Partida Rol por web

Las Tierras de los Valles

20. La Mano de Shar se Extiende.

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02/09/2010, 19:40
Director

En algún lugar del bosque de Velar, Valle de la Rastra.

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02/09/2010, 19:40
Director

Hacía dos días que Rengar había partido de Medina. 

El semiorco se había detenido para que su montura pudiera beber en la cantarina corriente del riachuelo que se enroscaba por todo el bosque de Velar. Mientras su caballo se solazaba con el descanso y el agua, el paladín recapacitó sobre lo que había cambiado su vida hace no mucho.

Los restos de una de las personas que más amaba en su vida cabían ahora en una bolsita. Había salvado a su familia, sí, ¡pero a qué precio! Mucho de sus vecinos habían muerto y él ahora se veía envuelto en un misterioso ataque que parecía tener como objetivo reavivar las hostilidades entre elfos y humanos largo tiempo olvidadas. Pero ¿con qué motivo?

Para colmo, su sufrimiento parecía haber atraído la indeseable atención de Loviatar. No obstante, según iban pasando los días sin que el terrorífico sueño se hubiese repetido, su amenaza parecía diluirse.

Cuando Rengar salió de su ensimismamiento y levantó la cabeza se encontró con más media docena de elfos salvajes apuntándole con su arco. Había viajado hasta allí a hablar con ellos, pero hubiera preferido encontrarse en una situación más favorable...

Notas de juego

Resta 2 raciones de comida de tu inventario. Puedes, si lo deseas, haber comprado más antes de salir de Medina.

Postea para todo el mundo ;).

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02/09/2010, 19:49
Director

El grupo de aventureros que aún no tenía nombre se adentraron en el bosque de Velar de buena mañana. Volo había hablado de un lago sagrado para los Selunitas, así que decidieron que era buena idea seguir el cauce del río que se enroscaba y zigzagueaba por el bosque. 

Galatea hacía las veces de guía, llevando a los aventureros por veredas seguras que discurrían entre pinos, arces y leñocasos. El agradable sol se filtraba por entre las altas copas de los árboles, y el aire era fresco y vivificante. Muy lejos parecía ahora la escabrosa historia que había contado Volo sobre el lugar en el que se tendrían que adentrar para encontrar la cura a la maldición que aquejaba a la niña elfa... y probablemente a Khaila.

Cuando era casi la hora de comer, llegaron a las inmediaciones de un claro por el que discurría un arroyo de aguas cantarinas. En la distancia, pudieron ver que no eran los únicos que viajaban (o habitaban) aquellas soledades.

Junto al arroyo había un enorme guerrero enfundando en una armadura de combate que daba de beber a su caballo. Lucía una capa blanca y raída con un símbolo en forma de manos atadas que lo identificaba como un fiel de Ilmáter. El hombretón levantó la cabeza... para contemplar como más de una docena de elfos salvajes lo apuntaban con sus arcos con intenciones claramente hostiles.

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03/09/2010, 00:15
Rengar

Rengar echó en falta su yelmo, no por su uso como armadura, sino por lo efectivo que era para tapar su rostro. En aquellas condiciones se distinguía perfectamente su ascendencia, y Rengar odiaba aquello. No ayudaba más que a los prejuicios.

Levantó las manos en señal de paz e inspiró para explicarse:

-Saludos, elfos. Soy Rengar Lagoclaro, paladín al servicio de Ilmáter y vivo en Medina. Vivía. Vengo en son de paz, no quiero haceros ningún daño. ¿Quién es el líder? Necesito hablar con él.

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03/09/2010, 08:33
Elfa Salvaje

Ninguno de los elfos se movió.

--¿Y con qué derecho pides nada? --espetó una de las elfas, con un acento muy cerrado.

La elfa que había hablado llevaba los cabellos pintados de verde oscuro, y lucía varios tatuajes que la hacían casi invisibles en la espesura. Su rostro hubiera sido muy hermoso si no estuviera deformado en una mascara de odio. Empuñaba una lanza que apuntaba al corazón de Rengar.

--Tu presencia aquí es una ofensa mortal para los Tel'quessir. En otros tiempos tu sangre orca o tu pavoneo de dioses paganos sería tolerado en honor al Pacto que firmamos hace tantos años. Pero si los traicioneros habitantes de las ciudades queréis guerra ¡el Pueblo se alzará en guerra! 

Hubo vítores entre los elfos.

