Partida Rol por web

Luidl comenzaba a enfadarse. Le parecía muy bien la diversidad de opiniones, pero nadie aportaba una solución. Respiró una vez y se dirigió con respeto a John Rademacher:

— ¡Das gut! ¡Me parece perfecto, Rademacher! Ahora dígame un modo de localizar esa aguja en esta mierda de pajar que es Creta. — consultó su libreta y le enseñó a John un tosco mapa que había dibujado, acercándoselo para que lo viese a la luz de la linterna — ¿Se da cuenta? Creta tiene unos 200 kilómetros de longitud de este a oeste y casi unos cincuenta de media de ancho. La montaña son 2400 metros de altitud y tendríamos una vista cojonuda si fuese de día. ¡Pero tenemos que volar ese radar ANTES DE QUE AMANEZCA! La única vía de comunicación de relevancia es ésta en la que estamos. ¿Me quiere decir qué otro medio tiene de encontrar una mierda blanca pinchada en un palo en medio de todo esto? ¿Acaso puede ver desde el aire, Rademacher? ¿Cree que los australianos enviarán a cien hombres para ver cómo se ha quemado un maldito radar de madera? ¡Si tiene otra solución dígamela! ¡DÍGAMELA!

Esperó a Rademacher. En realidad no tenía nada contra él, sólo había sido la gota que colmaba el vaso, pero era difícil saber que hacer. Pensaba ir hacia el sur, siguiendo la carretera esperando encontrar algún puesto de vigilancia, patrulla o similar y poder con ella. Habría combate. Tal vez bajas. Pero si cogían a un pelaovejas vivo seguro que sabría dónde estaba el puñetero centro de comunicaciones. 

- Ejem señor, Tengo una propuesta, si me deja exponérsela.
Espero un poco y cuando me da luz verde empiezo a hablar:- Señor, veamos los sujetos que intervienen en este cocido que nos ha tocado hacer, Tenemos por un lado el limite de tiempo, hasta las 7:00, tenemos un radar que destruir y descubrir, una maqueta de radar descubierta, la hora del alba, que si no diferencia mucho con la de Italia sera a las 6:00, una montaña llena de arboles, dos pueblos y una carretera que les une, que según el teniente era patrullada por tropas enemigas y que ahora son las 21:50h Cretenses.
-Bien, teniendo en cuenta esto, yo dejaría el radar por ahora sin tocar, seguiría buscando el radar de la fotografía, ya que es diferente a este, pues no estaba encima de una edificación, por lo que los datos de inteligencia serán correctos. Propongo hacerlo durante 2 horas más, hasta las 00:00 en el área delimitada por Carss, de cota 200mt, como mucho subir hasta 250mt, o 300mt no más. Peinaríamos la montaña en dos grupos a unos 100mts unos de otros y cada 15 minutos su grupo lanzaría dos destellos hacia nuestra zona, que serian respondidos por otros dos. Si en algun momento alguno de los dos lo encuentra haría tres y lo repetiría una vez mas pasado 10 segundos, la respuesta por parte del otro grupo seria de tres pulsaciones con 2 segundos de separación entre ellas. Si no se encuentra al llegar a las 00:00 pulsaríamos 3 veces cada uno y nos juntaríamos marchando hacia la luz que hayamos visto. Son 100 metros, no son muchos es fácil ver una linterna aunque sea entre tanto árbol.
- Una vez llegadas las 00:00, o cuando hayamos peinado los 200mt, 250mt y 300mt si da tiempo y no hayamos encontrado nada, seria la hora de plantearse otras cosas.
- Según dijo el Teniente, la población local es Pro-Alemana, así que quizás deberiamos ir a esa hora que ya la gente esta en su casa y pocos circulan por las calles e ir a "Voukolies" y atrapar a alguien que este solo y preguntarle, llevándole con nosotros. O incluso podríamos atrapar algun soldado en algun bar si esta libre de servicio, o alguna patrulla. De no encontrar nada hay, recorreríamos el camino que las patrullas hacen y donde podríamos atrapar alguna de ellas, o incluso encontrar su campamento, y sino llegaríamos a Lakki, donde seguiríamos el mismo proceso. Creo que ese recorrido desde que empezamos a bajar de las montañas hasta que llegamos a Lakki no superaran las 04:30 horas de la madrugada, aun nos quedaría una hora y media,(si no lo hemos averiguado antes), para que el soldado que pillemos nos lleve hasta el radar y volarlo.
Eso contando con que debe ser volado "Preferentemente" antes de las 7:00, pero que si es a las 10:00 tambien esta bien. la cuestión, es que si damos la alarma ahora y nos atrapan, no se volara, ni a las 7:00 ni a las 10:00.
-Señor, creo que ir de incógnito es nuestra mejor baza, y si quiere atrapar a algun soldado, lo mejor es ir a los villorrios o a la carretera que frecuentan, no esperar a que vengan a por nosotros, pues lo primero, reforzaran el radar con tropas, ya que hemos volado su señuelo, y segundo, no creo que salgan a buscarnos, esperaran a la mañana para podernos atrapar mejor, con aviones y peinar decentemente el monte.
Lo único que se conseguiría, es que sepan que estamos aquí para volarles su preciado radar y que lo protejan con el doble o triple de tropas.

