Partida Rol por web

Kal´daset (estado primitivo)

El trozo de tierra vaga por el mar de Niebla sin rumbo fijo. Es una pirámide invertida, en cuya superficie se encuentra un mar y un desierto, separados por una alta cordillera. Al cobijo de las montañas, alimentadas por la humedad del mar, se encuentran algunas hierbas, campas colocadas ahí más por aportar algo de color que otra cosa. Las playas, de arenas blancas, relucen expuestas a un brillo sin fuente y constante. 
Viviendo en un ocaso perpetuo, habita una raza pálida, alta, de pelo rubio y largo, cuyos ojos de los colores del mar. Recién creados, observan sus propios cuerpos, y los exploran con sus manos. Se asustan por el rugido del mar en sus oídos impolutos y de la presencia de otros. No tardan en darse cuenta de que los demás también son como ellos y se lanzan a la aventura de descubrirse. Sus manos se tocan, después sus cuerpos. Se suceden las cosquillas y las risas, algunos pellizcos y golpes les hacen descubrir el dolor, no tardan en hacer sus primeros avances con el placer carnal. Otros, algo mas jóvenes, corren desnudos por la arena, sus pies dejan huellas hechas de luz que no tardan en disiparse. 

Un paraíso desnudo que aún había que descubrir.

Pienso, veo a mi gente, tan simple, tonta, inocente...

Pero también veo a su alrededor, no tienen casi nada de que aprender. creo que ya sé que será lo primero que haré.

Coordinando sus manos, hace un par de movimientos, y la luz que lo rodeaba empezó a moverse también.

Guiando los colores de la luz crea una ilusión con forma de Galiant, a la cual manejo para enseñar cosas básicas a mis seguidores. 

Correr, la sombra, las plantas que están al lado de la cordillera, todo eso demostrando que hasta ahora, ningún ser vivo puede lastimarlos, y que pueden ir sin miedo por la costa del mar.

Los Galiant que juegan por sus territorios sin preocupación observan fascinados la ilusión, y al desaparecer está se acercan a observar el lugar en el que se ha desvanecido. Se hacen gestos y ruidos entre sí, empujándose a investigar lo ocurrido, pero al mismo tiempo, intentando no tocar nada de lo que el Galiant ilusorio ha tocado.

pero veo que hará falta mas que solo un espejismo.

Apuntando con el dedo indice de su mano derecha, hace crecer una enorme enredadera en que tapa toda la base de la cordillera. Sin ser capaz de extenderse mas lejos por que sus raíces usaban los nutrientes de la base de la cordillera.

La imponente planta de color dorada da unos frutos luminiscentes comestibles. parecidos a las moras, solo que mas grandes. sus enredadas ramas dan enormes y flexibles hojas (un metro de largo).

Los Galiant se fijan en ti, se acercan a tocar tu cuerpo material, comprobando que eres real, del mismo modo que se tocaron entre ellos sus caras y cuerpos para comprobar si eran lo mismo. Pero al trenzar la Niebla con tus manos, llenas el ambiente de haces de luz, que se proyectan entre tus dedos y dibujan líneas sobre la montaña. Como venas sobre la roca, se forman lianas con flores blancas, algunas de ellas se cierran inmediatamente para formar frutos amarillos y blancos. 

Los Galiant los observan con fascinación, se acercan a tocarlos, y al ver que son jugosos los exprimen, se lamen, los saborean... Poco después, aunque parecen disfrutar de su sabor comienzan a usarlos como proyectiles jugando a lanzárselos entre ellos. Se manchan entre sí, y aquellos que se encuentran incómodos al estar pegajosos se bañan en el mar para limpiarse. 

No tardan en acordarse de ti, y eres bombardeado por niños y jóvenes de gran puntería. Otros pasan a ponerse de tu lado, para que no te quedes solo en esta guerra de fruta.

-Es simplemente reconfortante ver que no hay maldad en su mente. ojalá sea así siempre, pero deberán aprender que el peligro está siempre al acecho, que si no saben defenderse No duraran en este mundo, que si no prosperan y se unen en un solo ideal no seremos capaces de vivir. pienso.

Pero debo dejar de pensar y pasar a la acción, en este caso, enseñar.

Indri todavía no me da el idioma, y no quiero malgastar niebla, esperar parece lo mas prudente. por lo que les tendré que enseñar de una forma mas lúdica.

Me acerco a la enredadera dorada, la cual tiene hojas adecuadas para la enseñanza que les daré.