--En cuanto a tu castigo, piel verde... un hueso roto por cada rama partida --la elfa esbozó una sonrisa macabra.

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03/09/2010, 09:21
Hanna

Volver a caminar campo a través seguía siendo tan pesado como el día anterior, pero la costumbre empezaba a hacerlo más llevadero, además, todavía no llevaba tantas horas andando como para estar cansada.
La huidiza maga no iba delante, por supuesto, per cuando olió el mal ambiente procuró acercarse a Khaila. Escuchó las increpaciones de los elfos, y vio que aquello no iba a acabar nada bien.

Sacudió la cabeza y murmuró.
Por feo que sea es un ilmaterino, no...? Pensé que los elfos respetaban la vida más que "esto"

Hanna hizo unos gestos uniendo las manos y murmuró un conjuro, luego pasó las palmas de las manos abiertas por su rostro, y las bajó hasta los muslos. En un instante, las ropas de viaje se habían convertido en una muda de exploradora elfa, su arco se había alargado, y sus rasgos eran completamente élficos, increíblemente convincentes. Miró a Galatea un momento. Miró también a Ivelios, pero no le parecía lo bastante "montañés" para el caso.

 Sígueme la corriente... Ivelios, tacto, por favor.... Susurró, y avanzó hacia el semiorco y sus "enemigos", arco en mano y con una flecha dispuesta, como si acabase de llegar. Al hablarles, lo hizo en un élfico nítido y practicado.

¡Hermanos...! Este N'tel quess está con nosotros... Puede que tenga sangre orca, pero sus intenciones son de las mejores. Estaríais cometiendo un grave error...

En su voz y su expresión había un tono de angustia y presteza, como si realmente algo malo fuera a suceder si acababan con aquél semiorco.

Es de una orden humana del bien, tengo conmigo a una druida y el embajador de Siempreunidos. Creedme que al Pueblo no le conviene matar a este medio orco.

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03/09/2010, 09:58
Hanna

Volver a caminar campo a través seguía siendo tan pesado como el día anterior, pero la costumbre empezaba a hacerlo más llevadero, además, todavía no llevaba tantas horas andando como para estar cansada.
La huidiza maga no iba delante, por supuesto, per cuando olió el mal ambiente procuró acercarse a Khaila. Escuchó las increpaciones de los elfos, y vio que aquello no iba a acabar nada bien.

Sacudió la cabeza y murmuró.
Por feo que sea es un ilmaterino, no...? Pensé que los elfos respetaban la vida más que "esto"

Hanna hizo unos gestos uniendo las manos y murmuró un conjuro, luego pasó las palmas de las manos abiertas por su rostro, y las bajó hasta los muslos. En un instante, las ropas de viaje se habían convertido en una muda de exploradora elfa, su arco se había alargado, y sus rasgos eran completamente élficos, increíblemente convincentes. Miró a Galatea un momento. Miró también a Ivelios, pero no le parecía lo bastante "montañés" para el caso.

 Sígueme la corriente... Ivelios, tacto, por favor.... Susurró, y avanzó hacia el semiorco y sus "enemigos", arco en mano y con una flecha dispuesta, como si acabase de llegar. Al hablarles, lo hizo en un élfico nítido y practicado.

Dijo algo llamándoles, y dándoles algún tipo de explicación

En su voz y su expresión había un tono de angustia y presteza, como si realmente algo malo fuera a suceder si acababan con aquél semiorco.

Después continuó con algunas explicaciones más.

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03/09/2010, 10:59
Khaila

Tras una mala noche y con un humor de perros, Khaila ayudó a levantar el campamento. Al final había podido dormir unas cuantas horas, pero la joven guerrera no estaba acostumbrada a la vida "campestre" y todo eran quejas. Si alguien osaba acercarse a ella e intentaba hablarle, ella lo fulminaba con la mirada y se giraba, volviendo a sus quehaceres.

A lo largo de la mañana ese malhumor empezó a suavizarse. Si no fuera por el temor a la maldición que podía estar corriendo ya por su sangre, Khaila hasta hubiera disfrutado de los suaves rayos de sol que acariciaban su rostro. Pero ese temor la sobrecogía, aunque intantaba que no se le notara, y su rostro parecía una máscara de piedra.

Caminaba cerca de la elfa, dejando que ella les guiara. Sus pasos, a diferencia de los de Galatea, eran firmes y seguros.