Rudolf tiene un plan genial. Se llama pasar de todo. Esperar y no moverse hasta que epiece una ofensiva o algo así. Y tiene otro aún mejor: robar una balsa e irse a la neutral Turquía a tomar el sol hasta que acabe la guerra. En lo que a él respecta, Churchill y Hitler pueden darse por saco mutuamente hasta reventarse, pero que no cuenten con él. Si no fuera por mi Heike, me piraba inmediatamente... Además el cabo necesita que alguien piense por él.

- Siendo de madera supongo que no necesitará tanto explosivo para rebentar. Eso hará menos riesgo de que nos oigan... Bastará con uno de los pilares.

- Otra opción es tratar de pillar algun inglés e interrogarle. Pero no contéis conmigo para torturar a nadie.
 

El cabo se dio cuenta que aquellos hombres no le escuchaban en su mayoría. Repetían sus mismas ideas una y otra vez. Él había dado la orden de quemar el radar, pero le dijo a von Bray que si no podía hacerlo, en última instancia sería volarlo. Un incendio en el bosque era algo que podía suceder, pese a la lluvia del día anterior. Nada demasiado raro. Una explosión no.

Tampoco comprendía porque el cabo segundo se esforzaba en hablar alto cuando él lo había debatido en privado, pidiéndole su opinión, no una arenga llena de datos técnicos en las que el carrista dejaba volar su imaginación. No se daba cuenta que no sabían dónde estaban exactamente pues no había visto una sola señal indicadora. Hablaba de ir hacia Vuokolies o Lakkie como si tuviese un mapa aéreo en la cabeza, de hablar con los civiles, de encontrar soldados en las tabernas o solos paseando... suponía demasiadas cosas. Los británicos, neozelandeses, o australianos podían ser idiotas, pero no indisciplinados. También suponía que cualquier soldado raso conocería la ubicación del radar. Cuando Philipp estaba en la Nachrichten Truppe no se comunicaban las posiciones de ciertas radios o frecuencias a menos que fuesen oficiales, o gente con cargo en plaza. De todos modos calculaba bien las horas y en una cosa estaba en lo cierto, era bueno peinar el monte y ganar altura. Era la intención de Luidl desde el principio, subir, continuando por el camino hacia el sur. No creía en la improvisación. Eso se lo dejaba a los italianos.

Ya había escuchado lo que quería.

— Gracias por su opinión, cabo segundo von Bray. Tomaré sus indicaciones en cuenta. Ahora ya sabe cuales son las órdenes. Prenda fuego a ese radar, de tal modo que parezca un incendio fortuito. Quédese con Rademacher si hace falta. Y luego reenganchase con nosotros hacia el sur, hacia las montañas como antes les había ordenado. Dos semiescuadras, Carss guía. Mismo funcionamiento Atentos a posibles vehículos, señales y radares. Adelante, Herr Wade.

Por último se acercó a Wade.

