Partida Rol por web

- Jim, quiero que vayas allí y salves esa base.

La orden de Mengsk coge por sorpresa a todos los presentes. Incluso la fantasma que con tanta frialdad os dio a entender su indiferencia sobre lo que os sucediera se muestra alterada.

- Ciertamente no he escuchado bien eso.

- ¡Arcturus! ¿Has perdido la cabeza?

- Escuchad, sé que Duke es un hijo de puta con un corazón de hielo, pero una colonia entera no debería sufrir por ello. Aparte, un general Confederado podría resultar ser un poderoso aliado. Esta es una oportunidad que no podemos desperdiciar.

La oratoria de Mengsk solo da lugar a pensar que la suya es la única actuación lógica en una situación semejante. Se os antoja por sus palabras que el presunto genocida en realidad se mueve por valores morales más elevados al escucharle hablar. Con sus palabras da a entender que la justicia ha alcanzado a Duke, y como estratega, piensa utilizar esa ventaja en favor de una causa más justa.

- Esto no me gusta nada en absoluto.

Un ligero fruncimiento del poblado ceño de Mengsk le da el aspecto de un padre contrariado que reprende a su hija.

- No os estoy pidiendo que os guste, os estoy diciendo que lo hagáis.

Con ira fría en los ojos, la voz de la fantasma suena resignada al aceptar la orden con disciplina militar.

- Sí, señor.

- De puta madre. Vamos a terminar con esto.- dice Jim dando una palmada en el hombro al magistrado. Este asiente, se despide formalmente de Mengsk y finalizando la transmisión. Le dice a Jim que en unos minutos tendrá dispuestas las tropas necesarias y abandona la sala.

Jim mira a Sarah interrogante, como si pudiera darle alguna respuesta que no estuviera a su alcance. Ella menea la cabeza lentamente sin decir nada. Los asistentes sanitarios que atendían a Brian reanudan sus tareas; la conversación entre sus mandos no parecía ser del tipo que pasa desapercibida.

Dirigiéndose a la puerta con unas ordenes con las que visiblemente no se encuentra de acuerdo, Jimmy se despide:

- Te veré a la vuelta. Ya tendrás ocasión de ponerme al día sobre el tipo que encontraste. Encárgate de estos hombres, ¿vale?

Efectivamente me sonaban ambos, Sarah y Jim, aunque no pensaba que se hubiera unido a los rebeldes conocidos como los Hijos de Khoral.

La comunicación entrante del reconocido General Edmund Duke me sobresaltó de tal manera que a punto estuve de coger el comunicador y decirle cuatro cosas a ese cerdo confederado. La suerte estaba echada, aquellos con quien me encontraba no tuvieron reparos en deshacerme de mí y el resto de la tropa, y estos rebeldes nos acogieron sin siquiera saber quiénes éramos.

Lancé una mirada de soslayo al resto del grupo. Al piloto, que se encontraba mirando en derredor sin comprender apenas en qué nos habíamos metido. La fantasma, tan sutil que apnas era perceptible. Y Nexus, el gigantón cuyas llamas nos han salvado de algún que otro apuro.

Estaba decidido a colaborar en el rescate del General Duke. Ese líder suyo, Arcturus Mengsk parcía de otro tipo de cala completamente diferente a los confederados, quizá aceptase de buen grado nuestra colaboración.

- Cómo que se encargue de nosotros ? - repliqué amistosamente - Somos perfectamente capaces de ayudar en ese rescate. Y además tenemos una cuenta pendiente con ese bastardo. No permitiré que esos bichejos se me adelanten. Cómo los habéis llamado, Zerg ? Acaso los tenéis clasificados ?

