Partida Rol por web

Si había que disparar, era un buem momento.

Tras haber indicado que venía un ruido de motor por la pista, se mueve hasta tumbarse en la cuneta, ya que no quería estorbar al fuego del arma pesada de la sección cogión en su "huida del medio" a Rademacher, para que no quedara en mala posición tampoco.

Perdemos el tiempo en el pueblo, y no precisamente haciendo amigos. Si detiene el arma pesada de la sección el vehículo, podemos asaltarlo y ver si podemos conseguir información.

El ya tenía su subfusil listo para saltar sobre el vehículo y empezar a sacar dientes de su sitio si hacia falta.

Allan se metió rápidamente entre los árboles y cuando encontró lo que le pareció un buen sitio colocó el tripode en el suelo y en cuanto Zisca colocó la ametralladora comenzaron a cargarla, no sabía si les daría tiempo a hacerlo todo en tan poco tiempo ni si con la oscuridad habría elegido el mejor sitio

Hans y Rademacher se adelantan a toda velocidad para tratar de abrir distancia entre ellos y el grupo. En 40 segundos cargados con todo su equipo consiguen dsitanciarse algo mas de 100 metros. Los faros encendidos de un vehículo hacen su aparición al final de la pista.

El vehículo va a toda velocidad. El motor ruge con fuerza. No es una motocicleta, se trata de un automovil y va por lo menos a 40-50Km/h. En 1941 en Creta los automoviles civiles se podian contar con los dedos de las manos por lo quea estas horas de la noche no es de extrañar que el conductor corra sin esperar encontrar ningún obstaculo. Las luces del coche vibran y dilatan vuestas pupilas, pero no sois capaces de distinguir modelo, ni cuantos ocupantes, ni si es descapotable o no, ni si lleva rueda de repuesto, ni tan siquiera de qué color es.

Wolfram apostado detrás de los arboles de la carretera, preparado con la linterna y el subfusil espera la llegada de los focos mientras mi nerviosismo va en aumento.

Cuando el coche paso grito al grito  –¡¡COCHE!!- no había mucho más que ver ni que decir de aquella cosa.

Aun así abrió fuego, su intención no era dañar el vehículo, si no distraer al conductor y que redujera velocidad.

Al escuchar a Hans, Philipp gritó también:

— ¡FUEGO! ¡DISPAREN A LA RUEDA DELANTERA IZQUIERDA! ¡STOPPEN AMETRALLADORA!

Esperaba que Königsberg y Ziska no disparasen con la metralleta o podrían dañar el motor. Estaban en la cuneta derecha, no sería difícil disparar al neumático y era de suponer que tuviese repuesto. Philipp apuntó como pudo.

El vehículo va a toda velocidad. El motor ruge con fuerza. No es una motocicleta, se trata de un automovil y va por lo menos a 40-50Km/h. En 1941 en Creta los automoviles civiles se podian contar con los dedos de las manos por lo quea estas horas de la noche no es de extrañar que el conductor corra sin esperar encontrar ningún obstaculo. Las luces del coche vibran y dilatan vuestas pupilas, pero no sois capaces de distinguir modelo, ni cuantos ocupantes, ni si es descapotable o no, ni si lleva rueda de repuesto, ni tan siquiera de qué color es.

Me agacho todo lo que puedo, ya que al ir delante, puede que me coma más fuego amigo que otra cosa.

Disparo al aire para ver si se detiene el vehículo ya que desde mi posición no puedo disparar a la rueda que me ordenan.

TURNO 1: El disparo de Rademacher resuena como un trueno en mitad de la noche. A continuación la MP40 de Milchmann tabletea, mientras el vehículo se aproxima a vuestra posición.

TURNO 2: Sujeta la linterna contra el MP40 por el dedo gordo, la enciendo y apunto a los faros, bajando el punto de mira para no darles, con la esperanza que la mierda de linterna ilumine a alguno de mis compañeros el neumático a reventar, seguido disparo a la altura de uno 30 cm del suelo esperando no dañar al resto del vehículo.

Saco un cigarrillo y tras timbarme para poder ver las estrellas fumo hasta que se termine esta ... fiesta de balas y coche.

Y yo que pensaba que ibas para heroe.... acaba de bajar un punto mi fe en las FFAA.

Empuñando la ametralladora, tras limpiarse el sudor de las manos antes que llegara a ver los focos, Ziska espera la señal del cabo.

Es la primera vez en toda la guerra que tiene la certeza de disparar contra algo o alguien. En Libia sólo disparó contra trincheras lejanas o en confusos combates nocturnos, disparando contra el nacimiento de lineas de balas trazadoras. Era como disparar contra luciérnagas.

Con nuestra suerte, seguro que matamos al anciano médico del pueblo, que iba a atender una mujer de parto.

En todas sus "aventuras" no ha hecho más que emboscar vehículos. Se siente como un bandolero de la Guerra de los Treinta Años, a veces.