Partida Rol por web

- Nuestros conocimientos de la profecía son limitados: sabemos la lista de objetos y más o menos lo que hace cada uno ¿Qué pueden decirnos?

La anciana se os queda mirando fíjamente, uno a uno.
- Tú eres la Bestia salvaje - dice señalando a Michael - la que hace tiras el Silencio con sus garras. Tú - dirigiéndose a Ziva - llevas el terror de los mil rostros de la Muerte. Tú - a Istyar - eres la Tentadora, custodia del corazón del demonio. Tú - a León - eres el origen y el nexo de unión, tú logras unir lo disperso como hace un caldero con los ingredientes de una pócima. Y tú - señala por último a Rachel - eres la Reina, la custodia del corazón del ángel protector. - Se calla un momento y reanuda de inmediato - Pero sois cinco, y hablásteis de seis que venían a reunirse con nuestra Evelyn...

- Verá, al poco de Despertar fuimos capturados por otro mago que intentó apoderarse de nuestras almas....conseguimos escapar pero no pudimos evitar que terminara su macabro proceso con otro mago al que no conocíamos...aunque si evitamos que lo absorbiera...y entonces mira a Istyar.

- Eso tiene explicación - Con expresión grave - Este... - Alzando el puño para destacar su anillo - Es el Anima Draconis, el alma del dragón o del demonio, tiene ambas traducciones.  

Es el objeto que me estaba destinado, pero... - vacila - A los cinco que estábamos originalmente en Los Ángeles nos atacaron... perdimos... o casi perdimos a uno. Por eso nos preocupan tanto las estrellas distantes. Me alegro de que hayan podido protegerla - Asiente, reafirmandolo - pero hay quien quiere hacerse con nuestras almas... y aún no hemos sido capaces de ponerle rostro. Sin embargo, la profecía aún puede cumplirse - Mete la mano contraria en el bolsillo, sacando el guante con símbolos alquímicos y poniéndoselo.

Diaboli Caestu... el guante del diablo, la mano del alquimista... desvela de lo que está hecha la materia, la atrae o repele. 

Un... accidente. Pero sigo... o seguimos aquí. Por eso cinco que son seis.

Y dirigiéndose a la más joven de las tres, con un brillo de curiosidad en los ojos - Entonces tu eres la portadora de Runae, el gran bastón... Fortalecer, Maldecir, Las Manos de Gaia... ¿Es correcto? No es mucho lo que hemos averiguado de él.

Sí - responde Evelyn acariciando el bastón con un deje de tristeza en los ojos - Si lees las runas correctas formas una suerte de conjuro. Y hay varios, al menos que hayamos descubierto. Endurecer - dice repasando con la mano una serie de runas que serpentean el bastón - te hace mas resistente. Potenciar - repasa otro sendero serpenteante - añade un poco de fuerza a la siguiente obra mágica. Brazos de Gaia - enumera rozando con las llemas otra serie de runas - hace que la Tierra misma combata de mi lado. Maldecir - esta vez se estremece y no señala las runas - hace daño hasta el punto de la destrucción, si la entonación de las runas es buena. Todos tienen su coste en Vim.

El bastón es de madera oscura y la única intervención humana que parece haber sufrido es el tallado de las runas. No hay caras planas, es una gran rama retorcida y las runas se entrecruzan una y mil veces haciendo casi imposible saber cuál va detrás de cual. Salvo, aparentemente, para Evelyn.

Me centraba demasiado en la unidad y se me olvidaba a menudo cuanto habíamos o habían apeendido de los objetos. aunque no podía dejar de pensar que a menudo cuando hablábamos de ellos en vez de un sano orgullo parecíamos niños pequeños tratando de impresionar a los demás.

Es una gran alegría que te hayamos encontrado Evelyn. ¡podemos concernos mejor?, no queremos invadir, ni molestar el santuario de tus maestras.

Si lo deseáis, podéis venir a nuestra granja, a unos pocos kilómetros de aquí - interviene Brigid ganándose una mirada airada de Fionna - Por desgracia no tenemos espacio para tantos en la casa principal, pero el granero es vuestro para resguardaros por la noche. El clima irlandés puede ser muy traicionero si no lo conoces.

Angeles de la Magia Piensa Michael ¿Que se habria bebido el que decidió que eramos nosotros los elegidos?

Supongo que podemos recoger esto en un momento y encaminarnos a donde ustedes nos digan, claro

Las brujas se mantienen apartadas mientras levantáis el campamento. Por suerte habéis tenido tiempo de descansar y el baño en las heladas aguas fue vigorizante, pero vuestros pies protestan ya ante la mera idea de que la granja Keegan esté "a unos kilómetros de aquí", sobretodo porque habría que sumarle la bajada.

Lamentablemente, y contra todo pronóstico, no existe un atajo brujeril secreto para subir y bajar de la montaña.

Llegáis al pie de la misma cuando el silencio de la noche queda roto por una serie de detonaciones. Las deflagraciones son visibles desde donde estáis, pero la distancia es grande.

¡Bombas! - exclama incrédula Ziva - ¡Creía que el problema con el IRA era en la parte norte de la isla!

¡Mirad! - grita la joven Evelyn - ¡Fuego!¡La granja está ahí al lado!¡Diosa, ayúdanos!

¡No le pidas a la Diosa que haga lo que bien puedes y debes hacer tú! - la regaña Fianna, implacablemente mordaz incluso en esas situaciones - ¡Además, hay fuego en otras zonas del parque!- exclama -¡Brigid, por allí, yo iré por este lado! - y dirigiéndose al resto - ¡Evelyn, que no se extienda por la granja!¡Y vosotros, ayudadla, no os quedéis parados!

Tras ladrar las órdenes, las tres brujas sacan sendos athames del cinturón que ocultaban con su capa y se hacen profundos cortes en los antebrazos. Para cuando han acabado, no hay mujeres, sino lobas. Una loba gris claro y otra gris oscuro parten raudas en dirección a sendos focos de incendio. La tercera, una loba de pelo rojizo hace lo propio en dirección a dónde las brujas dijeron que estaba la granja Keegan.

si ya sabía yo... pensé para mí al tiempo que echaba a correr y sacaba de su funda el cuchillo montés. Hoy no me cogéis desarmado, así que supongo que vendreis con bazookas.

Sin mediar palabra, Ziva suelta el equipo de acampada dónde está y sale corriendo siguiendo a la loba, quién ya saca una ventaja importante. Queda claro que llegará antes la loba que vosotros, pero si tiene vuestro nivel, necesitará toda la ayuda posible...

Istyar necesita aún un instante para asimilar la rápida transformación de las tres mujeres, dejar caer su pesada maleta, que tiene poco más que ropa y comida e ir detrás del lobo cobrizo y León, tratando de no quedarse atrás. 

- Espero que no hayan muchos testigos, porque creedme si digo que voy a llamar la atención - Istyar abre y cierra la mano del guante, calculando la distancia que queda para poder atraer las llamas

Michael sin pensarselo mucho suelta su equipo y sale corriendo detrás de la loba mientras  sus garras van creciendo.

"Mientras no nos metamos en inexplicables problemas" Si ya sabía yo...

Algo ocurre en el primer intento de hacer crecer las garras que Michael no puede reprimir un gesto de dolor, antes de que las garras se manifiesten

Con cuidado, muertos no le servimos a nadie

Istyar corre. Por un segundo trastablillea y parece que se vaya a caer, pero consigue mantener el equilibrio a duras penas y aunque ha perdido un par de metros, continua corriendo.