Partida Rol por web

Las Tierras de los Valles

22. Un Pequeño Descanso entre la Oscuridad.

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09/10/2010, 20:01
Director

Los aventureros se alejaron de aquella zona maldita. Caminaron hasta que se desplomaron exhaustos en una pequeña zona despejada de vegetación, junto a la pared rocosa en la que un par de kilómetros más allá brotaba la cascada. Aquel parecía un buen sitio para acampar, resguardado de los gélidos vientos que soplaban y parecían murmurar. Rengar pudo sentir que el mal no era tan fuerte en aquella zona.

Notas de juego

Estaría bien que os coordinarais un poco la incursión de mañana. En la selección de conjuros, por ejemplo.

Por lo demás, también me gustaría que me dijerais si tenéis algún tipo de precaución especial: si vais a dejar encendida o apagada la hoguera, si las guardias van a ser igual que la otra vez, etc.

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10/10/2010, 19:58
Rengar

El semiorco señaló que en aquel lugar estarían más o menos seguros, y del resto se encargarían ellos. Al llegar, dejó caer su mochila y colocó encima el escudo, el hacha y el yelmo. Fue desprendiéndose de las partes que componían la armadura completa tan rápido como podía, asegurándose de revisar que todo se mantenía en su sitio y que los pájaros no se la habían dañado demasiado. Cuando terminó y se retiró la cota de malla que le cubría de la cabeza a la cintura y la túnica de algodón que había debajo, un penetrante olor a sudor y a sangre comenzó a emanar del paladín.

Rengar, cuyo pecho torneado estaba cubierto de un rizoso pelo negro, se limpió como pudo usando un paño que humedeció con el agua de la cascada, emitiendo suspiros por culpa del frío contra su piel. Lodin le había inculcado la idea de purificarse y mantenerse limpio para recibir la gracia de Ilmáter. No había sido fácil, pero finalmente lo había logrado.

Revisó sus heridas y se dio cuenta de que, si bien no revestían mucha gravedad en sí mismas, entre todas le habían provocado bastantes daños, sobre todo en los costados. Le dolía un poco subir y bajar los brazos.

Mientras actuaba de este modo, se dirigió a sus compañeros.

-¿Cómo hacemos las guardias? Todos estamos muy cansados y hay que descansar.

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10/10/2010, 21:33
Galatea

 

Áscalon se hizo un ovillo a los pies de un árbol a un par de metros de la hoguera y Galatea se derrumbó sobre sus rodillas literalmente a su lado con un agotado resoplido.

"Por todos los Seldarine... no puedo más".

El lobo se puso a lamerle un corte de la mano izquierda y la elfa se apoyó ligeramente sobre su lomo como quien se recuesta en el respaldo de un sofá. Emitió un pequeño gruñido de dolor apretando los dientes y cerrando los ojos con algo de fuerza ya que aún tenía la espalda y los brazos con algún que otro arañazo de las garras de los cuervos pero a los pocos segundos se le pasó la punzada y suspiró con alivio. Estaba exhausta.

A lobo no parecía importarle lo más mínimo que hiciese aquello, es más, se lo veía satisfecho de poder servirle de alivio a su compañera ya que dejó descansar la cabeza sobre la mano que estaba lamiendo antes y movio la cola.

Cuando Rengar habló, Galatea abrió los ojos otra vez y levantó ligeramente un brazo como si pidiera la palabra.

Yo... —dijo— ...sólo necesito "dormir" cuatro horas.

Dijo aquél "dormir" como si no fuera exactamente aquello lo que hacía al descansar, luego volvió a bajar el brazo pesadamente.

Ahora soy la única elfa del grupo pero supongo que podemos seguir aprovechando eso de alguna manera. Con que me dejéis las cuatro primeras horas, si queréis puedo hacer el resto...

"El cansancio debe de estar afectándome a la cabeza... ¿desde cuándo soy tan amable?"

