Partida Rol por web

22:00hs - 5º

El radar empieza a arder mientras todo el grupo volveis a contactar y uniros de nuevo. Pasan 30 minutos de caminata hasta que llegais a un pequeño villorrio. Apenas una docena de pobres y sencillos edificios, de los cuales la mitad parecen simples graneros o almacenes mientras la otra mitad podrían denominarse "casas". El silencio es absoluto, ninguna luz es visble. Un pequeño letrero de madera indica "Voukolies".

Si tenerlo muy claro se ha topado de lleno con el pueblito. Quería rodearlo por el oeste, pero el valle nos encausa y discurre directo a un collado que muere realmente en el pueblo. Aquí tiene que hacer un viento del carajo.

- Cabo, hemos llegado al pueblito principal de la comarca. A la villa. Si alguien sabe Kretino, podemos despertar a algún paisanico, si es que, como decía el oficial, son pro-nosotros. Si lo hacemos y son contra ... ya hemos terminado la misión.

Empezaba a pensar en la discursión de antes de montar la hoguera. Ya tenían que estar alertados si lo podían ver. Espero que el incendio no se extienda y la liemos parda. De todas maneras mi patriotismo no se ni donde está. ¿Quedó en España? ¿Murió en África con la injusticia de la Justicia? No se, pero ahora casi prefiero caer en manos de los Ingleses, que me manden a una carde toda la guerra y verla pasar en el periódico.

Tenía ganas de llorar, de descansar, de terminar con todo y regresar a los brazos de su chica. De sentir el calor de su respiración y la suavidad de sus pechos. ... En fin. La melancolía lo inundaba y el olor a humo solo hizo que acelerar sus recuerdos en las montañas. Tenía ganas de perderse una semanita por las cumbres, cazas y comer jabalí y si fuera posible corzo. Atrapar un conejo con un lazo en la trampa que puso anoche y ver como una torcaz era derribada por un halcón o un azor. Eso era bonito. Necesitaba la livertad de la naturaleza y esta isla se la tenía presa. La justicia se la había robado.

Sacó, con desgana el mapa. Buscaba rutas para sitios donde pudiera estar en radar ese de las narices, si es que existía uno de verdad. Que los demás se pasearan por el pueblo. Era un navegante y un profesional, pero a todos se les caen los animos al suelo, y el los tenía en el fondo del mar.

Y se notaba.

La bofetada de Hauer le gira la cara a Ziska, pero cuando la vuelve a girar, su expresión es la misma. Sonríe y se limpia la sangre del labio.

- Ya estamos en una prisión, Bauer. Pero la diferencia es que yo veo los barrotes. Pegándome no cambiarás la realidad.

Luego, con una ceja irónicamente alzada, escucha la perorata. No coge el libro que le ofrecen porque ya lo conoce. SU madre es una nazi de narices y siempre está mareando con el Nietzche ese.

- Nietsche era una morsa sifilítica. Conozco este libre. Y le recomiendo otro "la guerra es una estafa", del general Butler. Y si usted cree que conquistando Creta acabara la guerra antes, es que se engaña más que el ubersmench Bauer. No tiene nada de elegante dejarse arrastrar al matadero. Tu idea de apagar el fuego es echarle madera.

Mira a su alrededor:

- ¿Todos pensáis como Luidl? Veo que aún os falta macerar un poco. - se pone en pie y recoge su casco.- Pero vamos, vamos. No quiero que lleguéis tarde a vuestro entierro por mi culpa. -Cuando oye dentrodel radar a Von Bray suspira y dice en todo derrotado.- O sea, perdón, mi cabo. Si usted lo ordena, seguimos adelante.

¡Pero si hasta tendremos un funeral vikingo, con pira y todo! Ya sólo falta que suene Wagner para que la cosa sea kafkiana del todo.

Con eso sigue adelante con la misión, aunque sigue con la moral por los suelos.

Viendo a Carss de nuevo con el mapa, me acerco a él, enciendo un cigarrillo y le ofrezco otro a él y a los que estén cerca. -Lo bueno es que ya sabemos que esto no nos matará, moriremos antes- digo señalando el tabaco con una sonrisa en los labios.

-Yo no tengo ni idea de trepar ni entiendo cómo cojones te orientas con ese mapa y la verdad es que te admiro por ello. Pero sé algo de rastrear (no mucho, pero algo) ¿Qué te parece si buscamos una carretera, o mejor un camino donde sea más probable que se encuentre el radar y buscamos huellas de vehículos? Alguna irá al puto radar ese. Total... Lo peor que puede pasar es que nos lleve a su cuartel y nos maten ellos en vez de los nuestros. Jejeje- A continuación me siento apoyado en algún árbol cercano, de nuevo en silencio, con el cigarrillo en la boca y el subfusil entre los brazos.