Al ver el problema que parecía avecinarse, contuvo un reniego. Miró de reojo a su compañera elfa intentando averiguar sus pensamientos en su normalmente marmóreo rostro. Al ver la acción de Hanna, la joven suspiró deseando que no descubrieran el engaño.

Pero... Su desconocimiento de la lengua élfica hizo que se mantuviera en ascuas. Maldición, ¿qué estarán hablando? Se preguntó quedándose a pocos pasos, preparada para cualquier cosa. Si veía que iban a atacar a su compañera, ella les haría sentir el frío tacto de su acero.

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03/09/2010, 11:21
Elfa Salvaje

Uno de los elfos dio la voz de alarma cuando nuevas figuras entraron en el claro. Varios arcos las apuntaron, aunque la expresión de sus dueños se suavizó cuando comprobaron que eran elfos. La cabecilla del grupo, sin embargo, mantuvo la expresión indignada y respondió a Hanna señalándola con el dedo.

--¡Cómo podéis poneros del lado de los N'Tel'Que'Tethira, traidores! --clamó la elfa, en tono de auténtica consternación--. ¡Ellos mataron a mi esposo, y a su hermano, y a su hija!

La elfa abarcó a varios de sus compañeros con un gesto de su brazo.

--¡Vestían el uniforme de los Jinetes Grises, pero los mataron en el bosque, sin provocación alguna y en nuestro territorio! ¡No vamos a dejar esta provocación sin castigo!

 

Notas de juego

N'Tel'Que'Thethira significa "los que habitan en las ciudades".

Los Jinetes Grises son unos exploradores que patrullan el Sendero de la Hachuela para mantenerlo en buen estado y libre de bandidos y bestias. En efecto, tienen un uniforme distintivo, con capas grises, y por tanto se les llama así.

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03/09/2010, 12:02
Elfa Salvaje

Uno de los elfos dio la voz de alarma cuando nuevas figuras entraron en el claro. Varios arcos las apuntaron, aunque la expresión de sus dueños se suavizó cuando comprobaron que eran elfos. La cabecilla del grupo, sin embargo, mantuvo la expresión indignada y respondió a Hanna señalándola con el dedo.

--¡Tosai vyreair vylaesyr paer jhadai pi jhyr N'Tel'Que'Tethira, sadysaer! --clamó la elfa, en tono de auténtica consternación--. ¡Aelyr tarasyl ei tai aeryrai, o ei mia caesalai, o ei mia cozae!

La elfa abarcó a varios de sus compañeros con un gesto de su brazo.

--¡Baeríael aer ialorysi pi jhyr Bolaeraer Koraer, vaesai jhyr tarasyl ael aer shyria, mol vylylalaoiol eilelae o ael berai saesorysail! ¡Lai bastyr ei paezas aerae vylylalaiol mol tarondrai!

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03/09/2010, 12:42
Rengar

Rengar alzó la voz pacientemente, sin escuchar las increpaciones a su dios:

-Vengo con el derecho de... A ver, haya paz... No vengo con intenciones malignas, soy un paladín de...

Entraron en escena otros que Rengar ni reconoció ni distinguió con claridad. No le gustó nada la interrupción. Lo único que lograrían sería cabrear a los elfos y acabaría todo en un baño de sangre. No supo si debía entrometerse, pues no conocía el élfico, así que se mantuvo a la espera, expectante.

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03/09/2010, 12:51
Ivelios

Desde, el mago no se esperaba que cada día que pasaba iba a encontrar una nueva escena. Primero, un "asesinato" en de un clérigo, luego un caso de licantropía que había que resolver. Después un encuentro con un personaje inesperado y por último, esto.

La vida humana puede ser corta, pero intensa- pensó el elfo- muy intensa.

Vio la escena con curiosidad, pero sin hacer movimiento alguno. Tras las palabras de Hanna asintió en silencio y espero a su actuación. Tras unas palabras entre ella y la elfa (en el cual se averiguo el motivo de la situación) Ivelios decidió, para bien o para mal, intervenir:

No es nuestra intención ofenderos- dijo en elfo- y le acompañamos profundamente en su pérdida. No podemos ni imaginar lo mal que lo debe estar pasando. Sin embargo, pero no puede dejar que la venganza la ciegue. El compañero aquí presente- dijo mientras señala al semiorco- pertenece a una orden del bien. De echo, es un paladín al servicio de esa misma. Contestadme a esto, ¿acaso un paladín al servicio de un dios bueno mataría a alguien inocente? Es más, ¿acaso tendría el apoyo de ese mismo dios por ello? Lo dudo- volvió a mirar al semiorco y luego a la elfa- creo que para solucionar esto, lo mejor será conocer que nos cuente su versión de lo que ocurrió. Con su permiso- inclinó la cabeza y se dirigió en común al semiorco.