 

 

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10/10/2010, 22:19
Khaila

Arrastrando los pies, Khaila fue caminando por aquellas tierras agrestes. Algún que otro tropezón se llevó la guerrera, sus párpados se cerraban exhaustos. Quizás su fuerza de voluntad hizo que la joven continuara caminando, dándole la orden a cada una de sus piernas, haciendo que avanzaran paso tras paso.

Finalmente se detuvieron, a Khaila tanto le daba un lugar que otro, así que cuando pareció que estaban contentos con aquel sitio, se quedó quieta, con las últimas fuerzas que le quedaban, mientras parecía balancear su cuerpo en un estado de agotamiento. Apartó de un manotazo a un mosquito que le estaba rondando, amenazando con su pequeña trompa para intentar sorberle la sangre. Se llevó la mano al cuello y empezó a masajeárselo mientras cerraba sus oscuros ojos.

Miró de reojo a Rengar, sorprendiéndose al ver los fornidos músculos del paladín. Si que es fuerte... Se dijo la guerrera apartando rápidamente la mirada. Se admiró del aguante del semiorco, que aún estando agotado como debía estarlo, todavía tenía fuerzas para asearse.

- Bueno, yo podría hacer un par de horas de guardia... - Dijo sentándose finalmente en el suelo y estirando sus fibrosas piernas para poder relajarlas.

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10/10/2010, 23:25
Rengar

-Yo puedo hacer las dos horas de lo último -propuso Rengar limpiándose la sangre reseca del antebrazo, que le había chorreado desde un par de heridas entre el codal y el brazal-. Así me pongo la armadura al final y no pierdo tiempo.

Cuando terminó de enjuagarse el sudor y las manchas de sangre no hacían que le tirase el vello del brazo, se colocó una túnica grisácea limpia y se dejó caer en el suelo. Debía desenvolver el saco de dormir y buscar las raciones de viaje, pero no tenía fuerzas para ello. Sólo la terquedad y la rutina aprendida le habían permitido asearse. Y, no podía negarlo, también la vergüenza. Su sangre orca no sólo le daba unos brazos fuertes...

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11/10/2010, 13:18
Volo

 Después del combate en cuestión y la dura marcha posterior, Volo se derrumbó exhausto nada más pararse el grupo. Tenía los pies doloridos y estaba literalmente muerto. Solo quería echarse a dormir. 

Dios, estoy que me desmayo- dijo- estoy mayor para estos viajes. ¿Entonces como queda lo de las guaridas? Pregunto porque mi condición de mago me obliga un buen descanso para recuperar mis hechizos.

Notas de juego

 Minipost.

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12/10/2010, 23:30
Hanna

Hanna habia ido perdiendo posiciones de la 'columna' hasta acabar de las últimas, a causa de que su paso se ralentizaba a medida que caminaba. A medida que la adrenalina del combate se iba diluyendo, su evidente cansancio acuciaba más, y para cuando hucieron el alto buscó un sitio más o menos mullido donde dejarse caer de rodillas, quitarse la mochila y estirarse.
Ahora estaba aún más cansada, y miró al semiorco con un poco de envidia. A ella también le gustaría asearse como era debido, pero por razones obvias no iba a hacerlo ahí, y tampoco quería alejarse.

Había que reconocer que salvo el pellejo verde y los colmillos, era tremendamente humano.
Tras unos segundos de descanso fue sacando su ración de comida para descansar con ele stómago lleno -aunque podía caer dormida sin cenar perfectamente-

Mientras calentaba la carne al fuego, respondió.
Para no romperle el sueño a nadie que lance conjuros... Cogió aire, agotada. Rengar, que lleva el cansancio mejor, podría hacer dos horas de guardia, despertar a Khaila y que haga otras dos, y luego que Khaila despierte a Galatea, que habrá dormido cuatro.
Rengar haría seis del tirón y Galatea sus cuatro...
Miró a Khaila. A Khaila ya la invitamos a un par de jarras cuando volvamos al Valle de la Rastra después de "deslobizarla". Guiñó un ojo, esperando que el colegueo fuera suficiente para convencer a Khaila.

