Partida Rol por web

Los Dhaeva de Transilvania.

Relatos.

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13/12/2008, 13:53
Capitán Vitaly el Nueve Vidas.

CONTINUACION DEL RELATO INICIAL DEL CAPITAN VITALY EL NUEVE VIDAS, QUE QUEDO TRUNCADO:

-        "Queremos volver a ser la mejor Compañía Mercenaria de toda Transilvania", seguido de Andor, secundando a su compañero.

 

-        "Eso es difícil de conseguir", sus ojos empiezan a brillar con la furia de antaño, "necesitaríais a un hombre fuerte y que os de el coraje suficiente para emprender cualquier meta”, unos momentos de silencio fueron suficientes. - “No, no volverá a ser la misma de antes, llegara a ser mejor.” –

 

Los hombres que han juntado en aquella zona sonríen, se ven a muchos más a su alrededor detrás de los dos sargentos principales, están los supervivientes del Castillo de Bucarest, así como un grupo de arqueros a los que Vitali no conoce y un grupo de infantería, en total no llegaran a cincuenta aunque no es tampoco un grupo desdeñable.

 

-        “Habéis puesto vuestra confianza en mi, no os defraudare, llegaremos a ser los mejores, y tarde o temprano nos tomaremos nuestra venganza!!!!!!!” –

 

Todos aclaman las promesas de Vitaly y creen en él, alzando sus armas. Esa noche del 28 de diciembre del año 949 quedara para el recuerdo en muchas mentes.

 

Pocos días después llega el final del año y con el quien sabe que aventuras más.

 

1 de enero de 950.

 

Las fuerzas parecen haber vuelto al cuerpo de Vitaly y con ellas, una nueva esperanza.

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13/12/2008, 14:03
Knezi Tiberiu Bratovich.

CONTINUACION DEL RELATO INICIAL DEL KNEZI TIBERIU BRATOVICH, QUE QUEDO TRUNCADO.

Además, estos pozos están debidamente señalizados para evitar cualquier tipo de accidente… lo siento amigo.

 

Tan rápido como la pierna me lo permite, coloco otras maderas sobre el pozo, dejando todo rastro a cubierto. Satu Mare no puede caer. Yo no puedo caer por algo que he hecho por el bien de la aldea y de mi familia. Tan sólo espero que no se le haya ido la lengua demasiado.

 

Catorce de Noviembre del año 949. Satu Mare; Noroeste de Transilvania.

 

            Este año está a punto de terminar y todo ha funcionado correctamente. Durante estos últimos meses, tras la desaparición de mi amigo Misha, he estado recorriendo el castillo y la aldea, escuchando a la gente y observando sus reacciones hacia mí. Mi secreto parece estar seguro en Satu Mare, sin embargo, aún se me cruza por la cabeza ese pensamiento extraño. ¿Y si Misha habló de esto a algún peregrino o comerciante que estaba de paso aquí?

 

            Eso nunca lo sabré, pero espero que el secreto esté seguro, por lo menos hasta que el norte se encuentre en condiciones de rechazar cualquier acto belicoso de cualquier otra familia. Si la Casa Bratovich se enterase de este secreto, no sólo mandarían asesinos a por mí, sino que vendría toda la Casa al completo con intención de destruirme.

 

            Sin embargo, mis primos y mi tío se encargan de mi protección, y eso es una bendición. Sólo espero tener la fuerza y la inteligencia necesaria para poder tomar las mejores decisiones para Satu Mare y sus alrededores.

 

            Mi principal misión, es evitar que los Magiares se introduzcan en el territorio Transilvano y destruyan las aldeas. Esa es la misión que me encargó mi Príncipe. Pero además de esa misión, es mi deber defender el norte de cualquier amenaza.

 

            El principal problema del norte Transilvano es que en este momento, está todo dividido. Baja Mare y Zalau al sur, hace años que no entregan tributo a Satu Mare y además, hace mucho tiempo que no sé absolutamente nada de lo que sucede en esas aldeas.

 

            Al oeste, Oradea, desde donde antaño mi padre venía con carros cargados de grano, no ha mostrado signos de vida. Ni siquiera un emisario. Debo lidiar con ello a partir del año que viene.

 

            Al este se encuentran las Colinas de Maramunes, un lugar extraño. Nadie se ha internado lo suficiente dentro de esta zona como para brindarnos información sobre lo que allí sucede y los que se adentraron en ese lugar, no han regresado con vida.

 

            Oradea, Zalau y Baja Mare, todas deben de estar unidas bajo el estandarte de Satu Mare. Todas y cada una, sin excepción. Claro que tras décadas bajo el tiránico yugo de mi padre… me va a costar sangre, sudor y lágrimas lograr que todos me acepten como el Protector del Norte, pero con tiempo y esfuerzo, mi sueño de que todas ellas porten mi estandarte se hará realidad.

