Partida Rol por web

La caja de la pared parecía estar bien cerrada y pese a los intentos de Martín no conseguía que esta cediera y se abriese.

— Mierda. Esto está atrancado.— golpeó con la palma de la mano la caja de la pared frustrado por no poder abrirla. Martin dirigió un rápido haz de luz con la linterna sobre el resto de la habitación antes de volver por sus pasos y adentrarse en el pasillo.

Ilsé busca las llaves del armario por la sala, mientras dice.- Penrod, ¿Se te ha comido la lengua el gato? Querías preguntas, aquí las tienes. Contéstalas de una vez  ¿Donde se guardan las la llave de este armario? No tenemos todo el día.

Penrod enrudeció el gesto tras las palabras de Ilse.

—¿El único superviviente dice? ¡Y cómo quiere que sepa que soy el único! —disparó elevando la voz casi al borde del grito.

El viejo se acercó a la silla y la levantó para poder sentarse. Todavía tenía el cuerpo dolorido de las agresiones de Adrian pero se sentó en la silla como si únicamente estuviera cansado.

—No se más de este lugar de lo que sabría cualquier trabajador. Las llaves que buscan siempre las tenía alguien así que o las han dejado tiradas por el suelo o se las han llevado a la tumba —miró un poco alrededor mientras tomaba aire para continuar hablando—. ¿De verdad me pregunta qué se investigaba aquí? ¡Pero si eso ya lo saben! A mi me encargaron estudiar ciertos documentos antiguos, incluso algunos prototipos de dispositivos de próxima generación, cosas que cualquier científico estaría encantado de tener entre sus manos... y todo ello para confirmar ciertas profecías a las que nunca presté atención. Ya se lo he dicho, me daban la oportunidad de obtener conocimiento a cambio de mi experiencia como científico. Nunca me metí en sus asuntos.

Mientras escuchaba a los listos hablar, Adrian lanzó una fuerte patada a la puñetera caja. No alcanzó demasiado a oir lo que decían pero había entendido lo suficiente como para ponerse nervioso.
—¿Qué co...? ¿Profecias? ¿Cómo el "Muestradados"..."Nostrodamos" ese? ¿Qué decían?

El joven esperaba que el golpe hubiese aflojado la cerradura para terminar cuanto antes aquella grotesca situación, cuando se dio cuenta de que Martin había desaparecido.

Penrod volvía a escurrirse y contestar vaguedades, sabía algo más, estaba segura, pero lo ocultaba perfectamente. La joven comprueba como Martin salía por la puerta, convenía acompañarle, pero también quería saber que había dentro del armario. ¿Si no lo  consigues podemos hacer palanca con el hacha? - Le dice a Adrian tras ver como golpea el armario.

Con los golpes que Adrian dio a la , pues tanto tiempo allí había estropeado el metal, este se dobló un poco. Tras forzarla ésta se abrió dejando ver su interior.

Dentro de esta había varias cajas de munición del calibre 38 y un sobre cerrado en el que ponía "Sólo abrir en caso de fuga del experimento".

Martin regersó sobre sus pasos atraido por los sonoros golpes de Adrian. Llegó justo en el momento en el que la caja metálica cedió al impetu de éste. ¿Munición? ¿Un sobre? Cuando Adrian leyó el mensaje del ultimo, la palabra "experimento" hizo que girara el cuello lentamente. Metió en la recámara de su mirada un par de balas de mala leche. Luego apuntó al viejo.

- ¿Que coño es eso de experimento?.-

Bien hecho Adrián.- Felicitó al sirviente de modo mecánico cuando este abrió el armario y pudierón ver su contenido.- Me permites- le dijo al coger el sobre que había en su interior.

Bueno, supondremos que el experimento ya se ha fugado- En ese momento abría el sobre y vaciaba sobre la mesa su contenido, para que todos pudiesen verlo.

Del sobre cayeron dos documentos a la mesa. El primero era un plano del búnker, como el que habíais visto antes con varios circulos marcados en rojo y una cruz en lo que parece ser un despacho(nº 5). El otro documento se encuentra en ruso e indica lo siguiente:

Agente de seguridad de B047. Si usted está leyendo esto, es que se ha producido una fuga en el experimento. Debe saber que lo que acaba de ocurrir es una circustancia catastrófica que requiere un acto de valentía como solo usted es capaz de ejecutar. diríjase al despacho del supervisor del proyecto y utilice el botón oculto en la pared este para detonar las cargas explosivas que fueron colocadas en la construcción del búnker. Las cargas evitarán que los sujetos salgan del búnker y así protegeremos al mundo de un gran mal que podría liberarse sin control. Sirva esta carta como agradecimiento a su labor. Es usted un héroe y así será recordado en el futuro.

                                                                 -Caballero Gervas Schreiber,
                                                                    Supervisor del proyecto B047

—Bien... —apostilló Kellen a la lectura del documento. —... así que la "misión" del supuesto héroe era volar esta construcción por los aires. Huelga decir que no lo hizo. Es más... es evidente que quienes controlasen este complejo saben que no se produjo la detonación y, por eso, procedieron a sellarlo con hormigón. O quizá la detonación de la que aquí se habla fue ese "terremoto" que el amigo Penrod sintió.

