Partida Rol por web

Los Juegos del Hambre

Distrito 11

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25/03/2013, 02:50
Colaborador Praus

Notas de juego

El primer post es vuestro. Podéis narrar lo que queráis sobre vuestras vidas antes de la Cosecha, el momento en el que saldrá vuestro nombre de una urna y seréis seleccionados como tributos.

Vuestro post debe terminar en el momento de la Cosecha, indicando que os encamináis hasta allí.

Como nota aclaratoria, decir que el paripé de la Cosecha lo narraremos nosotros, así que tenéis que rolear hasta el momento de antes.

Aclaro que todavía NO SE PUEDEN HACER ESTRATEGIAS. Os podéis conocer y todo lo que queráis, pero hasta que no sepáis que sois tributos, no hay estrategia que valga.

En definitiva, la historia de vuestro personaje aquí, por favor XD

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28/03/2013, 13:17
Muerto 02 - 11 - M - Jerome Hikins

Un día más un par de ardillas y golondrinas menos pululando por ahí.  Arthur y Jerome sabían que al día siguiente sería la cosecha, pero eso no quitaba la necesidad de comer y cenar, cuanto más tuvieran para todos mejor. Arthur estaba preocupado, había fallado un par de tiros. Tenía dieciocho años, era su ultimo año en la cosecha, pero desde que tenía doce había cogido teselas por cada miembro de la familia. Ni siquiera querían pensar en cuantas habría con su nombre, pero si no le tocaba la urna se quedaría a medias. 

Sus padres habían explotado el sistema, haciendo que el mayor de sus hijos cogiese Teselas para alimentar a la familia y entrenándole en el manejo de la honda, dándole algo más de comida que a los otros, liberandole de obligaciones para que pudiera entrenar. En definitiva el sería el guardián de sus hermanos si la cosecha les tocaba. 

Jerome, siempre que podía acompañaba a Arthur de caza, era más entretenido que trepar a por fruta o desgranar trigo. Sólo dos de las teselas de éste año tenían su nombre. Mientras su hermano, caminaba pensativo, se quedó en silencio, escuchando en la penumbra del ocaso los sonidos del bosque. Cogió una piedra y comenzó a darle vueltas en la tira de cuero. El zumbido del arma alerto a su hermano. Una pedrada eficiente voló entre las ramas, trazando una parábola que derribo a un conejo. Esta noche habría cena de verdad.

Se realizó en silencio, sin ningún tipo de comentario, la mayor parte de la comida fue para Arthur, todos esperaban que su nombre saliera en ésta cosecha. En su mente Jerome calculó con rapidez, alrededor de 40 posibilidades. Era improbable que no le tocase. Todos los chicos le solían mirar casi agradecidos, era como un cordero del sacrificio para todos los jóvenes del distrito, aunque ésta imagen se empañaba cada año que a él no le tocaba, recobraba su lustre los días anteriores a la cosecha. La esperanza de que le tocase a él, la alta probabilidad, estaba presente en los pensamientos de todos los varones, haciendo que durmiesen más tranquilos. Todos, excepto él.

Llegó el amanecer del día de la Cosecha, con pocas horas de sueño utilizadas durante la noche, comienzan los preparativos, vestidos de punta en blanco, aseados y cada uno de ellos hechos un pincel. Clarissa, la pequeña de la familia no entendía lo que ocurría, con 4 años ni siquiera era consciente de que significaba ese día.

Se reunieron en la plaza junto al ayuntamiento, los Agentes de paz se encontraban en todas partes. Era habitual que en este distrito y más en éste día hubiera conflictos entre las fuerzas armadas y los habitantes del lugar. Los ordenaron formar, mientras las cámaras les grababan, como parte de los preparativos. Todo era parte de un macabro espectáculo del que ningún joven se podía salvar. Esperaron mientras la música iniciaba la apertura de las puertas de ayuntamiento y entrecortado contra la luz la figura del seleccionador del distrito avanzaba hacia la marea de jóvenes que como soldados de Terracota, hacían lo posible por contener su nerviosismo.  

Notas de juego

algo así?

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05/04/2013, 19:44
Muerto 02 - 11 - F - Keara Blaine

Mantenía los ojos cerrados mientras los pájaros revoloteaban en las copas de los árboles. Sonreí con autosuficiencia al localizarlos a todos.  – Me han enseñado bien – pensé  orgullosa.


