Partida Rol por web

Mientras caminaban hacia la Cornucopia, no les costó darse cuenta, mirando por los prismáticos, de la identidad y estado de la tributo. Era Laura. Tenia el brazo derecho calcinado, mientras que su torso parecia aplastado en algunos sitios. Caminaba con lentitud y cada paso parecía dolerle un mundo.

Kim encontró algún que otro palo, pero casi ninguna rama lo suficientemente larga como para usarla de muleta. Los árboles, altos y más bien desnudos, no iban sobrados de ellas. No obstante, fue capaz de arrastrarse hasta localizar una rama muy pesada, aunque adecuada.

Tras ver el estado en que se encuentra la tributo que avanza tan penosamente por delante miro a Tess un poco asustado.

¿Qué le ha podido hacer eso en el brazo? ¿Qué? Es como si lo hubiera metido en una hoguera . . . o se lo hubieran quemado con una llamarada muy intensa.

Su situación me recuerda a Kim, horriblemente herido también. Él se prestó a ser cebo para atraer a otros, ¿será ese el caso de la tributo herida?

Deberíamos acabar con ella, sería casi un acto de piedad. Es evidente que sufre y no tiene posibilidad alguna de sobrevivir.

Con la sospecha instalada en la azotea no dejo de mirar a uno y otro lado, buscando la trampa.

Me ha parecido ver que esa muerta viviente lleva un arco. Mierda, esperaba que con el que tenía Lenny hubiera desaparecido toda opción para Tess. Estoy convencido que es tan peligrosa con el arco como yo mismo . . . o quizá más. ¿Qué hago ahora? Si permito que lo consiga me pongo en peligro.

No puedo dejar que lo tenga, ese arco y las flechas que le queden tienen que ser para mi. Sería suicida dejar que Tess lo  consiguiera.

. . .

¡¡¡ EN NOMBRE DE LOS TESTÍCULOS DEL OSO GIGANTE !!! Qué difícil es todo. ¡MIERDA!

. . .

Tengo que decidirlo rápido, en cuanto acabemos con ella lo cogerá. Quizá pueda acabar con ella ahora, antes que sea tarde. Aún podría acercarme a Kim y decirle que Tess cayó en combate. ¿O no? Mmmm, creo que Kim no me creería. En cuanto acabe con Tess tendré que cazarlo como a un perro.

Pero . . .  ¿y si quedan más tributos? ¿Puedo confiar en ganarles yo solo? Difícil, muy difícil si hay más de uno.

Tengo que tomar una decisión YA.

Ahoga una exclamación al ver el estado de la tributo, empezaba a darse cuenta de la relativa suerte que había tenido en el estadio.

- Eso ha sido alguna trampa o alguna prueba de los organizadores... - dice recordando al oso y reprimiendo un escalofrío - Sí, lo mejor sería acabar con ella rápido, aunque no les guste a...- calla, consciente de estar siendo observada.

Los movimientos inquietos de Casius se le contagian y empieza a vigilar los alrededores y a Laura. Por mucho que ésta esté malherida no quiere que la sorprenda lanzándole algo, ya ha visto el daño que alguien desesperado puede hacer.

- ¿Quieres dispararle o prefieres que nos acerquemos más?

Otra pregunta clave. ¿Cerca o lejos?

Lo pienso mientras nos acercamos pero no lo tengo nada claro. Si esa chica no tuviera armas adecuadas de una mano podríamos arriesgarnos a acabar con ella de cerca. ¿Has visto con los prismáticos que arma lleva? Espera, eso no importa. Acabemos con ella desde lejos, no me gustaría que nos sucediera lo que a Kim. No debemos arriesgarnos tan cerca de llegar al final.

 Tras hacerse con la rama guarda el arma y se ajusta como puede su mochila, empezando a caminar despacio y forzosamente alejándose de la Cornucopia y buscando en la lejanía algún lugar que parezca medianamente capaz de albergar refugio para la noche. 

Espero que seas capaz de hacerlo Tess..

Diría que me siento, pero en realidad me dejo caer. La verdad es que las cosas no parecen transcurrir con más lentitud, al contrario, todo parece ir rápido, como si el tiempo hubiera decidido ser más grácil por un momento. Supongo que voy a morir.

-¿Sabes cielo? En verdad no me gustaría haber ganado, yo... me voy sin matar ¿sabes?.- Bajo la mirada, triste.- No deberíamos vivir en un sitio donde tenemos que matarnos los unos a los otros.

Y subo mis ojos para ver como los tributos vienen a por mi. Me pierdo en el movimiento de su piernas. Yo que se, me duele el cuerpo, y igual si mate a alguien al quitarle la comida. No me apetece mucho pensar.

La tributo se desploma en mitad del camino y parece murmurar algo al cielo. Parece realmente cansada y les mira como si se rindiera. Es Laura, la chica del distrito 10. La pastora de buen corazón. No mueve un solo dedo mientras espera a que lleguen para acabar con su andadura.

Laura se deja caer sobre el suelo helado y espera. Allí llegan los dos tributos, el chico y la chica. Casius y Tess. ¿La matarán? ¿Cuánto tardarán en hacerlo?

Veo mientras nos acercamos como cae. Dice algo pero aún estamos lejos para oírla y cuando llegamos donde reposa sus ojos están más vidriosos de lo normal. Parece más allá que acá.

¿Qué te ha pasado chica? ¿Qué te ha pasado? La observo con nerviosismo antes de acercarme los últimos metros. Sujeto con fuerza la katana y mantengo los ojos fijos en sus heridas y en su cara. ¿Quieres dejar de sufrir? Creo que desea la muerte, la paz, el olvido.

