Partida Rol por web

-Quizá esté equivocado. Me acabo de despertar y no estoy en plenas condiciones. No tenga en cuenta mis últimas palabras. Entre la enfermedad y lo que acaba de ocurrir... Mis disculpas Lord Falcon, sólo me preocupo por mi hija.

Me quedo recostado, esperando que las palabras calmen al Lord que bastante tiene en que pensar como para darle más quebraderos de cabeza. Me cruzo de brazos esperando al siguiente punto, si es que lo hay.

Bajó Lady Selyse a las despensas de las cocinas a buscar a Fuller, para hacerle unas preguntas.  Parecía sólo ser el caso de un hombre abusivo queriendo satisfacer su lascivia engañado por su falsa sensación de poder a escala.  Las consecuencias serían claras, dictadas por su esposo, y mandarlo a la Muralla sería su mejor destino.  Pero bueno, había que saber si no había nada más.  Mantenía su enojo a raya, con cuerda tensa como sus mandíbulas.

-  Maestre Stuart, ¿cómo está?  Saludo amable, aunque visiblemente su mente en el trago amargo por el que había pasado Vanesha.  

- Quisiéramos hablar con el prisionero. ¿Nos acompaña?  Le dijo también al cabo, pues el comportamiento violento del pasado podría repetirse. 

Mientras reflexionaba sobre qué hacer para que los guardias me dejaran pasar sin más trabas, veo llegar a las damas.

- Esta va a hacer todo más fácil - pienso al verlas - por muy celosos de su deber que sean no pueden negarle el paso a la Señora.

- Mis señoras - saludo al verlas, añadiendo una cortés reverencia a Lady Selyse - consternado, como todos, me temo - respondo ante su cortés pregunta - No dude en avisarme si tiene cualquier tipo de malestar tras esto. Es bien sabido que estos sucesos nos afectan a todos - digo con un tono agradable y servil.

- Estaría encantada de acompañarlas, de hecho yo también había pensado en hablar con el prisionero si no le resulta un problema - digo mirando a Lady Selyse.

Algo taciturna, tras un lapso de tiempo en el que apenas podía concentrarse demasiado, Joana agita la cabeza, serenandose en el instante.

—Casi esperaba retirarme a descansar, pero hablar con el... con esa escoria... creo que me supera. Tía, maestre, si no hay nada más, esperaré a saber que averiguan del él, o hasta su juicio.—

Retirandose un poco, Joana hace una reverencia hacia su tía y una leve inclinación de cabeza hacia el maestre, mientras se dispone a retirarse a su habitación. La cara de la joven se convirtió en una mueca de enfado al darse la vuelta para retirarse.

De acuerdo Joanna.  Prepárate para mañana.  -luego le susurra-  Y atenta por si quisiera escapar ayudado por alguien.  Ahora sabemos que la muchacha esta Fany está en ello, así que tus propias leales la mantengan con un ojo puesto.

Se dirigió al guardia.  Bien, entiendo que el prisionero no debe salir.  Me gustaría entrar con uno de ustedes de guardia, y otro que se mantenga afuera.  Para que no intente nada.  El maestre entra conmigo.

Quiero escuchar su declaración y defensa posible, previa al juicio.  Quiero meditar mejor mi consejo a Lord Evan.  Y saber si hay algo más atrás. 

Entro con la compañía del que es uno y 7,  pues la madre, la joven, el padre, el guerrero, la sabia, tienen mucho que decir. 

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Berta nada mas salir Lady Selyse y Joana por la puerta vuelve a cerrarla volviéndose con una expresión de preocupación en el rostro. Se acerca hasta ti hablándote en susurros. – Esta no puede ser la Lay Selyse que me protegió de niña cuando llegue. Si quiere hablar con Fuller es que piensa lo mismo que el Maestre Stuart.

Mirando hacía la puerta como si quisiera asegurarse que continua cerrada. – Tal como esta Fuller sería incapaz de no derrumbarse ni ante la Catelyn, ¿pero que le ven a ese cerdo?

Apretando los puños con frustración. – Tenemos que hacer alguna cosa, si logra serenarlo y con la colaboración del Maestre Stuart podrías tener muchos problemas.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

-En el peor de los casos sería su palabra contra la mía. Y la que tiene marcas de golpes soy yo...- Trató de tranquilizarla, aunque no le faltase parte de razón, con el mismo tono de confidencialidad que usaba Berta.