Se te acusa de matar a a la esposa, el hermano y a la hija de esta mujer- dijo- unos hombres que vestían el uniforme de los Jinetes Grises los mataron en el bosque. ¿Que tienes que decir a esto?

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03/09/2010, 13:42
Rengar

-¿Yo? -preguntó Rengar sorprendido-. Que no sé nada.

Miró al elfo a los ojos y frunció el ceño. Un momento, sí que sabía. Era parte del engaño que habían intentado en Medina, estaba seguro. Rengar carraspeó una vez más y habló la elfa que había perdido a los suyos. Las palabras se arremolinaban en su mente. ¿Por qué era tan difícil explicarse con claridad?

-A ver... hum... Yo... comparto tu pérdida. A mi maestra la asesinaron unos bandidos hace unos días y llevo en una bolsa sus cenizas. Ella... yo la apreciaba muchísimo. Pero si no habría sido por Kestrel, habrían arrasado mi aldea -¿y quiénes eran los bandidos? Tenía que decirlo ya-. Creo que... Creemos, en Medina, que es de donde vengo, que alguien intenta enemistarnos con vosotros. Decís que Jinetes Grises mataron a algunos elfos aquí, pues bien, nosotros habríamos creido que nos atacasteis vosotros, pero un niño vio un carro de elfos muertos y además, sobrevivieron algunos gracias a Kestrel.

Volvió a carraspear. Hablar para tanta gente hostil le hacía ponerse nervioso y se explicaba aún peor.

-El consejo del pueblo me ha enviado para hablar con vosotros y avisaros de lo que pasa. No hemos sido nosotros, no hemos matado a nadie. Y los Jinetes Grises dudo que hayan matado tampoco. Es cosa de los bandidos, alguien quiere que haya guerra entre los elfos y los humanos y no debemos dejarnos engañar.

- Tiradas (1)
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03/09/2010, 15:31
Elfa Salvaje

Las palabras de Rengar quedaron flotando unos momentos en el aire. La elfa salvaje lo miraba con el ceño fruncido, pero en esta ocasión parecía proceder de un esfuerzo de concentración. 

--Nadie sobrevivió el ataque --acabó admitiendo en un común tosco--. Es... posible que aunque llevaran el uniforme de los Jinetes Grises, no fueran ellos.

Por primera vez dejó de blandir la lanza, y se apoyó en ella como si fuera un bastón. A su alrededor los elfos salvajes comenzaron a bajar sus arcos... aunque las empenachadas saetas, negras como el futuro de la Rastra, seguían encajadas en los arcos. Entonces miró a Hanna.

--Pero hay algo en vuestra historia que no encaja. Has dicho que este piel verde viajaba con vosotros, sin embargo, han hablado --dijo señalando con la cabeza a Ivelios y a Rengar-- como si no se conocieran de nada. Y vosotros venís viajando en la dirección contraria, u os habríamos visto. ¿Qué está pasando aquí?

Notas de juego

Joas, menuda tirada se ha clavao el mozo xD.

Si alguien quiere seguir con la mentira, que me tire Engañar. CD desconocida :P.

Si Galatea quiere destapar la verdad, adelante con ello.

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03/09/2010, 16:53
Galatea

 

En un principio, el primer impulso de Galatea fue ir a agarrar por una de aquellas orejas falsas a Hanna y tirar hasta sacársela de su sitio u obligarla a detenerse, lo que ocurriera antes.

Sin embargo, la acólita estaba fuera del alcance de su brazo y ya había empezado a caminar antes de que le diese tiempo a protestar por nada, gritar ahora no era una opción para nada inteligente pero la druida no estaba en absoluto de acuerdo en engañar a sus hermanos de aquella forma que, a su juicio, era casi ofensiva. Tendría que guardarse lo que quisiera (y pensaba) decirle a Hanna para más tarde así que por el momento les siguió.

