Partida Rol por web

Los Colmillos de Set

[04] Una Huella en el Fango

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07/05/2022, 11:33
Madsul Abar

Madsul observaba con cierta incomodidad cómo la situación se iba complicando. Iba a sugerir que se marchasen, pero Shem quiso intentar reconducir el encuentro, por lo que esperó un poco más. Con suerte, lograrían algo más. Pero el nómada tenía sus dudas... 

Notas de juego

Como indiqué en el off, por mi nos retiramos ya, pero podemos ver qué pasa. 

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07/05/2022, 22:50
Nathifa

Aún dudando que el ingeniero diese su brazo a torcer, Nathifa esperó su respuesta a la oferta del sacerdote. Lamentablemente, no creía que les diese el nombre de a quien había vendido la reliquia. Pero quizás fuera posible deducirlo. Suponía que la Madre, o sus secuaces, no se acercarían a alguien al azar para hacer de intermediario. ¿Quizás el comprador fuera alguien importante que Hamweather conocía?¿Quizás la misma persona que lo había contratado para hacer el trabajo en la sub-ciudad?

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08/05/2022, 08:48
Harles Hamweather

¡Palabras! —desestimó Harles la oferta de Shem—. Las palabras no valen nada. Tráeme eso escrito y firmado por alguno de los administradores del precepto y volveremos a hablar.

El gnomo lanzó un suspiro, mitad de alivio y mitad de hartazgo, cuando por fin parecía que le dejabais en paz.

¿Ese tipo, Khaibet? O bien estaba loco o bien estaba puesto hasta las cejas, pero no paraba de tener delirios megalómanos. Y ni siquiera es humano del todo. No sé lo que es, pero tiene dos malditas serpientes saliéndole de la espalda. Chasqueaban las fauces, como si me quisieran morder —le dijo a Amuir, escenificando el movimiento de los áspides con los brazos. Frunció el ceño—. Oh, y arrugaba mucho la nariz, como si hubiera algo que no le oliera bien. Pero a diferencia de la chusma zarrapastrosa que merodea por mi tienda, yo me baño todos los días.

Carraspeó.

¡Y ahora que ya os he dicho quién es largaos, antes de que llame a los guardias!

Aunque todos sabíais, incluyendo el propio Harles, que la guardia brillaba por su ausencia en El Cenagal.

Digo... que tengan un buen día, nobles señores —rectificó, dedicando una impaciente reverencia a Shem y a Xanjahar.

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08/05/2022, 09:00
Narrador

Ya en el exterior, alejados del puesto del ingeniero jefe y mientras intercambiabais impresiones sobre lo que acababa de suceder, recompusisteis con paciencia los cachitos de papel que Amuir había recuperado del cajón de Harles gracias a la estratagema de Nathifa. Parecía ser una carta del mismísimo Khaibet.

«Hamweather,

Debes adquirir un cáliz de cobre con el emblema de la Casa Hatharia de la joven ladrona llamada Loto Negro. Cuando lo recibas, avisa a Imin. Él puede entregármelo.

No me falles. El cáliz es imprescindible en mis planes.

Los sacerdotes de Thot se estremecerían si fueran conscientes del oscuro poder que está enterrado bajo sus pies. ¡Pronto se lo mostraré, a ellos y a todo Mulhorand!

—Khaibet»

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09/05/2022, 13:10
Shem-su-namun

Ante la contestación del gnomo, Shem primero frunció el ceño, para luego sorprenderse al ver que el tipo desembuchaba sólo con la idea de verles fuera de la tienda. O sea, se le ofrecía un trato y no decía nada, pero si le dejábamos en paz si. Suspiró finalmente. Estaba claro que podía entender textos arcanos de antaño, pero quedarse perplejo ante la actitud de ciertos humanoides.

Aquello no duró demasiado puesto que el relato del gnomo y la descripción de aquel "Khaibet" provocaron una máxima expectación.

