Partida Rol por web

Se me queda, irremediablemente, cara de tonta al escuchar la "regañina" de la niña por haberle seguido tanto a ella como a Martin, aunque yo simplemente actué copiando al resto de mis compañeros para no quedarme sola en la cocina.

Pero ¿y qué pretendía que hiciéramos entonces? me pregunto totalmente perdida mientras observo la velocidad que llevan sus pequeñas manos cuando ejecuta varias acciones que terminan en Hiedra entregándole un fusil con mira telescópica al jóven rubio con intenciones de que dispare a lo que sea que está causando que el vehículo se tambalee, auque parece haber sido el sonido de disparos.
¿Quién nos dispara ahora? ¿Caníbales? Desde luego, si son escorpiones sería digno de ver... pienso dejando la mirada perdida en uno de los bidones de agua mientras trato de imaginar tal hazaña por parte de los bichos, pero espero que eso de que los hay bastante inteligentes no causara que también sepan usar armas de fuego...

Cuando la niña nos grita que el todos excepto Martin nos vayamos a ayudar a Zyor ello me devuelve al lugar que ahora pisan mis pies y me bajan de las nubes en un milisegundo, asombrándome a mí misma de haber sido capaz de formular la única pregunta posible en este caso:
- ¿Y dónde está Zyor?

Al llegar al lugar al que Hiedra llevaba a Martin, la pequeña se sorprendió por el hecho de que todos la hubieran seguido, instándoles a ir a ayudar a Zyor de una forma tajante cuando el impacto de unas balas sobresaltó tanto a Clarisse como a sus compañeros.

La reacción de Hiedra dejaba claro que estaba habituada a ese tipo de vida, y que aquello era lo normal para ella, pero seguía siendo algo totálmente ajeno a lo que Clarisse era capaz de controlar.

-¡AAAAAAAAAAAH! ¡¿PERO QUE COJONES ESTÁ PASANDO AHORA! Gritó la mujer llevándose las manos a la cabeza y agachándose en el suelo cuando escuchó el estridente ruido de las balas impactando en el duro chasis del vehículo. No dijo nada más, aunque le hubiera gustado responder a Hiedra, y es que se vió guiada una vez más por la situación, sin pararse a pensar en lo que hacía.

De esta forma, la mujer salió de allí en dirección a donde quiera que se encontrara Zyor tal y como la niña había ordenado.

Los tres acabáis por deshacer vuestros pasos, en realidad no es muy difícil dado que a pesar de que el vehículo es grande tampoco tiene tantos compartimentos.
Cruzáis el vagón con las habitaciones y llegáis de nuevo a la cocina/comedor pero hay dos cosas que están claras: Zyor no está ahí y sigue conduciendo ese trasto, así que cruzáis otra puerta más que se abre a vuestro paso hasta la sala de control.

Se trata de un vagón más reducido que el resto pero suficiente para lo que se requiere. La parte frontal tiene unas pequeñas rendijas por las que entra algo de luz y se aprecia un paisaje desértico a duras penas por lo que suponéis que para conducir Zyor se guía por la multitud de pantallitas, sensores, palancas y botones que tiene frente a su asiento y que se extienden a izquierda y derecha con un par de asientos auxiliares.

-¡Ya era hora...!- espeta como si hiciera siglos que os estuviera esperando sin quitar la vista de las pantallas.
-Nos ataca un grupo de bandidos. Son unos cabrones sin escrúpulos que nos comerán vivos si pueden, pero no vamos a dejarles que lleguen a eso, ¿verdad?- explica acompañado de fondo por una nueva ráfaga de disparos que por el momento no parecen afectar al vehículo.

-Uno de vosotros que se siente ahí- señala con el pulgar una silla anclada al suelo en uno de los laterales. Justo en frente tiene montada una especie de ametralladora de gran calibre.

-Si alguien se aclara con éste cacharro debería echarme una mano con la reconducción de energía auxiliar y demás mierdas que harán que no nos quedemos parados en medio del asalto- entonces mira de reojo a Clarisse ya que anoche se comentó lo lista que podía llegar a ser y finalmente señala un cajón cercano a unas escaleras de caracol metálicas que ascienden.

