Media mañana del día 22 del octavo mes del mes del año 298 en Puerto Gaviota.
Al cabo de poco rato os pican a la puerta de la habitación que os han proporcionado anunciándoos que os traen una bañera y agua caliente.
Una vez entran es evidente su sorpresa al encontrados a los dos que provocan algún sonrojo y sonrisas picaras de algunas de ellas.
Tu hermana, una vez salen quedándoos solos se te queda mirando mientras lleva las manos a la espalda buscando la lazada de su vestido.
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desato el lazo del vestido de mi hermana y me doy la vuelta mirando a la puerta
No tardes mucho, que falto yo y no debemos llegar tarde.
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Oyes como cae el vestido al suelo y al instante como entra en la bañera. Sharra mientras tanto se te acerca extrañada concentrándose en la puerta mientras olfatea de forma audible antes de, por lo que oyes saltar encima de la cama.
Oyes la voz de tu hermana. – Báñate tú también, cerrare los ojos hasta que tú también estés dentro de la bañera. Si esperas a que acabe no te dará tiempo sabes lo que me cuesta peinarme y decirme por un vestido. Cuando vayas a salir los volveré a cerrar, tú te vistes de seguida.
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esta bien, hazme sitio.
me desnudo dejando una daga al alcance de mi mano y me meto en la bañera.
¿Qué opinas hasta ahora de este lugar?
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Tu hermana deja por un instante de enjabonarse su larga melena para contestarte.
– Es un sitio mas grande de lo que pensaba cuando la tía Katheryn no hablaba de los pocos años que vivió aquí en Puerto Gaviota antes de que muriera su esposo por el que todavía guarda luto.
Se queda unos segundos pensativa antes de añadir. – Puede que me haya dedicado a entrenar como soldado a caballo de tanto oírla contar lo gallardo que era montado en su caballo, ¿tú crees?
Mientras espera tu respuesta reanuda el lavado de su pelo.
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Es un sitio enorme, bien organizado y defendido. podemos aprender mucho aqui.
los soldados a caballo son gallardos, pero son eficaces? demasiado peso para mi gusto.
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Notas una leve patada de tu hermana. – ¡Eficaces! Recuérdame que te pinche con mi lanza la próxima vez que me entrene.
Sumerge la cabeza sacudiéndola para aclararse el jabón. – Ves acabando de bañarte, yo ya estoy.
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Aprovecho que mi hermana esta sumergida para salir de la bañera y ponerme una toalla.
una buena formación de infantería con lanzas, para cualquier carga de caballería.
yo ya estoy fuera, cuando quieras.
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Tu hermana levantada la cara sorprendida al sentirte decir que ya estas estas para acabar riendo.
– Ya sabía que no podía ser, nadie es tan rápido. Venga ponte detrás y acaba de vestir. Cuando estés realmente ya saldré. No querrás que salga ahora.
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mientras me termino de vestir, digo:
Hermana, como si ahora nos fuéramos a volver muy finos, nos hemos visto desnudos muchas veces.
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En respuesta a tus palabras Joana se levanta girándose de cara a ti. – Has sido tú el que nada más desatarme la lazada del vestido si no te digo de bañarnos juntos sale del aposento.
Acaba de salir de la bañera en busca de una toalla comenzando a secarse concienzudamente para no mojar su vestido. Al acabar de hacerlo la deja en el suelo comenzando a vestirse.
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era por ver si tanto lujo te habia suavizado
evito el golpe que probablemente lance mi hermana y termino de vestirme.
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Deja de vestirse un momento para responderte.
– Ya te he dicho que eres tú quién quería irse. Venga vistámonos que no tardaran en venirnos a buscar.
Mientras Sharra continúa dormitando en el lecho acostumbrada a que no dejéis de hablar cuando estáis juntos.
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Permanecéis en el pasillo hablando los tres hasta que reaparecer Sharra encabezando un grupo de sirvientes con dos bañeras y una docena de cubos de agua humeante.
– Mis señores, no les dará prácticamente tiempo a asearse para la comida a la que han sido invitados por Lord Gerold Grafton.
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Permanecéis en el pasillo hablando los tres hasta que reaparecer Sharra encabezando un grupo de sirvientes con dos bañeras y una docena de cubos de agua humeante.
– Mis señores, no les dará prácticamente tiempo a asearse para la comida a la que han sido invitados por Lord Gerold Grafton.
Aunque es bastante imperceptible vosotras que conocéis desde hace años a Sharra la notáis un poco insegura.
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me visto y espero a mi hermana para salir de la habitación.
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—Uy, pues sí.— Asintió a su doncella.—Con permiso...— Dijo como despedida dispuesta a entrar en la habitación. Al entrar en ella echó un vistazo, sólo para situarse. Curioseó la cama y los muebles y buscó algún arcón. También se acercó al ventanal para disfrutar un momento de las vistas que hubiese. Una vez hubieron pasado Alia y Sharra con los cubos y la puerta estuvo cerrada, comenzó a desprenderse de las primeras prendas para poder asearse aunque fuese de una forma fugaz. Con toda dama que se precie, Vanesha siempre llevaba encima pequeños saquitos de flores aromáticas, que se encargarían de hacer el trabajo que el agua no tuviese tiempo, si es que éste apremiaba.
—¿Qué ocurre Sharra?. Te noto nerviosa. Mucha gente nueva, un sitio nuevo...¿verdad?. O quizás aún tienes la mente en el barco.— Sonrió con malicia, picardía más bien. Aunque igualmente , Sharra ya la conocía también lo suficiente para intuir que posiblemente la estaba dando pie a hablar con confianza si algo la inquietaba.
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—Uy, pues sí.— Asintió a su doncella.—Con permiso...— Dijo como despedida dispuesta a entrar en la habitación.
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Alia observó con detenimiento la habitación y se dispuso a asearse levemente para que le diera tiempo a la vez que le decía a Sharra eso Sharra, cuenta ¿que te pasa?
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Oleg se adentro en su habitación y se aseo lo mejor que pudo. Apenas pudo disfrutar de ese momento que hacía tanto tiempo que no tenía oportunidad. Bañarse con agua caliente en una bañera era un lujo que en otro momento disfrutaría con calma.