Partida Rol por web

Spinner se acuclilla al lado de Elizabeth para proceder al macabro descubrimiento de la faz del cadáver. Por la mente de cada uno pasan imágenes vistas en el cine y en la televisión de cuerpos en diferente estado de descomposición. ¿Olerá tan fuerte como dicen? ¿Habrán gusanos y larvas de insectos comiéndose la carne?

Rubí y Marcos permanecen de pie, en segundo plano, contemplando la maniobra. Cabizabajos bajo la lluvia y el frío, como si estuvieran asistiendo en silencio a la exhumacíón de un familiar.

¿Y si es Rick? ¿Qué harán? ¿Se habrá matado, suicidado? ¿O lo habrán asesinado? ¿Y si no es él? ¿Quién será? ¿Cuánto tiempo lleva ahí? Son demasiadas preguntas que tendrán respuesta en breves instantes.

La navaja de Mark corta la húmeda lona. La tela se desgarra con un sonido caracerítico. Y debajo aparece. Sin expresión, embarrado y sucio; con los ojos abiertos, artificiales, mirando fijamente.

Dios!

Los pelos se ponen de punta y una arcada amenaza con convertirse en vómito. Involuntariamente os llevais las manos a la boca y la nariz, como protegiéndoos del olor y de la visión tétrica.

¿Pero qué coño es esto?

Marcos se agacha y ayuda a sus compañeros a desvelar el rostro del muerto.

Tendremos que enterrarlo.

Y abre los ojos. Sus gafas casi parecen un peso sobre su nariz mientras mira con las manos temblorosas al cadáver.

¿Qué broma macabra es ésta?

Tras un breve y rápido vistazo no es difícil darse cuenta de que lo que hay en la fuente no es un cadáver. Se trata de un maniquí con cara de mujer y mirada perdida.

El temor da paso a la inquietud, al alivio y en cierta manera al enfado. Se trata de una fase más en este juego tétrico de destrucción de la mente de los jóvenes.

Aliviado, miro a los demás. - ¿Por qué estaría un maniquí dentro de la fuente? realmente no entiendo siquiera la existencia de un maniquí en un lugar como este caserón.

- Será mejor que vayamos a la casa? le digo a los demás mientras me vuelvo a guardar la navaja y comienzo a andar hacia el dintel de la puerta.

Frunce el ceño aunque esta vez no es porque aquello le resulte extraño. A juzgar por su expresión, parece algo cabreada.

- ¿Se puede saber que coño hace esto aquí? Si es una broma no tiene ni puta gracia! - Eleva el diapasón hasta que se sus palabras se convierten en un grito - Joder, estoy empezando a cansarme de todo esto.

Tras su repentino desahogo, retoma la compostura y se agacha hasta el maniquí intentando liberarlo por completo de la lona que lo cubre.

- Espera un momento Mark - Le pide ya más calmada - Quiero ver esto mejor

Finalmente, se vuelve hacia su amiga y le lanza algo parecido a una sonrisa

- Ves? no es Rick

Vámonos.

Marcos cada vez está menos comunicativo. Según van pasando las horas en esta casa ha ido perdiendo su cara empática y su capacidad para contar historias de viejo. Sus ojos sólo se fijan en puntos concretos. En definitiva, cada vez parece más muerto por dentro.

Tenemos una pista que seguir.

Y arrastrando los pies, empieza a andar.

El cuarteto se muestra cuanto menos confundido. Las cosas no marchan como estaban previstas. La mente humana tiene un límite, y en algún caso ese límite está a punto de ser sobrepasado.

Acaban de tener un encuentro paranormal a través de una ouija y ahora se ven enfrentados a este estrés estúpido confundiendo un puñetero maniquí con uno de sus amigos... Sin embargo es difícil pensar, dadas las circunstancias, que las cosas en este lugar ocurran sin un por qué. Al igual que ocurrió con la diabólica muñeca en el edificio principal, este objeto macabro debe de tener algún significado.

Sin nada más que hacer todos dirigen de nuevo sus pasos hacia el edificio principal. Suben los pocos escalones y se ponen al resguardo de la lluvia bajo el porche.