-Sería menester que quizás Janet, que tiene más trato con los soldados, averiguase qué ha declarado Fuller.- Se le debió antojar importante saber primeramente cómo había afrontado todo aquello. No sería sorpresa para Vanesha que contara lo ocurrido. La preocupación podría venir de la posibilidad de ser creído. Pero era cierto que  en el peor de los casos, Vanesha lo negaría todo hasta la mismísima muerte.

Si bien era cierto que podría averiguarlo preguntando a su tío o a su padre, prefería mantenerse al margen de momento. Quizás más adelante incluso se viese con Fuller con barrotes de por medio como muestra de entereza y afrontamiento de un acto repudiante. Pero todo llevaba un proceso para darle credibilidad, y ahora, tocaba algo más parecido al de víctima.

-Pero si te preocupa mucho Berta, quizás alguno de tus brebajes  en la comida de Fuller que le enturbie la mente, o le altere. Algo que le produzca un estado en el que hacerse de creer y tranquilizarse, sea complicado...- No quiso entrar en más detalles sobre aquellos frascos que había visto en la habitación de Berta. Aunque no había entendido su contenido, sí le quedó algo claro. Berta era conocedora de hierbas y plantas y otras sustancias que utilizaba para sus curaciones y ungüentos. Y ese conocimiento es como un hacha. Lo puedes usar para cortar madera, o decapitar a un reo. El hacha es el hacha, ni bueno ni malo. Luego está el uso que cada uno quiera darle. Y por el genio que tenía Berta, estaba convencida de que alguna vez no había usado ese "hacha" para cortar leña únicamente. O al menos sabía, cómo darle otros usos.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Peter Falconet algo incomodo toma la palabra unos segundos después de la intervención de Cedric una vez ha comprobado que Lord Kevan no volvía ha hacer uso de esta.

Normalmente es una persona muy segura de si misma pero esta vez no da esa sensación. – Disculparme Lord Kevan, – y girando la cabeza hacía Cedric, – y sobre todo tu Cedric. Hace años que mi esposa Anna me advirtió de que Fuller hacía creer a las familias de las muchachas que querían entrar a servir en el castillo que necesitarían su recomendación. Lo que le ha ocurrido a Vanesha confirma lo que Anna me dijo que sospechaba que hacía pero no le hice caso ya que conozco, – negando con la cabeza rojo de vergüenza o ira, – o mas bien creía conocerlo de toda la vida.

Mirando hacía Lord Kevan pero con la cabeza inclinada hacia la mesa. – Era mi deber supervisar a Fuller como encargado de las monturas y no hice caso de las advertencias de mi esposa convencido de que no podía ser cierto sin hacer ninguna comprobación, simplemente le pregunte a Fuller.

Girándose hacía Cedric. – Después si me lo permitís iré a pedirle perdón a vuestra hija. Como mínimo le debo eso.

Asiento con la cabeza tras la intervención de Peter.

-No tienes que pedirme permiso, pero agradezco el gesto. De todas formas, no me cabe la menor duda de que es un hecho aislado de una persona compungida cansado de que la historia no le viera pasar. Si tuviera una forma de hacer las cosas como parece que decís, no hubiera sido tan burdo y tan animal a la hora de... bueno, de lo que ha intentado hacer. Es fácil caer en las habladurías ahora, pero centrémonos en los hechos y en aquellos que no se han presentado.

Asiento con la cabeza y le resto importancia a las palabras de Peter, no se puede culpar por algo que no sabemos si es cierto, y urgar en ello cuando tenemos lo que tenemos ahora mismo me parece un sin sentido. 

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

La seguridad con la que le hablas, que le pidas que te acompañe y la mención a Los Siete deja titubeando al cabo Thomas. Se ha quedado sin argumentos ya que si esta él presente no puede indicar que no puede ponerte en peligro Fuller o que el prisionero sufra daños que era la que tenía preparada.

Después de unos segundos en que nota que todos lo miran finalmente comienza a abrir la puerta. – Heidi quedas al mando cuando oigáis que os lo pedimos abrir la puerta. – Centrándose en el ballestero. – Hug prepara tu ballesta por si Fuller intentara alguna cosa. No podemos permitirnos que huya.