Mi padre, Joseph, me iba a dar una buena reprimenta. Llevaba varias horas perdiendo el tiempo en los campos pero no podía ponerme a trabajar. Ese era el día, el gran día. Sentí un escalofrío por todo mi cuerpo. – Y si tengo suerte todavía me faltará  un año….- me dije enfadada. Me ponía enferma el maldito sistema en el que vivíamos y las condiciones en las que nos obligaban a vivir.


Las posibilidades que tenía eran pocas, pero nadie podía sentirse seguro. A mis 17 años era una de las pocas personas de mi generación que podían presumir de tener un reducido número de teselas. Y quienes también pudiesen hacerlo era porque ese ‘honor’ le había sido otorgado a algún hermano mayor. Pensé con culpabilidad en Tracy, Suzanne, quien entraba en el sorteo este año, y Dave, el pequeño bebé que había muerto el pasado invierno. Cuando llegaron a mi cabeza los recuerdos de su entierro, oficiado clandestinamente en el terreno trasero de nuestra chabola, sentí nauseas.

Cita:

“No es culpa tuya. En nuestra familia no caemos en sus juegos, ya lo sabes”


Pero sus palabras no me habían reconfortado. Ni a mí ni a Judith, mi madre. Ella no nos culpaba, pero la tragedia había creado una herida en su corazón que quizá nunca podría cicatrizar, y su cara era reflejo de todo el pesar y el sacrificio de quien parece tener el mundo sobre sus hombros. Y menos todavía teniendo otro bebé en camino. Por un momento odié a mi padre. Él y sus malditos principios. Siempre aseguró que nuestra generación viviría una revolución y nos preparó para ello. Largas sesiones clandestinas de entrenamiento, con intentos de arma o cuerpo a cuerpo, así como amplios conocimientos sobre la naturaleza, el mundo y las personas.


Siempre defendiendo al débil y mirando por cada uno de los vecinos del distrito, actos que le causaron más de una paliza y más de un disgusto problema a la familia. No tenía reparos a compartir nuestra comida, por muy poco que tuviésemos. Decía que esto nos haría más fuertes, que era lo que se esperaba de nuestra familia, una de las últimas en rendirse cuando cayó el distrito. - Pero nunca dijiste nada de que perderíamos a alguien – susurré resentida. Estiré los brazos hacia arriba para taparme los rayos de sol que se colaban entre los cultivos. Me encantaba estar tumbada sobre la tierra, sentir su firmeza. Pero se había acabado el tiempo. Era el momento de volver y hacer frente a la realidad.


Cuando llegué a la plaza del Ayuntamiento encontré el panorama de todos los años. Centenares de personas temerosas, agolpadas unas entre otras y agarrando a sus familiares como si eso fuese a evitar que se lo llevasen a los Juegos del Hambre. Miré con resentimiento a los numerosos Agentes de la Paz que se distribuían por el recinto, evitando en todo momento que nuestros ojos se conectasen. – No hay nada como pasar desapercibida – me dije.

No me costó mucho encontrar a mi familia. La altura de mi padre los delataba, así como la posición adelantada que siempre elegía. Quería estar delante, para demostrar el gran desprecio que tenía al sistema en el que se nos obligaba a vivir. Al alcanzar su altura le toqué el brazo con fuerza para que supiese de mi presencia, mientras me disculpaba por la ausencia del día. En las últimas semanas habían muerto varios compañeros de trabajo, y la cosas no estaban como para hacer este tipo de tonterías. Tras eso, y después de dar el correspondiente beso a mis dos hermanas, me acerqué hasta mi madre. Le agarré la mano con fuerza y me mantuve en silencio. No había nada que decir.

Notas de juego

La que saldrá en el sorteo es su hermana Suzanne y Keara se ofrecerá voluntaria por ella porque tiene más posibilidades de sobrevivir que ella y por la culpabilidad de la muerte de Dave.

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10/04/2013, 00:29
Hide Evanete

El día ha llegado. Te aproximas hacia el lugar donde se realiza la Cosecha. Por el camino te cruzas a conocidos, amigos, enemigos... Muchos recuerdos invaden tu mente, pero sólo el presente no se va de tus pensamientos.

