Partida Rol por web

Hughie cada vez estaba más extrañado. Miró los hielos de su vaso en busca de alguna pista que le explicara que estaba pasando sin encontrar una respuesta, con lo que apuró de nuevo su copa para ver si el whisky conseguía darle el don de la clarividencia. Tampoco lo logró, pero algo en su entumecida consciencia le decía que se estaba acercando.

Tuvo que reprimir sus ganas de saltar sobre su amiga según entró por la puerta, alertado por sus compañeros. Tenía que reflexionar sobre el comportamiento de éstos, extremadamente paranoico, rozando la enfermedad. Empezaba a pensar que lo mismo los locos eran ellos y no las personas que supuestamente debían investigar.

Después observó como Henry asaltaba a Marion como un desconocido cualquiera en un bar. Apretó con fuerza el vaso para ahogar la voz interior que le llamaba a levantarse y vapulear a aquel individuo. Aquella noche estaba siendo muy tensa. Escuchó lo que hablaban Marion y Henry sin darle mucho sentido, pero que Marion hiciese alusión todavía a su nombre falso y el detalle de que la policía la vigilaba consiguieron atravesar las tinieblas del whisky.

Con tranquilidad decidió esperar a ver como se desentrañaba la escena, y ya de paso pedir otro whisky para mojar su seca garganta. Cogiendo su vaso lo agitó delante de Milo, haciendo el gesto universal para que le dijera si quería que le trajese otra copa.

El muchacho vio el gesto de su compañero y asintió con una sonrisa triste y abatida. En aquel bar era como si estuviesen jugando una partida de poker y todos fueran de farol. Por mucho que los gestos fueran correctamente interpretados tenían a buen seguro las de perder.

- Si, claro... que sea doble. Y después me marcho a la cama. No creo que pegue ojo... pero habrá que intentarlo. - comentó a sabiendas de que el chiste tenía más bien poca gracia.

Por no estar no está ni el recepcionista, tienes que asomarte para ver que está pegado a una radio, adormilado, en el interior de un cuartito pésimamente iluminado tras la recepción.

El hall está completamente desierto y la calle frente al hotel está vacía, tan sólo un par de coches aparcados. Te asomas a la entrada par ver si hay alguien en los coches y descubres que no, que están vacíos.

Al no encontrar a nadie, el doctor Call volvió con el resto, aunque ni siquiera tomó asiento. Se despidió de los compañeros con un gesto de la mano, les deseó buenas noches y emprendió el camino hacia su habitación. Descansar un poco le ayudaría a reflexionar sobre lo ocurrido.

Cielo, las habitaciones están fresquitas si tienes calor...Henry parecía estar como una moto por la situación,aunque  en realidad quería llevarla a un lugar privado para hablar con ella. Eso si,si las cosas avanzaban de otro modo estaba mas que dispuesto a continuar ¡¡hasta donde fuese!!

Bueno, quizás podamos ir a dar una vuelta...- Comenta sonriendo pícaramente mientras se aleja de la barra camino a los ascensores.

Con una sonrisa de oreja a oreja el Hefesto mortal acompañó a la escocesa a su habitación haciendo a espaldas de la chica un gesto de "lo conseguí" a sus colegas de la mesa...

En cuanto el mozo abrió las puertas del ascensor la pareja entró dentro y junto a ellos el joven operador que accionó el botón que se correspondía con la planta en la que se encontraba la habitación de Marion.- Estoy agotada, muchas gracias por acompañarme hasta aquí, estoy deseando quitarme este sucio vestido y darme un buen baño.- Comentó distraídamente. De repente el ascensor frenó bruscamente en la segunda planta y el mozo abrió las puertas indicándoles que podían salir. Marion caminó por el pasillo seguida de Henry hasta la puerta de su habitación, seguidamente ambos entraron y la puerta de cerró tras ellos.

Lo primero, no te hagas ilusiones.- Marion volvió a sonreir a Henry y continuó hablando con voz tranquila.- No me han acusado, al menos de momento, pero no creo que ese cabrón estirado del comisario haya creído mi historia, no se si me estarán vigilando, pero si es así, lo mejor es que no nos vean juntos. Fuí muy convincente Henry, eso puedo asegurártelo, pero su forma de proceder era extraña, y sospecho que conoció de inmediato a Raven.- Hizo una pausa dejando que el hombre asimilara todo lo que le estaba contando y sin darle opción a intervenir, continuó.- En cualquier caso, creo que nuestro hombre no ha muerto, creo que lo llevaron al hospital, pero no sé si su vida seguirá corriendo peligro, aunque todo esto no me da buenas sensaciones. Mañana volverán a ponerse en contacto conmigo, entonces intentaré averiguar más sobre sus intenciones, si queréis poneros en contacto conmigo hacedlo mediante notas o algo así, no sé usad la imaginación.- Mientras hablaba, la joven caminaba por la habitación buscando sus enseres para el largo baño que le esperaba.- ¡Henry! ¿me estás prestando atención?- exclamó al darse la vuelta y observar que el crápula admiraba su figura deslizarse por la habitación.