En agente sopesaba las opciones en voz alta. Más como si estuviese evaluando para sí mismo la situación que realizando una arenga o facilitando una explicación al equipo. Al fin y al cabo, hasta el momento, había permanecido en un segundo plano bastante pasivo dejando a Ilse tomar las decisiones. De eso se trataba.

—¿Quería preguntas concretas, Penrod? Aquí tiene una... háblenos de Gervás Schreiber, el héroe. ¿Quién era? Y, más importante todavía, ¿por qué el tratamiento de "caballero"?

Cada nueva cosa que descubrían sepultaba y sepultaba la historia de Penrod, muchas teorías pasaban por la cabeza de la joven, cada cual más disparatada que la anterior y en ellas le surgieron muchas preguntas para el científico, pero prefirió guardárselas para ella.

No tenía sentido continuar preguntando, el viejo caballero continuaría escudándose en la falta de memoria o en el desconocimiento a lo que allí se hacía, valiente sarta de mentiras, aquel laboratorio era poco más grande que un apartamento de soltero, cualquier cosa que allí se investigase era imposible ocultarsela al resto.

Contesta mientras continuamos la visita Penrod- dijo al fin- Olvidate de entrar en el despacho 5 y te aconsejo, si quieres salir vivo de este búnker, que no intentes acercarte a ninguna pared orientada al este.

Odiaba tener razón, pero tal y como le había dicho a Martin, era mejor tener al viejo fuera que dentro, donde en cualquier momento podría inmolarse y mandarlos a todos al infierno.

—Sabía que el puto viejo la iba a liar...para lo que nos ha dicho hubiese sido mas util usarlo de ariete para abrir la puerta— pensó Adrian con amargura. Su deseo de volver a casa tranquilamente con el sueldo en el bolsillo se alejaba cada vez más y más. Tenía la impresión de que no iba a salir vivo de aquella y ni mucho menos cumplir la puta misión. Asco de vida.

Jefes—dijó a Kellen mirando fieramente a Penrod— si quiere me encargo de vigilar aqui, al amigo...

Gracias Adrián - contestó mirando a Kellen, por si en algún momento creía necesario corregirla- Pero solo tenemos una linterna, así que hasta que encontremos el generador de emergencia es mejor ir juntos. No le quites ojo de enima y ante cualquier movimiento sospechoso ya sabes que hacer.

Una vez impartidas las ordenes, salió de la garita de guardia para dirigirse a la habitación marcada con un 4- Sigamos. Aún quedan muchas cosas por descubrir aquí.

Kellen permaneció tranquilo y en silencio. Había lanzado un par de preguntas a Penrod y aún esperaba respuesta. Por su parte Ilse continuaba poco a poco ejerciendo sus funciones como capitana de aquel comando. Si bien la mujer había iniciado el operativo no demasiado activa si se estaba transformando en una Dama con todas las letras; asertiva y parca. Después de todo, aunque ese no fuese el paradigma del buen capitán, si era el estilo de Kellen y ella, su discípula más prometedora.

Sólo esperaba que siguiera en progresión... y mejorando constantemente.

El grupo se dirigió hacía la puerta que había cerca y se encontró en un pequeño distribuidor en el que había dos puertas. La de la derecha tiene una pequeña placa indicando que es para mujeres y el de la izquierda indicando que es para los hombres. Dan a los vestuarios y duchas del búnker, el de los hombres considerablemente mas grande dada la proporción de hombres y mujeres en aquella época en los templarios. Las dos habitaciones son parcas en decorado y tienen unas duchas, retretes y unos bancos donde poderse cambiar de ropa, asearse y hacer sus necesidades.

Penrod se encogió de hombros.

—Podría contestarles cualquier cosa, el resultado sería el mismo. No quieren creerme y la única razón por que la que voy con ustedes es porque tienen ordenes de ello —observó Penrod—. Por extraño que les parezca no se a que experimento se refiere esa nota. Ya les he dicho que a mi me encargaban investigaciones particulares. Quizá todas tuvieran que ver con lo mismo pero no podría llegar a averiguar qué es.

El viejo avanzó con el grupo sin hacer ningún movimiento que pudiera hacer sospechar al grupo. No tenía nada que ocultar, por mucho que el resto no acabara de creerlo.

Martin se acercó a Adrian para decirle algo al oido. Algo que solo él pudiera escuchar. Lo hizo sin disimular lo más minino. parecía no importarle que los demás se percataran de sus cuchicheos...

—¿Y si el viejo es ese experimento?.— susurró al oido de su compañero.

—¿Y si lo somos nosotros?— respondió con parquedad Adrian. Las ordenes que le habían dado le parecían cada vez más surrealistas en vista de la situación. Pero necesitaba la pasta o le harían un par de agujeros en los pulmones.