Mientras espero las órdenes de nuestros superiores, mantengo la mirada perdida en el infinito con esos ojos que tienen sólo aquellas personas que de tanto dolor que han visto ya no les queda esperanza ni convicción, pero sí un fuerte sentido del deber y la irrefutable convicción que tras este infierno en vida, sólo puede haber algo maravilloso en la muerte: la paz.

Mira con sorpresa a John. - Es lo que intento desde hace rato. El buscar caminos o sendas que den pistas. Puedes venir conmigo, delante, y mietras hago de navegador, tú puedes ser los ojos del grupo. Sería maravilloso y una ayuda inestimable. Mira. Y abre el mapa, poniendolo sobre una ribeta que estaban usando de asiento. Tenían que estar cerca de la iglesia, ya que ese tipo de plazas en pueblitos solo estaban o ante el ayuntamiento o con el templo, y muchas veces estaban uno frente o junto al otro. Era lo que tenían las gentes del mediterraneo. Lo sabía de su estancia en España.

Su pena se disipaba. Ahora tenía algo de ayuda y la esperanza de encontrar ese maldito cacharro aumentaba.

Mira, esto tiene que estar en una zona alta. Que si no está depejada, se pueda depejar con hachas y sudor. Pero será medio plana y ha de tener campo abierto para que pueda ver los aparatos que se acerca. O escuchar o lo que haga la mierda esa. Saca su libreta con los dos montones de notas que ya tenía. El lapiz va a la oreja contraria donde se había puesto el cigarrillo. Jamás sabrá como ha llegdo eso allí. Que no le "molesten" otras montañas o "cosas".

Espero que esté en una ladera que de hacia el norte. O como mucho en las lomas más altas. No creo que esté en cimas montañosas, porque eso igual no le deja mirar hacia abajo. Estará a una altura media. De unos 100 metros para arriba, pero no se si podría estar más bajo, pero imagino que le molestarán muchas cosas como neblinas o yo que se. No he estudiado mucho esos trastos. Pero no creo que esté mucho más arriba. No espero a más de 500. Aunque en este pedrusco a partir de esa altura tampoco hay mucho donde elegir.

La suerte estaba echada. Eso pensó el cabo al ver a sus hombres entrando en el pueblucho. Al menos se habían situado en el mapa y eso era bueno para intentar esperar la ofensiva o ver a quien mandaban los pelaovejas. Nunca le había gustado meter a la población civil en los asuntos de la guerra; cierto era que no quedaba más remedio, pero si podía no quería que aquello se transformase en un conato de caos. Quizá con un vehículo fuese todo más rápido. 

Miró a Ziska y a Allan. El primero aún enfadado... con el mundo. El segundo revolviendo en la bolsa de plátanos. Una sonrisa pasó por su cara, aliviándole un poco la tensión, al pensar en aquellos dos y él mismo persiguiendo un mono por Gibraltar. 

— Allan, Ziska, ustedes conmigo. Busquemos un sitio seguro cerca de la plaza dónde podamos ver sin ser vistos.

— Rademacher, acompañe a Carss para explorar las salidas de este pueblo. Deberían encontrar una carretera al este o sur-este para Leikke. Es casi seguro que el enemigo venga de ahí y puede que sea fácil ver rastros de vehículos pesados pues aprovecharán el pueblo para realizar alguna labor de intendencia o similar.

— Herr Von Bray, llévese a Bauer y a Milchmann con usted. Busque un vehículo. Alguno habrá que sea aprovechable... y sabemos que Hans puede poner en marcha cualquier cosa. Tal vez un camión. Miren por los graneros.

Luego hizo una pausa, y como si recordase algo:

— No se alejen demasiado. Y no molesten a la población local. No queremos más enemigos... por ahora.

- Si alguno de los cretenses habla inglés puedo tratar de preguntarle. Quizá sería mejor ponerlos todos en una sola casa para evitar que escapen, cabo.

Mientras dice eso Ziska va buscando un sitio bueno donde ponerse con la ametralladora.

- Konigsberg, no te alejes de mi.

¿HMMMM? - Allan miró indeciso a Zisca pero no le hizo ningún caso y fue tras el Señor Luidl como le había ordenado, tratando de pasar desapercibido y buscando un sitio seguro cerca de la plaza dónde pudieran ver sin ser vistos. Pensaba que "gafitas" estaba perdiendo el norte por momentos... el norte y el mando.

Hans se acerco a Wolfram. –Listo para cuando quiera señor.- Después de Afrika le daba miedo como podría terminar la búsqueda del vehículo…

A decir verdad no era miedo, era un tipo extraño de curiosidad. Aunque claramente no tenia ningunas ganas de liarse a cañonazos contra un tanque ingles.

Otra vez.