Corto tres hojas, ato los tallos y hago una pollera rudimentaria para las mujeres.

después corto otras dos hojas, y atando los tallos hago una pollera que llega hasta las rodillas para los hombres.

Le coloco la ropa a una mujer y a un hombre.

espero para ver si aprendieron a hacerlo.

Ignoras a los Galiant y sus juegos cuando avanzas hasta la enredadera. Te miran con la decepción pintada en el rostro, y se acercan a tu alrededor. Con manos hábiles usas los tallos de guías y las hojas de tejido, aunque quedan flojas, tu elaboración es recia como para aguantar un tirón que otro.

Los Galiant te observan e imitan, rápidamente aprenden la diferencia entre los materiales y los usan para confeccionar diferentes tipos de prendas. Sin embargo, no parecen tener pudor como para taparse, ni frío. En cambio comienzan a usar las hojas para imitar tu aspecto o entre sí. Algunos las rozan para imitar el sonido del mar. 

Cada nueva ocurrencia es recibida con risas por parte de los demás miembros de la tribu.

El interés y la curiosidad comienzan a brotar, el arte empieza a nacer en mis personas, la libertad de expresarse de distintas maneras para demostrar cosas como los sentimientos que afloran en ellos.

tendré que proseguir a la siguiente parte de mi enseñanza.

Cojo las bayas, las flores y un poco del agua de las orillas, y muelo sobre las rocas de la montaña todos los ingredientes, pinto las faldas de algunas personas dibujando formas. y después les pinto la cara a algunos.

Por ultimo, cojo unas bayas y las lanzo contra algunos.

Tu elaboración de los pigmentos con tus manos, el agua salada y la arena, parece maravillar a los Galiant. Muchos de ellos te imitan, sin embargo la falta de variedad hace que sólo puedan producir tonos de verde y un pigmento brillante, como las bayas. Al animarles a dibujar y maquillarse los Galiant comienzan a buscar diseños diferentes y parecen divertirse contigo.

Aquellos que se sienten menos atraídos por las artes creativas se animan a pelearse contigo en una guerra de frutas. Alguno de ellos usa sus manos para lanzarte un destello a la cara, provocando que tengas que girar la cara y generando un punto ciego desde el que sus aliados te atacan a frutazos.

-es perfecto, digo mientras veo como sus sentimientos se expresan de una forma visual. pero todavía faltan formas liguisticas y auditivas.

-La expresión de sus sentimientos es la forma mas rápida que tengo de estimular sus mentes, y los pensamientos haran mover su magia.

Para terminar con esto, y antes de partir, tendré que enseñarles el idioma, con o sin Indri.

Hago un gesto con mi mano y creo algo parecido a una pluma con la cual escribo con luces en una enorme roca símbolos, que conservan una elegancia particular, con separaciones. llego a escribir cincuenta y cinco simbolos en la gran roca, y atraigo a los galiants con una luz violeta (color que no han visto hasta ahora).

Solo les doy el idioma a los que mejor se expresaron, y les digo:

Ustedes Serán mis guardianes, los guardianes de la lengua. y su misión será transmitir ese conocimiento a todos los galiants que hay.

Inviertes muchísima Niebla en el milagro. Las palabras compuestas de hilos de luz, se enroscan a tu alrededor como un torbellino, ascienden hacía el Cielo y se vierte como una lluvia sobre los Galiant. Fascinados alzan la frente y al ser tocados por las gotas, sus mentes se abren al conocimiento que les ofreces. Disipando las tinieblas de la ausencia de definición y la ignorancia, los Galiant comenzaron a reír con regocijo.

- ¿Quién eres? ¿Qué somos?- te pregunta una de las mujeres.- Nos has dado conocimientos y conceptos, de los que no teníamos idea alguna. ¿Como podemos agradecértelo?

Al manifestarse Indri en Kal´daset, el paisaje es bastante diferente al esperado. La cordillera está cubierta de enredaderas, de grandes hojas y lianas. Tiene unos frutos, grandes y jugosos, que emiten cierta luminiscencia. 

Los Galiant, están vestidos, algunos de ellos al menos, con taparrabos y faldas. Adornan sus cuerpos con brazaletes o coronas de flores. Según aparece uno de los jóvenes se fija en ella.

-Bienvenida Ser. No pareces una de nosotros. ¿Acaso vos sois como aquel?- Pregunta mientras con un gesto de cabeza señala a Zedamath.- Sois muy joven, pero seguro que puede contarnos historias de su lugar de origen, que obviamente no es éste.

