Partida Rol por web

El Doctor Call asintió ante la propuesta, no era precisamente un hombre de acción pero supuso que el vagabundo sería más vulnerable de noche, seguramente porque estaría ebrio para evitar el frío de la intemperie.

- Espero que no esté enajenado o bajo los efectos del alcohol, en cuyo caso quizás deba administrarle un sedante - dijo Edward Cole, pensando en aquel hombre como uno de sus sujetos de estudio.- En cualquier caso, adelante, veamos si podemos encontrarle.

Según nos comentó el señor Wintwood ese hombre está más loco que ebrio, no creo que le encontremos en las mejores condiciones ni hoy ni mañana, así que ahora es tan buen momento como cualquier otro, y que demonios, ¡estamos en Hollywood!, vayamos a dar una vuelta antes de acostarnos, quizás nuestra suerte cambie.

Hughie sonrió ante el comentario de la incorregible Marion. Su amiga poseía una inagotable energía que parecía brillar con luz propia en la ciudad de las estrellas.

- Le de a la botella o no, todas las personas tienen estómago. Estoy seguro de que alguien se apiada de nuestro actor y sus compinches. Podemos comenzar averiguando un restaurante de actores, donde soliese cenar Raven- comenta encogiéndose de hombros - es el sitio más probable para aprovisionarse de comida.

La joven le devolvió la sonrisa al soldado y le estrechó entre sus brazos cariñosamente.- Así se habla Hughie!, ¿quién más se apunta?

Ya sabeis que me apunto a un bombardeo—respondió Hery con su habitual  jocosidad. Vagabundear por las noches de bar en bar, buscando presas enflaquecidas por el alcohol que obviasen su físico, prostitutas de lujo o novias de marineros borrachos a las que seducir para que el marinero en cuestión se enfadase era su especialidad. NO había quien conociese el mundo nocturno como Henry— Quizás hasta tomemos unas copas

Dar con James Raven es imposible, os recorréis todo el centro de la emergente ciudad preguntando a los vagabundos, pedigüeños y titulares del hampa sin que nadie sepa quién narices es el tal James.Tampoco por la descripción física lográis nada, os dáis un bonito paseo por el vertedero sin dar con él. Visitáis dos hostales y un comedor social sin verle la cara, tres iglesias y tres charlas con tres párrocos después, de manera fortuita mientras tomáis un café en una cafeteria acristalada, os dáis un susto de muerte al ver la fea cara de James contra el cristal haciéndoos una mueca.

El tipo os hace un gesto para que salgáis fuera a hablar con él.

Joder con la estrellita sin maquillar...¡si es aún mas feo que yo!—dijo Henry mientras se levantaba para salir a hablar con el hombre, "olvidandose" de pagar la cuenta. El hombre abrió la puerta y se acerco a él. Buenas noches caballero... ¿Nos buscaba? preguntó con un deje de ironía

Edward Call salió detrás de Henry con su inseparable maletín en la mano. Decidió que, por el momento, dejaría hablar al resto, mientras él analizaba al sujeto con el fin de realizar las preguntas correctas. Se colocó de tal manera que el vagabundo no pudiera salir corriendo así como así, había costado demasiado encontrarle como para poérselo fácil. Observó su comportamiento, analizó sus respuestas y reaccciones y sacó sus propias conclusiones acerca del estado mental de aquel hombre y de la veracidad de sus palabras.

Marion se levantó con una sonrisa mirando a Milo.- Tu pagas.- Comentó pícaramente y acto seguido cogió suavemente de la chaqueta a Hughie y salió del local acompañada del soldado.

En realidad el tipo no es que sea feo, sino que está tan sumamente descuidado, sucio y harapiento que no es él mismo. Pero ahora que le tenéis más cerca, no es un tipo feo, facciones angulosas y armónicas, bien proporcionado y bien alimentado, sino fuera por el pestilente hedor que desprende, la dama del grupo podría llegar a ponerse pesada. Afortunadamente no es así y sin mentes nubladas observáis que el pobre James está totalmente desvirtuado psicológicamente, no es capaz de centrar la mirada, se mueve sin parar y hace cosas muy raras con los ojos.