— Irá un poco más adelantado. Tenga cuidado pues es probable que vengan a por nosotros. Si ve un objetivo emboscable detenga la marcha a tiempo para que podamos organizarnos y pillar al enemigo por sorpresa en el camino. ¿Quiere que le acompañe Bauer o prefiere ir solo?

Mientras sus superiores discutían Hans estaba pensando en abrir la puerta, saco un destornillador se dispuso a intentar desmontar el cerrojo, era viejo a todas luces, así que quizás no fuese demasiado problema. 

Mejor que se venga cabo. Dos hombre con cuidado hacen el mismo ruido que uno, y además podrán cubrirse para ver más ... sobre todo con esta luz. Además, puede el controlar los tiempos y las luces y yo controlar la ruta y buscar sendas.

Voy a intentar buscar caminos, sendas y rutas paralelas. Para llegar, tendrán que usar esas vías, así que esas serán las que nos puedan guiar.

Estaba muy bien eso de pillar a un paisanico o soldado y sonsacarles cosas, pero eso requería ir al pueblo, desandar lo andado y perder más tiempo. Estamos en medio del monte y a no ser que encontremo a alguien por el camino, va a estar difícil.

- Si Señor!, y miro hacia el radar de madera compacta, para incendiar aquello fortuitamente debía ser un incendio de la ordiga, ademas esa madera maciza tardaría mucho en prender y mas en quemar, si querían un incendio tendrían un incendio, ¿pero podría escapar de el cuando empezara a arder todo el bosque?, aunque como había llovido quizás tardara en prender y se apagaran solas. no sabia como podría conseguirlo, quizás con gasolina, pero no tenían, así que se acerco al Cabo Philipp y le hablo...

- Señor, intentar que prenda esa madera maciza mojada con un incendio va a ser muy difícil, hidria tardar horas en empezar a arder por un incendio "natural". la única posibilidad que le veo es con gasolina, y no tenemos, o una explosión. Esta podría ser directamente en la maqueta, donde cabria la posibilidad de incendio, o en el tejado, ya sea por fuera o por dentro del edificio,( menos ruido), para que el radar con el consiguiente derrumbe del tejado y radar. ¿Como lo hacemos?

Sin mucha dificultad Hans abre la puerta. A primera vista el interior no contiene electronica ni nigún sistema relacionado con el radar. Podeis ver 4 desvencijadas sillas de cáñamo, una mesa en mal estado de conservación, una cama pulgosa con armazón de madera y un gordo colchón sucio y viejo. Dos botellas de licor de alta graduación, unos cuantos periodicos y revistas viejas, varias cuerdas, un pico y una pala.
 

Rudolf agarra a Phillip por el hombro le masculla:

- LUIDL, estás loco? Como peguemos fuego a esto lo van a ver en toda la costa! Se dará la alarma en toda la comarca y ya no habrá forma de hacer nada. Nos van a matar como conejos.

A Philipp no le sorprendió la actitud de Rudolf. Pero eso no evitó que le molestase. Bastante tenso estaba en su primera misión como "oficial" de la Matilda Trupp. Miró a Ziska, a la cara, enfrentándose a él con mirada dura. El sudor les chorreaba a ambos por la cara pintada de negro camuflaje:

- ¡SCHÜZTE ZISKA! - hizo una pausa esperando que le quitase la mano de encima - No se le ocurra volver a ponerme una mano encima. - dijo con tono frío - ¿Qué quiere que haga? ¿Prefiere morir cuando nos fusilen por no haber hecho la misión? ¿O por lo menos enfrentarnos a los Aliados y caer con honor por nuestra patria y los amigos y familiares que hemos dejado allí? Mientras la atención se centre aquí nosotros estaremos haciendo de las nuestras en otro lado. Confíe en mí. Confíe en usted ¡SOLDADO! ¡Continúe la marcha!

Luidl había leído sobre la Guerra Civil Española, cómo los guerrilleros se lanzaban al monte y daban pequeños golpes en ataques rápidos y en escaramuzas breves. Sabía que Carss Wade había estado allí y esperaba que le ayudase a definir aquel tipo de operación. Tenía unos hombres sobradamente preparados... para eso eran un comando especial. Solo esperaba estar en lo cierto y que los pelaovejas no tuviesen mucha estima a aquel cagadero de madera con forma de radar.