-Ahí hay algunas granadas pero asomarse por arriba va a ser lo más peligroso- aclara mientras notáis como todo empieza a moverse más de lo habitual, sea por la velocidad o porque empezáis a perder estabilidad a base de disparos recibidos.

Aunque la primera idea que tuvo fue ponerse a disparar como un loco, se dio cuenta tras la sutil explicación, de que la parte más peligrosa debía de tocarle a él.

No es que fuera un gallito y pensara que sus hermanas no podían hacerse cargo. Sino que por desgracia, su mutación lo hacia el más indicado para afrontar todas las absurdas ideas o acciones en las que hubiera que jugarse el culo.

Ni corto ni perezoso empezó a trepar cual mono por la escalinata.

Bueno, mi puntería no es tan buena como la de Martin, pero intentare dar de lleno en la boca a alguno de esos con las granadas.

Intentad darme fuego de cobertura para que no me peinen hacia atrás en cuanto me asome.

Sigue trepando, y cuando está a un puñado de centímetros de la escotilla, se pregunta si de verdad es tan invulnerable como quiere creerse, o su verdadera habilidad esta en no beber tanta agua para un tío de su tamaño.

Pero como muchas cosas en la vida, solo hay una manera de averiguarlo.  Con rápidos y duros movimientos, abrió la escotilla de un golpe, aun sin asomarse. De repente el ruido exterior se hizo aun más patente.

Aquello era una cacería, y ellos eran las presas, y por desgracia, allí ya no quedaban ningún séptimo de caballería al que esperar.

Entre el sonido del aire sobre su cabeza, las balas y el polvo, estaba empezando a preocuparse. Luego miro las granadas, pasaría el próximo minuto observándolas, no quería equivocarse al lanzar una, y mucho menos no entender bien su funcionamiento.

Vale una granada no parecía especialmente compleja en comparación con muchas cosas, pero al menos quería estar seguro de que las cogía de la forma adecuada.

Organización, Selene, en cuanto tengas a tiro a algún grupo, dime hacia donde queda, según las horas del reloj, para estar el menor tiempo posible asomado. Confió en ti.

Palabras de ánimo para sus compañeros de fatigas, pues aun sabiendo hacia donde tenía que lanzar el brazo, tenía que asomarse más del tiempo que le hubiera gustado.

Clarisse entendió a la perfección, y de inmediato, cual era su lugar en todo aquel jaleo que se acababa de montar, y de todas maneras, tampoco le apetecía tener otro lugar. El sonido de las balas impactando en el vehículo la aterrorizaba, y no envidiaba en absoluto la decisión de Karim de asomarse fuera del vehículo para dedicarse a lanzar granadas.

La mujer miró hacia lo que Zyor le señalaba y torció el labio en una mueca de desagrado ante lo que ahora se les venía encima.

-Haré lo que pueda con eso. Dijo escuétamente sin que le llegaran más palabras a los labios a causa de los nervios que en ese momento la atenazaban.

La mujer rubia, se encaminó hacía el cajón y lo abrió con la intención de ver su interior, imaginando que allí encontraria las herramientas necesarias para la tarea que le había tocado desempeñar en aquella nueva amenaza a sus vidas recientemente alumbradas.

Corriendo atravieso la cocina con Karim y Clarisse tras de mi. No les veo pero oigo sus pisadas y respiraciones entrecortadas, sobre todo según se repiten los balazos sobre el vehículo.

Llegamos tras una puerta de la cocina a lo que debe ser la cabina de control... o el asiento de piloto... o como quiera que lo llamen. Zyor está mirando un montón de pantallitas para conducir el trasto y llama mi atención la poca luz que entra por unas pequeñas rendijas.
Sin perder tiempo nos pega cuatro gritos a los tres y nos indica lo que hay que hacer. Me dispongo a ser yo quien suba a la escotilla a lanzar granadas pero el grandullón se me adelanta y entre ambos acordamos unas órdenes claras y concisas para nuestro trabajo en equipo. Hecho eso me siento frente a la ametralladora y me dispongo a llenar el culo de balas a todos los que se me pongan a tiro.

