Partida Rol por web

Los puños y los enormes brazos de Rick golpean el aire sintiendo los cabellos y una ligera túnica chocar contra su cuerpo. El atleta grita y forcejea ciego y enfurecido.

Te revuelves en la oscuridad. Un nuevo golpe contundente te da en un costado haciéndote daño. Comienzas a estar agotado, pero por los gemidos y gruñidos de tu oponente sabes que ella también. Tienes que acabar con esto de una vez, o te matará a palos...

Crack!

Podría haber sido el sonido de una rama al romperse en el bosque. Podría hacer sido el sonido de una nuez aplastada por tu peso. Podría haber sido el sonido de madera astillada por el fuego. Pero se trata del cuello del enemigo.

Cegadas la vista y el conocimiento por la oscuridad y el miedo, lanzas un puñetazo que impacta de lleno y de frente en la cara del agresor. Debil por la pelea y en inferioridad física evidente, su cránea se arquea en un ángulo imposible, cediendo por la inercia de tu golpe.

Solo unos segundos depués te das cuenta de que a tus pies yace una mujer. Porta un garrote en una mano y un cuchillo en la otra. Lleva un viejo vestido blanco y reído. El pelo desordenado. La mirada vacua en el infinito.

Has matado a alguien.

Decidís finalmente regresar a la biblioteca. Activamente habeis decidido abandonar a Rick a su suerte. Bajo pretextos vanos para acallar vuestras conciencias, dais media vuelta dejando a los inquietos árboles a vuestra espalda. El dintel de la puerta echada a bajo por Steve os mira, como la cuenca vacía de un ojo perdido.

Pues volvamos...

La mirada vacía no puede separarse del cadaver y los restos de conciencia empiezan a comprender que lo que yace a sus pies es un ser humano después de todo. Pero ¿que persona podría vivir aquí? la pregunta no cambia la realidad de que haber acabado con una vida, pero la cordura de Rick no está en su mejor forma como para sentir los remordimientos, en su lugar estos se agolpan en el límite exterior de su consciencia esperando un momento mejor para salir.

Lo único de lo que puede estar seguro el capitán del equipo de rugby es de que los cabellos de la criatura parecen haber cambiado volviéndose negros.

Mirando el cuerpo inerte Rick se aleja sin reunir valor para tocarlo, ni siquiera para obtener algunas respuestas o para desarmalo ante la previsión de otro ataque. En ese momento el atleta se acuerda del pequeño cuchillo que cogió en la cocina, colgado en su cinturón. En la locura del combate no reunió buen sentido suficiente como para usar el arma, pero eso poco importa ya.

Sin pensarse mucho lo que hacer, dejándose llevar por unos instintos que han tomado las riendas, Rick vuelve a emprender la carrera por la colina buscando algo o a alguien que le saque de esa locura.

El rubio de los Skilton caminaba entre sus dos hermanos con la cabeza gacha y las manos metidas en los bolsillos delanteros de su sudadera, dejando el cuchillo en la especie de cangurera que formaban. La buena acogida que había tenido su decisión de volver a la biblioteca, aunque eso significara dejar a su amigo solo y a la intemperie, había servido para tener la convicción de que, después de todo, era lo mejor que podía hacer en ese momento ,tanto para él como para sus hermanos...aunque no para Rick...y se ahorró el tener que dar demasiadas vueltas a la cabeza reflexionando sobre lo que acababa de hacer.

- Esperad- dice de pronto. Se había parado justo en frente de la puerta que acababa de abrir a patadas. En ese momento, parecía que iban a ser tragados por la oscuridad que los esperaba tras ella- Dejame el mechero Greg- le pide convencido- Sólo un vistazo, vale? puede que encontremos algo util...- la mirada de su hermano mayor le había obligado a tener que darle esta vacía razón

Toma, toma… pero decídete hermanito. Estamos agarrando una buena- Greg le pasa el mechero, mientras se acerca a la puerta del nuevo edificio, intentando resguardarse de la lluvia.

- Ya te digo que es solo para echar un ojo- dice cogiendo el mechero y acercándose rápidamente a la puerta de ese edificio que había aparecido como de la nada entre las sombras como si fueran esos ladrillos los que les hubieran encontrado a ellos y no al reves.
Diamante, pegado al marco de la puerta, sin osar pasar bajo el dintel, alarga el brazo y el característico sonido que produce el roce de la piedra del mechero es amplificado por el eco que se hace en el interior sin que ninguna llama rompa la negrura- Joder!- se lamenta- tengo los dedos helados...- frota sus manos con fuerza, la una contra la otra, antes de acercarlas a su boca y envolverlas en sendas bocanadas de vaho que se pierden entre los dedos...frizzz...frizzz...-ahoooora...exclama al tercer intento en el que consigue prender el zippo de Greg

Jimmy se encoge de hombrs y hace una mueca a Greg.

Al menos ahí no nos mojamos, odio esta lluvia.