Desde la muerte de Coogar había estado reflexionando mucho sobre mis creencias y éstas habían empezado a tambalearse, comenzaba a entender un poco más las motivaciones de los rebeldes -igual ésta gente no son tan malos como parecía en un principio y tienen sus motivos para perpretar todos esos crímenes que las noticias confederadas ya se habían encargado de difundirnos.- Al fin y al cabo yo sólo conocía la parte que nos llegaba a traves de todas esas redes de comunicaciones que había establecido Huge y sin duda esa es una cara de la moneda, pero también está la cruz y sin duda en estos momentos esta gente necesita nuestra ayuda.

- Y bien... ¿Con que criatura toca baile esta vez? que las vamos a fulminar.

- ¡Bien! Toda ayuda es bienvenida, aunque si Mengsk quiere a Duke vivo todos tendremos que guardarnos las ganas de usarlo como blanco para prácticas de tiro. En marcha, hay prisa. Por el camino os contaremos...

- No.

La mujer interrumpe de forma tajante la invitación de Jim. Con los brazos en jarras sobre sus perfectas caderas se muestra inflexible en su decisión.

- No habrá baile alguno. Arcturus quiere vivo a Duke, no vas a arriesgar la misión llevando desconocidos contigo. Se quedarán aquí, hay varias cuestiones que resolver con ellos antes de que puedan incorporarse al equipo. Necesitamos toda la información posible con respecto a la baliza. Me ocuparé del asunto personalmente.

Jim se encoge de hombros, y alza la mano en señal de despedida antes de abandonar la estancia seguido por varios soldados. La enfermería queda despoblada, a excepción de la pareja de sanitarios que continúan atendiendo al comatoso Brian, Sarah Kerrigan y vosotros mismos.

- De acuerdo- comienza encarándose con vosotros.- El capitán Raynor podrá haberos traído hasta aquí con cierta despreocupación, pero eso no varía el hecho de que hayáis sido localizados durante una misión de rescate de efectivos. Así que empecemos por ver quienes sois y qué hacíais en el sector del desierto donde Raynor os encontró. Podéis ahorrarme tiempo contándomelo vosotros mismos.

Estuve a punto de de poner el grito en el cielo antes de que el tal Jim Raynor saliera de la base y se pusiera en marcha hacia el rescate del General Duke. Aliarse con él ? Parecía una broma de mal gusto.

- Mi nombre es Teddy Connor, ex-sargento confederado destinado en Antiga Prime. Durante muchos años he luchado con ellos, pero lo que ha sucedido hoy en la base DN-II ha hecho que tanto yo como mis compañeros supervivientes nos replanteemos seriamente nuestra lealtad.

Hice un ademán hacia ellos sin apartar la vista de Sarah Kerrigan.

- Nuestra base ha sido atacada por ese emjambre de xenomorfos que al parecer vosotros llamáis zerg. Ninguno de nosotros sabía nada acerca de ellos, y el ataque se produjo por completa sorpresa. Intentamos una defensa con el resto de confederados, pero esos cerdos altos mandos estaban más preocupados por los depósitos de suministros que del personal humano.

Escupí bruscamente al recordar la situación en el almacén donde se encontraba la nave prototipo y a ese cerdo capitán confederado.

- No tuvimos piedad y escapamos con una nave que nos vimos forzados a robar violentamente. Diablos, incluso enviaron cazas Wraith para seguirnos y destruírnos, y todo mientras la base quedaba reducida a la nada después de la salvaje estampida de esos zergs.

- Se puede saber qué demonios son esos zerg ? De dónde han venido y por qué coño atacan tan organizadamente ?

Pensé que era una pregunta obigada que rondaba por la cabeza de todos los presentes.

Connor ya lo había dicho todo y Jonas simplemente se encogió de hombros aprobando la postura del sargento.

—¿Y que coño más da quien seamos? No vamos a joderos, nena.

Hizo una corta pausa durante la cual miraba fijamente a los inexpresivos ojos de la fantasma.