No obstante, el hecho de que volviera a soltar groserías volvió a ponerle tenso. Casi avanzó un paso hacia él cuando rectificó.

Finalmente, antes de irse cabeceó profundamente y añadió:

-Entiendo que está asustado ingeniero... pero la próxima vez que alguien quiera ayudarle, tómeselo con más calma. -comentó con su habitual serenidad- que tenga un buen día.


Ya fuera, Shem inspeccionó aquellos trozos de papel junto a sus compañeros con el máximo interés.

No añadió nada inmediatamente, sino que se quedó un momento meditabundo y preocupado. Aquello no era nada bueno. La amenaza final del tal Khaibet era bastante preocupante.

-Debemos poner alerta al templo y que el propio Karranis decida si elevarlo o no. Hay que poner la ciudad en alerta. 

A continuación bajó la voz de forma discreta:

-Lady Nathifa, respecto al tal Khaibet, por la descripción que ha dado el ingeniero ¿podría ser otro yuan-ti? Creo que vos dijistéis que tenían un poderoso olfato... De todos modos parece que ese individuo ha encontrado algún tipo de artilugio entre las ruinas que podría significar la ruina de la ciudad. Igual es el origen de la propia enfermedad y por eso Khaibet necesitaba el cáliz para que afectara a todo el mundo. -hizo una pausa- En cualquier caso, aparte de avisar a Karranis, creo que lo siguiente que deberíamos hacer es localizar al tal Imin ¿se os ocurre cómo?

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09/05/2022, 19:56
Nathifa

Puede que no les cayese muy simpáticos, pero Hamweather les había ayudado finalmente. Tanto voluntaria como involutariamente. Había temido que los trozos de papel sólo fuesen al final una factura sin pagar o una carta íntima, pero cuando pudieron leerla mandó una plegaria silenciosa a los dioses por concederles un adversario con tanto instinto dramático, que monologaba sobre sus planes incluso en forma escrita. Como artista, no podía más que apreciar su estilo. Como alguien que tenía que detenerlo, lo apreciaba aún más.

-En efecto, el detalle sobre el desagrado por el olor corporal me recordó a cómo se comportaba la Madre de las Serpientes. No creo que sea casualidad. -Le respondió a Shen-su-namun-Pero no se me ocurre cómo encontrar a ese tal Imin. Aunque un hombre con dos serpiestes saliéndole de la espalda estará escondido o llamará la atención. ¿Quizás ese tal Imin sea quien se encarga de los negocios en la superficie, si es que el está escondido? A lo mejor Madsul pueda preguntar a sus contactos entre los mercaderes si conocen al tal Imin, o si han visto a alguien de la descripción de Khaibet. Pero si el tal Khaibet pretende usar el poder de la subciudad, probablemente encontremos allí pistas de su paradero.

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10/05/2022, 17:30
Madsul Abar

Madsul abandonó la tienda de Hamweather con la misma sonrisa servicial y tranquila que tendría si les hubiesen despedido de manera amable y educada. Sin duda el gnomo se había puesto nervioso por su presencia allí, pero no tenía porqué guardar malos sentimientos hacia ellos. O eso pensaba el nómada, que pronto se volvió a escuchar lo que sus compañeros comentaban sobre aquel asunto.

- Podría preguntar en las mercaderías de pieles, si así lo deseáis. - dijo - Aunque sospecho que la verdad de este asunto nos conduce irremediablemente a esas ruinas de las que hablaba el ingeniero.

Respecto a los asuntos del templo, sin duda Shem sería quien mejor los manejaría, y nada dijo Madsul, que sonrió y asintió al sacerdote ante su propuesta.

- Puedo indagar en tanto el venerable Shem informa al templo, si os parece bien. Tal vez acompañado de alguien más fuerte que yo, dado el posible riesgo de esta tarea.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Adelanto la tirada de Oficio asumiendo que Madsul se va a husmear en lo que Shem informa al templo.