El tiempo no es igual...para plantas y seres vivos... de similar manera el tiempo para los dioses no es igual que para vosotros mortales...- girándose para observar a zedamath aquel ser de luz que allí moraba- vengo a honrar nuestro trato y proveer a tu gente de las plantas adecuadas... así como a entregarte el idioma que prometí... - sus dedos se estiraron haciendo que las enredaderas circundantes reptasen de forma rítmica hacia ella creando un sillón cómodo  donde reposar su cuerpo.

Una verdad que sale siempre a la luz. quizás algún día esto cambie, pues dependemos mutuamente entre nosotros. Digo dejando un rato de lado a los Galiants.

Aunque el tiempo pasa de forma diferente para ellos, yo logro sentir cada segundo de la vida de cada uno.

Y aunque nosotros somos inmortales para ellos, somos mortales entre nosotros. Un haz de luz parece cubrirme con una fuerza que encandila a mi gente para que no miren el trato.

-Elige a uno. Solo te pediré la planta, no necesito el idioma.

el fuerte haz de luz se coloca en los ojos de los galiants, cegándolos hasta que yo decida.

Creare lo que pueda...- tomando las enredaderas y moldeándolas  enroscándose sobre si mismas para crear un tronco fuerte de manera que pudiera ser utilizada así como fibras fuertes en su corteza y hojas que pudieran ser utilizadas para la confección.- creo que esto servirá... ahora en cuanto a mi jardiner@- señaló a una mujer joven de entre el grupo de Galliants y una flor broto a su alrededor cubriéndola con suavidad, para poco después desaparecer llevándose a la mujer a su nuevo hogar.

Usando su poder sobre el reino vegetal, Indri refuerza los tallos de las enredaderas que pueblan las montañas de Kal´daset. Adquieren un tono marrón a medida que se endurecen y desarrollan una corteza fuerte y dura. 

Después una de las mujeres galiant es rodeada de flores que la cubren por completo hasta que cede bajo el peso de las mismas dejando tras de sí solo un puñado de pétalos que son recogidos por las olas del mar.

El resto de la tribu, comienza a gritar aterrada, se oyen lamentos y llantos. 

-¡Monstruos! ¡Son monstruos!.- alertan los adultos de la tribu.- ¡Corred!

Los Galian se retiran en desbandada hacía las montañas. 

Notáis como la Niebla se retuerce, producto de las creencias de los Galiant. En su huida hacia las montañas desconocidas sus esperanzas por encontrar una forma de alejarse de vosotros, alteran la estructura de la montaña, llenándolas de túneles. Dentro de ellas encuentran minerales que refulgen por si mismos.

Asombrado por los túneles que lograron crear, pienso en el terror que deben sentir al ver como se llevaron a alguien así por que así.

camino tranquilamente hacia los nuevos túneles, entro con una luz tan frágil que apenas logra notarse

veo todo lo que ellos crearon, veo a mis galiants asustados, separados, sin tener idea de que poder hacer.

me acerco a uno para decir:

Reúne a los galiants y haz que salgan de la cueva, no es segura, Los esperaré en la playa, háganlo antes de que se pierdan entre los túneles.

El galiant al que te acercas da la voz de alarma

- ¡Se acerca uno de los monstruos! ¡Huid!

La masa de gente echa a correr entre los túneles, alejándose de ti tanto como pueden. Usan su magia y el mineral fosforescente para poder ver por donde caminan. Algunos se quedan atrás y cubren la retirada de sus compañeros tirándote piedras que si bien no pueden matarte, causan daño a tu cuerpo mortal. Si alguien se tropieza o cae herido, sus compañeros le ayudan a seguir adelante.

-¡Manteneos unidos! ¡No dejéis que se lleven a nadie más!

Usando tu propia magia contra ti dirigen un intenso haz de luz a tu cara, impidiéndote ver hacía donde van los Galiants. Cuando consigues recuperar la vista, quedan frente a ti tres hombres y dos mujeres, visiblemente agotados que han usado toda su energía en retrasarte.

Enojado, pero comprensivo y perseverante, saco a los cinco Galiants de la cueva, los limpio en el mar y recojo unas bayas que cerca de ellos, coloco unas hojas en forma de manta para recostarlos y espero a que despierten.

-Tengo mucho que enseñar... Pienso mientras veo a los cinco. No pueden actuar sin comprender el porque de las cosas, llevaría a la barbarie, a la guerra, a la destrucción de ellos.

Veo las olas de la playa y pienso:

-¿Como Podré ayudarles si me toman como a un ser despreciable? sus emociones cambian como sus vidas, como la espuma de las olas desaparecen a la mirada, sin darme cuenta...