—Joder, ¿qué clase de personas sois los putos operativos fantasma? Vale, vale, mi nombre es Jonas Marron y ta vale con saber que soy el mejor piloto que puedas encontrar en muchos planetas a la redonda. Sólo tengo un problema y es que me da igual para quien trabajo mientras pague bien.

Una vez más omitió el rango que hacía tiempo había ganado como piloto militar, no parecía muy orgulloso de ello y además ahora era un agente libre, fuera de todo protocolo militar con lo que el rango le valdría para poco más que limpiarse el culo.

—Por ahora, mientras no se respondan las preguntas de Connor, no necesitas saber nada más de mi. Aunque si quieres profundizar... siempre podemos organizar una vista algo más intima.

Se retiró por un instante las oscuras gafas y guiñó un ojo a la fantasma antes de volver a colocarlas en su sitio. Permanecía en su sitio, confiado y cruzado de brazos a la espera de una respuesta de Sarah Kerrigan.

Tras haberme hecho a la idea de que ibamos a salir a zumbar criaturas, no me hizo mucha gracia el alto que nos había dado Kerrigan pero rápidamente me dí cuenta de quien era la que ponía los puntos sobres las ies, y aquella mujer de bella apariencia no dudaría en pegarnos un tiro en caso de que la respuesta que le dieramos no fuera la esperada. Así que sin más juegos me dispongo a presentarme:

-Soy el firebat de comate, Nexus, servía a la Confederación cuando se iniciaron las revueltas, pero mis férreas convicciones en la Confederación durante estos meses se está viniendo abajo, me esto dando cuenta de muchas cosas.-

Después de recitar este discursito, me quedo mirando el rostro de Kerrigan, a la espera de algún gesto o respuesta por su parte.

Se acercó con calma hacia Sarah, depositando en una mesa entre ambas un afilado cuchillo de combate que permanecía oculto.

Alzó la mirada hasta fijarla en los ojos de su anfitriona. Mostrar el cuchillo que había conseguido introducir no era una amenaza en sí, era una declaración de intenciones. Si dichas intenciones continuaban en pie o habían variado, habría que esperar para descubrirlo.

- Operativo Fantasma 26369, Escuadrón Nova. - Sonrió con amargura. -  No tan distinta a tí, Sarah... - La pronunciación de su nombre mostraba el conocimiento de las implicaciones de la existencia del mismo. - El asalto de estas criaturas xenomorfas que llamáis Zerg me llevó a tener que variar la misión, pero no el objetivo. Tú y tu amigo Raynor habéis provocado muchas molestias a la Confederación. Sea cierto o no, ahora no me importa. - Tomó aire despacio. - Esas bestias tienen consciencia psíquica organizada y, si has combatido contra ellas, habrás sentido sus zarzillos en tu mente. Buscan algo y en el proceso destrozaron la psique de otros dos operativos fantasma. Así que... ¿Sois los rebeldes una amenaza mayor que los zerg? Tal vez todo esto no sea mas que una simple fachada o la Confederación, como siempre, manipule la información. ¿Son los zergs un peligro aún mayor? Ahora es tu turno de responder, Sarah.

- Más desertores- comenta para sí misma. No parece sorprendida, tal vez por sus palabras esperaba esa respuesta recibida en otras tantas ocasiones.- Computadora, coteja las identidades en la base de datos.

Distraídamente recoge el cuchillo de combate de la mesa. Sus ojos verdes no pierden detalle alguno; para ser tan joven demuestra una actitud propia de un veterano de guerra. Habla con voz calmada e inflexiones bien medidas.