- ¡Les ví en los estudios! tienen pinta de ingleses, refinados y bien vestidos a la europea por lo menos. ¿Han visto las sombras? Yo sí. ¿Han visto? ¿se han dado cuenta de que poco valora la gente las cosas? sólo hace falta asomarse a un contenedor para ver cómo nadamos en la más absoluta opulencia -dice gesticulando frenéticamente -yo antes trabajaba allí. Sí, ese cabrón de la puerta me adulaba  en cuanto me veía... cerdo hipócrita cínico. ¿tenéis un dólar? ¡Ay! si son dos damas la mar de bellas, o sólo es una? ahhh es una. Hola ¿Qué tal?

Milo sonrió ante el comentario de Marion. Se levantó tras la mujer y aprovechó para mirar con deleite aquel trasero bien puesto menearse camino de la salida. Sin duda era una mujer tremendamente atractiva... nada que ver con su tío... su difunto tío. El muchacho echó mano a su cartera y deslizó algunos pavos al camarero que se encontraba tras la barra para cubrir las consumiciones. Lo suficiente para que quedara incluso una propina aceptable. Y tras esto se dirigió también a la puerta del establecimiento. Una vez más, como dictaban los refranes, uno encontraba cuando dejaba de buscar.

Al principio se limitó a escuchar para el tal James divabaga y por su aspecto desaliñado parecía que se fuese a desplomar allí mismo. Lo miró y dedicó un vistazo de compasión hacia sus compañeros. En silencio deseó que Henry reprimiese uno de sus comentarios afilados pero en cierta medida sabía que era poco menos que una guerra perdida.

- Hola James... tranquilo, hombre. Me llamo Milo. No te alteres hombre... no queremos hacerte ningún daño. Queremos ayudarte. ¿Quieres que vayamos a algún sitio tranquilo? Un lugar dónde puedas estar cómodo y dónde puedas comer algo. ¿Quieres...? Allí podremos hablar con calma. 

¡Je! Ingleses dice... No señor. Yo soy del nuevo continente. Y claro que nos sobran un par de pavos— Henry se sentía en su salsa hablando con aquel hombre. Al fin y al cabo, al igual que él había sido un ricachon que había perdido la fortuna. ¡Por Dios! Jamás pensé que podría conocerlo en persona. Me encantan sus películas señor Raven. Milo, Podiamos llevarle a "ese sitio"...ya sabes—dijo guiñando uno de sus ojos.—El del whisky. Ah...claro...todavía no te he enseñado los antros que hay por aquí. Me llamo Henry por cierto.

La capacidad de Henry de encontrar locales clandestinos en cualquier punto del país era realmente sorprendente. Su vasto conocimiento sobre los locales clandestinos donde servían alcohol era la mejor prueba de que había sido hombre de dinero en tiempos preteritos.

El doctor Call negó con la cabeza en un gesto reprobatorio, su experiencia le indicaba que había pocas probabilidades de sacarle información útil en aquel estado. Decidió que recurriría a sus métodos habituales, la farmacología podía ser muy útil si se empleaba adecuadamente, aunque el problema era que no estaba en su despacho, dónde contaba con todo lo necesario para contener a un enfermo agitado, de modo que tendría que conformarse con lo que pudiera encontrar en su maletín. Lo abrió y buscó en su interior algo que pudiera ser de utilidad, un calmante o algo parecido, confiando en haber recordado traerlo.

Hughie siguió a Marion algo preocupado. No sólo había sido imposible encontrar a aquel personaje sino que parecía que se divertía con ellos dejándose ver cuando abandonaban la búsqueda.

Algo perturbado por las palabras de la estrella venida a menos, que le recordaban sobremanera viejas historias de la gran guerra, decidió dejar a sus compañeros el tema de las preguntas mientras él centraba su atención en lo que les rodeaba, esperando que no hubiese ninguna mirada indiscreta.

¿Hablar allí? - hace una extraña reverencia -a sus órdenes claro -entonces se gira y os da la espalda y véis cómo de una forma rapidísima teniendo en cuenta el tipo de persona que creéis que es o que su locura le hace ser mejor dicho, mete su mano derecha en uno de los pliegues de su abrigo largo y saca algo que no acertáis a ver.