Nada mas abrir el cerrojo Thomas se queda a un lado iluminando el interior de aquella despensa con la lampara que le acaba de pasar Daniel. El interior esta ahora completamente vació a excepción de un cuerpo sentado contra una pared que se tapa los ojos al pasar de la completa oscuridad a recibir la luz de golpe.

Apenas habéis tenido tiempo de entrar Lady Selyse, el Maestre Stuart y el cabo Thomas, cerrando este la puerta, cuando se incorpora y os increpa furioso.

– Que significa esto, ¿qué hacéis aquí? – Se detiene y parece que os mira las caras girándose en primer lugar al Maestre Stuart. – Quiero hablar con un verdadero Maestre como el Maestre Gilbert, no con un simple acolito.

Sin esperar una respuesta se gira de cara al cabo Thomas. – ¡Tu escoltame ante Lord Kevan! Soy el encargado de las monturas cabo.

Finalmente se encara con Lady Selyse. – Tú fuera, has que me traigan algo de comer pero alguna que valga la pena mirar no tan vieja como tú. Y sino puedo salir por lo menos tendré con que distraerme. Y que venga con una lampara para verla bien.

El cabo Thomas se queda completamente sorprendido y no sabé que hacer. Tiene claro que no lo conducirá ante Lord Kevan hasta que este sea quién lo ordene. Ahora si quiere un voluntario para ejecutarlo acaba de decidir intentar ser el primero en ofrecerse.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Berta asiente ante tus palabras. – Si tienes las heridas, el problema es la cantidad de hombres que aunque ellos no golpeen a una mujer, no consideren que otros tengan que ser castigados por hacerlo. Por suerte para ti tu padre y tu tío están socialmente por encima suyo. Eso si lo consideran intolerable, que uno de la clase inferior lo haga a una por encima suyo.

Al mencionar a Janet sonríe. – No tendría ninguna dificultad pero mejor que les preguntara Martha. Todos quieren estar bien con ella y que se descuente con los barriles de cerveza que les corresponde al mes o los deje pasar por las cocinas a buscar ocasionalmente un poco de comida. No sabemos cuanto sabe Fuller y es mejor visto lo de Martha que lo poco que le duran las parejas a Janet.

Ante tus últimas palabras se queda meditando un tiempo antes de contestarte. – Conozco algunos si y podría aumentar las dosis adormeciéndolo o estimulándolo en exceso pero el Maestre Stuart seguro que también los conoce. Pero el Maestre Gilbert tiene mas conocimientos que nosotros. Estoy prácticamente segura de que nos ayudaría y nadie pondría en duda su dictamen.

Recordando una cosa del pasado. – Os dio clases de pequeña, puedo decirle que deseáis hablar con él para tranquilizados en lugar de tomar un poco de dulce sueño ya que deseáis tener la mente clara para el juicio. Ademas, el Maestre Stuart puede estar pendiente de lo que yo intento hablar con el Maestre Gilbert pero vos podéis hacerlo salir de vuestros aposentos si se empeña en acompañarlo hasta aquí.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Os extraña a todos sentir al Maestre Gilbert tomar la palabra ya que normalmente solamente lo hace si alguien le hace una pregunta directamente. El silencio es equiparable al que se produce cuando es Lord Kevan quien habla.

Se queda mirando al maestro de armas mientras niega con la cabeza. – Disculparme Cedric, pero podría haber una explicación a lo que ha dicho Peter.

Hace una pausa mientras sus dedos van siguiendo los eslabones de su cadena. – Muchos después de haber conseguido un éxito nos marcamos otro mas difícil. Muchos de estos eslabones son sobre el mismo saber pero indican un conocimiento mas completo. Hay quien se conforma con lo que tiene y quien siempre aspira a mas. Yo debo deciros que siempre estoy intentando ampliar mis conocimientos.

Mirando a todos. – Puede que si Fuller llevada tiempo empleando ese despreciable método para coaccionar a esas jóvenes hubiera pensado que porque no subir su listón de aspiraciones. – Encogiéndose de hombros. – ¿Quién sabe hasta donde hubiera intentado llegar?