- Yo también estoy dispuesto, mi cabo.- Dijo con una sonrisa en la cara. Y como si de un cadete recien salido de la academia se tratase, puso rodilla en tierra y esperó la orden de avanzar. Cada vez me gusta más esto de no tener que mandar.Pensó y todavía se le hizo más grande la sonrisa de su cara.

He supuesto ya no se si erroneamente o no que os dirigiais hacia el norte. El radar falso quedaba entre los dos pueblos citados y ahora estais en Voulikes

Apenas una docena de pobres y sencillos edificios, de los cuales la mitad parecen simples graneros o almacenes mientras la otra mitad podrían denominarse "casas". El silencio es absoluto, ninguna luz es visble. Un pequeño letrero de madera indica "Voukolies".

Poblacion: la que puede habitar 6 casas. Vehiculos a motor ninguno. Plaza ninguna. Iglesia tampoco. Iluminacion urbana... no se si en 2014 ya tienen luz y telefono, pero en 1941 no. Recordad que la unica carretera vuelve a ser la de la costa, pero no penseis en una carretera asfaltada con arcen que tampoco...es Creta no Gran Bretaña ;-)

Sus hombres regresaron pronto y con malas noticias. Por su parte ni Ziska ni Königsberg habían encontrado un sitio alto en aquel pueblo de mala muerte. Philipp anotó todas esas cosas en la libreta que llevaba consigo; cuando regresasen tendrían un nuevo control de la policía militar y no quería que se le escapase ningún detalle. Carss Wade y John Rademacher se habían alejado y aún no habían vuelto.

Muy a su pesar, no le quedaba más remedio que implicar a la población local. Le preocupaba el asunto, pues los civiles podían ser imprevisibles... y podían ser sus familiares, enfrentados a la misma situación, en cualquier momento de la guerra. Se imaginó a su madre, siendo sacada de la cama a empellones en medio de la noche, y no le hizo demasiada gracia. Pero la guerra cambia a las personas. La idea le seguía rondando la cabeza:

— Obergefreiter von Bray. Traiga a todos los civiles aquí. — Hizo una pausa para sacar otro cigarrillo — Llévese a Rudolf. Habla inglés. Puede que esa gente sepa entender ese idioma. Herr Bauer vaya con ellos también. El resto, estén atentos.

En fin, esperaba que alguno de los nativos supiese dónde estaba el radar, el enemigo, o ambos. Fue a echar mano de su pistola, pero recordó que ya no la tenía. Una pena. Había pertenecido a su padre pero se la habían quitado en Libia. Entonces preparó el MP40. ¡Clack!

La búsqueda en aquel villorrio de mala muerte como era de esperar fue infructuosa, apenas 3 carros para burros y nada mas. Pero la orden que le siguió tampoco animo el corazón alemán de Wolfram, debía despertar a los pobres ciudadanos que seguramente hablaban griego e intentar hacerse entender en ingles o alemán para reunirlos retenidos en donde estaba Philipp, le parecía mala idea, pero en plena guerra y con un fuego propagándose por detrás suyo, no consideraba importante decir ciertas cosas en esos momentos, así que fue a despertar a la población local como mejor pudiera, y a retener en contra de su voluntad a los supuestos Pro-alemanes.

El método seria el mismo en todas las casas, seis según había contado, llegarían y llamarían a la puerta, dos o tres veces, esperarían a escuchar algo y de no producirse ningun sonido repetirían el proceso otra vez. Una vez que les abrieran, verían a tres tipos desconocidos con uniformes alemanes y armados, lo que no les produciría ninguna tranquilidad, Ziska hablaría en ingles y yo en alemán, diciendo "Vengan conmigo, tenemos unas preguntas que hacerles, si alguno decía algo o ponía mala cara, se le apuntaría y se le repetiría, "Vamos, no tenemos toda la noche".
Les escoltaríamos hasta Philipp y a por otra casa.

El rastreo de Rademacher no descubre nada relevante. Al norte del pueblo la pista continua paralela al rio Tavronitis hacia el norte de la isla, hacia la población del mismo nombre (Tavrontis) y el aeropuerto de Maleme. Según el plano y lo poco que se aleja Rademacher, hay bastantes casas edificadas a lo largo de la carretera de manera asilada y diseminadas. Hay huellas de rodadas en la pista, como no podría ser de otra manera (es una pista), pero no aportan ninguna información adicional.

El desalojo de las vivendas comienza de manera pacifica. La temperatura sigue bajando y los civiles se abrigan antes de salir al exterior. Algunas mujeres chillan histericas preocupadas al ver vuetras armas y que sois alemanes, los niños despertados de su sueño rompen a llorar, el nerviosismo es patente y el incendio del radar que ya es evidente desconcierta a los amedrentados pobladores de Voukolies que no entienden que está sucediendo. 30 personas entre adultos y niños están agrupadas en medio de la calle.

- SON LAS 23:00hs- 3º C-