Partida Rol por web

Se hará como pedís Padre. Antes de salir beso el sello del Abad y me retiro hacia atrás con una reverencia.

Solo una cosa más, si me lo permitís.... ¿Alguien a parte de mi, conoce vuestro secreto? ..... Fuera de estos muros, quiero decir.

Nadie, mi buen prior. Y asi debe seguir siendo. El señor ha querido que algo superior a los humildes mortales se alinee del bando de la fe en una tierra corrompida por monstruos, brujos y cosas peores. Respetemos y honremos.

El Abad devuelve el gesto de despedida y regresa detras de su despacho con gesto distraido.
Kyrie Eleison, Christe Eleison.

Los días transcurren lentos en el monasterio y el Abad se deja ver muy poco, las últimas noches muchos forasteros y habitantes del pueblo de Braila han pasado por el despacho del sabio Abad. El motivo de estas breves visitas es desconocido por el resto de los monjes pero el monasterio parece agitado y atareado.
El Prior Severus también anda muy ocupado, absorto en los preparativos para un largo viaje.

Esta noche, el fiel Ciferinos conduce al Frayle Domenico y al Padre Arnaldus al despacho del Abad por orden de este. Una vez dentro los tres monjes, Ciferinos cierra la puerta, permaneciendo dentro a indicación de su maestro.

El Caballero Sidor es un noble germano de la Selva Negra. Domina Slobozia, al sur de aqui, el Voivoda le otorgó su control feudal. En la actualidad este territorio no tiene defensas, un castillo ni tropas a tener en cuenta aunque el mal puede haber llegado muy hondo en él... los brujos saben defender lo que es suyo.
Ciferinos desconoce el motivo de esta conversación y el Padre Arnaldus sólo sabe parte de la historia por lo que el Abad se dirige al Frayle, sin embargo por algun motivo ha insistido en que estén presentes.
Sin embargo hay algo más, se habla de la muerte del hechicero Sidor. Tal vez no sea más que un ardid,pero debemos considerarlo. Mi buen Frayle dada la nueva información qué considerais. ¿Seguis dispuesto a adentraros en esas tierras?

-Os he jurado lealtad, reverendo padre, y si Nuestro Señor se ha servido de abatir a ese nigromante de Sidor, eso no quiere decir que nuestra labor en esta tierra haya acabado. Como bien decís, la raiz de todo mal puede ocultarse muy profundamente, y es preciso extirparla con violencia y severidad. -El fraile, que parece por primera vez comportarse más como un soldado, lanza una larga mirada a los hermanos presentes, antes de concluir.- Si vos así lo ordenáis, partiré a Slobozia en el acto. No temo las tretas del demonio. El señor está conmigo.

Ciferinos permanece en silencio observando la situacion, no sabia porque esta alli pero si asi lo habia querido el Abad seguro que habia alguna razon.

¿Por que el Pater esta preocupado por otro territorio...? Los que alli habitan seguro que no son temerosos de dios y han de estar haciendo algo realmente maligno...

El fiel guardian no puede hacer otra cosa que divagar mentalmente,sobre que puede estar pasando alli...

En ese caso está claro, el Señor os bendecirá pues no temeis luchar por él. Partid y volved para informarnos en cuanto podais.

La mirada del Abad se posa un instante en el hermano Ciferinos, con un gesto de complicidad aunque lo sabe ajeno a los asuntos que tratan. Tras eso mira al padre Arnaldus.
¿qué opinais padre? Tal vez nos veamos al frente de una guerra santa.

-Así lo haré, mi señor. -dijo el fraile, aún de rodillas- Partiré al instante, mi señor. ¿Deseáis que vaya solo, o me acompañarán algunos de vuestros vasallos?

En sus ojos brillaba una determinación fanática que demostraba su intención de regresar victorioso o no regresar.

Los dias de invierno se sucedían monótonos y la espera de un clima más propicio para el viaje estaba produciendo que mi estado de ánimo se viese más alterado de lo que era deseable. La habitual templanza que me caracterizaba había dado paso a una irritabilidad nada acorde con lo que se esperaba de mi.

Al anochecer de uno de los últimos días de febrero, me apresto a visitar al Abad. Trás esperar que despachase con uno de los hermanos me acerco a su despacho y llamo a la puerta.

Debereis partir solo, mi buen hermano. Sereis el mismo fraile errante solitario que erais al llegar aqui y de esa forma os presentareis en esa malvada tierra. Cuando regreseis con la información que esperamos llevaremos a cabo nuestra justa guerra.

El Abad asiente con lentitud y dirige la mirada hacia el fiel Ciferinos.

Mientras esteis aqui podeis contar con el hermano Ciferinos para ayudaros en todos los preparativos y las gestiones necesarias, lo más sensato será retrasar vuestra salida hasta la llegada de la primavera, con el buen tiempo.

El anciano monje tiende la mano al Fraile invitándolo a besar su sello e incorporarse.

Pasad, mi buen prior Dice la voz del Abad desde el otro lado de la puerta del despacho.

Una vez dentro el Padre Severus ve a su anciano maestro con expresión cansada pero con una mirada con tanta fuerza como siempre.

Decidme... con gesto amable el Abad señala con la mano abierta una silla vacia frente a él.

El jugador Fray Domenico de Sajonia abandona el territorio hacia Slobozia.

Me siento en la silla que me indica el Abad, colocando mis manos juntas sobre el regazo. Como en cada encuentro con el Abad, mi mente experimenta una sensación de bloqueo que me incomoda y mis nervios ponen a prueba mi voluntad.

Como veis, he pospuesto el viaje que me encomendasteis en espera de una mejora en la climatología. He pensado llevar conmigo a 2 seglares de confianza, además de los 2 monjes que habíamos dispuesto me acompañasen. Son jóvenes y fuertes y no tienen responsabiñidades familiares en Braila. Me vendrán bién en caso de que necesitase defenderme por el camino. Quería vuestra aprovación Padre.

Muy bien, mi buen prior. Vuestra labor es de la máxima prioridad para el monasterio.
El abad asiente con lentitud y sus ojos miran atentamente al padre Severus.
Discutid con el padre Arnaldus cualquier detalle sobre la financiación. Me informareis de cualquier cambio y del progreso de los preparativos.

El Abad se levanta mirando distriadamente la pared mientras habla
Recordad que sereis nuestra representación en tierras lejanas y de cara a todos debereis ser yo. ¿alguna duda más prior?

El invierno transcurre tranquilamente, si bien está haciendo mucho frío.

El Padre Prior Severus sale del monasterio y coge el camino hacia Focsani.