- ¡No probaréis mi carne, malnacidos! - grito totalmente eufórica una vez agarro el arma con las manos. Me siento poderosa con ella. Un poco más tarde atisbo a unas cuantas personas cerca las unas de las otras y le indico el siguiente paso a Karim con un fuerte grito: ¡¡LAS DOCE EN PUNTO!!

Mientras el resto se marchan de nuevo y de forma un tanto precipitada, tú te quedas en el mismo sitio junto a Hiedra, la cual se sube de pie al banco que tenéis delante y te señala las pequeñas ventanas rectangulares que hay en lo alto de la pared. Es evidente que incluso tú mismo tendrás que ponerte al menos de rodillas sobre el banco para llegar a esa altura pero una vez en esa posición colocar el arma es bastante fácil y de hecho tienes un punto de sujeción al apoyarla en el reducido alféizar.

Ni siquiera te hace falta usar el visor del arma para comprobar que hay varios coches, bastante extraños cabe decir, dando vueltas alrededor vuestro y conducidos por tipos armados que no dejan de disparar o incluso de golpear el vehículo.
Los vehículos están salpicados de sangre reseca y otras sustancias además de "adornados" con calaveras humanas y otros huesos que ni siquiera sabes identificar.

No paran de gritar de forma un tanto demente como si se estuvieran divirtiendo mucho y de forma instintiva piensas en los ya mencionados caníbales.

-Atento Martin- la pequeña te devuelve a la realidad sin despegar la vista de los prismáticos, parece muy concentrada en ellos -27 grado 10- te quedas un poco aturdido sin saber muy bien a qué se refiere pero al volver la vista al visor del fusil compruebas que hay varios números concéntricos que giran según tu posición.

Hago caso de todo lo que me indica la pequeña Hiedra. ¡Menuda pequeñaja artillera que tiene este Zyor!. Con razón la llevan en el transporte este, se le ve bastante acostumbrada incluso cuando hay problemas. Enseguida me coloco de rodillas en el banco y engancho el rifle en uno de los apoyos, para comprobar la situación que se cuece fuera. Un montón de gilipollas salidos de alguna película de serie B se dedican a acosar nuestro transporte. Tienen pinta de estar bastante locos y por lo tanto son peligrosos.

-Listo para volar cabezas.- digo sonriente, aunque no se exactamente por que. Tal vez sea porque quiero descargar toda mi rabia por la mala suerte que hemos tenido en esos desgraciados. Entonces Hiedra me dice una especie de coordenadas que cobran sentido en cuanto pongo mi ojo en la mirilla del rifle. En realidad lo de que estaba listo se lo había dicho para que se escondiera o se tapara los oidos, no para que me diera instrucciones, pero bueno.

Decidí hacer caso a la pequeña porque seguro que ella estaba más acostumbrada a "luchar" contra esos dementes. Rápidamente establezco esas coordenadas en los círculos y disparo.

-Será mejor que te indique yo, ella sólo tiene visible un lateral- dice Zyor tras las palabras de Karim dejando que todos empecéis a tomar posiciones.
-¡Qué mierda!- espeta girando bruscamente el volante consiguiendo que todos os tengáis que agarrar a lo primero que pilláis para no acabar rodando por el suelo, tras lo cuál se escucha un chirrido metálico bastante molesto y Clarisse puede apreciar una pequeña fisura en la pared de vuestro propio vehículo cuando consigue hacerse con una reducida caja de herramientas.

Tanto Selene como Karim están demasiado "ocupados" en sus respectivas tareas como para fijarse en ello y ahora pueden apreciar con mayor claridad a los atacantes.
Se trata de tres vehículos mucho más pequeños y manejables que los vuestros abarrotados de tipos extraños que no dejan de disparar o incluso de golpear el vehículo.
Sus vehículos están salpicados de sangre reseca y otras sustancias además de "adornados" con calaveras humanas y otros huesos que ni siquiera sabéis identificar.