El pequeño de los hermanos sigue a Steve al interiro del edificio, justo en el momento en que consigue encender el mechero.

La luz tenue del mechero hace retroceder a regañadientes a la oscuridad reinante en el edificio. Se trata, al igual que la biblioteca, de un edificio de una única planta. Los hermanos Skilton atraviesan el dintel buscando resguardarse de la lluvia. Por algún motivo deciden no regresar a la biblioteca y dejar en la estacada a Rick. Si a éste le pasara algo, es probable que alguna conciencia se hiciera añicos en el futuro.

El zippo ilumina una primera habitación grande. Ésta contiene una mesa y una silla desvencijadas. Al fondo de la habitación hay una puerta. En la pared de la izquierda de esa habitación hay una segunda puerta.

Algo llama la atención de los tres: tanto la pared del fondo, como esa pared izquierda son de madera, y no de piedra, como hasta ahora había sido.

Con los puños doloridos y rasgados por la pelea y el incidente con los cortes en el edificio principal, corres guiado por tus instintos lo más lejos posible, sin saber que tal vez te estés dirigiendo hacia un peligro mayor. Atraviesas el cementerio lo más rápidamente que puedes. En tu cabeza hay imágenes de manos que salen de repente del suelo atrapándote los tobillos y engulléndote en la negrura de la tierra... Pero nada de eso sucede y al poco estás ya corriendo cuesta arriba por la colina. La colina no es demasiado grande. Te guías por un sendero que asciende bordeando a dicho montículo. Poco a poco avanzas de tal manera que si miras hacia atrás ya no ves ni el cementerio ni el bosque.

Sigues avanzando...

Greg da un par de pasos hacia el interior de la estancia, intentando averiguar que es ese edificio. Le llama la atención el hecho de que dos de las paredes sean de madera, aunque no sabe a que relacionarlo. Su mirada recorre la estancia con curiosidad.

¿Que creeis que es este sitio?
Mientras sus hermanos van entrando, Greg sacude la cabeza, casi como un perro, lanzando gotas en todas direcciones desde sus empapadas greñas.

Algo sí os llama la atención. El olor es bastante peculiar. Huele a mucho polvo, y se puede notar un polvo muy fino en el ambiente. Sin embargo, no es el olor típico de una habitación cerrada y húmeda. Huele a algo más...

Hum... Como a grano. Cereales, paja... Algo así.

Es posible que esto fuera un granero o una pequeña granja... Un lugar donde guardar provisiones o criar animales pequeños...

Sin mirar atras Rick avanza. Sin soltar el cuchillo, sin cesar de pensar en el cadaver que acaba de dejar atras. Continuamente imaginándoselo con cabellos rubios. ¿Rubí? ¿o tal vez Diamante?

Rodeando la colina continuo camina por el sendero, ya sin tener en mente la idea de escapar, tratando de hacerlo tan solo por un instinto no del todo apagado en su confusa mente.

En su cerebro el recuerdo del resto de sus compañeros - Marcos, Jimmy, Elizabeth...- ya no existe. Tan solo Rubi y Diamante aparecen de vez en cuando en sus divagaciones. Su mirada está en el suelo mientras camina, ya no le asustan los terrores. Sus ojos están vacios de expresión.

No hay nadie en casa.

- No tengo ni idea- responde Diamante a Greg sin mirarlo. Se encontraba recorriendo la habitación pegado a las paredes que, curiosamente, eran de madera, pasando su mano derecha sobre los tablones mientras caminaba. Estudió esas paredes con atención pues, al ser de madera, podían tener alguna inscripción, alguna señal, incluso algún agujero que les permitiera ver que había tras esas dos puertas, que era lo único que allí había aparte de la escasa decoración que componía la mesa y las sillas- Pero huele raro, no?- pregunta arrugando la nariz.
En ese momento, su mano derecha que había recorrido la pared del fondo y de la izquierda, topó con el pomo de la puerta de ésta última pared, y sus dedos se adaptaron rápidamente a esa nueva superficie de forma refleja- De todas formas, ya que estamos...- y el final de la frase se perdió mientras miraba de forma inquisitiva a sus hermanos como si quisiera pedir permiso antes de abrir.

¿ A que venía ahora tanta curiosidad? ¿Que le importaba a él lo que quiera que hubiera en ese edificio? ¿Había olvidado ya a Rubí? Había dejado a Rick tirado para aprovechar el momento y poder estar junto a ella, ¿acaso no lo recordaba?

Es Steve el primero que se decide a explorar la zona.

La madera está áspera pero húmeda. A todas luces se trata de una madera vieja.

Hay varias tachas clavadas en la madera, como si se hubiera utilizado para colgar cosas... bastas. Nada de delicadezas.

AY! Joder!

Steve retira una mano de la pared y se la lleva a la boca, mientras la otra mano permanece posada en el picaporte de la puerta de acceso situada en el lado izquierdo.

Lo inevitable ocurre. Pasar la mano por esta vieja madera implica picarse...

Mierda, una astilla!