Y si no le parecía bien le daba igual, porque ella no pensaba ir a ninguna parte sin dormir las ocho horas imprescindibles para recuperar sus hechizos. Era de lo poco que podía hacer para ayudar.

Kanizhar... sé que los sacerdotes podéis lanzar Apacible descanso... mañana empezará a hacer falta. Recordó lánguidamente.

Notas de juego

Kanizhar gastará un conjuro de nivel 2, pero Ivelios aguantará 3 días más antes de empezar a descomponerse.

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13/10/2010, 13:25
Khaila

- ¿Perdona? Lo siento, pero estoy muerta... Hoy necesito también descansar. Quizás deberíamos alargar el descanso un par de horas más... A no ser que querais que mañana no sirva ni para levantar la espada. - Khaila empezaba a cansarse de todo ese cuento de los conjuros. Allí, si eran un grupo, o pretendían serlo, todos debían arrimar el hombro. Miró a Galatea, intentando averiguar lo que pensaba. También se la veía destrozada, bueno, como a todo ellos, y aunque no necesitara dormir tanto, no creía que le hiciera gracia cargarse con todas las guardias.

Suspiró y cogió lo que le quedaba de la ración de ese día. Se llevó unas pasas a la boca y ayudó a bajarlas con un trago de agua. Sentía todo su cuerpo dolorido, y es más, las heridas habían empezado a secarse. Al menos no sangraban, pero sentía la piel tirante y seca.

Su mente también estaba algo abotargada, así que se levantó del sitio y acercándose al río metió la cabeza en el agua fría, sacándola con todo el cabello mojado y echándolo atrás, salpicando a quién estuviera cerca. Ahora se sentía algo mejor, así que volvió a dónde había dejado las cosas y nuevamente se sentó para terminar su fría cena.

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13/10/2010, 14:11
Hanna

Hanna respondió sin levantar la mirada.
Hey, si quieres que hagamos dos horas más, por mi perfecto... pero eres la que tienes prisa, así que tu decides...

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13/10/2010, 14:16
Galatea

 

Galatea miraba recostada en un brazo sobre el lobo cómo los demás debatían aquello, a la elfa se le cerraban los ojos pero no quería tumbarse a descansar antes de que el asunto de las guardias quedase claro. Además, no podían saber cuándo tendrían el próximo lapso de tranquilidad así que había cogido una de aquellas frutas exóticas de la mochila y la giraba distraídamente en una mano dándole un mordisco muy de vez en cuando.

"¿Perder dos  horas de sueño o pasar el resto de las noches de la vida aullándole a la luna? Levantar una espada es el menor de los problemas cuando te enfrentas a algo inmune a ellas... "

El tiempo era oro.

Un mago sin hechizos es tan útil como una espada rota... y no sería nada sensato meterse con espadas rotas ahí adentro. Memorizar un conjuro no es algo sencillo, requiere tiempo, pero puede salvarnos la vida como ya habéis visto.

Aquello parecía un pensamiento en voz alta ya que tenía la vista clavada en la fruta como si estuviese hablando con ella. Enseguida levantó la vista hacia los compañeros.

Puedo estar de guardia todas las horas que queráis... pero necesito que me dejéis descansar cuatro—suspiró tratando de dejar claro que el hecho de hacer más horas de guardia que los demás no la molestaba en absoluto, a fin de cuentas, iba a despertarse antes sí o sí—cuatro que tendréis que repartiros entre vosotros. Lo siento, pero sin Ivelios no puedo hacer más... 

Había estado rebuscando con la mano libre en la mochila mientras hablaba y sacó un trocito de carne seca que le acercó a Áscalon el cual no se demoró en aceptar. En cuestión de segundos lo había aprisionado entre las patas delanteras mientras lo lamía.

Mi consejo es hacer un último esfuerzo y curarnos en salud con lo que propone Hanna, dos horas pueden ser la diferencia entre el exíto o pagar un precio muy caro...—miró a la guerrera sin reproche alguno, el cansancio parecía quitarle las ganas de cualquier tipo de sarcasmo, es más, hasta se encogió de hombros con sinceridad—pero es sólo un consejo, tú decides qué prefieres según te veas con fuerzas o no, Khaila.

