Partida Rol por web

A eso de las 17: 15 el coche en el viajan David, Herbert y Nigel se detiene frente a la puerta principal de la casita de ladrillo en la que vive Lotus.

Mientras que el otro vehículo en el que van Lew y Roy continúa calle arriba hasta un cruce en el que tuercen a la derecha y dan la vuelta por la parte trasera.

El edificio de la organización tiene aspecto de fortín, no tiene ventanas y la única entrada delantera es en forma de arco sin puerta alguna.

En cambio la casa de Lostalus Black es de ladrillo rojo, una casa al uso, con una puerta principal de madera de color blanco y dos ventanas en el piso superior a unos tres metros y medio de altura.

En estos momentos, tanto la casa como el edificio de la organización están tranquilos, no hay moros a la vista.

Detenéis el coche en la calle paralela , para vuestra frustración, el edificio de la organización no es más que un muro de hormigón armado sin ventanas ni puertas, imposible entrar por la parte trasera.

La casita en la que vive Lostatus de ladrillo visto, tiene una ventana en lo que parece el piso inferior (a un metro y medio aprox ) y dos ventanas en el piso superior (a unos tres metros y medio de altura).

- Vamos Roy, hay que revisar esas ventanas - dije señalando las ventanas de la casa de Lostalus Black.- Con un poco de suerte no será necesario que matemos a los guardias.

Nos bajamos del coche y avanzamos discretamente hacia la casa. A simple vista parecía que podríamos entrar a través de la ventana del piso de abajo, pero era importante asegurarse de donde iba a parar y si se veía alguien dentro.

Voy-susurró como respuesta mientras oteaba por la ventana y preparaba la pistola. Aunque Lew había llevado armas mayores, Roy prefería utilizar el arma corta...si ya era bastante torpe con ella no quería ni imaginar lo que podría ocurrir llevando una escopeta

Herbert se encontraba al volante de su vehículo, lo había dejado aparcado en una buena posición para la vigilancia. Se sentía nervioso, sus ojos no paraban de mirar a un lado y a otro pero no parecía que hubiera nadie a quien vigilar.

Se habían preparado rápidamente, pero sería suficiente? No lo tengo muy claro ya nos descubrieron una vez y casi no salimos vivos. De todas maneras no se puede hacer nada, ya estamos aquí y tenemos que intentar terminar con lo que aquí se ha empezado. 

Herbert se impacientaba cada vez más. Sera esta nuestra oportunidad de entrar? No parece que haya nadie vigilando la casa del tal Lotus. NO recapacita y tranquilizate, ciñete al plan de Lew y no empieces a tomar la iniciativa ahora.

Herbert salió del vehículo dió una vuelta disimulada esperando ver el coche de Roy y Lew acercarse en cualquier momento, se acercó con disimulo a la casa a unos metros e intento ver de cerca si no había nadie por los alrededores y si se veía alguna luz o sombra en su interior. Volvió al coche dando un pequeño rodeo y se dirigió al maletero, revisó que tenía todo preparado y se volvió a su asiento. La espera se estaba haciendo interminable, inaguantable.

Atravesáis la calle y os situáis uno a cado lado de la ventana, al asomaros lentamente véis lo que parece una salita de estar en la que un hombre moreno de rasgos árabes , está sentado frente a una radio fumando un puro caribeño.

" ¿Será ese Lostalus Black? - pensé.- Soy idiota, David debería haber venido con nosotros..."

Escudriñé aquella figura que fumaba en el interior y después contemplé los detalles de la habitación que podía percibir desde la ventana: entradas, salidas, objetos extraños... Todo era importante para trazar un plan, incluso cómo era la propia ventana a la que nos estábamos asomando, si tenñia cortinas, si se abría hacia arriba o hacia los lados, si tenía pestillo y dónde se encontraba... Tomé nota mental de todos los detalles y pasé a observar la pared, calculé a ojo la altura a la que se encontraban las ventanas y si un hombre más o menos hábil sería capaz de trepar por aquella pared utilizando una cuerda. Por último, tomé tnota de los detalles de los alrededores, de las casas colindantes, si era o no posible saltar desde la azotea o el tejado de uno de esos edificios, si alguno tenia escalera de incendios...

Con toda aquella información ya estábamos listos para reunirnos con el resto, de modo que le hice un gesto a Roy para que me siguiera y juntos volvimos de nuevo al coche.

La habitación es rectangular de apenas unos siete u ocho metros cuadrados a lo sumo, en la parte izquierda (vuestra izquierda) se ve una mesa camilla pegada a la ventana con un tapete rojo y blanco sobre la que hay varios periódicos y una maceta con un cáctus extraño.

En la parte central hay varios cuadros abstractos y una mesita redonda de pequeñas dimensiones sobre la que está la radio, detrás de la mesita en la parte superior hay un largo estante de dos repisas que recorren todo el frente de la habitación, apenas hay libros.

En la parte derecha (vuestra derecha) hay un sofá tapado con una manta sobre la que está sentada el hombre fumando. Al fondo detrás del sofá, hay una puerta abierta tras la cual se ve un pasillo.