No paran de gritar de forma un tanto demente como si se estuvieran divirtiendo mucho y de forma instintiva pensáis en los ya mencionados caníbales.

Selene consigue acribillar a tres de los que iban en uno de los coches y éste empieza a tambalearse mientras su único ocupante superviviente tira con rapidez los cuerpos al suelo e intenta tomar el mando.
Por su parte Karim obedece a Selene pero dado que ella tiene una visión muy limitada impacta contra el mismo vehículo que ya estaba bastante sentenciado.
A pesar de asomarse poco y apenas unos segundos recibe varias ráfagas de balas que por suerte sólo consiguen impactar a su alrededor y en la escotilla que cierra tras de si. La granada da de lleno en su objetivo y os quitáis de encima a uno de ellos, sólo faltan dos.

Mientras esto ocurre, escucháis otro disparo bastante ruidoso y solitario proveniente de la parte trasera de vuestro vehículo pero nadie consigue ver las consecuencias debido a vuestras posiciones.

Poco después algo debe ir mal en los circuitos porque uno de los paneles de control del vehículo empieza a emitir chispazos y humo por igual mientras en la pantalla de daños se indica la zona a reparar y notáis como el control del vehículo se empieza a desestabilizar mientras os mueve de lado a lado.

Mientras ajustas las coordenadas de tu mirilla procurando mantener el pulso muy firme y la concentración, escuchas una explosión relativamente cercana que no parece haberos afectados ya que vuestro vehículo sigue avanzando con algún que otro temblor pero poco más. Al parecer tus compañeros y Zyor deben de estar colaborando para volar unas cuántas cabezas.

Después de eso eres tú mismo el que aprieta el gatillo y no puedes evitar sorprenderte por la fuerza con la que sale dispara la bala dañándote el hombre. Probablemente te cause una pequeña contusión en el hombro aunque desde luego nada grave pero, ¿qué calibre tiene este cacharro?

Y si por eso no fuera poco compruebas algo atónito como no sucede nada tras el disparo, al menos durante dos segundos, después el tanque de gasolina de uno de esos coches descapotados y abarrotados de lunáticos estalla en llamas provocando un amasijo de hierros, gritos, sangre y fuego.

-¡Bien!- se limita a exclamar Hiedra triunfalmente mientras pasáis de largo otro amasijo de hierros del cual todavía surge un tipo medio muerto arrastrándose para salir de él.

Pasáis pronto de largo y notáis como aceleráis cada vez más, provocando que vuestro gran "tanque" empiece a chirriar debido al sobre esfuerzo. Está claro que está pensado para resistir pero no tanto para ser veloz.

-Uy-uy-uy....- esta vez la renacuaja parece más preocupada y acaba por dejarte solo en el banco mientras se dirige a un panel anclado a la pared que abre. Resulta estar lleno de cables que chisporrotean y varias lucecitas y botones de las cuáles no entiendes absolutamente nada pero ella parece muy dispuesta a trastear con ellos.

Afuera empiezas a distinguir, aunque con muy mal ángulo de tiro desde  tu posición, el tercer y último vehículo de bandidos al que esta vez sois vosotros los que perseguís.

Karim se sacude en la parte de arriba del transporte, las balas silvan a su alrededor y rebotan contra las planchas de metal. Y se pregunta, si esas planchas seran de la calidad suficiente como para poder aguantar mucho rato mas.

Con la tapa de acceso agarrada a modo de escudo, se concentra y grita hacia abajo.

¿Adonde apunto ahora Zyor?

La situacion era tensa, y aunque parecia que no estaba todo perdido, no podian retrasarse mas en acabar con los enemigos. Pues, tarde o temprano, los numeros sacarian ventaja para ellos.

