Partida Rol por web

Os separáis del hechicero y os dirigís a la mansión del graf a la que llegáis sin problema alguno sólo para que un mayordomo os indique que se encuentra en una carpa designada como el tribunal para el festival. Al parecer se marchó allí de buena mañana para supervisar la instalación del mismo.

Al daros las indicaciones pertinentes llegáis para encontraros que la carpa está instalada, una gran carpa de colores rojos y cuya entrada está custodiada por dos soldados. A ambos lados de la carpa se han instalado un par de cepos. Al entrar notáis que el suelo ha sido apisonado y en algunos lugares cubierto por alfombras. El interior de la carpa no da para más que un estrado donde se ha colocado un escritorio y un sillón desde donde el juez impartirá justicia. A un lado otro par de escritorios, seguramente para los secretarios y unas estanterías y un arcón. 

Frente al estrado un hombre joven de ricos ropajes que, copa de vino en mano, habla con otros dos que, por las vestiduras, parecen los amanuenses. Al notar vuestra entrada se gira y al recabar en la joven hochlandesa la mira apreciativamente con una sonrisa y levanta la copa a modo de saludo. Salve a la juventud y a la belleza, personificadas en una, en vuestra magnífica presencia... Y da un trago a la copa. Lord Axel Herbart, a su servicio, señorita... Enarca una ceja, esperando que Lenna se presente y al parecer no ha dedicado ni la más mínima atención ni al elfo ni al cazador.

AL separarte te diriges con paso raudo a la posada del Dragón Danzante, propiedad de Karl Taunenbaum el patrón de Linda, la joven Linda que ha desaparecido...

 Como es usual te encuentras a Karl tras la barra dirigiendo su negocio y supervisando que las camareras lleven las bebidas y las viandas solicitadas por sus clientes de manera rápida y eficaz.

Al entrar y acercarte enarca una ceja y con cara de entendido coloca un pequeño vaso frente a ti y lo llena de un líquido transparente. 

Llegaron al lugar indicado y el elfo lo examinó con ojo crítico. Los humanos eran un poco chapuzas para ciertas cosas, aunque seguramente pensaban que aquella instalación era una demostración de ostentación y poder. - Ilusos - pensó, recordando las magníficas telas de Saphery, los pendones enhiestos movidos por el viento o la gallardía marcial de sus soldados, que dejaban a la altura del betún a aquellos dos palurdos. 

Les dejaron entrar sin problemas, y la estancia por dentro era más austera de lo que se esperaba, no así la vestimenta del que, a todas luces, era quien estaban buscando. El Asûr cogió aire para hablar...y lo soltó lentamente, mirando perplejo al, a partir de ahora, pisaverde que tenía delante. No sólo era una falta de respeto, si no que demostraba el tipo de líder que aquel hombre era. No le extrañaba que los humanos tuvieran tantos problemas con sus gobernantes. 

A pesar del desaire, el elfo realizó una muy ligera inclinación, justo lo necesario para mostrar cortesía, y una ligera sonrisa se matizó en sus labios al escuchar la forma en la que se dirigía a Lenna. - Vamos a ver a mi chica en acción, cantamañanas. - pensó divertido. 

Ella le sonsacaría todo lo que quisiera, y se irían de allí con lo que habían venido a buscar. 

Gherard entró en la taberna y se dirigió a la barra, allí hizo gestos educados para llamar a Karl... Una vez que se acerca le susurra: - Por favor Karl necesito preguntarle sobre Linda, dedíqueme un tiempo, sé que es un hombre muy ocupado, pero este asunto urge, Linda puede estar en un grave apuro o mucho peor, el tiempo es primordial. Le comentó al posadero con gesto compungido por el dolor y el recuerdo del bello rostro de la muchacha, que venían a su mente con gran detalle, y que todavía no podía reconocer que Linda hubiera desaparecido por manos de agentes del Caos.

