Partida Rol por web

Impedido como estaba necesitaba un atajo y lo necesitaba ya. Eché mano al reloj y trás dar suiete vueltas hacia delante a las manilla me fijé con toda mi voluntad en las imágenes que surgían en la esfera cristalina...

Michael corre hacia la letanía como alma que lleva el diablo, intentando provocar que la interrumpa o tal vez que se ponga nervioso, y lo hace sin preocuparse de hacer ruido. Tal vez su "ruido" enmascare los que puedan hacer sus compañeros y les proporcione alguna ventaja.

Fuego. Humo. Caos. Y un cántico que te hiela la sangre en las venas. Un cántico que recuerdas haber oído una vez en tu vida solamente, y que creías haber hecho todo lo necesario para no volver a oírla.

Me necesitan, nuevamente ese devorador de almas. Dije para mí mismo como un reconstituyente, busqué a mi alrededor una rama gruesa(si las hubiere) y con la improvisada muleta me dirigí hacia el meollo del asunto cuán veloz podía.

Nisiquiera se lo plantea. Istyar se lanza de cabeza, dispuesta a detener lo que sea que esté pasando aún cuando tenga que llamar a los infiernos con tal de salvar a la muchacha

Istyar extiende su mano hacia el fuego y empieza a absorberlo. Sin embargo, es un gran incendio que ha tenido tiempo de extenderse, así que no es algo inmediato.

Mientras tanto Ziva y Michael - mas él que ella - se orientan buscando el origen de la voz.

Ziva y Michael acaban dando con su origen: un tipo vestido de negro con una máscara dorada sin rasgos gesticula y canturrea la letanía ante una joven Verbena paralizada. Llegan a tiempo para ver como la chica se ilumina como el flash de una cámara de fotos con un fogonazo de luz. Tras un par de parpadeos, dónde estaba la joven bruja sólo queda una esfera de luz verdosa y su bastón.

El enmascarado ve a los jóvenes magos y adopta una posición de púgil. Empieza la fiesta.

Has perdido de vista a estos dos. Sabes que están cerca, pero se han internado entre los árboles y los edificios de la granja, pasado el fuego. Al poco, dejas de oír la letanía y notas como si alguien hubiera disparado un flash enorme en la noche.

En la distancia, pese al brillo del fuego, veis cómo si alguien hubiera utilizado un flash de cámara fotográfica gigantesco que hace que el cielo se torne blanco por un instante.

Istyar se ve un poco sorprendida por la ingente masa que tiene entre las manos. 

Aún sigue andando a pasos lentos mientras el fuego se retira, tratando de acercarse a la zona hacia donde vio desaparecer a sus compañeros, preocupada por lo que pudiese estar pasando - No... no puede haber sucedido otra vez. Por todos los astros, que estén bien.

¡No joder! Masculla Michael mientras una lágrima le resbala por la cara. Se tira contra el tipo como un animal rabioso intentando arrancarle las entrañas de un zarpazo.

Ziva cambia su expresión. Su rostro es ahora una máscara impenetrable mientras estudia a su oponente, al que ve desarmado. Saca los cuchillos que lleva en la funda en su baja espalda.

Unos símbolos en los guantes del enmascarado brillan hasta emitir un fogonazo rojizo que hace que los jóvenes magos se sientan extraños por un instante, pero rápidamente vencen el efecto del mismo.

Mientras Ziva saca sus cuchillos, Michael le embiste con las garras por delante, abriéndole desde la cabeza al abdomen. El enmascarado aúlla. La máscara estalla como si fuera de cristal y las garras le dejan el rostro irreconocible. Otros habrían sucumbido a semejante ataque, pero este tipo parece estar hecho de algo mas duro y se mantiene en pie, desafiante mientras se forma un charco de sangre a sus pies.

Se nota un cambio en el ambiente. El calor del fuego sigue ahí, pero parece menor. La luz que emite también parece haberse reducido. Si Istyar está absorbiendo el fuego con ese guante suyo, al acabar vais a estar peor que a ciegas.

Vas absorbiendo el fuego con tu guantelete. Te preguntas si no será demasiado, si no alcanzarás su límite, cuando oyes un aullido de dolor y lo que parece un cristal que estalla.

El fuego se va reduciendo.

¡¡¡Muere de una vez!!!

Michael le golpea una vez más con toda la saña que es capaz de reunir buscando carne blanda, el pecho, el estómago, la cara, o donde sea capaz de alcanzarle

Ziva lanza un ataque con sendos cuchillos con toda la mala idea de la que una practicante curtida del Krav Magá es capaz de reunir.

El (ya no) enmascarado intenta esquivar la que se le viene encima, pero de poco le sirve. Las puñaladas de Ziva le sacan el aire de los pulmones, mientras que las garras de Michael terminan de convertirlo en una pulpa sanguinolenta irreconocible.

Por suerte, el olor del incendio es mas fuerte que el del cadáver eviscerado.

El fuego termina por desaparecer. La oscuridad de la noche se hace mas espesa por haber estado rodeados de luz tan brillante todo el tiempo.

Terminas con el fuego, pero antes, a poca distancia ves a tres figuras: una en el suelo, inmóvil, y dos de pie.
Una vez desaparece el fuego, la oscuridad de la noche parece mas espesa.

El fuego termina por desaparecer. Cuesta rehacerse a la oscuridad.