La siguiente granada le pesaba en la mano. Era un objeto de motal naturaleza, y no queria dejar de prestarle atencion, temiendo de manera irracional, que si cayera dentro del vehiculo, podria matar a todos sus compañeros.

Joder, joder, joder, joder... Pensaba Clarisse ante lo que estaba sucediendo. Todo esto es demasiado, como alguien me diga que en algún lugar de este planeta hay un sitio en el que poder vivir con un trabajo mediocre, en una rutina de mierda, en la que no hayan escorpiones gigantes, ni gente tiroteándose, mataré por llegar allí.

La mujer, ya se había puesto manos a la obra sin casi darse cuenta, y sus manos tecleaban el ordenador frente a ella con una naturalidad, que hacía parecer años de experiencia por parte de la mujer, quién en realidad no llevaba más que unas horas de vida en aquel mundo.

La adrenalina provocó que Clarisse actuara por instinto al igual que sus compañeros, y su cuerpo reaccionó sin pensarlo dos veces ante las primeras señales de fallos de sistema anunciadas por los chispazos en los paneles de control. De este modo, una vez hubo comenzada la acción, su superior mente la hizo actuar sin casi pensarlo, y ya había olvidado cómo hacía unos segundos, se encontraba investigando el cajón en el que supuso habrían herramientas.

Los destellos del monitor iluminaron su cara con colores parpadeantes, y sintió una reconfortante sensación de control que le había sido negada desde que abandonaron el laboratorio que los vio nacer, y cuya ausencia casi la lleva a la locura desesperanzadora cuando fueron atacados por las criaturas arácnidas.

No dijo nada, sólo acometió la tarea para la que estaba mejor cualificada con la entereza que le exigía la situación.

La adrenalina había hecho estragos en mí, había hablado demasiado pronto y rápido... pero por suerte Zyor estuvo vivo a la hora de poner al corriente enseguida a Karim sobre mi escasa visibilidad. Y era cierto, aunque logré abatir a casi la totalidad de uno de los vehículos enemigos, me costaba ver con claridad qué había fuera.

Por suerte el disparo certero con la ametralladora me dio ánimos para seguir apuntando y disparando a esos malnacidos. No nos dejarían en medio del desierto si yo podía evitarlo. Me dispuse a disprar de nuevo al automóvil siguiente, pues parecía que al que había dado ya no estaba, si no me había cargado yo a todos sus ocupantes seguramente el estallido de la granada de Karim sí lo hubiera hecho y una sonrisa marcó mi rostro al pensar en ello.

Pero la alegría duró poco pues una nueva oleada de disparos contra nuestra única protección pareció mermar en los controles del mismo y pude ver por el rabillo del ojo como finalmente Clarisse se ponía manos a la obra con ese problemilla sin esperar más, y se manejaba increíblemente bien, o al menos eso parecía viéndola teclear con una velocidad increíble.
Escudriñé para intentar localizar un nuevo obejtivo de la ametralladora que tenía entre manos y poder disparar, con suerte me llevaba con ello a otro vehículo más.

-Si se largan llamarán a más refuerzos...- sigue mascullando Zyor entre dientes, entre preocupado y cabreado por esa posibilidad, probablemente por eso mismo no ha dado las indicaciones oportunas a Karim y por eso cuando éste le pregunta da un pequeño respingo, como si le sorprendiera que todavía sigáis ahí.

-¿Listo...? ¡A la 1!- indica con convicción a la vez que gira el volante procurando dar el mejor ángulo a vuestro tirador de granadas oficial, el cuál consigue impactar nuevamente en el tercer vehículo consiguiendo que éste deje de avanzar, aunque algunos de sus ocupantes aún siguen con vida y empiezan a apearse.

Por su parte Selene se esfuerza lo posible por disparar pero descubre frustrada que la acción se está desarrollando en el lado contrario en el que está posicionada la ametralladora así que no le quedará más remedio que esperar de nuevo o moverse (aprovechando tu fallo...).