Yo ya me había cansado hacía un rato del tema de quemar o no aquello pero cuando vi que Ziska agarraba a Philpp me puse en medio para separarles.
- Ya está bien Rudolf, lo que está claro es que no podemos matarnos entre nosotros.- y después miré a Philipp.- Lo estás haciendo bien chico, pero sopesa bien eso del incendio. a mí tampoco me hace mucha gracia. Sea lo que sea, hay que hacerlo ya.

Lo que vayas a hacer hazlo ya. Si pegas fuego da por hecho que arde. Postea lo que haces y postea que vuelves corriendo hasta contactar con el grupo....no quiero que os separeis por esa chorrada que cuesta 5 minutos.

Ziska parpadea varias veces de pura incredulidad. Por un instante suelta a Phillip y parece reflexionar. Tranquilo, Rudi, contrólate. Piensa en Heike. Intenta respirar hondo. Pero cuando Luidl suelta el discurso patriótic, no aguanta más:

- ¿Pero que honor ni que niño muerto? DESPIERTE USTED, MI CABO. No somos soldados, somos reclusos. Condenados a muerte en todos los sentidos menos en el nombre. El Alto Mando no ha querido sacrificar una unidad útil y nos ha mandado a nosotros a una presunta misión. Ni aunque consigamos que caiga un rayo divino y mate todos los ingleses de Creta nos van a rehabilitar.

"¿Conoce usted a Kafka? Claro que no, es un autor judío... Lo que quiero decir es que si quemamos el radar dirán que dimos la alerta del futuro ataque (porque es de cajón). Si rebentamos esta MIERDA de madera pintada, dirán que no destruimos el radar de verdad. Lo mismo que en África. Y si encontramos el radar de verdad, que estará defendido con antiaéreos y una compañía por lo menos, y por un milagro hagamos algo aparte de morir, se inventarán alguna excusa para mandarnos a la siguiente misión suicida. Y YO NO QUIERO MORIR EN UNA MIERDA KAFKIANA.

"¿Sabe quien era un héroe alemán? Mi padre. Estuvo en Verdún. Ascendió a sargento, volvió con cuatro dedos menos en un pie. Condecorado dos veces. Y sabe qué me decía? Que en la Gran Guerra le quitaron el patriotismo sin anestesia. Pues usted, mi cabo, ya debería haberse despertado de la operación y darse cuenta que esto es una MIERDA.

A Bauer.

- ¡Claro, Bauer! No está bien que nos matemos entre nosotros, no? Es más deportivo que lo hagan los australianos, los magnesios o quien mierda sean, no?

Después de este exabrupto algo histérico, Ziska pega una patada a una piedra, rebota su casco conta el suelo. Y se deja caer al suelo respirando con dificultad. No piensa pelear con nadie, pero cree que lo van a fusilar fijo.

"A la mierda la Cruz de Hierro. A la mierda todo. Que me pegue un tiro aquí mismo si quiere. Solo lo siento por Heike".

No aguanté más y le dí una hostia a mano abierta.
- Deja de lloriquear como una niña y empieza a colaborar con los demás. No estamos de excursión. Si salimos de esta podrás pedir que te manden a un campo de concentración si quieres. Pero ahora estás aquí te guste o no.

Luidl miró a Ziska como si estuviese a cientos de kilómetros. Tenían casi la misma edad, pero ahora mismo veía a aquel muchacho derrotado, como lo había estado él antes y después del Tribunal, como estaba seguro que lo habían estado el resto de sus hombres. ¿Acaso Rademacher o Wade no habrían llorado, pese a su hombría y veteranía, y habrían visto minada su moral en la celda de castigo antes de que la "indulgencia" del Reichstag les perdonase? Él mismo se había refugiado en sus libros y en el recuerdo de su mujer... ¡qué lejos quedaba su mujer y su primogénito a punto de nacer! 