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14/10/2010, 13:20
Kanizhar

Kanizhar apretó la mandíbula y miró en otra dirección. No podía creer el egoísmo de la guerrera. La razón por la que estaban allí era para librarla a ella y a esa niña élfica de la maldición. Galatea parecía la principal interesada en la niña, y en opinión del clérigo, esa era la razón por la que se había ofrecido a hacer más horas de guardia. Es posible que los elfos no durmieran, pero estaba seguro de que necesitaban descansar como todos.

Y sin embargo, Khaila, con la presuntuosa nariz siempre apuntando al cielo, no pensaba en nada más que en su trasero. Fiel a su silenciosa forma de ser decidió no añadir más leña al fuego. En vez de eso, se levantó y se acercó a Rengar. Tenía la mirada clavada en el suelo cuando le dijo en voz suave:

--Po... podría hacer algo por tus heridas. Si tú quieres, claro.

Notas de juego

Según mis datos, Ascalon tiene 4 daños, Galatea 3, Khaila 8 y Rengar 13. Contad con que recuperaréis 3 daños por el descanso. Pero si queréis la ayuda de Kanizhar, sólo pedídsela, aún tiene conjuros sin lanzar.

Lanzadores de conjuros: si queréis cambiar el repertorio de conjuros memorizados, decídmelo antes de que vuestro pj se vaya a dormir.

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14/10/2010, 15:54
Rengar

El paladín dio un respingo cuando Khanizar apareció sigilosamente y le habló. Pero, a pesar de que su instinto desconfiado le animaba a alejarse y a renegar de su ayuda, su lado racional le hizo pensar en lo que Galatea había dicho, el motivo por el que el bien seguía adelante airoso. Ese motivo era la confianza, sencillamente. La gente buena sabía que otra gente buena no les traicionaría, que haría lo posible para ayudar a otros. La gente mala caía porque otra gente mala se dedicaba a hacerles mal. Rengar sabía que esto era cierto. Debía confiar. ¿Acaso no habia habido amargura en su corazón cuando otros lo humillaban por el mero hecho de haber sido engendrado por un orco? ¿Acaso la chispa del amor no había surgido cuando otra persona lo había aceptado sin prejuicios?

Sí. Eso era. Le habían perdonado por existir, en lugar de culparlo a él por la violación de su madre. Le habían animado a seguir el recto camino de Ilmáter, le habían dado un propósito. Y de no ser por Kestrel, ahora estaría probablemente exiliado de Medina, obligado a convertirse en un bandido o algo peor. Podía haber oscuridad en Khanizar, pero dependía de los otros sacarlo o empujarlo a ella. Y, en opinión de Rengar, saberse culpable de la muerte de la madre de uno ya era suficiente castigo. Él mismo había sido el causante de una grave depresión en la suya.

Asi pues, el semiorco asintió y se dejó hacer.

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14/10/2010, 17:49
Volo
Sólo para el director

Notas de juego

 Master: cambio amanuensis por detectar magia y grasa por armadura de mago.

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14/10/2010, 19:38
Kanizhar

Kanizhar puso una mano en el pecho de Rengar y se concentró brevemente.

El clérigo utilizaba Urdimbre Sombría, y el paladín lo sabía. Hubiera esperado una corriente de energía que lo hiciera sentir mancillado, o que despertara su magia de paladín que le permitía detectar el mal. Sin embargo, lo que sintió fue un torrente de placer y alivio instantáneo mientras el conjuro de Kanizhar reparaba sus músculos y tejidos desgarrados.

El paladín se sentía mucho mejor ahora. Pero ¿qué era peor, sentirse mancillado o que le hubiera gustado la sensación?

Ajeno a lo que pudiera pasársele por la cabeza a Rengar, Kanizhar sonrió débilmente.