El posadero mira en rededor y dejándote el vaso ante tí se inclina sobre el mostrador. Ahora no es que haya mucho movimiento, dime, que le pasa a Linda, qué necesitas saber de ella... Aunque me consta que tú la conoces mejor que yo.

Viendo Gherard que el posadero estaba dispuesto a tener una conversación de ella. El aprendiz puso un gesto facial de agradecimiento. A continuación empezó a hablar: - Sí vio algo sospechoso, es decir alguien que la visitara asiduamente a su camarote, o que estuviera siguiéndola por estar todas las noches viniendo para verla sería bueno saberlo. Alguna persona que llamara la atención por ir demasiado cubierta intentando taparse, o que se viera que tenía alguna malformación. Aunque podía no ser así... Comentó el aprendiz que no sabía muy bien como comenzar la investigación, aunque lo había tenido muy claro cuando se encaminaba hacia la taberna, ahora no lo veía así.

Teniendo un alarde de lucidez o de inspiración ahora empezó a hablar después de venírsele unas cuantas ideas a la mente. - También he escuchado que usted la conocía bien, si sabía algo de su historia pasada, si huía de algo o de alguien... estaría muy bien saberlo todo sea por encontrarla. En cuanto a sus amigas de trabajo, ¿sabría decirme con quién de las damas que actuaba tenía Linda más confianza?

Parecía que le joven hijo del graf se había fijado en Lenna y en solo ella, de momento iba a quedarme callado y dejar hablar a la mujer, así que observaba la "tienda" de campaña gigante que se había mostrado el noble, de todo lo que tenía, solo el vino era algo que consideraba que debía estar, el resto era totalmente prescindible, pero la verdad es que poco se podía esperar de un noble sobre lo que a opulencia se trata.

El posadero sonríe... Sí que conozco alguien que la visitaba asiduamente a su camarote, sí... Está claro que se refiere a tí.

Recobrando la seriedad menea la cabeza y te dice. Lo cierto es que Linda siempre fue muy hermética con su pasado, no soltaba mucho y, la verdad, a mí, mientras cantara así de bien y me llenara la taberna, tampoco es que me importara mucho indagar en algo que ella no quería que nadie indagara.

Te vuelve a llenar el vaso. Lamento no ser de más ayuda, herr Ludeker, y no poder ser de utilidad. Espero de corazón que la encontréis y que no le haya pasado nada malo a la muchacha pues lo cierto es que le he cogido algo de aprecio...

Lenna decide tomar ventaja de la situación usando sus armas de mujer, un sonrisita por aquí, un aleteo de pestañas por allá consiguiendo hacer hablar al noble, lord Axel Herbart, el cual deja entrever el hastío que le produce encargarse de estos menesteres sólo para que, según su padre, aprenda a tomar responsabilidades...

Al comentarle sobre la carta del misterioso barón R. se queda un rato pensativo hasta que le cuenta a Lenna lo que sabe. El barón R. de Sonnenfurt...  Solo puede ser Ritter Hartman  el cual era amigo de mi padre. Y digo era porque el mes pasado fue brutalmente asesinado y despedazado. Recuerdo que su mujer, Frau Hartman era oriunda de aquí mismo, de Ravenstein, de la familia Schwarz. No es que fueran nobles pero si lo suficientemente opulentos en aquella época como para que Herr Ritter la desposara. Parece que un mala sombra persigue a esta familia pues ya no queda nadie vivo de los Schwarz, están todos en su panteón...

El iniciado se quedó algo confundido pues le habían dicho que el posadero podía ayudarles. No obstante le quitó hierro al asunto con un gesto de la mano. - Vale, no se preocupe, ¿por cierto hoy quién actuará? Intentó guardar toda gesticulación facial que le pudiera venir de sus pensamientos, intentando no pensar en las palabras del posadero para que no mostrase ninguna señal en su rostro. Ya no susurraba, vio que no podía sacar nada en claro del posadero, y entonces se fue hacia lo que podía ser una fuente de información, sus compañeras. Pues sabía que entre mujeres se contaban muchas cosas, y que entre ellas tenían siempre una gran camaradería.