Clarisse comprueba en apenas un par de minutos todos los circuitos que puede desviar, derivar y cancelar para controlar el flujo y la energía del enorme vehículo y con un entendimiento innato en ella teclea con velocidad en botones que nunca había visto hasta conseguir que la estabilidad del tanque vuelva a la normalidad dejando de sacudiros.

También ve como la zona trasera parece estar recalentándose pero enseguida aparece un mensajito en la pantalla que le indica que se ha producido una "extracción de calor manual" y todo vuelve a la normalidad. Probablemente Hiedra o Martin también estén haciendo de las suyas por ahí.

Zyor detiene entonces vuestro avance con un resoplido, Clarisse puede ver que le tiemblan los brazos del esfuerzo efectuado con el volante pero es evidente que se le pasará pronto.
Abandona su asiento y extrae de su propio cinturón una pistola algo mugrienta mientras se acerca a las escaleras que custodia Karim.

-Confío en ti colega- le dice a éste tendiéndole el arma, la cuál resulta bastante más ligera de lo normal, después se dirige a la estrecha ventana lateral contraria a la que usaba Selene y observa lo que sucede.

Clarisse suspiró al ver que había logrado salvar la integridad del vehículo, y lo siguiente que sintió despues del alivio, fue la sorpresa de haberlo hecho sin apenas dificultad, algo que ya experimentó en el laboratorio del que salieron a la vida de aquel mundo.

-Bien, ya está arreglado. Dijo a los demás mientras se echaba hacía atrás en su asiento. Alguien ha echado una mano con los sistemas traseros del vehículo, así que Hiedra y Martin también andarán dando todo el apoyo que pueden.

Todo esto sigue siendo confuso, pero me alegro de que las cosas funcionen. Pensó mientras a su lado Zyor se movía. Al menos no soy una completa inútil y mi talento es capaz de ayudar, pese a que no termine de entenderlo.

La mujer se fijó entonces en los efectos de la tensión descargada de los brazos de Zyor. Fue a decir algo, pero este ya se había levantado y se dirigía a terminar con lo que en ese momento los amenazaba, entregándole su arma a Karim y observando por una de las ventanas el final de sus perseguidores. A Clarisse le pareció horrible la frialdad con la que el hombre afrontaba la situación y se preocupó al pensar si en algún momento, llegaría a cambiar tanto como para vivir así en aquel planeta.

Aunque me doy cuenta algo tarde de que delante del cañón de la ametralladora ya no hay nadie no tardo demasiado en ponerme manos a la obra para sacarla de su sitio y colocarla en el lado contrario, de frente a donde se supone que están los cabrones que estaban tratando de fastidiarnos el carromato este. Los bamboleos han cesado y me dedico unos segundos a observar a Clarisse y a Zyor, aliviados al parecer por eso mismo, aunque la mujer rubia mostraba en su rostro la incredulidad. No sabría muy bien explicar el por qué.

Desatornillo con toda la velocidad que puedo cuando me centro en ello, asustada tras lo que ha gruñido hace poco Zyor o al menos lo que me ha parecido entenderle. ¿Llamar a refuerzos? Eso es demasiado. Hay que acabar con los que queden para evitar que vengan más y terminen lo que no han podido estos.
Con esta firme convicción me dedico a mover de sitio el enorme arma tan rápido como puedo para poder llenar de balazos a los que queden y que no puedan ir a pedir sopitas a sus amigos.

Ligeramente aturdido por el inmenso retroceso del arma, observo complacido como esos hijos de perra vuelan por los aires después del tremendo "cañonazo" que les he disparado.

-¡La hostia!. ¡Au!...joder me he rebentado el hombro. ¿Qué calibre tiene este cacharro?  Podría volar tanques de un sólo disparo...- pregunto frotándome un poco el hombro y moviéndolo. Sólo ha sido un golpe sin más pero no e lo esperaba. Claro que tampoco me esperaba que el rifle tuviera un calibre tan bestia...

