- ¡Saludos, señor! -contesté a su peculiar bienvenida, esperando que no fuera un código y solo se tratara de jerga de los pueblos de Escocia.- Somos extranjeros buscando la cima de la colina Creag Dhubh, ¿es esta la dirección correcta?
Farid observó los alrededores. Seguramente bajo un sol espléndido aquel lugar sería una vista maravillosa, pero con la penumbra acercándose, y sabiendo lo que sabían sobre lo que ocurría en la región, Farid no pudo reprimir un escalofrío de inquietud.
De momento esperó a ver qué respondía el lugareño a las preguntas de Joan.
Adam no quitó ojo a aquel tipo. Ya no se fiaba de nadie.
—Sí señorita, sigan andando hacia arriba— contesta a Joan mientras os observa como si os examinara de arriba a abajo.
—..Y no se entretengan mucho, porque en poco más de dos horas oscurecerá—
- ¡Gracias, señor!
No percibía ningún problema a la vista con aquel hombre, así que después de despedirme seguí subiendo con mis compañeros.
Farid siguió a Joan sin decir nada. Quería llegar a esos menhires cuanto antes.
Adam cerraba la marcha, y siguió mirando de reojo a aquel pastor mientras se alejaban.
Llegáis a lo alto de la colina Creag Dhubh, desde allí se puede divisar gran parte del terreno circundante, incluido el camino recorrido hasta el lago. El cielo se ha encapotado y el viento sopla con un poco más de fuerza aquí en lo alto. Lo primero que os encontráis al llegar a la cima es el círculo de menhires.
El crómlech tiene unos 13 metros de diámetro. La disposición es de ocho menhires alrededor de uno central, cada uno de ellos tiene una altura de entre los 3 y 5 metros.
De repente una pequeña llovizna comienza a caer.
¿Fue casualidad que empezara a llover justo cuando llegamos? ... En todo caso, comencé a investigar en los menhires, buscando inscripciones, reciente movimiento de los bloques, alguna entrada secreta o cualquier otro tipo de pista.
- Señor Highlay, vigile bien: aún con la lluvia somos un blanco ideal para un tiro lejano...
Farid siguió la marcha de Joan. Aquella lluvia resultaba de lo más desafortunada, pero ya no había vuelta atrás. Al menos así lo sentía Farid. Era ahora o nunca.
Permaneció atento mientras se aproximaba a la construcción.
Adam asintió y agarró fuerte su revólver mientras cerraba el paso fijándose en los alrededores. Mientras sus colegas inspeccionaran los menhires, él se encargaría de vigilar la posible llegada o aparición de cualquier extraño en las inmediaciones.
Un vistazo a las rocas permite darte cuenta de su antigüedad, llevan allí siglos. No es el primero del que tienes conocimiento, y ya habías escrito algunos artículos sobre las excavaciones llevadas a cabo en Stonehenge. Posiblemente su colocación podría ser debido a la celebración de algún ritual antiguo, o a la importancia, en la cultura celta, de este lugar.
Tira Descubrir
Buscaba cualquier pista con esmero, aunque esta clase de representaciones paganas no me agradaban.
Motivo: Descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 85-
Resultado: 40 (Exito)
En la parte central del crómlech hay un montículo en el que se han descubierto tres fosos. En uno de los cuales te llama la atención un montón de piedras, pues aunque no eres una especialista en geología, puedes apreciar que esas rocas colocadas en uno de los laterales, no coinciden en color ni en forma que las que rodean los fosos, ni tampoco con los megalitos. Con toda seguridad han sido traídas de otro lugar y colocadas ahí.
- Ey, señor El Seoud, mirad este montón de piedras -dije señalando lo que había encontrado-. Puede que enterrado haya algo... o romper su formación active algún tipo de trampa -añadí, dudando si seguir buscando allí o no.
Farid se acercó a examinar las piedras que le indicaba Joan.
Farid se acerca a la zona que le indica Joan, en el centro del crómlech. Tras examinarlas con detenimiento el diletante comprueba que efectivamente son de rocas de color y forma diferente a las del resto. Parecen ser de otro lugar, es decir, no forman parte de la estructura original.
Son un pequeño grupo de piedras grandes amontonadas en un lateral de uno de los fosos que hay en el montículo central. Algunas tiene un tamaño importante, pero creéis poder moverlas con un poco de esfuerzo.
Si Farid estaba dispuesto a rebuscar en el montículo, yo le ayudaría a quitar piedras y meter la mano dentro.
-Vamos allá.
Farid dejó la escopeta a un lado, se remangó y comenzó a mover piedras.