¡Eh, Tess! Démosle paz, creo que está deseando irse.

Aprieto con fuerza el mango del arma. Los dedos se abren y cierran sobre la empuñadura, una y otra vez. No es lo mismo enfrentarse a un enemigo que ejecutar como verdugo. Se me hace difícil. Pero es necesario.

Una mueca recorre mi rostro.

-Dios, no por favor...

Me dejo caer definitivamente en el suelo en manera fetal, sin poder para de llorar. Intento taparme la cara con las manos, pero solo consigo hacerlo con una, la otra está demasiado entumecida y me duele demasiado como para moverla, lo que hace que llore más desesperadamente.

-Por favor, por favor, por favor, dios, por favor...

Pronto se hace evidente que estar cerca o lejos da igual y que la tributo está en las últimas. Aprieta los labios con cierta empatía al acercarse y ver de cerca el brazo de Laura.

- No creo que pueda explicar mucho... - dice a Casius, que parece algo afectado - Será mejor que acabemos con esto ya - habla arrastrando las palabras, ahora mismo la chica no es ninguna amenaza y ejecutar a alguien porque sí no es tan fácil como hacerlo porque te están intentando matar. Se acerca un poco más y prepara el hacha, pero antes se arrodilla al lado de su cabeza y con la mano izquierda le acaricia la rubia cabeza - Lo siento... lo peor ya pasó. Se acabó. - y diciendo esto coge el hacha con las dos manos y la clava con fuerza en su cráneo, esperando que sea lo más rápido e indoloro posible.

El filo entra con más facilidad de la que pensaba en su frente, destrozando de paso los ojos llenos de lágrimas. Un chorrito de sangre caliente le salpica, manchándole la pechera. Ahora sólo queda desincrustar el arma de la cabeza de la tributo, cosa que intenta hacer de forma delicada. Cuando acaba se vuelve a poner en pie y observa a Casius.

- Vamos a por esos paquetes - y sin esperarlo echa a andar.

El cañonazo que anunciaba la muerte del cuarto tributo evidenciaba que se les acababa el tiempo.

La clave cuando se apuesta es saber el momento en que hay que plantarse y mi momento ha llegado. No puedo aguantar más tiempo estirando esta situación tragicómica. Este es el momento de la puñalada por la espalda, de jugarme el todo por el todo.

Cuando Tess se aleja una sonrisa lupina se apodera de mi rostro. Lenta, muy lentamente, empiezo a cambiar el arma que tengo en las manos.

No debiste darme la espalda guapita.

En silencio, dejo la katana a mi lado y dispongo una flecha en el arco. Dejo que se aleje como poco unos 15 o 20 metros para que no pueda revolverse contra mi demasiado rápido. Espero tener oportunidad de acabar con esto rápidamente pero si no fuera así quiero otra oportunidad antes que llegue a mi.

Llevamos tanto tiempo en este ambiente gélido que casi no siento los dedos, me cuesta flexionarlos y sujetar correctamente el arco. Apunto con cuidado y cuando la respiración acompasada indica el momento suelto la flecha que vuela directa a . . .

Una flecha pasa junto a la mejilla de Tess, a pocos centímetros de convertirse en su muerte segura. Detrás de la chica está Casius, con el arco tensado y un rostro sorprendido por su propio fallo.

Y del cielo, a pocos metros del chico, caía en paracaidas un mono de kevlar con un gran número 1 en el pecho.

Se gira poco a poco y se queda mirando a Casius. Es consciente de que el chico es bueno con el arco así que ha tenido más suerte de la que podría desear.

- ¿Es así como lo quieres? ¿No podías esperar a que nos separáramos y que la cosa fuera... más justa? - pregunta con un tono algo decepcionado. No es que piense que el tributo le iba a poner las cosas fáciles, pero esperaba que al menos no hubiera recurrido al ataque a traición. No sabía qué hacía hablando, pero era lo primero que le había salido como reacción natural.

¡¡¡ NO !!!

No puede ser.

La oigo pero no perderé concentración hablando. No puedo confesarle que le tengo miedo, no debe averiguarlo. Yo también pensé en un duelo justo, pero no me atrevo. Tengo miedo.

Pero no pierdo tiempo, tal como veo pasar la flecha rozando la mejilla de Tess pongo otra en el arco y la disparo a toda prisa. Esta chica nació tocada por la fortuna o como he oído alguna vez tiene una flor en el culo. No puedo permitirme otro fallo así que repito tiro, esta vez con más fortuna también yo.

Cuando la flecha sale disparada noto un temblor y sé que no es el aire gélido lo único que lo provoca. Siento pánico. Me estoy enfrentando a alguien con quien he comido, dormido, peleado, caminado, respirado. Voy a matarla. No quiero matarla. Quiero matarla. No, no quiero matarla. Pero quiero sobrevivir. Quiero volver a mi casa. Mi casa me importa una mierda. Quiero seguir caminando, comiendo, durmiendo. Quiero seguir respirando.

Debe morir. La flecha directa a su cabeza así lo indica.

Quiero escuchar otro cañonazo, eso significará que estoy vivo.

La flecha entró en el ojo y se clavó hasta el fondo del cráneo. Tess no tuvo tiempo siquiera de sentir dolor o miedo: fue tan rapido que se quedó congelada en el aire y las piernas le fallaron. Cayó al suelo sin hacer mucho ruido y ya estaba muerta.