Me detengo y tras bajar de mi montura la tomo de las bridas y damos vueltas en torno a un árbol para bajar su ritmo, y evitar que se entuma, o se enferme.
-No es prudente encender fogata, podríamos ser descubiertos por el enemigo. Tendremos que montar guardia mientras permanecemos ocultos en el follaje, y si acaso explorar a pie y ligeramente los alrededores.
Desmonto del caballo y lo dejo atado junto al de Ashram.
- Tienes razón, tendremos que comer algo frío... Aunque deberíamos hacernos con un arco para conseguir comida, pues pronto se me acabarán las raciones de viaje.
Charlo durante un rato con mi compañero, comentando los buenos y malos momentos pasados en el monasterio antes del ataque. Al cabo de un rato me levanto para estirar las piernas.
- Yo haré la primera guardia. Descansa un poco y te despertaré a media noche, si todo va bien. Mañana deberíamos volver al camino, no me gustaría que nos perdiéramos en el bosque.
Mientras Ashram se prepara para acostarse, practico unos movimientos con mi estaca antes de colocarme en un lugar desde donde pueda vigilar todo el claro en el que nos hemos colocado. Cada cierto tiempo, me levanto para dar un pequeño paseo para estirar las piernas y mantenerme despierto.
Escucho a Vonotar relatar los días en el monasterio, yo apenas y hablo, así que cuando el decide hacer la primera guardia trepo por el tronco de un árbol, y tras asegurar las cosas, me recuesto en una rama.
Supongo que dado que tenemos distintas habilidades no nos topamos mucho,¿o si?
Sorprendido, veo como Ashram trepa a un árbol para dormir. No sé cómo voy a avisarle si ocurre algo.
Sin embargo, su precaución me parece razonable, por lo que decido camuflarme mientras hago mi guardia, pese a que los caballos delaten nuestra posición.
Cita:
Ni idea... Tampoco sé qué habilidades tienes tú.
Me paro en mitad del camino y extiendo los brazos confiando en que el Carruaje se detenga y no me arrolle. Párate carruaje, párate. - pienso mientras lo veo acercarse cada vez más.
Permanezco a un lado del camino, esperando que la alocada acción de Elessar no acabe con un cuerpo aplastado por varios caballos y un carruaje.
-Sería muy cómico ver a alguien morir por un carruaje. Sonrió.
La noche trascurre tranquila, algunos sobresaltos al escuchar a algun animal acercarse, pero nada que finalmente os haga entrar en alerta o sentir el peligro, asi la noche se hizo dia. Por la mañana emprendeis nuevamente la marcha.
Habeis recorrido unas dos millas y los árboles empiezan a estar más espaciados. Podeis ver una pequeña choza de madera a la orilla de un lago. Un hombre vestido con capa se acerca a vosotros y os ofrece llevaros en una balsa a vosotros y a vuestros caballos a través del lago por el precio de 2 Coronas de oro.
El carruaje no parece tener intención de parar, asi que el cochero lanza un latigazo hacia donde esta Elessar para que se aparte, este salta, consiguiendo subirse a la parte de atras del carruaje, no era la forma que había decidido, pero por azares del destino estaba en el carruaje, lo malo es que sus compañeros seguían en tierra, si no saltaban pronto, el se iria dejandolos atras o debería saltar nuevamente al suelo
Me encaramo al techo del carruaje y avanzo hasta la posición del cochero. Al llegar a su altura simplemente me siento a su lado y le pido amablemente que por favor detenga el carruaje (si no atiende a razones sacaré la espada y volveré a repetir la msçisma frase).
-Disculpe, ¿puedo saber que tierras se encuentran del otro lado?. Viajabamos con unos amigos, y nos hemos perdido.
- Al otro lado esta la capital, no he visto a nadie por aqui, pero si los veo puedo decirles que yo os cruce al otro lado
Presentis que allí se esconde algún enigma. Librándose batallas por todas partes y estando las fuerzas de los Señores de la Oscuridad tan cerca, ¿cómo es que ese hombre se ha quedado en el bosque?
Percibis una extraña aura de maldad alrededor de él
Acompaña su compañero siniestro. Mira el cochero con ojos de cordero degochado , esperando una buen respuesta por parte del cochero.
Una sonrisa es buena moneda en varios reinos de paz
La capucha sobre mi cabeza impide que nadie vea cómo frunzo el ceño ante la sugerencia del barquero. Me giro ligeramente hacia la cabaña, intentando percibir algo extraño en ella que me de alguna pista sobre este hombre. Mientras sujeto con fuerza el cayado que siempre uso como arma, le miro de arriba a abajo.
- Desgraciadamente, lamento informarle de que no tengo 2 coronas para pagar el peaje... Como imagino que será el caso de la mayor parte de los refugiados que puedan llegar hasta aquí huyendo de la batalla. - Miro a lo largo del río. - ¿Nos puede indicar el paso más próximo para cruzar al otro lado?
Inspiro tranquilo, despejando mi mente para reaccionar rápidamente ante cualquier cambio en la actitud que pueda tener mi acompañante o el balsero.
Master, ¿alguna pista más sobre este hombre por el Sexto Sentido de Vonotar?
Hola ¿¿¿chicos???
Hola ¿¿¿chicos???
La cabaña esta a oscuras, por lo que no se ve nada más de interés ni que os pueda dar información sobre ese ser que tenéis delante.
- El modo más rápido es por mi barca, las aguas son traicioneras y solo yo se como llegar al otro lado sin que haya un percance.
Cuando el carruaje pasa velozmente junto a Elessar, éste salta a la escalerilla de la parte posterior y logra asirte a ella. Te incorporas afianzando los pies sobre el peldaño más bajo de la escalerilla, que sirve de acceso a la puerta trasera del carruaje. De repente la hoja superior de la puerta se abre y te encuentras ante un enfurecido guardaespaldas.
El guardaespaldas reconoce tu capa como un señor del Kai, te mira con gesto de sospecha y cierra de golpe la puerta. Oyes voces que parlotean dentro del carruaje. De repente la puerta vuelve a abrirse y aparece la cara de un rico mercader. Reconoce tu capa del Kai y te pide disculpas por el comportamiento de su servidor.
Te dice que han sido atacados varias veces desde que salieron de Toran: por los kraans, por los bandidos y salteadores. Creían que tú podías ser otro bandido. El interior del carruaje está lleno de sedas y especias. El carruaje para para que así tus compañeros puedan subirse también. El mercader os invita a comer. Después de la suntuosa comida, la fatiga de tan penosas experiencias acaba venciéndoos y sumiéndoos en un profundo sueño.
Os despiertan los graznidos de un kraan que vuela en círculo sobre el carruaje. Es por la mañana temprano y el cielo está despejado y radiante. Divisais una manada de lobos fatídicos a menos de un cuarto de milla delante de vosotros, en el camino real. Se están preparando para atacar.
-Son tiempos dificiles estos. ¿Que se sabe de la guerra en estos parajes?
Digo con actitud un tanto sumisa, y con la cabeza baja.
Doy un paso hacia un lado separándome ligeramente de Ashram para poder flanquear rápidamente al hombre si las cosas se complican. ¿Qué clase de barquero insiste en llevarte si no tienes dinero para el pasaje?... Fácil, el que prefiere cobrar en especias. Creo que las aguas no son las únicas traicioneras en esta zona... Deberíamos marcharnos lo antes posible.
Sin embargo, pese a mis pensamientos, espero que el barquero conteste la pregunta de mi compañero.
¿Seguimos marcando a Kond Fa? Porque el personaje acaba de reaparecer en la escena...