 

Fin del Relato 0 de Tiberiu Bratovich para Dhaevas.

 

Adjany y Black_Sirius.

 

Acciones Futuras:

 

-        Unir el norte bajo un mismo estandarte.

-        Proteger el norte de cualquier fuerza enemiga que ose atacarnos.

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13/12/2008, 16:03
Condesa Dubieta Szantovich.

CONTINUACION DEL RELATO INICIAL DE LA CONDESA DUBIETA SZANTOVICH, QUE QUEDO TRUNCADO.

Dubieta fue cerrando los ojos plácidamente, sabedora de que nadie jamás se imaginaría que el objetivo real era Radu “el Menor” y no su padre.

 

Al día siguiente, mientras se preparaba para ir a desayunar con la familia, se tomó una tisana bien cargada para calmar sus nervios. No iba a ser fácil sentarse a la mesa con el hombre al que había planeado matar. No obstante, no había nada que temer puesto que nadie sabía la verdad. Bajó radiante por las escaleras y al ver a los familiares reunidos paró unos instantes a contemplar la escena.

 

A la cabeza de la mesa, sentado y saboreando ya un buen licor, estaba su padre y a su lado, de pie, el primo y futuro esposo Radu. Parecían mantener una conversación casual y aún no se había fijado en ella. Ya de lejos detestaba al que pronto sería su marido, y hasta le hastiaba ver que había fracasado su intento de eliminarlo.

 

Sentadas en unas sillas, cerca de la ventana, estaban su tía Helena y la hija de ésta, la joven Radovina. Habían sido expulsadas del Condado de Bran haría unos catorce años, junto a su tío Zaius y al hermano de Radovina, Dimitri. Había sido un asunto tan espinoso que hasta su padre parecía estar planeando la forma de acabar con los Bran. Si algo no soportaba era la humillación, puesto que el apellido Szantovich valía mucho para él.

 

Observó como la joven Radovina, a la cual jamás había escuchado hablar, la miraba con aquellos extraños ojos rojizos. Decían que estaba endemoniada, pero eran sólo habladurías. Sin embargo se sentía cierta incomodidad cuando estabas cerca de ella, como si lo supiera todo. ¿Sabía que era la causante del incidente en la cacería? No le importaba, estaba segura que no hablaría para nada.

 

Como un torbellino llegó a ella Dimitri, el hermano mayor de Radovina. Fue un niño terrible, bastante cruel con todos y realmente caprichoso. Un verdadero Szantovich. Ahora había refinado su cruel arte bajo la tutela de su padre, y aunque no vivían en el castillo pasaban allí la gran parte del tiempo. No obstante, Dubieta sabía amansar a las fieras; estiró su tersa mano y la ofreció para que la besara con delicadeza. Ya de pequeños Dubieta jugueteaban a que ella era su dama, y casi podría decirse que hasta ahora seguía el juego. Lástima que él no fuera su esposo, puesto que sin duda sabría dirigirlo a la perfección.

 

- ¿Como estás Dimitri? – le dijo con una dulzura y una expresividad en los ojos que encandiló a éste.

 

Enseguida lo tuvo pegado a ella todo el día, mientras que su madre, la cual tenía un gran parecido a Dubieta, se mantenía absorta mirando a través de la ventana. Sonrió al pensar que resultaba un poco evidente la pura sangre de los hijos, puesto que no había nada en ellos que fuera Bran. ¿Estaría pensando en su hermano, Zaius? ¿Era ese el verdadero padre de aquellos pequeños? Dubieta creía que sí, pero poco le importaba aquello.

 

- Buenos días Padre... primo... –se dirigió a ambos.

 

Radu, su primo, sonrió al verla. Odiaba esa sonrisa depredadora, más propia de un animal que de alguien con un mínimo de delicadeza. Ya de antes aborrecía su compañía, sobretodo cuando él no parecía ocultar las miradas que la desnudaban incluso cuando aún era una jovencita. Sabía que aquel hombre iba a ser para ella un a especie de verdugo, siendo a sus ojos una moneda de cambio que sería poco menos que un cero a la izquierda en sus planes (menos en la alcoba).

 

No iba a juzgar a nadie por actos y formas de ser poco pulcras, todos sabían que los Szantovich vivían por y para los excesos.

 

Mientras tomaban el desayuno miraba con una dulce sonrisa a su prometido, pensando únicamente en la forma en que debería soportarlo en un futuro. Sería una esposa formal, nada afectuosa realmente, indiferente a las idas y venidas de jóvenes a su alcoba. Hasta incluso podría tener un amante allí, pero todo debía hacerse con calma. Covasna era un condado pequeño, no demasiado rico que debía prosperar antes de ser la desconsolada viuda del Conde.

 

Como solía decir su madre: “Cada cosa tiene su momento”, y Dubieta era muy paciente.