El golpe de Bauer era de esperar. Philipp decidió que había que acabar con aquello. Era hora de dar su punto de vista. Sacó la pitillera y encendió un cigarrillo. Era su segundo cigarro. En la vida. Generalmente no fumaba, pero la guerra cambia a las personas. Le ofreció un pito a Rademacher y otro a Ziska. Luego al resto de los hombres cercanos.

— Tranquilo, Sven. Deje al chico. Dele un poco de agua, mejor ¡Descansen! — dijo, deteniendo el ligero trote del escuadrón y permitiendo al resto una pausa.

Luego, sin agacharse, mirando para otro lado, a lo lejos, sin cruzar la mirada con el soldado le dijo a Rudolf:

— Nosotros mismos creamos nuestro propio infierno. A veces sin quererlo, otras veces porque nos joden las circunstancias de la vida. A ti y a mi nos ha tocado estar en el mismo barco, esquivando las llamas, pero acabaremos hundiéndonos. Ambos lo tenemos claro. No soy muy diferente a usted.

Dio una calada al cigarrillo y le miró.

— Prefiero pensar que lo que intento hacer es eso, que aguantemos para seguir en este infierno un puto día más a ver si algún día se apaga ese infierno. El barco se hundirá. No hay esperanza. Pero yo la he desterrado del todo, no como usted, por mucho que hable. No reniego del patriotismo, pero primeramente soy un ser humano, y cuando ambas cosas son incompatibles, siempre le doy la razón al ser humano. Por eso la idea de la patria es solo eso, una cuerda que ayuda a que todos nos podamos asir antes de hundirnos, y mi obligación es tirar de la soga por si alguien, solo uno de ustedes, consigue salvarse porque cree en ello — rebuscó en su mochila, sacando un viejo libro, casi sin tapas, que le había acompañado desde que lo habían destinado a Libia. Un regalo de su mujer. Also sprach Zarathustra, de Nietzsche. Se lo ofreció a Ziska. — Tenga. Me da igual si el autor es alemán, judío o americano. Ha leído a Kafka. Lea este. Verá que la esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre. Olvídese de ir a Turquía o de vivir bien si le capturan los ingleses. Olvídese de desertar. No tenga esperanza de no morir. Considérese muerto y tendrá una preocupación menos. Créame.  

Apagó el cigarrillo rápido y volvió a colocarse el petate:

-Deje de amargarle el día a los incrédulos que aún les gusta pensar que pueden salir de esta sin quemarse en las llamas del infierno. Acepte su destino con hombría y elegancia y tal vez tenga que darle la razón demostrando que yo estaba equivocado, Ziska. No podemos esquivar a la muerte... pero a lo mejor si podemos jugar con ella un rato si decide usted llevarme la contraria.

Hizo el gesto de seguir y las señales en la linterna pertinente. 

- ¡Adelante!

Entre en la casa y con ayuda de John sacamos todo.
- Rademacher, vaya destrozando las sillas, la mesa y la cama para hacer leña.
Mientras John lo hacia con la pala, yo subía el colchón, las botellas a la azotea y los periodicos y revistas viejos,( si fueran nuevos me los hubiera quedado).
Luego entre los dos subimos los maderos en lo que se había quedado las sillas mesa y cama y poniéndolo al rededor de dos patas del radar, colocandolo como una fogata, lo rellene de periódicos y revistas, atándolo todo con una cuerda en cada pata. En una de ellas apoye el colchón en la parte interior de una de las patas para que quemase la parte de abajo de este cuando se incendiara. por ultimo le di una botella a John diciéndole:- Tome un tragito que lo vamos a necesitar y el resto echalo a esa hoguera, después enciendela con una cerilla, si no tiene, le doy una de las mías.
Haciendo lo propio tomo un sorbo y hecho en resto encima del colchón y la fogata prendiéndolo con una cerilla.

Momentos después de haber bajado y ya avanzando por la ladera en busca de nuestros compañeros me giro y veo como las llamas ya alcanzan una altura considerable, el radar estará destruido en breve y la alarma en la isla se estará dando en menos de 5 minutos, que dios nos ampare.