Partida Rol por web

Las Tierras de los Valles

19. Serenata Nocturna.

Cargando editor
16/08/2010, 12:54
Director

Sendero de la Hachuela Septentrional, Valle de la Rastra.

Cargando editor
16/08/2010, 12:55
Khaila

Había pasado tan sólo media hora desde que los compañeros se habían echado a dormir. La joven guerrera patrullaba intentando no hacer ruido por los alrededores del pequeño campamento. Tan sólo se podía escuchar el sonido de algún buho lejano, aunque durante el primer cuarto de hora le alertó el ruido de una comadreja.

Odio el bosque... Se dijo por enésima vez aquél día. Se sentía cansada, demasiado cansada como para poder hacer la guardia sentada y en silencio. Así que Khaila, con los oídos alertas, y su vista humana lo mejor enfocada que podía, iba caminando intentando no hacer ruido.

Por su cabeza, los recuerdos de aquel día, eran como jirones de una pesadilla de la cual todavía no había conseguido despertar el todo. El mordisco todavía lo sentía palpitante. Aunque quizás fuera más una sombra que un dolor. Un recuerdo de su mente preocupada...

Todavía se encontraba la joven mosqueada con el grupo. Los veía allí, dormidos plácidamente y el peso del cansancio le cargaba más los hombros. Se acercó a uno de los árboles y desenvainando su gran espadón se colocó de cuclillas. El arma delante suya, preparada para cualquier sorpresa que pudiera tener. Pero estaba todo tan tranquilo...

Durante quizás un par de minutos, los ojos de la guerrera se cerraron. Rápidamente los abrió para comprobar aliviada que todo continuaba igual. Maldición... No puedo arriesgarme a quedarme dormida. Se dijo mientras volvía a incorporarse y recogía nuevamente su arma.

Espera... ¿Qué es eso? Sus oídos habían captado un sonido que le resultaba familiar. Sí, eran pasos, pasos de alguien que caminaba sin cuidado y lanzando alguna que otra maldición.

Khaila cogió con ambas manos la empuñadura de su arma y se acercó al borde de los árboles de donde le parecía escuchar ese sonido.

- ¿Quién anda allí? - Preguntó con la voz dura y moderada, sin gritar demasiado para no despertar en vano a sus compañeros. Lo último que querría es que despertaran y después se quejaran de no poder recuperar sus conjuritos, haciéndola estar más tiempo de guardia. Menudo morro que tienen...

Cargando editor
16/08/2010, 13:21
Volo

La figura que emergió al círculo de luz, sorprendida, distaba mucho de parecer una amenaza.

Era un hombre de unas treinta primaveras, vestido como un pisaverde. Tenía la barba castaña bien cuidada y enmarcaba una sonrisa afable. Sus ojos chispeaban con diversión.

Carraspeó.

--¡Soy el Gran Volothamp Geddarn! --exclamó el hombre con una potente voz de tenor y pulsó una cuerda de su laúd. Si el aviso de Khaila no había despertado a los compañeros, la exclamación de Volo terminó de conseguirlo--. Mago, trovador, cuentacuentos, escritor, poeta y excelso amante. El orden puede variar, según la necesidad.

Volo recorrió con la mirada satisfecha a los soñolientos viajeros que lo miraban desde sus petates.

--Quizá hayáis oído hablar de mi --concluyó ufano de si mismo, poniendo los brazos en jarras. Levantó y bajó las cejas en un elocuente gesto dirigido a las mujeres del grupo.

Cargando editor
17/08/2010, 01:09
Hanna

Hanna se desveló inquieta al oír voces a un tono algo alto, no es que estuviera durmiendo demasiado profundamente.

Al incorporarse vio a... ¿Aún dormia? No, ese hombre se estaba presentando como Volo, nada menos.
Y yo con estos pelos Pensó sarcásticamente. No es que fuera un hombre de gloriosa reputación, pero era alguien que tendría mil amigos... y dos mil o tres mil enemigos, a juzgar por cómo dejaba a según quién en sus libros.

Cuando se despejó un poco y se puso en pie, juzgó que sería interesante no solo preguntarle un poco sobre aquellas ruinas, si no que el tal Volo viera con buenos ojos al clero de Mystra de Valle de la Rastra, por si... alguna vez volvía a aparecer el sus libros, plasmase una buena impresión.
El problema es que no sabía como entrar a aquél tema, de manera que trataría el primero para comenzar.

