Partida Rol por web

     -- Me acerco a la mujer y beso su mano, soy Dariu mensajero del señor Dumatru y me encuentro en una mision oficial para mi señor.

- ¿Misión oficial?

Alzo las cejas sorprendida.

- ¿Acaso ocurre algo en vuestra tierra?

Antes de que conteste le interrumpo, llevándome la mano al pecho.

- Dios mio, perdone mis modales. Por un momento he olvidado mis deberes como anfitriona.- Me dirijo hacia uno de los criados, encargándole que traiga vino, y algo de comer para nuestro visitante- Y ahora decidme-prosigo, volviendo a centrar mi atención en él- ¿Qué misión es esa que os ha traido hasta nuestra casa?.

En un gesto con la mano le indico que se siente a la mesa, y espero a que Sveta también lo haga, antes de sentarme yo, procurando centrar todo mi interés en él.

    -- Hago un gesto de agradecimiento y me siento tranquilamene en el lugar que se me indica,mientras comento:

     -- Cuando yo sali de alli no habia pasado nada, pero ya ha pasado un tiempo y ultimamente la vida da muchas sorpresas, pero no creo que haya pasado nada, llevo unos documentos de mi señor.

     -- Ademas mi señor es un gobernante justo y piadoso no creo que nada malo le pudiera suceder, ni a el ni a nuestro territorio.

Todos guardamos silencio mientras nos sirven el vino y algo de comida.

Continuo mirando inquisitivamente a nuestro nuevo invitado, decidiendo una vez más mostrar el lado débil de una mujer.

- Supongo que entendereis que nos hallemos intrigadas ante la naturaleza de vuestra misión, al fin y al cabo, ya se sabe que la curiosidad es uno de los muchos defectos de las mujeres...

Dejo flotar el final de la frase, y le sonrio calidamente, confiando en que mi comportamiento le haga hablar. ¿Por qué hay tanta gente extranjera en misiones ultimamente? Algo nos estamos perdiendo.

Cruzo una mirada de complicidad con Sveta, segura de que sabrá utilizar su aparente fragilidad y su belleza para terminar de convencer a este caballero.

     -- Cuando llega la comida la miro con hambre, hace dias que no como en una buena mesa y con buenos alimentos.

     -- No me sorprendo cuando oigo la pregunta de la dama, pues aunque azul tiene por sus venas la misma sangre que las de las mujeres menos nobles con las que estoy mas acostumbrado a relacionarme.

     -- Como podra comprender, aunque soy un hombre muy estimado por mi señor y gozo de su confianza, no osaria abrir los documentos que me ha entregado, pero en mi humilde opinion deben de ser importantes para hacer que los lleve yo en persona y no alguna caravana o viajero que pase por el lugar, como ha realizado otras veces.

     -- Ademas como veo que aqui no hay un hombre que dirija el territorio supongo que es usted la encargada de hacerlo, asi que entendera que me mantega fiel a mi señor como usted pedira fidelidad a sus siervos.

     -- Y aunque son muchas las historias que podria contar de mis viajes, pocas son las adecuadas para hacerlo en este momento y en tan grata compañia.

Sveta esperó a que Dariu y su madre se sentaran antes de hacerlo ella, dejando, claro que está, que Iovanna en su calidad de máxima autoridad del castillo en ausencia de su padre y con ella secundándola, realizara las preguntas que consideraba pertinentes, sonriendo ante la observación referente a la curiosidad femenina que ésta dejó flotando en el aire y prestando atención a la respuesta del invitado.

Sveta cayó en cuenta que no había respondido a la pregunta que el mensajero le hiciera segundos antes que su madre se les uniera, sin embargo y como Iovanna estaba con ellos, no consideró correcto ser ella quien hablara.

-Madre, el señor Dariu me comunicaba, cortesmente, que desea presentar sus respetos al señor de Vilcea, mas no alcancé a responderle porque justo en ese instante te nos unistéis -sonrió a su madre- y quién mejor que vos para responderle.

Sveta no deseaba ser indiscreta y temía serlo en caso de ser quien respondiera, además hacerlo podría considerarse como una falta de respeto hacia su madre y nada había más alejado a sus deseos que cometer semejante falta.

Sin embargo Dariu era bastante perspicaz y podría decirse que no fue necesario explicar qué es lo que ocurría con su padre, ya que sin que ellas dijeran nada ya se había dado cuenta de cuál era la situación y que era su madre la que estaba, de momento, al frente de todo.

-En parte tenéis razón, Dariu, de momento no hay un rostro masculino visible que dirija el territorio. Mi padre, Garlu Basarab, que es quién ostenta esa responsabilidad, fue llamado ante la presencia del Voivodea* y hubo de responder a su llamado, mientras que los soldados se encuentran protegiendo nuestras tierras de algunas amenazas que han surgido recientemente.