Apenas habíais bajado del coche cuando vísteis a vuestra izquierda como volvía el coche en el que iban Roy y Lew. Aparcaron junto a vuestro coche y ambos descendieron del coche.

Herbert se dirigió hacía Lew y Roy con prisa, no se encontraba a gusto con lo que estaba haciendo y tenía miedo de que fueran descubiertos incluso antes de actuar, por lo que no paraba de mirar a un lado y a otro de la calle, mirando cada edificio, cada ventana.

Casi con un susurro, Herbert puso al corriente a Lew y Roy de lo que habían visto.

Bien parece que no hay nadie vigilando la casa del tal Lotus y tampoco parece que vigilen la sede. En cuanto esteis dispuestos actuaremos. Vosotros habeis visto algo?

- Dentro hemos visto a un tipo, llevaba un sombrero estúpido y se estaba fumando un puro muy a gusto - respondí a Herb.- Se puede entrar en la casa por la ventana de atrás sin mucho problema, pero sospecho que ese tío no estará solo - me tomé un instante para pensar en el siguiente paso.- Podríamos esperar pero no creo que consigamos una oportunidad mejor... Bien, se me ocurre lo siguiente: dos de nosotros llaman a la puerta mientras el resto entramos por la puerta de atrás y tomamos posiciones en el salón. Los que llamen que se inventen algo para entretener al tipo un rato, cuando vuelva le encañonamos y listo, cuando estemos todos dentro ya vemos que hacemos después... dependerá de lo que ocurra, pero desde luego todos deberíais llevar vuestras armas cargadas y listas.

Tras escuchar las palabras de Lew, la cara de Herbert se ensombreció, sabía que el momento de la acción había llegado, por su mente pasaron las imagenes de la gran guerra. Ahora se encontraba en otra guerra y otra vez le habían metido en ella sin quererlo, era distinta, pero al fín y al cabo era otra guerra y sabía que en todas ellas había muertes y que no podría evitarlo, pero mejor que fueran las muertes de otros que la suya propia.

De acuerdo Lew.- Dijo Herbert tras reflexionar- En este caso yo vengo preparado, creo que deberiamos ir tu y yo por detras, dispuestos a utilzar las armas llegados el momento, Nigel o Roy que decidan quien viene. David, a ti te conocen, puedes invertarte alguna excusa para hablar con Lotus y darnos algo de tiempo a nosotros.

Iré yo-respondió Roy brevemente- Tengo las armas listas.

El profesor ardía en deseos de meter una bala en la cabeza a cada uno de los responsables de la muerte de su comañero y de la locura que según preveía le acompañaría el resto de su vida.Además tenia dos pistolas...una de ellas más sencila de usar pero la otra...¡oh, la otra! la otra podría abrir un agujero del tamaño de una pelota de ping-pong en la cabeza de alguno de esos bastardos

- Yo iré contigo Roy... - espetó súbitamente Nigel. - Podemos hacernos pasar por vendedores de productos de higiene femenina... ¡o de enciclopedias médicas!

Durante unos instantes dudó entre una opción u otra. Ambas eran realmente tentadoras. Finalmente tomó una decisión en su interior y vaya que la cumpliría.

- Bah... decídelo tú... tampoco quiero acaparar.

El maletín de médico temblaba en las manos del británico que sabía que de un modo o de otro, más pronto que tarde, la pesadilla volvería a empezar.

Que yo sepa no hay .uggh. mujeres ahi dentro así que mejor de enciclopedias ¿no? Así podemos entretenerlo más...

Una desquiciada sonrisa asomó en los labios del profesor

- Cierto... vaya! Eres un genio, eh?

- Bien, vamos Herb - dije apremiándoles a todos.- Esperar unos cinco minutos antes de llamar a la puerta, para que nos de tiempo a colocarnos en posición, así os pensais mejor lo que le vais a decir al tipo - sonreí.- No lo olvideis, al minimo signo de hostilidad pasaremos a las armas, no podemos arriesgarnos más.

Herb y yo montamos en el coche y volvimos a hacer el recorrido calle arriba para después girar y llegar a la parte trasera del edificio.

Herbert asiente ante las palabras de Roy, con decisión se dirigió al maletero del coche y saco de él, su fusil envuelto en una manta, comprobo que todo estuviera correcto e introdujo la munición. Esta noche no me pillaran de sorpresa, si alli se encuentra Stanford acabare con él. Se le escucha murmurar.

Vuelve a dejar el fusil en su lugar e indica con la mano a Lew que se suba, el llevara el coche. Se gira hacia el resto del grupo con una sonrisa. Ya habeis oido, darnos unos minutos, suerte y tened mucho cuidado no sabemos que sorpresas nos esperan.

Haciendo un ademán con la mano para que esperéis a escucharle

- En ese caso si me permitís decir algo, yo me quedaré aquí en el coche vigilando. Cubriré las espaldas a Nigel y a Roy, tened todos mucho cuidado, no sabemos cuántos moros hay o si está Lostatus dentro. Estaré pendiente de que nadie salga del edificio de la Organización- refiriéndose al edificio anexo.