El elfo sonrió al salir de allí, pues había pasado exactamente lo que él había supuesto. Lenna había conseguido sonsacarle todo lo que querían, y habían salido de allí prácticamente intactos. Eso sí que sorprendió un poco al Asûr, pues esperaba que el noble intentara obtener algo a cambio de la información, pero parece ser que la suerte estaba de su lado y habían pillado al noble entretenido por otras cuestiones, algo que le había restado perspicacia o interés. 

Al alejarse de allí, miró a sus compañeros mientras andaban de vuelta a la taberna. - Bueno, o mucho me equivoco, o empezamos a tener dos direcciones claras. La mansión del baronet Ritter, y el panteón de la familia aquí en la ciudad, ergo, el cementerio. Al final creo que deberemos investigar el cementerio antes de partir hacia la mansión, a menos que Herr Ludeker halla obtenido alguna otra información sobre Linda. Maldita sea, no pensaba que encontrar a alguien tan relativamente cercano fuera tan complicado. - 

Aunque no era una experta estafadora, la hochlandesa estaba acostumbrada a realizar este tipo de tareas con las que seducir y embaucar a los hombres. Indudablemente más sencillo resultaba cuanto más babosos dieran la impresión de ser. Y aunque en primera instancia sintiera un cierto encogimiento al estar presente su amado, pudo luego desarrollar sus artes con inesperado buen resultado.

Al dejar al noblecillo, concedió unos gestos al elfo para excusarla por lo sucedido y demostrarle una vez más su total implicación en lo juramentado.

—Tienes razón. Aunque no quisiera creerlo en un principio, algo debe haber en ese dichoso cementerio. Esperemos encontrarnos únicamente con nuevas pistas —comentó mientras en su cabeza rememoraba tenebrosas imágenes de un pasado no muy lejano.

—Esperemos que herr Ludeker haya descubierto algo nuevo. Aunque no sé... Algo me sigue diciendo que ese tipo se guarda cosas...

Herr Ludeker habla con la chica que sustituye a la meistersinger de la posada que, recordémoslo, está desaparecida y que, a pesar de ser su compañera poca información nueva da que no sepa el hechicero. Al parecer en estas semanas el joven era el que más había conseguido acercarse a la joven Linda que por lo usual solía mantener las distancias en lo personal...

En eso entran sus tres compañeros que se habían quedado hablando con lord Axel Herbart en el tribunal erigido para los festejos...

El Asûr ocupó una de las sillas libres en una mesa algo alejada del resto de comensales de la posada, tras apartar con educación una de las sillas y ofrecérsela a su amada para que sentara, en una muestra de educación y respeto, además de que, con aquel simple gesto, eliminaba de la ecuación cualquier tipo de esquirla emocional que pudiera haber entre ellos dos por lo sucedido con el noble. El guiño de ojos cómplice entre ellos dinamitó cualquier posible conato de malentendido posterior, así como la sonrisa común. 

Habían conseguido la información necesaria con una habilidad magistral por parte de Lenna, todo pantomima, ambos lo sabían, fin de la cuestión. 

Llamó con un gesto a Herr Ludeker y una vez este se sentó, relató en voz queda la información conseguida. - Salve, herr Ludeker. Con la información obtenida del joven hijo del Graff, Lord Axel Herbart, tenemos claras ya dos direcciones, a menos que tengáis alguna cosa más que nos desvíe de a donde apuntan las pocas evidencias obtenidas. Resumiendo, tenemos dos puntos clave hacia los que dirigir nuestra búsqueda. - comenzó su presentación, a modo introductorio. Viendo que el hechicero no aportaba ninguna información extra, se preparó mentalmente para lo que iba a hacer. 