     -- Espero que esas amenazas o causen serios problemas y no sean mas que simples bandidos, aunque yo en mis viajes, he oido algunas cosas que os sorprenderian.

     -- Bajo la voz y antes de continuar compruebo que no haya criados cerca que puedan escuchar lo que voy ha decir.

     -- Recuerdo una vez en la que estando yo en un pequeño poblado, echaron en falta a uno de sus habitantes, decidieron realizar una batida para su busqueda y yo ayude en ella, hasta que localizamos el cadaver, segun mi punto de vista el pobre hombre se habia cruzado con un oso de regreso a su casa, pero todos los hombres dijeron que el culpable habia sido un licantropo, tambien he oido rumores sobre la existencia de vampiros e incluso cosas peores.

- ¿Licántropos por estas tierras? Supongo que no serían mas que fantasias de campesinos.

Pero bueno, lo que mi hija ha dicho es cierto: ahora mismo no está el señor de Basarab, pero no tardará en regresar.

Y siguiendo el hilo de su anterior conversación, la lealtad es muy admirada en estas tierras, por eso mi amado esposo Garlu, sabe que estamos bien, porque se rodea de personas fieles. Por ese motivo, brindo por su lealtad a su señor.

Alzo mi copa para brindar con ellos.

- Sveta, probablemente entienda mejor tus indicaciones que las mias; tiendo a extenderme en exceso cuando indico caminos. Me pongo de pie, y le doy la espalda al invitado para que no vea mi rostro- no hay que temer ningún problema grave. Como le he dicho, nuestra gente es leal, y los soldados están poniendo orden en la situación. - Me giro hacia él, de nuevo sonrisa,- Creo que no estaba lejos el lugar al que tenía que ir. ¿Necesita descansar o está listo para continuar?

     -- Tambien yo creo que seran miedos de pobres campesinos.

     -- Mi viaje esta lejos de acabar ya que me lleva hasta Bucarest, sino es molestia me vendria bien descansar un poco para luego continuar el viaje.

Asiento con la cabeza, mientras pido a uno de mis criados que se acerque.

- Prepare una habitación para nuestro caballero. Sólo está de paso, pero esta noche reposará en la casa Basarab.

Me giro hacia Dariu:

- Acompañe a mi criado por favor. Supongo que querrá irse pronto por la mañana. Lo dejaré todo dispuesto para que le despierten con el gallo, y le den provisiones para continuar. Por cierto, tengo otro invitado en el castillo. No creo que se estorben, y llevan misiones diferentes, pero creo que debe saber que no es el único caballero que disfruta hoy de la hospitalidad de nuestra familia.

Sonrio suavemente, mientras doy las instrucciones tanto a criado como a invitado. Miro a Sveta, para que se quede conmigo una vez se haya ido Dariu.

     -- Dando cortesmente las buenas noches a las damas sigo al criado a donde este me lleve.

Una vez que Dariu se hubo marchado se acercó nuevamente a su madre y sirvió un vaso de vino para ambas. De seguro les vendría bien.

-¿Qué piensas, madre? -la pregunta era abierta y es que en realidad pretendía abarcarlo todo, desde el hecho de aún no tener noticias de su padre, barajando quizás la alterniva de enviar a alguien para obtenerlas, hasta ese inusual flujo de visitantes en las tierras de Rimnicu Vilcea.

Sonrio involuntariamente ante la pregunta de Sveta. Es agradable tener cerca a alguien que te conoce tan bien.

- Pues pensaba que habría que dar las mismas instrucciones a los criados sobre este nuevo visitante, que se dieron sobre Claudiu. No me gusta esto, Sveta. Desaparece tu padre y de repente nuestro castillo parece una posada. Estoy desconcertada, y no me fio de ninguno de ellos. En concreto las palabras de este último sobre vampiros y licántropos.... No creo en las casualidades.

Miro a Sveta antes de preguntarle:

- ¿Qué opinas tú hija? El tiempo que has pasado sóla por estos lares te han vuelto muy sabia. Además aunque este último caballero debe lealtad a su señor, tampoco ha querido revelar nada, y sin embargo si que ha aceptado nuestra hospitalidad sin pensárselo.

-A mí tampoco me gusta lo que está pasando, madre, me resulta demasiado sospechoso, pero debemos mantenernos firmes y resolutas aunque todo parezca desmoronarse a nuestro alrededor. Si nuestra gente nos ve flaquear como mínimo pensarán que no somos aptas para estar en la posición que estamos y esa será nuestra ruina... No podemos permitirlo.

Sveta hablaba con calma y manteniendo un tono confidencial, el hecho de tener a esos extraños en el castillo y dada la situación actual, estaba desconfiando en demasía y poco faltaba para que lo hiciera incluso de su sombra.