Al acabar el Maestre Gilbert Lord Steven Ferragut es quien habla ahora. – Disculparme Lord Kevan pero creo que poco hay que debatir las heridas eran lo suficientemente evidentes y si faltaba alguna cosa la actitud de Fuller no encaja en alguien inocente, no.

Me quedo pasmado por un segundo ante las palabras de Fuller.

- Veo que has abandonado la esperanza si estás dispuesto a insultar a la señora - realmente que me insultara a mí no me importaba demasiado, al fin y al cabo la humildad era una de las primeras cosas que aprendías cuando conseguías tu cadena, y mi relación con Gilbert era buena - y más cuando somos tu única oportunidad de explicarte antes del juicio.

A pesar de que soy consciente de mi débil complexión, intento ponerme en un espacio entre él y la señora, salvo que Lady Selyse lo evite. Mientras tanto echo un vistazo a sus heridas, que imagino han sido provocadas durante su detención.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Vanesha asintió a las primeras palabras de Berta como si ni ella misma lo hubiese podido describir de mejor manera, de una forma tan rotunda y clara. Eso era algo en lo que, sin duda, no había ninguna discrepancia.

-Martha entonces.- Concluyó dejándose guiar por Berta en ese otro asunto. -Bendita cerveza...- Pensó para ella misma.

La última propuesta de Berta sí que la dejó pensativa, con duda. Y aunque estaban siendo discretas para no ser oídas, ni en tan siquiera unos trazos de eco, no pudo evitar aumentar la discreción.

-¿Con el Maestre Gilbert?...Pero hasta dónde.- 

Le había parecido que Berta insinuaba que supiese todo o la mayoría, pues si cierto era que sabía más, para empaparse en contradecir o corregir al Maestre Stuart, si llegase el caso, sabiendo que éste podía llevar razón y hacerle incurrir en un encubrimiento, el Maestre tendría que estar al tanto de lo sucedido, y sobre todo estar de su parte.

Por otro lado engañar al Maestre no era tarea fácil. Era un hombre mayor y muy experimentado. Había instruído a mucha gente y conocía los altibajos emocionales. Era sagaz y agudo, además de un gran observador. En cualquier caso ella tampoco era ya la niña que una vez recibió las clases de Maestre. Pero aún si fuese capaz de engañarle, existía un problema...

Vanesha le profesaba un cierto afecto. Puede que no tan intenso como a Berta, Anna o su padre. Era algo más patriarcal. Afecto era, sin duda, pero se asemejaba más al respeto. Pero al verdadero respeto, no al que se gana mediante el miedo. Y eso chocaría realmente con su mentira en un dilema moral.

No quería mentir al Maestre, pero tampoco estaba convencida de si iba a entender, o peor aún, aprobar, lo que había hecho, lo que la colocó en un mar de dudas.

Lo que había hecho por Berta, demostraba que el Maestre estaba hecho de otro material distinto a la gran mayoría de los hombres. Pero de ahí a aprobar su proceder, había un abismo. En el fondo, tal vez era requisito indispensable ser mujer para realmente llegar a entenderlo del todo. Y no todas podrían...

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

El Maestre Stuart ve que tiene sangre seca en su rostro, ropas y cuerpo, pero a menos que pueda limpiársela no tiene forma de saber si es suya o procedente de las heridas de Vanesha. En estos momentos Fuller parece bastante agresivo.

Thomas desenfunda el hacha de batalla que lleva en la espalda en silencio y parece dispuesto a impedir que llegue hasta vosotros sin comtemplaciones.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Berta asiente ante el acuerdo de que Martha se ocupe de informarse de que cuenta Fuller a sus visitas.

Pero nota que dudas ante su propuesta de que recurráis al Maestre Gilbert. – Al tener en contra al Maestre Stuart creo que es nuestra única opción para contrarrestar todo lo que se le pueda ocurrir decir en el juicio.

Medita unos segundos antes de continuar. – Siempre podéis intentar aguardar a recurrir a él a como evolucione el juicio. Si la cosa parece ir mal intentar simular que os hundís al recordar lo ocurrido y os sacaré de allí. Con suerte Lord Kevan lo aplazara, aunque no es completamente seguro.