Bueno... es difícil no haber oído hablar de usted... bien o mal. Sonrió de medio lado. ¿Qué le trae por aquí?

Cargando editor
17/08/2010, 01:20
Hanna
Sólo para el director

Bueno, mira... igual me animo a hablar yo con él, parece que, fuera loq eu fuera lo que les habia yo hecho a los dados, mas o menos me lo tienen perdonado xD

- Tiradas (5)
Cargando editor
17/08/2010, 15:59
Volo

Volo carraspeó.

--Veo que mi fama me precede --el escritor ensanchó la sonrisa--. Estoy viajando por vuestras hermosas tierras a fin de elaborar una de mis famosas guías para el viajero. Me disponía a explorar ciertas minas encantadas del bosque de Velar en compañía de dos hermanos enanos. Pero como no tienen oído para la buena música, me pidieron que abandonara su campamento. De muy malas maneras, dicho sea de paso. En fin, su campamento está en una hondonada a dos kilómetros en dirección norte, pero es prácticamente invisible desde vuestra posición. Tymora me ha sonreído al encontrar a otros viajeros acampados tan cerca.

Y vosotros, mis bienhallados amigos, ¿qué asuntos os traen tan lejos de la seguridad de Ciudad de Valle de la Rastra? Tenéis todo el aspecto de ser avezados aventureros si no os molesta que os lo diga.

Cargando editor
17/08/2010, 23:07
Galatea
Sólo para el director
- Tiradas (1)
Cargando editor
18/08/2010, 11:34
Ivelios

 Ivelios, tras el pequeño viaje, necesitaba descansar, al menos si quería tener sus conjuros a punto para el día siguiente. Algo por otro lado, imprescindible dado a donde iban. Tras la pequeña discusión sobre quien realizaría la primera guardia, y advirtiendo de su situación, el elfo se acostó sin más dilación. 

Desafortunadamente sus sueños iban a ser interrumpidos cuando una fuerte voz habló: 

Cita:

-¡Soy el Gran Volothamp Geddarn!. Mago, trovador, cuentacuentos, escritor, poeta y excelso amante. El orden puede variar, según la necesidad.

¿Que...?- es lo único que puedo pensar- ¿quien es...?- el mago se encontraba aún algo dormido pero no tardó en levantarse para ver de donde provenía tanto "alboroto". Al menos no era un combate, dado que no se oían ruidos de batalla. 

Ivelios echó un vistazo a su alrededor hasta que sus ojos se posaron en el nuevo visitante que había llegado a su campamento. Puesto que se había despertado, decidió acercarse a donde se encontraban sus compañeros.

Saludos compañero- saludó al recién llegado.

Cargando editor
20/08/2010, 16:31
Galatea

 

La imagen de Galatea y Áscalon en un principio era bastante curiosa ya que tanto el lobo como elfa estaban exactamente en la misma postura; agazapados sin haberse movido de como estaban inicialmente pero mirando al recien llegado de forma analítica.

"Por todos los Seldarine, lo que me sorprende es que siga... de una pieza si cada vez que encuentra un campamento hace lo mismo"

Al cabo de unos segundos, la druida se enderezó un poco para sentarse y el animal volvió a apoyar la cabeza sobre el suelo tras una caricia en el lomo de su compañera que a todas luces debía ser una especie de "no hay peligro". Vale que Galatea viviese muy al margen de la comunidad humana pero eso no significaba que las grandes figuras de ésta escaparan a sus oídos.

¿Volo... ? ¿Volo el sabio errante?

Peinó hacia atrás la mecha plateada de su melena que al parecer tenía la mala costumbre de descolgarse por el flequillo y soltó un suspiro.

Tantos años en el bosque y aún sigue sorprendiéndome...—pese a la afirmación no parecía haber rastro de sorpresa en la expresión de su cara, ni tampoco en el tono de su voz aunque  tal vez lo que acababa de decir fuese precisamente el motivo de ello; Aceptar que no se sabe todo es la mejor forma de no quedarse sin palabras cuando algo no esperado te sale al paso—...a veces se encuentran en él cosas de lo más inesperado.

Por supuesto para ella el término que había empleado aquél hombre sobre que estaban lejos de "la seguridad de la ciudad" no tenía sentido, es más, resultaba completamente al revés: Galatea se sentía más segura en el bosque.