--¿Cómo te encuentras, necesitas otro hechizo? ¿Alguien más necesita?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Te ha curado 8 daños, te quedarías en 5 daños. Recuperas 3 con el sueño, tú verás si quieres otro.

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14/10/2010, 23:59
Khaila

Con la sensación de que nadie la entendía, Khaila terminó de cenar y cogiendo su petate lo extendió, algo apartado, para aprovechar al máximo el descanso. Se sentía tan cansada y dolorida que no tenía ni fuerzas para discutir.

- Cuando termines tu guardia despiértame... - Le dijo al paladín justo antes de estirarse y poniéndose de espaldas cerrar los ojos. Escuchó como Kanizhar curaba al semiorco, pero aún y con el dolor de los diversos picotazos que tenía en manos y rostro, la guerrera, orgullosa, no dijo nada.

Había pasado mucho tiempo sola, trabajando para Orestes y rehuyendo la compañía de otras personas. Hasta aquel momento le había ido bien, y podía ser que ese hecho la hubiera vuelto bastante asocial. Le costaba entablar conversaciones y mantener un ritmo normal de compañerismo.

Suspiró en silencio, la imagen de su hermano le vino a la memoria. No quería morir antes de haber vengado la muerte de su padre... Los recuerdos, largo tiempo enterrados, en aquella hora de infortunio volvieron a acosarla. La risa de su hermano, mientras clavaba el frío acero en el cuerpo de su padre. Su mirada impertérrita, observando como sus amigos la cogían y... No, no quería pensar en ello... Una lágrima empezó a rodar por la mejilla de Khaila, mientras las pesadillas volvían. Se mantuvo quieta, haciendo como que dormía e intentando olvidar aquello que tanto la dañaba. Lo último que pensó antes de quedar completamente exhausta, fue que no quería morir...

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15/10/2010, 16:48
Galatea

 

Galatea terminó de comerse la fruta y cuando sólo le quedó el hueso redondo en la mano, lo apretó contra la superficie del suelo con un dedo hasta que logró enterrarlo en la tierra húmeda del sotobosque. En ese momento Kanizhar se acercó a Rengar, y la elfa los miró sonriendo de medio lado al ver el resultado de aquello pero no dijo nada al respecto.

Pasó un brazo sobre el lomo de Áscalon y murmuró algo. De nuevo un tenue fulgor verdoso ilumino de las palmas de las manos de la druida haciendo que las magulladuras que le quedaban al animal desapareciesen y, de nuevo, el hechizo pareció transmitirse entre ambos ya que los arañazos que ella misma presentaba en brazos y espalda desaparecieron.

Se recostó ligeramente sobre el costado del lobo, rascándole una oreja con las yemas de los dedos, el día había sido duro, incluso habían perdido a Ivelios... y ciertamente los ánimos no estaban muy esplendorosos, sobre todo por Khaila a la que cada vez le quedaba menos tiempo.
Mientras mantenía la vista perdida en algún lugar de la espesura empezó a tararear algo muy bajito, tan bajo que casi se podría confundir con el murmullo de un arroyo lejano o una suave brisa de fondo pero era definitivamente élfico por la musical sonancia que tenía.

—Ai laurië lantar lassi súrinen...

Era la una melodía tranquila, cristalina y a la vez solitaria... pero era de aquellas pocas cosas que parecen estar pensadas para traer un poquito de serenidad al alma, desterrando el abatimiento por algo de paz, cosa que en aquel escabroso bosque era de agradecer. Los compañeros ya habían oído aquello la noche anterior, bueno, todos menos Rengar y Volo tal vez.

- Tiradas (1)

Notas de juego

 

 

Curar heridas leves: 10 (Áscalon y Galatea recuperan todos los pg)

Esperemos que solo fuese la escena 21 la maldita, parece que los dados están majos de nuevo...toquemos madera.

 

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18/10/2010, 17:05
Hanna
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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18/10/2010, 17:14
Director

Los aventureros se fueron a dormir con el recuerdo de la súbita muerte de Ivelios y del ensordecedor ataque de aquellas aves no muertas.Pronto se sumieron en un sueño intranquilo...