Mi idea es un poco la que comenté en su día: conocer algún lugar de venta de pieles un poco más del "mercado negro" donde estos amantes de los negocios turbios pudieran moverse más. No sé si servirá de algo o no, pero por intentarlo que no quede :D.

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11/05/2022, 18:31
Amuir

-Lo más irónico de esto es que Hamweather es quién nos puede decir quién es Imin -dijo el asesino con un suspiro-. Nadie más que él lo va a saber, ya que como dice la nota, Harles fue el intermediario. Loto Negro le entregó el caliz al gnomo, éste se lo dio a Imin, e Imin se lo dio a Khaibet, que se esconde en las ruinas. 

Se frotó los ojos y miró al cielo. Tampoco sabía quién podía ser Loto Negro.

-Yo te acompañaré, Madsul -accedió Amuir.

Notas de juego

Amuir no puede sospechar quién es Loto Negro, creo que esa información la tenéis vosotros solo, según he leído en las notas de Faris.

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11/05/2022, 19:43
Nathifa

-En todo caso, aunque no sepamos quien es Imin, creo que es probable que tengamos la identidad de otra persona relacionada con el robo. Ahora tenemos confirmación de que el Loto Negro es una mujer, y quien robó el cáliz. Y con lo que dijo el prisionero, parece cada vez más probable que la tal Se-nefer sea el Loto Negro.-Dijo Nathifa, para a continuación poner al día a Amuir de todo lo que habían descubierto los demás en sus pesquisas.

-Aunque supongo que no nos va a servir de mucho. Dudo que Se-nefer, sea realmente el Loto Negro o no, nos quiera explicar cómo consiguió la información sobre donde y qué robar. Aunque es una cuestión interesante. ¿Creéis que Khaibet sabía del cáliz antes de que lo robaran, quizás incluso dándoles la información, y luego organizó la compra?¿O sólo aprovechó que estaba en el mercado para hacerse con la pieza?¿Y qué pretende hacer con él?¿Símplemente sacarlo de circulación?

Era posible que, como había dicho Shem-su-namun, la enfermedad tuviera origen en Khaibet, y lo único que pretendía era evitar que los sacerdotes tuvieran el cáliz en sus manos para que no pudieran luchar contra ella. Después de todo, aquella enfermedad siempre le había parecido poco natural. Pero por el tono de la carta, parecía que hablaba de planes futuros, y no sólo de lo que ya había hecho.

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11/05/2022, 22:27
Shem-su-namun

Shem asintió con gravedad ante las ideas de Madsul y el refuerzo de Nathifa.

-Parece que el gnomo no va a ayudarnos mucho más... y es algo que me tiene intrigado, lo admito. Pero bajar a por Khaibet sin una mínima pista podría ser inútil. Creo que vale la pena intentarlo. -comentó el sacerdote ante las palabras de Amuir.

Sin embargo, la siguiente intervención de la cortesana y sus preguntas, hicieron que Shem volviera a preocuparse.

-No son cuestiones baladíes. -hizo una pausa- Es posible que cuando el Loto Negro robó el cáliz, publicitara su "oferta"... La Madre, siendo un yuan-ti podría conocer a Khaibet o a través de terceros y esa noticia llegó a sus oídos y decidió comprarlo de forma discreta usando dos intermediarios...

-Sin embargo... existe otra posibilidad. Una posibilidad que me ronda la cabeza a raíz del comportamiento del ingeniero. Que no sólo esté asustado por Khaibet, sino porque sabe que tiene un cómplice en el gobierno de la ciudad. Alguien al que podría interesar todo este caos... de alguna manera o quizá un aliado antiguo que haya medrado en el mismo con lo años y haya esperado su momento. Karranis nos dijo que no eran demasiados los que conocían la existencia del Cáliz pero, con que uno sólo de ellos fuera ese tipo de personas, encajaría perfectamente la situación en la que Khaibet orquestara el robo porque conociera de antemano su viaje hasta aqui.... y eso, ya digo, encajaría con que el gnomo no se sienta muy intimidado por la posibilidad de ser delatado ante la autoridad y sin embargo, nos lance hacia la pista de Imin y Khaibet... -volvió a coger la carta y señaló- Fijaos... de alguna forma, trata a Hamweather con cierta familiaridad, incluso le hace partícipe de sus planes... y su única amenaza es que no debe fallar... Igual alguien que estuviera más coaccionado recibiría una nota mucho más dura ¿no creéis?