Es una historia un poco larga... —pareció pensárselo un momento, ella no tenía por qué hablar en nombre del grupo y más teniendo en cuenta que a Khaila parecía molestarle ir diciendo por ahí que andaban en busca de una cura para su maldición... pero el saber era algo que la driuda valoraba mucho, algo muy valioso que no ocupaba lugar y aquél humano desde luego era una fuente con patas—aunque bueno, ya que ha llegado aquí... quizá sí sea obra de Tymora. ¿Le apetece hablar un rato? tal vez no pierda la fuente de inspiración para escribir esa guía y tal vez nosotros podamos orientarnos un poco mejor... que puede que yo conozca los orígenes el reino natural pero no el de las incursiones humanas que dejan multitud de misterios en él.

Y el experto en historias sobre esas incursiones acababa de llegar al campamento.

Cargando editor
24/08/2010, 15:06
Volo

--El mismo que viste y calza, amiga.

Volo esbozó una sonrisa satisfecha, avanzó hacia el centro del campamento y dejó caer su mochilla llena de bártulos en el suelo. Se sentó en el suelo con las piernas cruzadas, apoyando el laúd en el hueco que estas dejaban.

--Oh, claro que me apetece hablar. Hablar es mi actividad favorita. Así que queréis saber cosas sobre las incursiones humanas a estas tierras ¿no? Es buen lugar este, ya que estamos junto al Sendero de la Hachuela. Seguro que sabéis que fue Halvan el Oscuro, un poderoso mago y antiguo gobernante de estas tierras, el que se propuso atravesar los bosques de la Corte Élfica a golpe de hacha. Quería unir el Valle con la ruta comercial del Mar de la Luna, aunque eso costara la vida de numerosos elfos y humanos. Cuando la noticia llegó a lo que hoy es Ciudad de Valle de la Rastra, sus enemigos saquearon su castillo y lo mataron. Aún hoy se divisan sus ruinas ennegrecidas desde la ciudad... ruinas que aún deben estar llenas de las riquezas que atesoró Halvan durante su despiadada vida. Claro que alguien o algo mata a quienquiera que se adentre en sus desmoronadizos muros, ¿habéis oído que la Compañía de la Linterna Rota huyó de allí tras perder a siete de sus once miembros?

- Tiradas (2)
Cargando editor
29/08/2010, 00:16
Kanizhar

Kanizhar pasó varios minutos escrutando el firmamento antes de caer rendido. Divagaba para no tener que pensar en cosas serias, aunque los problemas le venían a la mente irremediablemente, pero la mezcla de cansancio y relajación finalmente le sumieron en letargo.

Durante la noche, algunos de los ruidos que alarmaron a Khaila fueron provocados por el clérigo, que se removía en su petate, a veces murmurando vocablos que no tomaban forma, pues el muchacho prácticamente gruñía. Sus sueños se convirtieron en un viaje abrumador por el inconsciente, reviviendo el dulce rostro de su madre, las duras palabras de su misterioso y efímero maestro, e incluso la luna, cuyo resplandor se veía apagado, casi oscurecido.

No obstante, no fueron sus sueños los que le despertaron, sino un grito alegre que anunciaba la presencia de un sabio viajero, o un indeseable vagabundo, según quien lo viera. El anuncio culminó con el sonido de un laúd, que auguraba una velada carente del sueño que Kanizhar tanto necesitaba y a la vez deseaba. Se restregó los ojos hasta ver claramente a Volo, un hombre barbudo y de un humor envidiable, especialmente a esas horas de la noche.

Kanizhar recordó el nombre, pues se había topado con el fragmento de una de sus obras, además de que su nombre estaba en boca de todas las naciones de los Reinos. Se sorprendió al verlo allí, en su campamento, pero no le pareció extraño, una vez el viajero contó su pequeña anécdota. Recibió una cálida bienvenida de parte del resto, y se acomodó para poder hablar con comodidad.

-Buenas noches- saludó, inclinando la cabeza levemente. Volo compartió una pequeña fracción de su conocimiento, y a pesar de que Kanizhar lo halló interesante, sus ganas de dormir no se desvanecieron. -¿Qué sabe usted del templo a Selûne abandonado en el bosque de Velar... señor Geddarn?- inquirió, aprovechando la presencia del sabio. -¿Ha oído hablar de él durante su estadía en los Valles?-

El clérigo no quiso mirar las caras del resto. Era consciente de que tal vez no deseaban revelar sus intenciones tan rápidamente, pero hallar cuanto dato le sirviera en su investigación era su prioridad.