Notas de juego

(Esperad post de uno de vuestros compis)

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18/10/2010, 17:16
Director

Tu sueño pronto se ve invadido por la presencia de una pesadilla, tan vívida que te parece real, que estás allí. Suena el agua cayendo a tus espaldas. La noche es fría, y tu aliento se congela en una nube de vapor delante de ti.

Al mirar atrás ves una pequeña comitiva de embozados, que visten completamente de negro, como tú. En tu mano llevas un afilado disco de metal. De alguna forma sabes que la batalla está cercana, pero esta vez sientes una feroz anticipación. Te adelantas hacia una pared de roca viva. Parece el final de una cueva, pero sabes que no lo es. Manejas la energía oscura dentro de ti para proyectarla en la pared y murmuras "sombras de plata, lágrimas de Selûne".

La pared de roca se desmaterializa ante ti. Una mujer de túnica plateada te sale al encuentro desde el otro lado. Parece sorprendida por tu aparición, pero se acerca a ti con una sonrisa aleteando en los labios.

Lanzas un golpe circular al cuello.

Ves el horror y la estupefacción en su rostro mientras en vano se lleva las manos al cuello tratando de contener la hemorragia. El rojo de la sangre contrasta fuertemente con la palidez de la muchacha a la luz de vuestras antorchas. Disfrutas con su sufrimiento. Pasas un dedo por su sangre caliente y te lo llevas a la boca y su sabor te parece lo más delicioso que has probado nunca.

Das la orden de atacar. Sin supervivientes.

Mientras tus compañeros aúllan mientras entran en tromba en aquel lugar secreto devuelves tu mirada a la mujer de blanco.

La cercenas la cabeza de un tajo.

Y en ese momento despiertas, horrorizada por la sangre que has visto y la crueldad que has sentido.

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18/10/2010, 17:51
Hanna

¡¡¡¡¡AAAAAAAAAH!!!!! Al poco de echarse a dormir, Hanna se había revuelto, y de repente se quedó sentada, levantándose como un resorte, agarrando la tierra con ambas manos.

Tenía los ojos abiertos de par en par, pero no miraba a ninguna parte en particular, sus ojos estaban fijos al frente y sus dientes apretados. Dio un brinco y comenzó a correr, jadeando y dando gritos aterrorizados intermitentemente, hasta que tropezó y siguió gateando arañándose y trabándose entre los arbustos y plantas del sotobosque.

¡¡AAAAAAAHHHH!!!
Dio de bruces y siguió a gatas un trecho más, histérica, con la respiración descontrolada y castañeteando los dientes hasta que dio contra un árbol y se puso se espaldas al tronco, con la melena hecha unos zorros tapándole media cara y la cinta colgando precariamente de unos mechones.
Ragnar estaba de guardia y cuando tuvo intención de acercarse, Hanna le gritó.

¡¡Aléjate!! ¡¡LARGO!!!

Por si acaso eso no fuera suficiente, encogió una pierna y manoteó la bota torpemente, cogiendo la empuñadura de un puñal, y siendo incapaz de sacarlo a causa del miedo y los nervios, acabó por quitarse la bota y quitar de ella el puñal, y lo puso junto a su cuerpo, agarrado con ambas manos, con la punta hacia el frente amenazando al que se acercase.

Su pecho se levantaba y descendía aceleradamente, jadeando entre los dientes apretados. Sopló un mechón que le caía delante de la cara y al no ser suficiente lo manoteó con una mano para quitárselo, tirando la cinta ya de paso y cogió la bota suelta arrojándosela erráticamente al semiorco.

¡¡FUERA HE DICHO!! ¡¡Aléjate de mi maldita sea!! Gritó con los ojos abiertos como platos y una profunda expresión de terror, con los nudillos blancos de apretar el puñal.

Más que sentirse amenazada, parecía sentirse ella la amenaza... y al tiempo estaba amenazando.