Cogió aire, y tras asegurarse que nadie les escuchaba, habló en voz baja, sólo para sus compañeros, tapándose la boca para amortiguar aún más el sonido y evitar miradas indeseadas, obligando al resto a inclinarse hacia adelante formando un corrillo para seguir la conversación. - Ahora desarrollemos lo conocido hasta ahora. La joven cantante y no tan pobre como quería hacer parecer Linda ha desaparecido, supuestamente raptada pero sin confirmación del hecho, aunque todo apunta a ello. En su destrozado cuarto dejaron un cráneo astado y mucha sangre y visceras, así como algunos símbolos asociados al Caos, podría ser una advertencia, una forma de asustar a quien lo viera, una forma de incriminarla o todo a la vez, también parecía que estaban buscando algo, que no sabemos si encontraron o no. Para llegar a ella tuvieron que matar al boticario, al parecer, sin demasiada profesionalidad, lo que nos dice que quien lo hizo no era muy ducho en estas tareas. Tras seguir a un sospechoso que vigilaba la casa de Linda con poco tino, encontramos tres seguidores del Caos, de Khorne para ser más exactos. Tras darles la oportuna justicia, descubrimos que en sus cadáveres los tres tenían una cicatriz de una quemadura en el pectoral derecho con la forma de un puño de hierro hecho con la misma técnica que se utiliza para marcar caballos, además, en su escondite encontramos cuatro jergones y un par de objetos pertenecientes a Linda. Puede que el cuarto jergón fuera de otro seguidor que se largó con la muchacha raptada, o cualquier otra cosa que se os ocurra. Uno de los objetos era un broche de plata con los retratos en miniatura de Linda y su hermano Moritz, y el otro esta misiva*, donde descubrimos el origen Noble de Linda, la muerte del Baronet, y que unos gitanos del Reik sabían que la vida de la joven estaba en peligro, esos gitanos también son alguien con quien tendríamos que hablar. - tendió la misiva a quien quiso cogerla para leerla de nuevo, era importante que todos tuvieran todos los datos posibles frescos para que entre todos pudieran ver si se les había escapado algún dato importante. - También había un pequeño monedero con cuatro oros, al parecer, el pago por los servicios. Esta es la pista principal para pensar que obviamente eran cuatro y uno a escapado con la muchacha raptada. - de nuevo dejó un poco de tiempo, cogió aire tras aclararse la garganta y prosiguió con su larga exposición. - Luego descubrimos que el hermano de Linda, Moritz, estaba en la cárcel tras montar altercados, fuimos a verlo y tras descubrir que está loco de miedo, fuera de sí totalmente, no le sacamos nada más que había visto algo cerca del cementerio. Y por último descubrimos que el misterioso Baron R. de la misiva que encontramos es el Baronet Ritter Hartman de Sonnenfurt, amigo del Graff. El mes pasado fue brutalmente asesinado y despedazado. Su mujer, Frau Hartman, era oriunda de aquí mismo, de Ravenstein, de la familia Schwarz. La familia Schwarz no era noble, pero si lo suficientemente opulentos en su momento como para que Herr Ritter la desposara. Según el joven Herbart, parece que un mala sombra persigue a esta familia pues ya no queda nadie vivo de los Schwarz, están todos en su panteón. -

Dejó unos momentos de silencio para que todos pensaran en lo dicho. - A mi parecer, esto nos deja dos direcciones claras. Una, la mansión del Baronet Ritter y esos gitanos, que supuestamente estarán cerca de la mansión, y dos, el panteón de la familia aquí en la ciudad, ergo, el cementerio. Justo donde el hermano de Linda vio "algo" que le ha quitado la razón. - 

Antes de que el resto opinaran, dijo - No me gustaría dejar de notar que el padre de Linda, el Baronet Ritter, se dedicaba a extrañas costumbres que tenemos que averiguar aún, pero eso será si vamos a su mansión y hablamos con el Albacea. Por otra parte, también sabemos que, al parecer, sólo quedan con vida su madre y su hermano, encerrado en prisión. Creo que deberíamos advertir al Capitán de la guardia del hecho, e incluso os plantearía la posibilidad de llevárnoslo con nosotros de aquí, para intentar salvar su vida. Quizá si lo alejamos de aquí se recupere, y también tenemos la posibilidad de llevarlo al claustro de hermanas de Shallya que nos dijo el carcelero si vemos que está muy muy mal.** -  

- Lo que yo propongo es que deberíamos visitar el cementerio, el panteón particular de la familia, antes de recoger al hermano de Linda e irnos hacia la Mansión y dichos gitanos. - concluyó. 