Cargando editor
29/08/2010, 12:17
Khaila

El nombre de Volothamp a Khaila no le dijo nada. Pero viendo que el hombre no parecía una amenaza, bajó la espada y se quedó en silencio, observando cada uno de sus movimientos.

Todos parecían haber despertado ante la irrupción del bardo. Khaila contuvo un gruñido y se acercó nuevamente a uno de los árboles que bordeaban el claro. Se sentó en el suelo y colocando la espada cerca se quedó escuchando lo que sus compañeros hablaban con Volothamp.

Cuando Galatea lo nombró como Volo el sabio, Khaila volvió a mirarlo con mayor interés. Ese nombre ya le sonaba de algo. Había oído hablar de aquel hombre, pero la verdad, no sabía gran cosa sobre él.

Siguió escuchando en silencio...

Cargando editor
30/08/2010, 14:56
Volo

La sonrisa de Volo quedó congelada en un rictus de terror mientras palidecía a ojos vista. El viajero paseó la mirada por los aventureros, como si los estuviera viendo por primera vez.

--¿Estáis hablando de ese santuario en el que fue asesinada tantísima gente, de forma tan horrible? --consiguió balbucir Volo, sombrío, después de tragar saliva--. ¿Qué pretendéis encontrar en ese lugar, aparte de la muerte?

Cargando editor
30/08/2010, 15:10
Ivelios

Cita:

-¿Estáis hablando de ese santuario en el que fue asesinada tantísima gente, de forma tan horrible?

¿Asesinatos?- dice el mago- desconocía esa parte de la historia. ¿Sería tan amable de explicarnos eso algo mejor? Sino tiene inconveniente, claro está.

Cargando editor
30/08/2010, 15:16
Volo

Volo carraspeó, como si las palabras le rascaran la garganta por primera vez en mucho tiempo.

--La leyenda habla de que ese templo era un lugar feliz en el que se rendía culto a Selune. Se acogía a peregrinos venidos de otras tierras y se celebraban ceremonias en honor a su diosa en torno a un lago sagrado que reflejaba la luz la luna. Un día, unos desconocidos se hicieron pasar por sacerdotes y los selunitas los dejaron entrar. Se desconoce qué movía la mano de esos extranjeros, pero pasaron a cuchillo a toda la congregación. Después arrojaron sus miembros cercenados al lago sagrado y mancillarlo para siempre.

Desde entonces, los espíritus de los selunitas encantan el lugar, asesinando a todo aquel que se acerque. No hay tesoros ni gloria que encontrar allí. Sólo odio, desesperación y muerte.

Cargando editor
30/08/2010, 18:02
Galatea

 

Galatea puso los ojos en blanco y suspiró ante la directa forma de ir al grano del clérigo.

"Humanos... siempre con prisa"

Carraspeó diplomáticamente.

Chicos... —esbozó una sonrisa encantadora (encantadora y forzada) que mantuvo durante unos segundos aunque no terminó la frase. Luego miró a Volo que había relatado aquello con aparente terror—teniendo en cuenta de que no era un templo de Selune "normal"... no me extrañaría que los desconocidos fueran Sharinos. Pero el caso es que no buscamos tesoros... o al menos no "tesoros" de los que buscaría cualquier aventurero con ganas de llenarse un poco los bolsillos. El "tesoro" que buscamos es más de conocimiento que material por así decirlo.

"¿Erradicados? Dioses... ahora tengo más motivos todavía para ir"

Cargando editor
31/08/2010, 16:21
Hanna

Hanna se levantó y escuchó toda la conversación desde segunda línea, detrás de algún compañero. Tras las preguntas de Galatea, cambió el peso de lado y lanzó las suyas, y algunas explicaciones.

Ponerle el caramelito de una buena historia en la boca  seguro que le gusta... y se esfuerza en intercambiar información útil... ¡O porqué no! Hasta puede que se anime a acompañarnos o ayudarnos.

Resulta que... alguien importante para las buenas relaciones entre elfos y humanos ha contraído una versión especialmente persistente de licantropía, causada por un ritual... posiblemente sharino.

Dejó unos segundos de pausa y siguió.
Consultamos al Arpa Cantora, y por su canción hemos deducido que... *Carraspeó* Se avecina algo malo, y en el templo de la Herejía Oscura podríamos encontrar una cura a tiempo.

Dudaba que Volo no hubiese oído hablar de la Herejía de la Luna Oscura, al fin y al cabo era un hombre culto y bebedor de historia... entre otras muchas cosas menos nobles. Pero si quería saber más... que preguntase.

