vivos a los posibles saboteadores.- Piensas las instrucciones recibidas por G-26.247, comprobando como en efecto al menos tres estrechos pasillos se extienden desde la entrada, uno a cada lado torciendo en sendas esquinas y una de frente que se bifurca al llegar a un conducto circular que emite una luminiscencia verde fosforescente, que es la poca luz que baña la zona, aparte de las tenues luces de mantenimiento.

Asintió con la cabeza y presto atención durante unos segundos a los tres corredores.

- Me ocuparé del acceso central. - Avanzó un par de pasos y volvió la cabeza hacia sus compañeros. - No tardéis. - La palabra quedó en el aire con esa ambigüedad, burla? amenaza? ruego? que sólo una mujer, por muy fantasma que fuese, podía darle.

Cada uno de los tres toma un pasillo, con sincronización marcial y uno tras otro desaparecéis del espectro visible como si una nube de humo ceñida a vuestra piel os hubiera consumido.

Cierta intranquilidad se abre hueco en tu interior, mientras avanzas con pasos sigilosos y medidos, al no captar nada mediante tu visor. A pesar de las pobres condiciones de iluminación, si hubiera alguien no podrían haberos detectado aún. A menos que os esperen. Y deberían estar esperandoos, pues con esta iluminación, sin un foco de luz poco podría hacerse con precisión.

Unos pocos pasos más, y te parece oir un leve raspar, pero demasiado breve para que el localizador de audio lo sitúe en este laberíntico lugar. Múltiples tramos de mantenimiento se entrecruzan con tu pasillo en una especie de enorme sala, con columnas de circuitos luminosos, azules y verdes formando paneles. De momento no hay signos de vida. Y el raspado no vuelve a repetirse.

Como un depredador estilizado y silencioso, un jaguar tal vez... No, sin duda una pantera negra como la noche, así se desplazaba 26369. Pero había algo mas en sus movimientos, precisos y elásticos, como de una modelo sobre la pasarela. Así erra ella, la mas hermosa y letal herramienta de la Confederación.

La luz sufrió una torsión cuando su mente activó, a través del pequeó generador Moebius, el campo de camuflaje, haciéndola invisible al espectro visual.

Cuando escuchó ese peculiar raspado se detuvo, apenas dos milésimas de segundo, para coordinar posición mediante el ordenador de abordo. Pero el sonido fue tan breve que no fue posible, por lo que reanudó el caminar extremando precauciones.

Avanzando sin ser vista, sin ser oida ni sentida, examinas minuciosamente el pasillo por el que avanzas metro a metro. Tu visor filtra en tonos verde-azulados todas las emisiones, por lo que los destellos tan frecuentes que resultarían molestos no pasan de simples pulsos de imagen. Y sin embargo ahora entre tanto silencio, con los sentidos alerta no puedes evitar pensar que tus compañeros sienten y ven igual que tú ¿te fallarán tus pensamientos, te delatará tu atención dejando expuestos tus secretos? Una única gota de frío sudor resbala por tu espalda.

En un intento de centrarte te detienes, y movida por una intuición, miras a tu derecha tras una columna de circuitos. Parece que hay algo grande tras ella, metálico y grande pero sucio a diferencia del resto del lugar. Tiene cerca del medio metro de altura, y yace inmóvil, semioculto tras la columna. Un destello recorre los circuitos de esa columna y un resplandor escarlata ilumina la figura, que identificas como la bota de un marine.

Maldita sea, céntrate... Silencio, sombras, soledad... Repite lentamente las últimas tres palabras, en una especie de mantra para concentrarse. Ahora no es el momento U... Logra detenerse justo a tiempo, aunque no sabe si algo mas ha podido trascender. ... Una vez mas, es el momento de la misión. Nada mas.

Una bota? Una bota de un marine? Algo no encaja...

Sin perder de vista el nuevo objetivo camina dando un rodeo, al rededor de la columna para encontrar mejor campo de visión. Se mueve de forma irregular, para no crear un patrón identificable de movimiento, por si hubiese algo, o alguien mas, oculto y esperando a vaciarla un cargador.

Rodeando con sumo cuidado el cadaver embutido en metal del marine recién descubierto en el suelo, miras nerviosamente a un lado y otro del pasillo con el rifle en alto. Despejado. O al menos eso parece. Con una ojeada rápida al suelo, y una ráfaga de luz estroboscópica procedente de una columna cercana el rostro desencajado por la sorpresa te descubre su vidriosa mirada, fija en el infinito más allá de ti y de este lugar.

Esto no ayuda para nada a tus nervios. Esto no ha llegado solo hasta aquí. Esto no tiene pinta de ser tan simple como parecía. Esto no...

Se obligó a intentar calmar sus nervios, a actuar como debía y a ser lo que era. No a ser quien realmente era, sino a ser lo que era. Un factor tan importante como sutil.