Dudando un poco si confiarte una cosa muy privada. – Sabes que llegue siendo una niña, tu contaste con Anna pero para mi el Maestre Gilbert fue toda mi familia. Y mas que mis padres y hermanos. Es lo mas contrario que puedas pensar de Fuller, ha tenido muchas ocasiones de acostarse con las mujeres de este castillo cuando le pedían té de la luna, muchas con sólo unas monedas de cobre se le ofrecían. Nunca acepto en esas condiciones, algunas unos meses después sin que el reclamara ni pidiera nada si compartieron su lecho. Pero no si estaban bebidas, si hubiera sospechado tan siquiera lo que hacía Fuller lo habría denunciado o acabado con él simulando que le había ocurrido cualquier cosa. Cuando me hice mujer tenía mucho miedo y me costo casi dos años de implorarle ofreciendomele hasta que...

Mirándote a los ojos. – Tu decides Vanesha.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Vanesha trató de escuchar el relato de Berta prestando toda la atención posible de una forma activa. Sin embargo no pudo disimular cierta sorpresa cuando Berta contó aquello. No era mal concepto ni mucho menos. Simplemente no se lo esperaba.

Siempre había visto al Maestre como un figura de cierta autoridad, que emanaba de su sabiduría y experiencia. Una especie de "padre" de todos en cierta forma. Pero fue en ese momento en el que cayó en lo evidente. El Maestre también era hombre. Le costaba imaginárselo con una mujer. Algo absurdo, pero era así, tal vez por lo idealizado que lo tenía. Pero eso no enturbió su concepto de él. Más bien se sintió un poco avergonzada consigo misma, por sorprenderse de algo tan evidente, y más viniendo de un hombre con una larga vida y trayectoria.

No menos le sorprendió en cualquier caso Berta, por varios motivos. Que se sincerara así con ella incluso la conmovió, no pudiendo resistirse a darle un abrazo. Al separarse, la miró un instante en silencio, sopesando qué hacer. Finalmente pareció decidirse.

-Solicitaré que venga el Maestre a verme.- No le pareció que alguien pudiera sospechar de su petición, pues era conocido por todos, por un lado los conocimientos del Maestre en tratamientos y curaciones, así como que Vanesha tenía aprecio por el que fuera su maestro y el que le había enseñado prácticamente todo lo que sabía. 

Si el Maestre Gilbert era capaz de ver algo que no le encajase en sus heridas y dolencias, eso también podría confirmarla o darla al menos una idea de lo que el Maestre Stuart podía también haber notado. 

Seguramente, en algún momento, tendría que contarle lo sucedido, o gran parte de ello, si quería contar con su apoyo para desdecir al Maestre Stuart en caso de que este dijese algo que no debía decir. Le asustaba que el Maestre pudiese cambiar su forma de pensar respecto a ella. Pero si las cosas se torcían por terceros, la palabra del Maestre tenía gran peso. Berta confiaba en él. Ese era un punto a favor. Otro era, que hasta donde Vanesha sabía, era una persona discreta. Cuánto no sabría sobre todas las generaciones que había visto pasar por sus pupitres o atendido en sus dolencias. Y jamás había escuchado nada que viniese de boca del Maestre sobre alguno de ellos.

Era arriesgado, pero no podía negar cierto mérito a Fuller. Había llegado a hacerse con una posición, incluso de cierto poder. Y subestimar a alguien así, podría ser muy peligroso. El apoyo del Maestre sería de un valor enorme, tanto para ella como persona y lo que significaba su apoyo, como para la situación que se había generado.

-¿Podrías tú, Berta, hacerle llegar mi petición, o mandar a alguien?- Dijo con cierta resignación. Si bien, gustosa iría ella personalmente, lo mejor era que continuase confinada en la habitación...como si no estuviese ya harta de estar entre aquellas cuatro paredes tras su convalecencia. 

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Berta cuando acaba de hablar te mira expectante esperando tu reacción consciente de que es tan arriesgado involucrar al Maestre Gilbert completamente o arriesgarse a que Lady Selyse y el Maestre Stuart no logren salvar a Fuller.

– Seguramente ahora estará reunido con Lord Kevan. Esperaré a que acaben y os lo enviaré sin decirle nada.

Antes de salir te indica. – Así tendréis tiempo para meditar que le contáis. Siempre podéis intentar esperar haber como va el juicio.