Todas las miradas se dirigen a la puerta...

¿La dejamos abierta?

Entrando directamente al Hall me quito la chaqueta he intento expolsarme la mayor cantidad de agua posible. - No, por más que haga dudo mucho que me seque.

- Dejemos la puerta abierta y subamos rápido. Un fuego nos está esperando en la biblioteca refiriéndome a las ganas que tengo de volver a un sitio caliente y que la mañana haga que veamos las cosas de otra forma..

Mark accede decidido al hall de entrada del edificio principal dejando tras de sí la puerta abierta. La puerta de cristal opaco separa el hall del pasillo largo por el que antes estuvisteis.

Abre la puerta.

A los pies de la misma sigue la satánica y deforme muñeca que tanto miedo causó hace... ¿Cuánto hace de aquello? Parece una eternidad...

A la izquierda, el pasillo que lleva hacia la cocina. Veis los cristales rotos tras el ataque de locura que sufrió Rick. La sangre salpicada y seca en paredes y suelos recuerda a un viejo escenario de un crimen.

A la derecha la zona no explorada del edificio...

Tengo la impresión de llevar siglos encerrado en esta casa. ¿Dónde estarán los demás? No se les ve, ni se les escucha. Estos jóvenes no deberían de ser tan inconscientes.

Marcos sigue a Mark. Le pone una mano en el hombro y le frena.

A partir de aquí. Déjame ir delante. Soy mayor y ya he vivido muchos años. Vosotros aun tenéis toda la vida por delante. Si hay un maníaco en esta casa preferiría que me atacase a mi en primer lugar para dejaros tiempo a vosotros. No podría vivir lo que me queda de vida con el peso en la conciencia de haber dejado que gente que acaba de empezar su vida la perdiera por los pocos años que me quedan a mi por delante.

El gesto de Marcos es sin duda excepcional. El más débil y vulnerable toma la iniciativa básicamente por ser el más prescindible. Su acción podría ser sometida a un debate ético de trascendencia y relevancia en más de un programa nocturno de cadenas minoritarias. Pero aquí y ahora, en esta situación, los jóvenes se dejan hacer. Aún así el cuarteto se apiña uno tras otro, dispuesto a buscar la escalera de subida al piso superior que debe estar al final del pasillo de la derecha...

Dispuesto a buscar respuestas...

La indicación de Marcos no me parece ni adecuada ni correcta. Y, además, habría mil razones para que no fuera Marcos en primer lugar. Pero no creo conveniente iniciar un debate de conveniencia o no.. Lo único que quiero es hacer lo que hemos venido a hacer e irnos..

- De acuerdo, démonos prisa le digo pero sin dejar que vaya demasiado por delante de mí. De vez en cuando, echo rápidos vistazos a las mujeres, como si pudiera protegerlas.

Coge la mano de Rubí con fuerza aunque asegurándose de que no llega a hacerle daño. Su amiga parece estar sufriendo más de la cuenta con todo lo que les ha pasado, y trata de protegerla aunque realmente no sabe como hacerlo.

- Tú no te separes de mi - le dice con suavidad casi susurrando

Justo en ese momento, Marcos decide ponerse al frente de la expedición, pensando que él merece ser atacado antes que los demás. Sin duda es un razonamiento erróneo, pero nadie parece dispuesto a rebatirlo.

- Deberíamos probar por aquí - Comenta Elizabeth señalando el pasillo de la derecha - Todavía no lo hemos explorado.

Avanzas por el pasillo, siguiendo a Marcos, con el farol levantado para proyectar la máxima luz posible. Cuando de repente...

Avanzas en retaguardia fuertemente cogida a la cálida mano de Elizabeth.

Cuando de repente...

Avanzas en vanguardia del grupo. Spinner sujeta el farol que ilumina el camino sobre tu hombro. Cuando de repente...

Levanto la mano y sujeto con cuidado a Marcos por el hombro.. - Silencio un segundo Susurro intentando eliminar cualquier sonido y buscando lo que me ha parecido oír..

Me giro un poco hacia Elisabeth, y mi mirada es interrogativa.. - ¿Tú también lo has oído?