Cargando editor
01/09/2010, 15:54
Volo

Volo se quedó con la boca abierta después de las explicaciones que le dieron Galatea y Hanna. Por la expresión de su rostro, parecía poco probable que el recopilador de leyendas supera algo de la Herejía de la Luna Oscura. Al parecer, los temas histórico-religiosos no eran el fuerte del mago vagabundo. 

--Vaya. Creo que detrás de esto hay una buena historia, si es que me la queréis contar entera y desde el principio --apreció Volo, sacando un pergamino de su mochila. Aunque se detuvo a medio camino--. ¡O mejor aún! Si no os importuna, podría formar parte de vuestra expedición. Un escritor debe presenciar la verdad para poder escribirla ¿no es así?

La sonrisa volvió a los labios de Volo. 

--Y yo podría hablar de vuestras aventuras en mi Guía de los Valles. ¿Vuestro grupo de aventureros tiene un nombre?

Cargando editor
01/09/2010, 16:07
Ivelios

Cita:

Y yo podría hablar de vuestras aventuras en mi Guía de los Valles. ¿Vuestro grupo de aventureros tiene un nombre?

 No, al menos que yo sepa- respondió el mago mientras miró a Hanna- aunque sería buena idea ponernos uno, ¿no te parece?

La situación había tomado un cariz interesante: el cuentacuentos quería unirse a la aventura, aunque tampoco uno podía sorprenderse, dada la fama que tenía el mismo. La cuestión era, ¿sería una estorbo o por el contrario una buena ayuda?.

Tu oferta, eh... es tentadora. Sin embargo, contéstame a algo, ¿que puedes aportar a este grupo? Espero que no se ofenda si le pregunto esto de manera tan directa.

Cargando editor
01/09/2010, 16:13
Hanna

Conocimientos. Respondió la acólita de Mystra por Volo  Un mago debería saber valorar el conocimiento, embajador Sonrió amablemente, en parte por la obviedad y en parte por la satisfacción de que el relato hubiera 'picado' a Volo.

Siéntese, sentémonos un rato junto al fuego, y le contaré de qué va eso de la Herejía de la Luna Oscura... Fue a sentarse junto al trovador. Nombre...? Bueno, la verdad es que no. Sonrió ¿Le parece que "Los casuales del Valle de la Rastra" estará bien..? Al fin y al cabo nos ha unido la casualidad... deje que le cuente.

Se aclaró la garganta un momento y se puso a explicar.
Hace un par de días ya, un hombre lobo atacó las cuadras de Valle de la rastra, y Khaila
y Galatea Hizo un gesto hacia ellas enfrentaron a la criatura, que resultó ser la nieta de un anciano elfo de Cormanzhor... con cierto peso político. Según parece, unos sharinos la transformaron en una especie peculiar de licántropa que no puede curarse con los métodos habituales.
Khaila fue herida y tememos que cuando llegue la luna llena se transforma también.
Por lo que a mi respecta, estoy en esto por... lealtad al Valle de la Rastra, quiero que siga siendo un lugar en paz con los elfos... y porque si hay sharinos por medio, mejor que mejor.
Miró a Kanizhar. Kanizhar también tiene sus motivos. Una de las sacerdotisas de nuestra congregación se suicidó ayer, por algo relacionado con Shar también. Ivelios... Nos echa una mano, para aclarar el asunto del... extraño suicidio.

Cogió aire y cambió un poco la pose.
Acudimos al Arpa Cantora del templo de Oghma. Por la canción profética que soltó no sacamos demasiado... No pretendía decir a un trovador que sospechaban que Shar podría estar intentando "hundir" el Valle de la Rastra. Puede que fuera amable, pero no sabía hasta qué punto sabía callarse las cosas importantes, y no parecía que mucho. Pero el sacerdote de Oghma nos sugirió acercarnos a un templo de Selûne. Como el más cercano está muy lejos, nos sugirió el templo de la Herejía de la Luna Oscura, que tal vez esté sirviendo de base a los Sharinos.
Al parecer, la herejía de la luna oscura aseguraba que Shar y Selûne son dos caras de la misma diosa que se alternan... y quizá quienes les asesinaron fueron Sharinos, ofendidos por esa afirmación.

Miró a Khaila un momento y echó unas briznas al fuego.
Con un poco de suerte, servirá de algo... si el Arpa Cantora lo dice, habrá que confiar...