Suspiró.

-No se... igual veo fantasmas dónde no los hay. -terminó algo preocupado mirando al a cortesana- Igual no es tan buena idea avisar al Templo... no sé.

Notas de juego

En todo momento Shem usa un tono bajo al hablar.

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12/05/2022, 10:57
Madsul Abar

Madsul escuchó con gesto grave las palabras de Shem-su-namum, sorprendido de su sabiduría y prudencia, pues a él jamás se le habría ocurrido que el asunto pudiese resultar tan intrincado y peligroso.

- Sabias palabras pronunciais, venerable Shem. - dijo Madsul con admiración - Quizá anunciar al templo nuestros hallazgos sea peligroso. Pero, si algún venerable sacerdote y noble sabe del cáliz, también sabrá de nuestra misión, y, en tal caso, ¿no nos habrían seguido? 

Madsul lanzó una mirada en derredor, buscando miradas indiscretas que pudiesen haberse posado en ellos. Pero nada le pareció ver al nómada al hacerlo.

- Y piensa uno también que, de darse tan malvada alianza, se reunirían en secreto el susodicho noble y el monstruoso Khaibet... tal vez en esas ruinas Inmaskari que tanto interesan al hombrecillo gnomo. Tal vez en la noche...

De nuevo, temía Madsul, todo señalaba aquellas ruinas como el lugar en que continuar indagando.

- Uno puede preguntar a los mercaderes, y, cuando el sol se oculte, tal vez debiéramos acudir silenciosamente a esas ruinas, y observar en ellas. Si a los venerables os parece bien.

- Tiradas (1)

Notas de juego

+1 a no decir nada en el templo por ahora, y a ir con ojos en el cogote :).

Quizá podemos acercarnos juntos a la zona del mercado. No sé cómo veríais el ir a las ruinas de noche.

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12/05/2022, 14:33
Nathifa

-Sabemos que los planes no fueron interceptados, porque no hubo documentos escritos que interceptar. Y las reuniones en las que se trató fueron privadas, donde poca gente habría tenido la oportunidad de escuchar. Siempre es posible que Khaibet haya encontrado en la subciudad medios que le permitan infiltrarse sin ser visto u oír a distancia. Poco conozco de magia y de los límites de su poder, pero los immaskari eran poderosos hechiceros expertos en la magia de portales-Explicó, dando después una breve explicación de lo que conocía de Immaskar. Titubeó, antes de seguir hablando. Acusar directamente a alguien poderoso sin tener pruebas, e incluso teniéndolas, suponía un peligro mayor la epidemia a la que se enfrentaban-. Pero en circunstancias normales, si una información se filtra, de los primeros que se sospecharía es de los que poseían la información en primer lugar. Y aquí son un número limitado de personas. El sumo sacerdote de Thot, Ka-Hatem. El Adivino de los Misterios Karranis y su ayudante, Eqil. Y el precepto Tholaunt. Y-dijo, mirando de reojo a Amuir para evaluar su reacción- los de la Hermandad de Osiris que organizaron su transporte. Ninguno parece tener qué ganar con la desaparición de la reliquia y algunos mucho que perder. Pero no sabemos qué poderes o riquezas pueda ofrecer Khaibet a los que les ayuden, o con qué pueda amenazarlos.

Nathifa se encogió de hombros.