-Por lo demás -continuó-, no ha sido el tiempo que tuve que permanecer sola en el castillo lo que me ha hecho madurar -sí, estaba reconociendo abiertamente que antes era una malcriada- sino lo que viví en casa de ese a quien llamo tío.

La miro con expresión dolorida.

- Nunca me perdonaré que el Knezi te enviara allí. No había manera de oponerse. Supongo que a estas alturas ya sabes que tu padre anduvo metido en andanzas contra tu tio, y que por eso perdimos nuestra posición y nuestro estilo de vida.

Pero crei que el Knezi estaba encaprichado de ti, y que te protejería. Lo siento hija. Pero ahora tenemos que seguir adelante.

Miro hacia la puerta con gesto adusto.

- En cuanto suene el gallo, que Dariu se vaya, y que Claudio vaya al pueblo a ver qué sucede allí, y qué se habla.

Reflexiono unos instantes:

- ¿No tendriamos una manera de averiguar qué pone el sobre que lleva Dariu?

Sveta asintió ante las indicaciones de su madre. En cuanto acabaran con lo que ahora hacían iría a dar las instrucciones necesarias para que se diera cumplimiento a las órdenes de Iovanna.

La joven Basarab se acercó a su progenitora y la abrazó por la espalda, apoyando el mentón en su hombro, eran casi de la misma estatura, la hija ligeramente más baja que la madre, y enormemente parecidas, al menos así solía decir la gente.

-Madre, ya, no te atormentes con ello ni tampoco te sientas culpable, no había nada que tú ni mi padre, ni... -estuvo a punto de decir mis hermanos, pero se contuvo- ni nadie pudiera hacer, estábamos al servicio del Knezi y le debíamos obediencia, por muy en desacuerdo que estuviéramos con sus órdenes debíamos cumplirlas. Era eso o morir, dudo que el Knezi, por muy encaprichado que pudiera o no estar conmigo, consintiera semejante insubordinación.

Le besó la mejilla. La rabia, el odio que sentía seguía anidando en su corazón, deseaba vengarse del hermano de su padre, pero sabría esperar el momento adecuado, pese a todo algo de bueno había provocado en ella los meses de encierro: fortaleza de carácter y espíritu.

-Averiguar podríamos -respondió ante la última interrogante de su madre-, pero antes tendríamos que conseguir dar de beber algo a Dariu, algo que lo haga sumirse en un profundo sueño del que no despierte hasta mañana por la mañana, obtenemos la información y luego dejamos las cosas tal cual estaban antes para no despertar sospechas.

Sonrio encantada ante la idea de Sveta.

- Llama a la criada que te ofrezca mayor confianza. Le diremos que le lleve a Dariu una copa de aguardiente , para sacarse el frio del cuerpo, y que pueda dormir más relajado. Tengo en mi cuarto somniferos. Al mezclarlo con alcohol le hará dormir aún más profundamente. Voy a por ellos, mientras prepara la copa y llama a la criada.

Como es mi costumbre, me deslizo por el castillo como una sombra, sin hacer ruido, con los oidos bien atentos a cualquier sonido que no me sea familiar, a cualquier murmullo que se oiga a estas horas. En mi cuarto tomo de entre mi ropa personal los somníferos que hace tiempo me dieron y nunca utilicé, y vuelvo deslizándome hasta el comedor, rezando para que funcionen.

Sveta ya tiene el aguardiente, y echamos la pastilla en la copa. Una vez disuelta, le digo que llame a su criada favorita.

- Vamos, antes de que le dé tiempo a quedarse dormido.

Devuelve una sonrisa a su madre y manda a buscar a Oksana. Esta no demora en llegar y cuando lo hace la joven le da las instrucciones.

-Aseguráte que lo beba -le dice, sabe que puede confiar en ella-, sedúcelo si es necesario.

Oksana pone la copa en una bandeja y Sveta deja en ésta la botella de aguardiente también.

-Si debe recurrir a lo segundo -dijo a su madre refiriéndose a la seducción-, es posible que él le pida beber y no puede hacerlo de la misma copa de él.

Vuelve a mirar a la sirvienta.

-Cuando esté bien dormido nos informas... serás bien recompensada por este servicio.

Tendreis que decidir quien va a hacerlo (el potingue). La que lo haga tiene que tirar Inteligencia + Herbolaría.
Si no tiene nada en Herbolaría la dificultad es 9
Si tienen algo la dificultad es 6

- Yo me ocupo de la bebida. Para la sirvienta saco un vaso distinto, más corto y grueso.

- Es sencillo, le dices que estos son los vasos que permito usar a la servidumbre, y que puedo ser muy cruel si descubro que has usado uno de los otros.