Si, una copa B como imagin...¿eh?....si, si claro...—al ver el ceño fruncido de la joven, Henry hizo una mueca— Tranquila, puedo hacer dos cosas a la vez, pese a que sea un hombre.—el hombre continuó hablando sin quitar los ojos de la curva del trasero— De todos modos es normal que la policia conozca a...pech...Raven, es famoso alfinyal cabo y, probablemente no habrá dicho nada por miedo a los estudios cinematográficos y...ehhh si quieres puedo pasar aqui la noche por si aparece el comisario—añadió en tono zalamero y cargado de sorna.

Oh claro, si viene a llevarme presa seguro que podrías abrumarle con tu labia, ¿eh?. Estoy muy cansada y no creas que he olvidado tan fácilmente el lío en el que nos has metido, maldita sea Henry, iba a venir con nosotros, de verás que iba a venir con nosotros. - Ahora el rostro de la joven parecía agotado y triste.- Márchate Henry, quiero estar a solas.

Aunque estaba seguro de que la joven se equivocaba en aquella precipitada información, Henry la dejó sola despidiendose al estilo de un despechado para seguir con la pantomima.Está bien está bien... ¿pero si no querías nada para que me invitas...? mujeres...

Después se dirigió a la habitación que compartía con Milo. Tenía que contarle en cuanto llegase lo que había pasado, y decirle que había ganado la apuesta sobre la talla de sujetador.

El grupo se disolvió y cada uno se fue marchando a su habitación individual, todo un verdadero lujo. Sólo Marion y Henry parecieron irse juntos, pero nada más lejos de la realidad, cuando Hughie que fue el último en subirse, se fue a su habitación, vio cómo Marion cerraba la puerta en las narices de Henry,dándole con un buen palmo.

Cuando Hughie termina de contar lo que vio anoche, el resto reís a carcajadas (incluida Marion) a costa del bueno de Henry, que se encoge de hombros y le quita importancia a las calabazas.

Estáis en el restaurante desayunando, son las 9 :17 AM.

- Bien, caballeros, parece que hemos gastado algunos de nuestros cartuchos: la película sigue en restauración y el señor Raven está fuera de combate - el doctor Call dio un sorbo de su café, levantando el dedo meñique al coger la taza.- Antes de que vayamos al lugar del rodaje podemos hacer un par de cosas. O bien buscamos al director de fotografía, el tal Pierre Baptiste, o volvemos con Winwood y le contamos lo del rollo de película - Edward Call se quedó un instante en silencio.- No me fio de Winwood, sabe demasiado acerca de nosotros y de la Logia. Puede que sea buena idea tratar de averiguar algo acerca de él antes de contarle nada.

Milo estaba sombrío. Más incluso que de costumbre. La noche recién terminada apenas había pegado ojo y, aunque Marion estaba sana y salva se sentía en parte deudor de la situación que le había tocado vivir. El tío de ésta murió delante suyo y, en cierta manera, tenía un deber para con la muchacha. Un deber de protegerla... de que no le pasase nada... nada demasiado horrible... como presenciar los horrores que él había visto. O salir con Dewey.

- Si... creo que sería buena idea visitar al señor Baptiste. Aunque no nos fiemos de Winwood creo que es pronto para que él lo sepa. Si él piensa que nos tiene controlados tendremos más libertad de movimientos. Además, aún hay puertas a las que llamar.

Dicho esto volvió a callar y tomó un par de sorbos de su café. Estaba muy caliente.

- Bien, pues no se hable más - dijo el doctor Call poniéndose en pie.- Vayamos de nuevo a los estudios a tratar de encontrar al fotógrafo... aunque antes me gustaría pasar por la oficina de correos para enviar un telegrama a nuestros amigos de Escocia, sería bueno que investigasen algunas cosas mientras tanto.

La joven desayunaba cercaba del grupo ajena a la conversación, esperaba que de un momento a otro algún empleado del hotel requiera su presencia para atender la llamada que estaba esperando, y mientras tanto, lo más prudente sería seguir fingiendo.

El grupo se separó, Marion se quedó en el hotel esperando algo, mientras que el resto continuó con las pesquisas. Fueron primero a la oficina de correos...

La oficina de correos estaba inusitadamente vacía. Las cuatro ventanillas con sus respectivos funcionarios os miraban como diciendo "eh elegidme a mí para la gestión que estoy aburrido".

El Doctor Call se acercó a una de las ventanillas y mandó enviar el siguiente telegrama:

El telegrama va dirigido a la señorita Phelan, y dice así:

CONFIRMADOS SUCESOS EXTRAÑOS EN HOLLYWOOD STOP RELACIÓN CON OLD CALIFORNIA STOP BUSCAR INFORMACIÓN CAÑÓN DEL DIABLO STOP ESTAMOS BIEN STOP

Una vez enviado el telegrama, los cuatro hombres acuden a los estudios para localizar a Babtiste. Allí os dan las señas, resulta vivir en una casita de una altura con patio a las afueras de Hollywood, tenéis que tomar un taxi para llegar. Una hora después os sale al encuentro cuando llamáis a la puerta.