"Por todos los Seldarine... "

Sin embargo sí llego a tiempo de escuchar la demanda de la elfa salvaje sobre algo que había dicho Ivelios... y la sorpresa fue mayúscula pues pese a que de lejos aquel "humano" tenía toda la pinta de ser un paladin, de cerca lo que sí que quedó patente fue precisamente que no era humano. Galatea apretó los dientes sin abrir la boca y sus ojos se clavaron como dos pedacitos de hielo azul en el semiorco, tras varios segundos de escrutinio, los cerró soltando un largo y tembloroso suspiro, obligándose tal vez a mantener la cabeza fría y no dejarse arrastrar por las apariencias para sumar su arco a los ya presentes. De hecho, la razón por la que no lo había hecho en un principio era precisamente por la condición de paladin de aquél desconocido.

Galatea agarró el hombro de Hanna para adelantarse junto a ella ya que la acólita se encontraba delante del grupo, aunque no fue casualidad puesto que ésta pudo sentir un ligero apretón de los esbeltos dedos.

¿Habéis terminado ya de hacer tonterías?

La soltó sin brusquedad alguna para mirar a la que parecía la líder del grupo de exploradores.

Lo que mi compañera ha querido decir es que este N'Tel'Que'Tethira está "en nuestro mismo bando", no que viaje con nosotros—tuvo que emplear el Común puesto que dudaba de que todos los presentes conocieran el Élfico. Luego miró a Rengar y pese que en su voz no había hostilidad, si había un timbre marcadamente serio—el consejo del pueblo no demuestra mucha inteligencia mandando a un semiorco a hablar con elfos. Pero he de decir en tu favor que tu historia tiene puntos de sobra como para ser totalmente cierta. Por no decir que los paladines no mienten.

Una vez más volvió a dirigirse a la elfa salvaje.

Venimos del Valle de la Rasta, allí también han ocurrido acontecimientos similares y me temo que no sólo se reduce a un grupo de bandidos de poca monta, hay algo más gordo oculto en las sombras... La nieta de uno de los Ancianos de mi Círculo fue secuestrada y de hecho fueron estos N'tel quesshizo un ligero gesto con el brazo hacia el resto del grupo—quienes me ayudaron a rescatarla.

Por lo que veo no ha sido el único suceso extraño, parece como si, en efecto, "alguien" quisiera enemistar a elfos y humanos, como si quisiera romper a toda costa los débiles cimientos sobre los que aún se mantiene el Pacto. Cosa que ninguno de nosotros piensa permitir.

El lobo blanco que siempre se mantenía a menos de un metro de ella como un silencioso fantasma guardián, parecía una especie de reflejo del humor de la elfa puesto que observaba la escena con las orejas aplastadas contra la cabeza y el hocico ligeramente arrugado pero sin emitir sonido alguno.

—Y si este... —hizo una pequeña pausa tomando aire ya que no sabía muy bien cómo referirse al semiorco sin que sonase despectivo pero no sabía tampoco cómo se llamaba así que optó por lo obvio— ...paladin de Ilmater por lo visto tampoco, y además sabe algo que nos ayude a atar más cabos con respecto a este misterio, entonces es que está en nuestro mismo bando.

Terminó por bajar el brazo de nuevo, ninguno de sus movimientos resultaba brusco pese a la casi palpable tensión que se palpaba en el ambiente por parte de los exploradores.

—¿Hace cuanto ocurrió ese ataque que has mencionado?

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03/09/2010, 17:54
Rengar

-Soy el defensor de mi aldea y el único guerrero. Nadie más podía venir hasta aquí -explicó Rengar a la mención de la druida acerca de por qué habían enviado a un semiorco.

Estaba acostumbrado a que la gente lo despreciara nada más verlo, que lo pusieran en duda o que directamente no le dejasen acercarse. Pero al hablar y presentarse solían ceder. Como Galatea había dicho, los paladines no mentían y servir a un dios bondadoso lo convertía en aliado de otros seguidores de dioses del bien.

Aquella elfa no lo despreciaba abiertamente, pero hablaba con la severidad y frialdad de alguien a quien no le gustaran mucho los de su ascendencia. Rengar lo comprendía. Nadie abría los brazos cuando se encontraba con un semiorco. Era su tarea demostrarles por qué se equivocaban. Lodin se lo había repetido muchas veces, y Kestrel también.

