Partida Rol por web

Felix e Irina vuelven a la playa con la intención de inspeccionar todo el contorno de la isla bordeándola de principio a fin.

El exterior del avión esta húmedo debido a la lluvía que ha caído pero el sol luce con fuerza en el firmamento arropandoos con su calor. El camino hacía la playa es rápido aunque felix se vuelve a perder pero finalmente escucháis el sonido de las olas y cuando llegáis a la playa podéis observar una bonita estampa.

El arco iris parece alzarse desde una zona no muy lejana a vuestra derecha y decidís ir hacía allí como si fuera una señal. Tras unos diez minutos caminando alcanzáis unos acantilados pronunciados aunque parecen estar algo resguardados de las inclemencias del tiempo por lo que se podría cruzar por allí pero la humedad acumulada y las olas del mar parecen hacer ese camino peligroso. La parte superior de los acantilados se alza hacía arriba con gran altura, intentar cruzar por allí implicaría entrar de nuevo en la jungla, orientarse y trepar pues no se aprecia vegetación en la parte superior, tampoco parece que sea un tarea más sencilla que cruzar a linea de mar.

Tal vez sea mejor idea volver sobre vuestros pasos e intentar ir por el otro lado, la playa.

Me paro unos instantes a observar la bella estampa.

—Si no fuera por la horrible situación en la que nos encontramos, me atrevería a disfrutar de este paisaje —digo sin parar de contemplar el arco iris.

Acto seguido contemplo las alternativas y las valoro.

—Creo que lo mejor será ir por la playa, ¿qué opinas? No quiero tener sorpresas con esas rocas y convertirme en... —iba a decir "otro Dr. Brush" pero cohibí mi verbo a tiempo.

Si, el otro lado de la playa parece ser la mejor opcion... tampoco quiero sacrificar el poco esfuerzo fisico que tengo en algo tan complicado, es mas que nada una simple exploracion... - tras brindarle una pequeña sonrisa al detective, Irina, como apresurada, toma la delantera en el nuevo camino.

La caminata a lo largo de la playa no es dura pero el calor empieza a hacer estragos. Tras algo más de dos horas caminando os paráis a la sombra de la vegetación donde acaba la playa y empieza una pequeña formación rocosa. Mientras descansáis observáis el entorno, no parece que halléis dado la vuelta a la isla, no tan pronto. Tal vez solo se trate de la geografía de la isla pero al menos esta parte no es tan peligrosa como la anterior. Sin duda se puede bordear fácilmente subiendo la pequeña meseta elevada que forman las piedras.

Esas piedras son nuestro proximo objetivo Felix... - y dandole la espalda nuevamente sigo avanzando... - que no decaiga ahora detective, que esto recien comienza y tengo mucha curiosidad de saber que nos rodea... o quienes - dicho esto ultimo muy por lo bajo, casi un susurro para si misma.

La escalada no es muy dura pero si agotadora debido al calor que el astro sol deja caer sobre vosotros pues al no haber jungla en la roca no hay donde cobijarse de los rayos de sol. Cuando finalmente conseguís alcanzar la parte más alta os lleváis una desilusión pues la jungla bloquea vuestra visión al interior y en el mar no se ve nada que atraiga vuestra atención en kilometros a la rotonda. Tan solo una ballena lejana consigue centrar vuestra atención mientras paráis para descansar. Más adelante se divisa de nuevo la playa por lo que la parte siguiente será más fácil.

Sin embargo la bajada parece que será más sencilla pues podéis bordear por la jungla para no avanzar por la roca aunque el camino por aquí parece ser seguro, no como en el lugar anterior ya que el mar alcanzaba el paso volviendolo peligroso.  Mientrás meditáis que hacer ahora irina se sienta en el suelo fatigada.

Mientras te sientas en el suelo fatiga cierras los ojos por el cansancio pero al abrirlos no te encuentras en lo alto de un risco cerca del mar sino en otro sitio bien diferente.