Gherard se sentó con el grupo y leyó otra vez la carta escuchando con detenimiento a Fârandar. - Yo he estado investigando aquí, pero el tabernero no sabía nada, y la compañera de Linda tampoco, al parecer Linda se mantenía al margen de contar su vida privada. Tampoco hay indicios de que alguien la espiara o siguiera. Todo parece ser que ha sido trazado de forma muy meticulosa.

En cuanto a los datos que ya tenemos puedo deducir aunque puede que me esté equivocando, que Linda ha podido estar involucrada en algún tipo de ritual. De ahí la sangre encontrada en su cuarto de pollo, no sé si podemos investigar más sobre ese asunto, o si el cazador de brujos sabe algo de rituales. Por otra parte se me olvidó preguntarle al posadero de donde sacó Linda tan rico mobiliario. Bueno al ser como ya sabemos de origen noble... El caos creo que está persiguiendo a todos los nobles y dándoles caza, quizás así para quitar a la fuerza opositora y el poder de dinero que puede hacer frente al caos. Como bien me habéis contado es otro noble el que ha sido asesinado o despedazado, ¿no? El hermano de Linda ha quedado traumatizado por algo que vio, creo que el Caos con sus rituales ha convocado a algún engendro del mal que ahora está dominado por ellos y se encarga de matar a la nobleza. Este monstruo debe de tener además de fuerza una forma peculiar de poder entrar y colarse en la casa de nobles. Opino que de ir al cementerio contemos con el cazador de brujas, pues sin duda el monstruo será un rival difícil de batir entre nosotros, que desconocemos cómo matar monstruos. En cuanto de poner al hermano de Linda a disposición de las hermanas, es una decisión que apoyo desde el inicio.

Fârandar escuchó atentamente la respuesta de Herr Ludeker, esperando algún tipo de confesión o información hasta ahora no compartida, por eso las elucubraciones del aprendiz de hechicero le resultaron muy curiosas. 

- Desde luego no me esperaba esa respuesta. Tiene teorías muy poco usuales señor, pero no está en mi decidir si son correctas o no. Todo podría ser, el archienemigo, como vos mismo lo llamásteis, es retorcido. No tenemos por seguro que Linda haya sido raptada, ni que haya hecho algún tipo de ritual y luego haya desaparecido, o cualquier otra cosa. Tampoco sabemos nada de un ser invocado mediante rituales, aunque podría ser eso lo que su hermano vio. Lo de los nobles, tampoco lo sabemos, podría ser, aunque todo apunta a la familia de Linda en concreto más que a los nobles en general. Pero tenéis mucha razón en una cosa, deberíamos pedirle a Herr Mannfred que nos acompañe, sería sin duda lo más prudente. - 

Luego miró al resto, esperando sus palabras también, aquello debían decidirlo todos juntos, o no saldría adelante. 

La hochlandesa correspondió al mensaje tranquilizador del asur con gestos de complicidad y agradecimiento. Cualquier otro podría haberse sentido ofendido por lo ocurrido con el noblecillo, aún tras las numerosas y ardientes promesas anteriores. Más éste era distinto a cualquier otro con el que hubiese tratado anteriormente. ¿Serían todos los miembros de esta raza así? 

Con las mejillas algo sonrojadas y un rostro obnubilado por las infinitas cualidades de su caballero, Lenna escuchó lo más atentamente que pudo. En algún momento del monólogo ella le indicó que parara a respirar, o incidió en algún punto del sumario, más dejó que el elfo se esplayara en el desarrollo de los acontecimientos.