-Vengo de Medina del Bosque, al noroeste de aquí. El ataque fue hace dos días y cuando han llegado los Jinetes he venido. -Aún se cortaba un poco al hablar. Aquella elfa había estado tan bien en su discurso... Le daba mucha envidia la gente así-. Mi maestra y yo volvíamos a casa cuando vimos el humo. Corrimos a ayudar, pero había ya mucha gente muerta. Ella dio su vida para salvar a los vecinos y echar a los invasores. Nadie sabía por qué habían atacado. Luego pensamos que, como habíamos visto el carro lleno de cadáveres de elfos, igual era todo una trampa.

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04/09/2010, 16:05
Elfa Salvaje

La elfa salvaje frunció el ceño, como si le costara seguir el hilo de la compleja trama que se estaba urdiendo. Miró al resto de su partida y tradujo lo dicho al élfico. Los rostros de los demás elfos demostraron más confusión.

--Quizá... nos dejamos engañar y nos hemos precipitado en juzgar --admitió la elfa, dirigiéndose fundamentalmente a Rengar--. Lo que no entiendo es quién saldría beneficiado si hay guerra en los Valles.

Dejó de apoyarse en la lanza y añadió con resolución.

--Debemos avisar a los demás clanes sin demora. ¿Qué haréis vosotros?

Notas de juego

Hubiera jurado que alguien había mencionado ya a los sharinos, pero he sido incapaz de encontrarlo O_o

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04/09/2010, 18:02
Kanizhar

Se sintió aliviado al ver que la charla duraría poco. Si se despertaba definitivamente, ya no tendría oportunidad de usar su magia, pero la intromisión de Volo acabó pronto. Por otro lado, se sentía contento de tenerlo allí, pues era una valiosa adquisición para el grupo, teniendo en cuenta que Kanizhar disfrutaba enormemente al oír noticias de las tierras más allá de los Valles.

Sus momentos de concentración eran más propios de un monje que de un clérigo. El muchacho cerró los ojos y adoptó una pose meditabunda, más no parecía estar rezando. Dentro, sus energías se ordenaban de acuerdo a sus deseos, regenerándose y llenando huecos, transformándose a su gusto. Le tomó tiempo, y cuando hubo acabado, no pudo evitar sentir una o dos miradas extrañadas.

El viaje resultó tranquilo, e incluso Kanizhar asaltó a Volothamp con algunas preguntas intrascendentes sobre los tiempos que corrían, y como los veía el resto de los Reinos. También se le ocurrió inquirir sobre el Este, esas tierras desconocidas para la mayoría de Faerûn, pero no tuvo tiempo. Una serie de rápidos sucesos le dejaron anonadado. Un semiorco rodeado por elfos salvajes, al borde de la muerte, y al minuto siguiente, todos deliberaban y hablaban con cierta tranquilidad. Estaba impresionado por los métodos de Hanna.

Qué rápida...

Al final, una pregunta quedó flotando en el aire. Pero el muchacho no tenía en claro si los elfos le habían visto a él y a Khaila, por lo que mantuvo su boca cerrada. Miró a la joven guerrera, frunciendo el ceño. No sacaba nada en claro de toda la situación, pues cada vez más complots y asesinatos salían a la luz. Aún así, una sola cosa se preguntaba él.

¿Qué tiene que ver todo esto con mi madre?

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04/09/2010, 22:08
Rengar

-Los Jinetes ya están defendiendo la aldea. El Consejo me imagino que va a avisar al resto del Valle por si acaso. Yo tengo que encontrar a los responsables, como prometí, y llevarlos ante la justicia -respondió Rengar.

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05/09/2010, 14:00
Galatea

 

Me temo que no va a ser tan fácil como "encontrarlos y llevarlos ante la justicia"... —puntualizó Galatea con un hondo suspiro—esa tarea le viene grande a una sola persona. Como ya dije, parece haber algo más gordo detrás de este juego de sombras y luces que una simple banda de rateros.

La verdad es que prefería no tener que contar (otra vez) toda la historia del tirón allí si no era estrictamente necesario. Miró de nuevo a la elfa salvaje.

Juego de sombras y luces que nos proponemos desvelar... —aclaró respondiendo quizá también a la respuesta—Los clanes deberían de saber lo ocurrido con esos falsos Capas Grises, que no se dejen engañar facilmente. Si el Pacto se rompiera perderíamos mucho, demasiado, tanto elfos como humanos, como habitantes de los Valles en general.

El lobo había optado por sentarse sobre sus cuartos traseros junto a la druida. Observaba en silencio la conversación y olisqueaba ligeramente el aire, quedándose tal vez con el olor de los presentes que no conocía.