... Esto no es tan rutinario como insinuó el Coronel... Es así como mantiene la seguridad?

Manteniéndose alerta, sin perder el campo de camuflaje, observó con mas detenimiento el cadaver intentando encontrar las heridas que causaron su muerte.

... no va a poder conmigo. Mi voluntad es más fuerte. - piensas para infundirte ánimo. Has pasado por situaciones mucho peores.

Te agachas flexionando las piernas hasta quedar de cuclillas manteniendo el rifle en todo momento paralelo al suelo, una amenaza patente para cualquiera...si pudieran verlo. La muerte llega sin avisar.

Lo mismo que a este marine. Has visto suficientes muertes como para saber cuando alguien pierde la vida sin saber cómo. Y este hombre de rostro sorprendido debió saber que algo le pasó, debió ver a lo que se enfrentaba, pero jamás esperó que el matara. O todo ocurrió demasiado deprisa o subestimó a aquello que le causo la muerte.

Y entonces lo vuelves a oir. Un sonido de raspado muy leve, probablemente al frente a la derecha. Instintivamente miras en esa dirección, sin ver nada. Lo que sea debe estar cerca pero oculto tras alguno de estos bloques de circuitos, en la esta marea de oscuridad batida por rápidas oleadas de corriente eléctrica.

Extraño... Piensa para sí hasta que oye de nuevo el sonido de raspado. Esta vez logra situar su obicación de forma mas exacta.

Dando un rodeo, moviéndose en silencio, la fantasma acecha la zona donde ha oido el sonido, manteniendo el arma presta.

Te tengo...

Tras rodear el cuerpo caido del marine, rodeas una pared de circuitos y descubres la fuente del leve raspado.

Agazapados en el suelo hay dos hombres. Uno de ellos ilumina con una linterna el trabajo del otro, que está manipulando varias de las placas de circuitos del muro. AL parecer el raspado proviene de algunas de las manipulaciones del hombre que sostiene las placas de circuitos. Ambos parecen nerviosos, y el operario trabaja diligentemente.

Los dos individuos continúan manipulando circuitos ajenos a tu presencia. El que sostiene la linterna es un muchacho joven, que no llegará a los 20 y va vestido con ropa civil cubierta de polvo y manchas de aceite y grasa. El otro hombre debe doblarle la edad. Sus ropas tampoco muestran símbolo alguno que le identifique, pero por la destreza con que está trabajnado dirías que se trata de un técnico muy experimentado. Bajo el chaleco de cuero asoma un cinturón cargado de herramientas variadas del que cuelga una pistola pesada, poco habitual para un civil a pesar de ser lícita su posesión y uso en caso necesario. Claro que Antiga Prime se encuentra en estado de guerra civil.

En silencio, aprovechando el camuflaje la operativo fantasma se acerca a la pareja, por la espalda del técnico de mas edad, el que lleva el arma. Para esta situación el rifle es demasiado voluminoso, si decidiese volverse visible sería mucho mas amedrentador, pero decidió seguir camuflada.

Despacio colgó el cañón a su espalda, desenfundó la pistola y desenvainó el cuchillo de combate, acercándose por el costado de los dos hombres. Apuntó con el arma, en la mano izquierda, al joven y apoyó el cuchillo de combate en el cuello el mas mayor con fuerza, en el momento que activaba la mira láser de la pistola para crear mas sensación de amenaza.

- Si alguno de los dos os movéis - Dijo usando un hilo de voz, un susurro frío y distante. - tú ganarás una sonrisa nueva a la altura del cuello - refiriéndose al técnico. - y tu joven compañero... Quién sabe, corazón, pulmón, estómago, son todos tan tentadores...

- ¿Ha dicho algo Joel? - Desconcertado por la sorpresa de oir una voz desconocida salir de la nada el muchacho se dirige a su compañero, para dejar que el foco se escurra de sus manos y caer de culo al suelo al ver como el llamado Joel ha parado de trabajar y tiene la cabeza levantada hacia el techo con la piel de la garganta levemente hundida en forma de línea recta. En su horror intenta retroceder y alejarse a gatas pero la pared de circuitos le detiene. Asustado, mira a uno y otro lado en dirección a Joel sin ver nada.

El técnico no mueve ni un músculo, manteniendo la mirada fija en la negrura donde a intervalos luminosos aparece el techo de chapa.

Apunta con la pistola a la cabeza del chico que ha retrocedido a gatas, para que el otro, el del cuchillo al cuello vea el puntero cláramente.

- Un movimiento mas, chico, y hundiré el cuchillo en el cuello de Joel. - Dice al chico. - Identificaos. Qué hacéis aquí? - Pregunta a ambos. - Qué ha ocurrido?