 

Cuatro años tardó en tomar la iniciativa, cansada de que su amante, el Capitán Varsk, tuviera el valor de acabar con su Señor y el esposo de ella. Era una pena que sintiera tanta devoción por aquel hombre, pero al menos sabía consolarla allí donde su esposo la ultrajaba.

 

Harta de insultos, de golpes y desprecios fue juntando una cantidad de dinero suficiente para comprar un efectivo veneno. Era imperativo eliminar a su cónyuge, y para evitar casarse con cualquiera había concebido un plan descabellado que pocos aceptarían,  pero que era completamente legítimo. Si a tiempo llegaban tomaría a Varsk por esposo, pues siendo aún la Condesa la legitimidad pasaría a su nuevo marido.

 

Era cierto que Varsk tendría que vigilar su espalda, pero a ella eso no le importaba. Tendría un hijo con él, un heredero. Lo criaría a su imagen y semejanza, desplegando la más intrincada red de cariño y manipulación.

 

Por desgracia, a la mañana siguiente de servir el veneno a su esposo, el resultado no fue el que esperaba.

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20/12/2008, 01:16
Caballero Schaar Dvy

 

Caballero Schaar Dvy: Los Dhaeva de Transilvania: Relato 0.

 

Schaar era el tercer hijo de una familia asentada de Kronstadt. Sus padres pertenecían a la nobleza menor, la antigua casa menor Dvy. Emigraron de un pueblo cercano hacia Kronstadt y consiguieron establecerse con un pequeño negocio. Poco a poco el negocio fue floreciendo y consiguieron hacerse con un hueco entre la próspera mercadería local.

 

Debido a la antigua tradición de asignación de profesiones en la que el primer hijo se dedicaba a mantener el negocio familiar, el segundo era instruido militarmente, por ser el tercer hijo, sus padres designaron que Schaar debía ingresar en el clero y dedicar su vida a la contemplación y la oración.

 

Debido a las quejas que dieron de él sus instructores por su actitud orgullosa y beligerante, sus padres decidieron que Schaar no podía seguir en el seminario realizando su preparación religiosa.

 

Schaar tuvo un medio castigo por su mal comportamiento sirviendo en casa de los de Bran. Pero la mala suerte llegó a su familia cuando su hermano, el militar, murió en una incursión que realizaron los magiares en la zona en la que se estaba preparando. Como dicen que no hay mal que por bien no venga, Schaar ocupó el puesto de su hermano en la milicia.

 

Ya por aquellos entonces había conocido a Andru de Bran, un chico algo triste y sombrío que sólo parecía divertirse cuando estaba con Schaar y sus travesuras. También hay que aclarar que aunque travieso no era malo, pero si revoltoso y agitador.

 

Al haber cambiado su destino, cuando les llegó la edad a ambos, Andru se las apañó para introducir a Schaar como escudero del Caballero Braul el Férreo para, así, mantener lo máximo posible a su amigo a su lado.

 

Como su apodo indica, Braul no era precisamente un blando, y le hizo arrepentirse una a una de todas las travesuras que Schaar había hecho, y sus años como paje fueron los más duros de toda su vida. En estos años Schaar aprendió a no pedir nada, a resistir el dolor hasta puntos insospechados, pasar hambre y sobrevivir por sí solo, a llevar su cuerpo al esfuerzo extremo y, lo más importante, a ser uno de los mejores manejando la espada de todo el Condado de Bran.

 

Su esfuerzo y empeño, así como los ánimos que recibía por parte de Andru de que algún día serían nombrados Caballeros al servicio de su tío, fue lo que animaba a Schaar en los momentos en los que cualquier otro se hubiera dado por vencido.

 

Finalmente, tras tres  años como escuderos, en el 934 es nombrado Caballero junto a su buen amigo Andru en una ceremonia con todos los honores.

 

Tras su nombramiento, ambos Caballeros comienzan a formarse una fama de guerreros formidables. Juntos consiguen liberar un par de aldeas de la dominación magiar, y repelen la entrada de los mismos de otras tres. Andru y Schaar juntos parecen invencibles. Andru destaca por su templanza, su cerebro y su carisma dirigiendo a las tropas, y Schaar por su fiereza, su dominio con la espada y su orgullo simpar, que le hace vencedor de batallas perdidas de antemano.

 

El resto, ya se conoce. En un aciago viaje a la sombría ciudad de Sfantu Gheorghe, su amigo y compañero de andanzas Andru, cayó bajo la espada más cruel con la que jamás se hubieran cruzado. La espada de Radu Szantovich.

 

Tras una larga y dura recuperación, y tras desmoronarse la torre orgullosa en la que mantenía a Andru, el Caballero Schaar Dvy jura fidelidad a su captor. Una fidelidad eterna que le llevará a lo más profundo de los infiernos.