-No puedo acusar a nadie, y ni siquiera estoy segura de que en efecto haya un traidor. Pero quizás la prudencia debería llevarnos a considerarlo una posibilidad, mientras este misterio no esté resuelto.

 

Notas de juego

Por si acaso, si vamos a meternos en sitios donde haya gente chunga o modesta, Nathifa no va a llevar ropa pija, e intentará pasar desapercibida. No vaya a ser que se repita lo que pasó al entrar en el Cenagal.

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12/05/2022, 20:05
Amuir

Amuir reflexionó sobre la explicación que le dio Nathifa acerca de la identidad de Loto Negro.

-Bueno... si todo falla, siempre puedo hacerle una visita a Se-nefer y que me cuente todo lo que sabe -comentó con una sonrisa torcida. Esa mujer era peligrosa, pero él también lo era.

Mientras pensaba sobre ello, oyó hablar a Shem. Fue a decir algo, pero en realidad, no tenía sentido discutir con el sacerdote. No tenían pruebas de nada, de momento lo único que tenían era la carta y esa era su mejor pista. Él no tenía órden de detener al gnomo, de acabar con el tráfico ilegal del mercado negro de la Madre, o de asesinar a alguien importante. Su trabajo era encontrar el cáliz y para eso seguían necesitando pistas. Era una pena que la conversación con Harles hubiese ido tan mal.

-Por el momento, vamos a centrarnos en las pistas que tenemos. La hipótesis de la traición ya fue expuesta, es una posibilidad, pero ahora mismo es mejor que no nos desvíemos de nuestra misión principal, que es encontrar ese cáliz. Vayamos a ver a esos mercaderes y que Madsul averigüe lo que pueda. A mí el comportamiento del gnomo me ha parecido de lo más natural, no le interesan los menesteres que no tengan que ver con ruinas, odia las distracciones y todo este asunto le repatea. Quiere estar tranquilo haciendo su trabajo y descubriendo más sobre los inmaskari. Son cosas de eruditos que nosotros no podemos entender. Vamos. Y no, mi hermano nunca traicionaría a su orden, y menos a mí -remató hacia Nathifa, mirándola con ojos duros.

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13/05/2022, 15:30
Meryet

Los rumores acerca de vosotros debieron correr por el Cenagal como polvo de humo1, porque los mendigos os dejaron en paz. Solo los más temerarios, o aquellos que no se habían enterado aún de que había un mago suelto por el Cenagal, se acercaron a pediros limosna. No tuvisteis que despachar, empero, a una muchedumbre de enfermos como hacía unos minutos.

Salisteis de la barriada pobre de Majoor, salvando el desnivel de casi diez metros allí donde la ciudad se había hundido. Xanjahar se despidió de vosotros un par de manzanas después, dirigiéndose a los cuarteles de la guardia por una calle a vuestra izquierda. El paladín de Horus-Re trataría de convencer al capitán de la guardia para que redoblara las guardias en previsión de lo que pudiera hacer el misterioso Khaibet.

Los demás continuasteis por la Avenida del Sol y luego torcisteis por una amplia calle orientada al este, que conducía hacia el bazar de la ciudad.

El mercado estaba abarrotado. Caminasteis por entre las tiendas de todo tipo, paseando entre los burros y apartando con la mano las piezas de carne colgadas de ganchos de hierro. Un hombre vendía cebollas moradas en una sábana, en el suelo, otro platos de cerámica de vivos colores y lámparas de cobre llenas de agujeros con forma de estrella, y aún otro olorosas especias ordenadas por colores. Madsul os llevó a la zona de los curtidores, que estaba cargada de la acre pestilencia de los productos que utilizaban en su oficio.

Los curtidores reconocieron de inmediato a Madsul, y lo saludaron abrazándolo y dándole efusivas palmadas en la espalda. Hablaron de sus cosas unos minutos, pero las sonrisas se esfumaron en cuanto el nómada mencionó el auténtico motivo de su visita. Nadie parecía haber visto a un hombre con serpientes en la espalda, ni saber quién era (o no querer hablar) del tal Imin. Fue entonces cuando la dependienta de la tienda aledaña, que vendía frutas, se metió en la conversación.