Escuchó luego lo que el, a su entender, sospechoso erudito tenía que aportar, aunque poco mas pudo sacar de su razonamiento.

—Ese mensaje está envenenado, estoy segura. Ese albacea... Si es él quien ha escrito la carta... ¡Ojalá y sean cosas mías, y sólo pretendía alertar a Linda! —dijo a tenor de las elucubraciones de sus compañeros y con renovada preocupación por la muchacha.

—¡No! No debemos perder más el tiempo, ni con el loco ni con el... cazabrujas —respondió al escuchar lo de herr Manfred y Moritz—. Si queréis podemos mandar un mensaje a ambos por medio de un par de zagales, ¡pero el tiempo apremia! Cuanto más nos demoremos en atar todo Linda puede estar más lejos. O aún peor, esos... cultistas del averno hallarán más tiempo en disponer de ella con holgura y perfidia. Vayamos al cementerio y, si no hay nada reseñable, partamos hacia la mansión familiar... Porque los Schwarz no tenían otra propiedad aquí, ¿o sí?... Va-vamos a ver ese panteón —terminó diciendo, algo hastiada.

Había mucha información del caso, pero oigo de mis compañeros sus teorías, Gherard me llama la atencion, "Yo del caos se lo justo, que lo practican lo barbaros del norte y los hombres bestias, así como traidores al imperio, pero si hay alguien que sabe sobre ritos, son esos malnacidos de los cazadores de brujas" y aunque respetaba la labor de esa gente, todavía recordaba cuando en un pueblo, quemaron una casa entera, con niños incluidos, solo porque el padre parecía haber hecho un pacto con demonios, o eso gritaban todo los vecino, tuve suerte de no estar enmedio y poder salir de allí.

pero la idea de Lenna de ir directos a la familia de la madre, podría ser interesante, "Estoy con Linda, aparte, el cazador de brujas nos apartaría del caso si contamos algo, así que cuando mas tarde en enterarse, mas tiempo tenemos, por lo que voto por ir al cementerio a por el parteon" aunque dije eso con tranquilidad, siempre, como buen devoto, aunque no de Morr, sino de Tall, siempre he tenido respeto del dios de los muertos y de su reino.

Con las ideas claras los valientes aventureros se encaminan al cementerio haciendo acopio de armas y equipo por lo que se puedan encontrar. El cementerio se encuentra a las afueras del recinto amurallado de Ravenstein y está rodeado de un muro bajo de piedra rematado por unas verjas de hierro herrumbroso cuyas puntas, acabadas en picas, alcanzan la altura de dos metros.

El acceso al campo santo se realiza por una única puerta formada por rejas de hierro que, actualmente, se encuentra abierta. Un cuidado camino conduce al interior y, a un lado de este, se encuentra una cabaña, presumiblemente la del guardián del cementerio. 

Así, en términos generales, el cementerio está bien cuidado, cubierto por una agradable capa de hierba verde, algún árbol aquí y allá y varios parterres de flores. Entre medias de este escenario destacan algunas edificaciones, de piedra gris y que suponéis son los panteones que las familias más pudientes han podido costear para que descansen los restos mortales de sus familiares fenecidos.

Siendo de día el lugar exuda tranquilidad y sosiego, lo que se espera de un sitio así. De noche, igual de noche la cosa cambia...

Gherard le comunica al tabernero donde van a estar por si ve al cazador de brujas que se lo diga por si quiere unirse a ellos.

También el aprendiz antes de irse va de compras: Compra una mochila, una cantimplora y la llena de agua, comida para tres dias de viaje, una cuerda con garfio, un petate, una manta, una palanqueta para abrir baúles o cofres, un kit médico (vendajes), jabón, pantalón de cuero, botas de cuero, una túnica roja, una honda y 10 bolas de honda, 4 viales con agua bendita.