Sin embargo la pequeña no me responde. De hecho yo también cierro la boca cuando escucho como nuestro transporte chirría de manera alarmante. Dirijo la vista a Hiedra y su expresión tampoco me ayuda a tranquilizarme. Entonces veo como abre una especie de panel lleno de cables que no parecen estar en muy buen estado...al menos desde mi punto de vista, porque yo no tengo ni idea de esas cosas.

- ¿Qué ocurre es grave?- pregunto en automático. Sin embargo antes de que la niña me conteste decido volver a mi rifle. Al menos intentaré hacer algo que sirva. Apunto de nuevo esta vez sin "pistas" intentando conseguir un buen ángulo para disparar al otro vehículo, lo cual no es nada fácil de conseguir. Esta vez intento ser paciente para asegurar el tiro. Sólo dispararé cuando esté seguro...*

Hiedra no responde a tu pregunta sobre el calibre del arma, puede que sea porque no lo sabe, porque te ignora o porque simplemente está demasiado ocupada metiendo la mano entre cables chispeantes, tras lo cuál emite algún quejido chupándose los dedos probablemente debido a algún chispazo aunque por suerte nada grave.

-Ya está controlado, tú no te preocupes por nuestro "Trastomóvil"- da unas palmadas en la pared metálica haciéndola resonar y poco después se distingue el sonido de otra explosión cercana y una mayor estabilidad en vuestro avance hasta que el vehículo se detiene.

-Ven aquí, ¡corre!- la pequeña se posiciona en el banco contrario al tuyo y optas por hacerle caso dado que desde tu hueco no ves nada.
En el nuevo punto de vista distingues otro vehículo enemigo chamuscado y hecho pedazos pero aún así de él consiguen salir tres tipos bien armados, con máscaras o pasamontañas salpicados de sangre, que se acercan hacia vuestro medio de transporte disparando sin demasiado sentido, probablemente a modo de fuego de cobertura, para evitar que vosotros mismos les deis.

Sabemos cuántos malos quedan.

Dice Karim mientras recoge el arma, y como con las granadas, observa bien como funciona, para no cometer errores de novato.

Aunque recuerda haber tenido infinidad de armas en sus manos, se suponía que todas ellas eran de mentira, así que el funcionamiento de estas importaba bien poco. Sin embargo, ahora era fundamental, saber no solo porque parte dispara, sino como funciona, por si se encasquillaba o se quedaba sin balas.

Después de perder un par de segundos más mirando el arma, levanto la tapa. Los tipos tenían que trepar hasta la parte alta. Así que suponía que perderían al menos el uso de una de las manos para trepar hasta su posición.

Y en cualquier caso, eso sería una ventaja, así como que la escotilla le daba una cobertura natural que le venía estupendamente. Su mente intentaba sacar provecho a las pocas cosas a las que se les podía sacar.

Intentad mantenerlos lo más cerca del vehículo, tendremos una posición ventajosa frente a ellos, si están demasiado alejados tendremos que salir a buscarlos, o exponernos demasiado, y eso no puede ser bueno.

Sin decir ni una sola palabra mas, realizo un barrido con la vista asomando rápidamente la cabeza, buscando enemigos de más cerca a mas lejos, en cuanto viera al primero, abriría fuego sin pensárselo dos veces.

Enseguida me cambio de posición cuando me doy cuenta que desde la mia no tenía un disparo franco. Además Hiedra es bastante rápida al indicarme otra posición mejor. Por lo que parece ella también ha tenido suerte con su parte y el "trastomóvil" ya está arreglado, si esque alguna vez estuvo averiado.

Me tomo mi tiempo para apuntar. Tres capullos salen de un vehículo en llamas disparando a diestro y siniestro, sin objetivo fijo. Para cualquier otro quizás habría sido más dificil apuntar a un objetivo en movimiento tan "aleatorio". Pero para mis ojos eso no es más que una pequeña dificultad, igual que pasó con la rata. Respiro hondo, agarro bien fuerte el rifle para absorber el retroceso,, elijo un objetivo...y disparo. Otro cañonazo destinado a volar la cabeza de alguno de esos desgraciados...