- Mientras tanto responderé a esas preguntas, no perdemos nada con ello. Esos xenomorfos, los zerg, son una amenaza alienígena reciente. Nuestras prioridad es derrocar a la Confederación, pero hemos dedicado amplios esfuerzos por proteger a las víctimas de esa amenaza. Mengsk salvó al capitán Raynor, al Magistrado y a su gente de la infestación de Mar Sara por estas criaturas. Algunos rumores se han filtrado acerca de esto, especialmente tras el bombardeo masivo de la superficie planetaria por los protoss, otra raza alienígena obviamente hostil. La Confederación ha intentado tapar su existencia e inculpar a los rebeldes mientras nos ocupábamos de desvelar la verdad. Sospechamos que los han empleado para sus propios fines, aunque todavía no podemos demostrarlo. Deben haberse escapado de las manos de la Confederación si, como contáis, han arrasado el puesto DN-II. Sabíamos que se hallaban bajo ataque, pero son tantas las células rebeldes compuestas por antiganos que se han alzado contra sus opresores que supusimos que esa era la causa. Tampoco sería el primer motín de tropas desde que llegamos- sonríe con picardía, divertida ante algún tipo de recuerdo. Devolviendo el cuchillo a su dueña por la empuñadura prosigue la explicación- Se referirán a mí como Teniente Kerrigan. No son los primeros asesinos que envían a fracasar en sus intento, pero al menos háganlo con dignidad. Esperaba algo más tras haber logrado suplantar una baliza codificada de los Hijos de Khoral. Valoramos mucho todo lo relacionado con nuestra seguridad. No entiendo cómo lo han logrado, pero es un buen momento para decirme como lo han hecho.

Jonas frunció el ceño cuando Kerrigan terminó su discurso.

—¿De qué coño de baliza hablas, nena? —preguntó un tanto extrañado.

—Todos los putos fantasmas sois iguales, joder —se quejó—. Primero, nadie quiere asesinarte ni acabar con tus Hijos de Khoral. ¿Por qué iba yo a querer matar a una niña tan mona?

Hizo una pausa durante la cual se dibujó una socarrona sonrisa sobre su rostro.

—Segundo: nuestra presencia aquí es puramente fortuita. La nave prototipo estrellada es un "regalo" de la Confederación para que pudiéramos escapar del infestado centro de mando DN-II. Una vez en el aire tuvimos que esquivar un auténtico enjambre de esos Zerg de los que hablas mientras que unos cazas Wraith intentaban echarnos abajo. Parece que les importaba más su navecita de mierda que la invasión de bichos voladores.

»Afortunadamente yo pilotaba ese trasto y el aterrizaje forzoso sobre este lugar sólo tuvo como consecuencia la pérdida de la nave y, sinceramente, no es una gran pérdida.

Recogió el cuchillo y lo envainó, aunque esta vez sin esconderlo, en una funda atada a su antebrazo.

- Marron, no quieras creerte siempre el centro de la galaxia. Al menos no con Fantasmas. La misión de asesinato no era algo que tuviéseis que saber o colaborar conscientemente. - Tosió y limpió un poco de sangre que había manchado sus labios. - Desertores... ¿No eres, teniente, un tanto precipitada en tus juicios? ¿Porqué esperas que no ejecute el protocolo 66? - Pálida, débil por la pérdida de sangre y terriblemente herida, pero aún así sus ojos no perdian el brillo inequívoco del peligro.

Todas esas razas de las que Kerrigan hablaba no me resultaban tan desconocidas, alguna vez en la base había escuchado hablar sobre ellas, pero nunca le había prestado ninguna atención, pues siempre pensé que los problemas con un potente flujo de plasma se resolvían. Ahora toda esta ignorancia se estaba volviendo en mi contra, me encontraba perdido frente a un maremagnun de razas, datos políticos, aliados, enemigos... que colapsaban mi cabeza mientras intentaba ubicarme.

- Bueno, pues si como dices temeis que esas razas alienígenas se les han escapado de las manos a la Confederación, ¿vais a esperar a que los Zerg terminen con ellos o pensais combatir a dos bandas? - Le pregunto a la fantasma, más con la intención de asentar mis ideas que de que me desvele sus planes estrátegicos. Desestimando la idea de alguna alianza entre los dos bandos nombrados.