Te mueves por una catatumba inexplorada, sudando y aterrorizado. Algo que debería estar a salvo y escondido ha sido violado. A tu alrededor hay pilas de huesos y esqueletos. Estás en una cripta húmeda, crees que en Italia, con una linterna en la mano. Finalmente llegas a tu destino: la puerta a una cámara. Con pánico, la abres. Dentro de la sala , en el suelo, hay un anciano vestido con una sotana de sacerdote. Un cuchillo sobresale de su pecho. Corres a su lado mientras él gime una palabra "Lewinston". Está hablando en italiano pero tú entiendes el idioma. "Tienen el libro. Debes detenerlos antes de que convoquen a Abholos. El libro... debe ser destruído"

Cuando vuelves a parpadear te encuentras de nuevo en lo alto del risco junto a felix.

Irina trata de disimular lo agitada que se encuentra de un momento a otro, como si algo gigantesco la perturbara. Suda mucho pero el calor es una excusa perfecta para dudar de cuan compenetrada esta en lo que le sucede...

Felix... esta isla no es normal. - dichas palabras viajan por el aire tratando de no hacer tanta mella en lo que les sucede.

Siento que me esta comiendo por dentro de a poco, como que quiere ocupar un lugar mio... quiere pertenecer. Y en ese proceso comparte conmigo muchas de sus experiencias, terrores, represiones... y a la fuerza las tengo que digerir. - Irina se lleva ambas manos a la cabeza... y tras un momento de meditacion muy breve se levanta de un salto.

Vamos... sigamos lo mas rapido que podamos... prefiero estar cerca de la playa a meterme lentamente en el corazon de este lugar... - la joven casi ni deja contestar a Felix cuando se lanza nuevamente en camino de bajada por las rocas.

Felix se encoge de hombros e intenta ayuda a Irira cuando esta ya se ha levantado de un salto.

—Sí, esta isla no es normal, tienes razón. A veces me da por pensar si no estaremos haciendo lo que la maldita isla quiere y no lo que nos place a nosotros —dice encogiendose de hombros nuevamente.

—Si prefieres ir por la roca, iremos por aquí. Realmente me da igual por donde avanzar así que... —dice dejando la frase en el aire.

Irina ya está unos pasos adelantada cuando Felix todavía está hablando.

—¡Ey! Espera —dice mientras se pone en marcha detrás de ella.

El camino a lo largo de las rocas no es cómodo pero al menos os permite ir por donde vais y controlar lo que hay a vuestro alrededor. Cuando llegáis abajo estáis más sudorosos y sucios que cuando iniciasteis la marcha pero felices por haber logrado superar este pequeño escollo que os ha puesto la isla.
Sin embargo cuando alcanzáis la arena de la playa y podéis pararos a descansar contempláis como unos pájaros sobrevuelan encima vuestra y al seguir su trayectoria con la vista localizáis el nido de uno de ellos. Por un momento os miráis el uno al otro con vuestro rostro hambriento como si hubierais tenido la misma idea.

La caminata a lo largo de la playa resulta agotadora pues vuestra provisión de agua no es demasiada y la estáis racionando. Y a eso hay que añadir que no habéis comido nada en todo el día, llevando varias horas caminando. Sin embargo seguís adelante hasta que alcanzáis un acantilado casi una hora después. Tal vez sea el mismo de antes en cuyo caso la vuelta al campamento sería más rápida pero el problema será cruzarlo pues parece ser peligroso con las olas de mar pasando tan cerca.

Me dejo caer sobre el suelo, cansado.

—Me temo que toca descansar Irina. Podemos cruzar por aquí pero no ahora. Cuando baje un poco la marea no habrá tantas olas y podremos cruzar por aquí —digo mientras miro al cielo—, una hora más o menos. ¿Descansamos mientras?

Al volveros hacía la jungla observáis la oscuridad que la rodea gracias a lo frondosa que es. Una vez se entra ahí dentro se pierde el sentido de la orientación sin apenas dificultad como cuando eres arrollado por una avalancha que no sabes si estas boca abajo o boca arriba. Tal vez pudierais conseguir alimentos y/o agua de la jungla pero el hecho de entrar ahí dentro os infunde cuando menos respeto.

La otra alternativa sería intentar atrapar uno de los pájaros que sobrevuelan la isla, gaviotas sobretodo, o intentar pescar algo cerca de la playa. En cualquier caso el hambre empieza a notarse con algunos rugidos en vuestros estómagos.