Debéis ser guardias de incógnito, o unos necios, si vais mencionando ese nombre tan peligroso de manera tan abierta —dijo la dependienta sin levantar la vista de la granada que estaba pelando. Para ser justos, no es que fuerais pregonándolo a los cuatro vientos, sino que había sido ella la que había puesto la oreja en vuestra conversación:—. ¿Qué sois, hmmm? ¿Guardias o necios?

 

1: nombre que se le da a la pólvora en Reinos Olvidados.

A partir de ahora dejamos de marcar a Xanjahar.

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15/05/2022, 11:11
Amuir

-Eso depende. ¿Y usted? -se interesó Amuir, acercándose al puesto de frutas para buscar una granada en buen estado. Se le había abierto el apetito-. ¿Solo vende granadas o sabe donde esta Imin y nos lo va a decir antes de que nos metamos en problemas? -preguntó en voz baja tras seleccionar una pieza de fruta y buscar dinero en su bolsa para pagarle la granada. O la información.

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16/05/2022, 20:45
Nathifa

Los mercados, con su multitud de colores, olores y sonidos, tan llenos de vida y de gente interesante, siempre eran uno de los lugares favoritos de Nathifa. Y siendo Madsul quien iba a tratar con sus amigos y contactos entre los mercaderes, ella tenía la oportunidad de prácticamente disfrutar de unos momentos de relajación apreciando el lugar; momentos de paz especialmente dulces porque imaginaba que iban a ser breves. Si no obtenía resultados imaginaba que pronto iban a visitar la subciudad, con todos los peligros que aquello conllevaba. Y por desgracia, la visita al mercado no estaba dando demasiada información, incluso con toda la buena voluntad con la que Madsul contaba entre aquella gente.

Nadie había visto nada. Nadie sabía nada. Y sobre todo, nadie estaba dispuesto a hablar de todas esas cosas que no conocían pero que a algunos parecían incomodar enormemente su sola mención.

Hasta aquella vendedora de frutas. No sabía cuanto sabía, o estaba dispuesta a decir, pero el hecho de que alguien tuviera el valor para al menor darles una advertencia ya era un cambio bienvenido. Nathifa dejó el puesto de dulces en el que estaba decidiendo por cual de las tentaciones que tenían allí decidirse y se acercó al puesto de la vendedora con la que Amuir hablaba, viendo la fruta que tenía mientras esperaba su respuesta.

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16/05/2022, 22:53
Kéfera

Una vez hubieron concluido la conversación con el gnomo salieron a la calle. Kéfera respiró hondo, pues tenía los puños bien apretados y rabiaba en parte. Se había sentido insultada, y lo que era peor, a una parte de su dios.

Se alejó de la zona, mientras que el resto se quedaron discutiendo por los alrededores. Sentía la necesidad de estar un rato a solas, y se apartó a lo lejos, no sin perder de vista a los suyos y aprovechó a relajarse en parte.

Al poco, pudo ver que el grupo se movía, y aprovechando sus aptitudes, los siguió desde la distancia, pues estaba segura de que la decisión que pudieran tomar iba a ser la más acertada.

Una vez Kéfera adivinó que iban a entrar en el bazar, avanzó con más rapidez, pues en aquel lugar los podría perder fácilmente. Por suerte, se pararon delante de un puesto de fruta, y una vez ya estaba cerca, pudo ver como Amuir señalaba una granada.

Desde detrás, oculta entre la gente, con gran disimulo, la exploradora pasó entre sus amigos, y cubierta por ellos sacó una de sus espadas cortas lentamente y acercándose al mostrador pinchó la granada que estaba señalando Amuir.

- Creo que esto es lo que quieres, ¿no? - la fruta estaba ensartada justo en el medio, clavada en la punta y sin sobresalir hasta el otro lado con buena precisión. Kéfera no miraba ni a la fruta, ni a su amigo, si no a los ojos de la tendera.

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17/05/2022, 10:41
Shem-su-namun

Shem deseó buena suerte a Xanjahar cuando éste se separó del grupo y luego siguió a sus compañeros en dirección al bazar. La Avenida del Sol pasaba al lado del templo y, por un momento, el erudito estuvo tentado de ir a hablar con Karranis pero... tan sólo dudó unos segundos, antes de continuar hasta su destino con el resto.

Una vez en el bazar cubrió su cabeza con la capucha de su capa y dejó que sus compañeros, sobretodo Madsul, realizara las pesquisas mientras observaba cualquier cosa extraña.

El tal "Imin" parecía infundir miedo en los corazones de la gente... lo cual, hasta cierto punto, era un indicativo de que estaban sobre una buena pista. Si era el socio o el esbirro de Khaibet, no debía ser una buena persona.

Fue entonces cuando aquella vendedora de fruta llamó la atención de todos, siendo Amuir el primero en abordarla. Se quedó en un segundo plano, para ver si el Hermano de Osiris era capaz de sonsacarle algo útil sobre su objetivo.

 

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17/05/2022, 13:58
Madsul Abar

Madsul no había querido presionar a los comerciantes de pieles, pues eran buenos socios y para el nómada estuvo claro muy pronto que no deseaban hablar del tal Imim. Cuando aquella mujer intervino, sin embargo, el nomada le dedicó una sonrisa y mostró las palmas de sus manos.

- Uno puede jurar que no es un guardia. - dijo amigablemente - De lo otro, alguna vez me lo han llamado.

Amuir le había lanzado una sencilla pregunta a la mujer, pero Kéfera dio un paso al frente, trinchando una granada y mirando a los ojos a la tendera. Madsul sintió un breve acaloramiento al ver aquello, temiendo que la agresividad de la temible Kéfera provocase un conflicto innecesario.

- Vamos, vamos. - dijo con una sonrisa, mientras le hacía un gesto de calma a Kéfera - Entre comerciantes nos entendemos mejor con palabras, ¿sí? - volvió a mirar a la mujer - A buen seguro que una humilde vendedora de fruta no habría hecho esa pregunta si nada supiese del tema. Disculpad la falta de cortesía. Uno es Madsul Abar, viajero y comerciante de pieles. ¿Puedo preguntaros el vuestro?

Trató de mantenerse amigable, a la espera de que la mujer no se arrepintiese de haberse metido en la conversación.

Notas de juego

Madsul haría la pregunta después de que la mujer haya respondido a Amuir, pero bueno, voy adelantanto por aquello de la agilidad (y de paso intento enfriar las cosas, que veo a Kéfera con unas ganas de gresca que no veas xD).

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17/05/2022, 17:40
Meryet

Necios, entonces —farfulló la frutera, al escuchar a Amuir.

Pronto se arrepintió de haber dicho aquello, aunque lo hubiera dicho para si misma. El ademán hostil de Kéfera hizo que retrocediera y tragara saliva ostensiblemente. Alzó ambas manos en un gesto de indefensión.

Pues dile a tu amiga que se tranquilice, estoy dispuesta a ayudar o no habría dicho nada. A ver si vamos a cambiar a unos matones por otros distintos —le contestó a Madsul—. Yo me llamo Meryet. Mucho gusto, Madsul.

»Pues sí que he oído antes ese nombre, salió en una conversación entre esos matones la Mano Serpentina —reveló la mujer; vuestra conversación no había sido ni la primera ni la última en la que se entrometía, aparentemente—. Hablaban del tal Imin como si fuera su jefe, alguien para el que trabajaban y debían informar. Los guardias los echan cuando montan alguna gorda, pero por lo demás les dejan campar a sus anchas. Y son una auténtica plaga. ¿Les daréis su merecido a esos cabrones?