Tienes probabilidades de que te toque, lo sabes. No te sientes con fuerza para ello, pero no es algo que puedas elegir. Sólo esa mujer desagradable, Hide Evanete, es la que tiene tu suerte en sus manos. Y seguramente preferirías que no tuviera manos.

La gente que no entra en la Cosecha se aparta mientras te unes a los demás posibles tributos. Chicas por un lado, chicos por otro. Allí, en una tarima, está el alcalde del Distrito, preparado, con el micrófono en mano y una gran pantalla tras él, donde podréis ver perfectamente la cara de los tributos elegidos. El alcalde comienza con unas palabras, las mismas de todos los años, así que no le escuchas.

Pero llega ella. Hide Evanete se sube por las escaleras con un vestido tutú dando pequeños saltitos hasta llegar al alcalde. Le da un beso en los labios y os mira.

¡Hola mis polluelos! dice mientras saca una gran lista. Comienza a citar el nombre de todos aquellos que tienen que estar presentes en la plaza. Al terminar, la deja a un lado.

¡Vamos, traigan las urnas! comenta dando unas palmaditas. Dos agentes de la paz se acercan, cada uno con una urna transparente donde podéis ver la cantidad de votos que hay dentro.

¡Felices Juegos del Hambre! ¡Y que la suerte esté siempre, siempre de vuestra parte! grita con los ojos brillantes de la emoción.

Se acerca a la primera urna, siendo ésta la de las chicas. Mete la mano y empieza a dar vueltas con gran velocidad, hasta que se hace con un papel.

Y nuestra tributo femenino de este año será... ¡Suzanne Blaine!

Dio unos pasos hasta la siguiente urna y vuelve a repetir el proceso.

Y nuestro tributo masculino de este año será... ¡Jerome!

 

Notas de juego

Jerome, apellido!!

Keara, recuerda que te presentas sustituta.

Podéis rolear lo que queráis, pero el público es mío XD Podéis relatar la reacción de vuestras familias. Todo debe acabar subiendo a la tarima.

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10/04/2013, 00:52
Muerto 02 - 11 - M - Jerome Hikins

Se hace el silencio, todo fue muy rápido a manos del travestido que en nombre de la moda del Capitolio se untaba capas de maquillaje con una brocha de pintar paredes. Podía haberla maldicho, pero ciertamente sólo hacía su trabajo, nombrar a los Tributos, ser una mano inocente.

Los chicos se apartan de mi, dejándome en el centro de un círculo de vacío. Oigo el gemido lastimero y angustioso de mi madre entre la multitud, más allá de donde alcanza mi vista. Pero estoy tranquilo, confiado de que Arthur cumplirá su deber.

No es hasta que mirada se cruza con la suya, hasta que los agentes de paz me cogen por los hombros, que veo en sus ojos, en como me mira de soslayo y clava su rostro en el suelo, que veo la vergüenza y el miedo. No se iba a presentar voluntario. Lo comprendí de repente, era mayor de edad, el próximo año no participaría en la Cosecha. ¿Para que arriesgar su vida salvada por la de su hermano que aún participaría en la Cosecha 5 años más? Era la decisión lógica, la decisión correcta. Lo sabía y aun así, no pude remediarlo:

-¡Cabrón! ¡Traidor!.- Grito mientras trato de zafarme de las fuerzas del orden, quería apalearle, estampar mi puño en su cara. Se había aprovechado de toda la familia, igual que a través de él nos habíamos aprovechado del sistema. Pero noto que la fuerza de los agentes me supera y me arrastran, me dejo llevar. Lleno mis pulmones por última vez antes de ser subido al estrado- ¡Sobreviviré, maldito! ¡Después vendré a por ti!- Amenazo en vano, cegado por la ira.

Allí estaba, delante de todos, con lágrimas de ira e impotencia surcando mis mejillas. Me obligarían a participar en los Juegos, sin poderle castigar antes de irme para, tal vez, no ver satisfecha jamás mi venganza.

Notas de juego

Ya estoy apellidado

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10/04/2013, 01:34
Muerto 02 - 11 - F - Keara Blaine

Cita:

“Suzanne Blaine”


Esas palabras resuenan en mi cabeza de un modo tan ensordecedor que me hacen olvidar por unos instantes el lugar en el que me encuentro. Ella. De todos, tenía que salir ella.

Ira, desconcierto, angustia, miedo, pesar… Demasiados sentimientos agolpados en mi pecho como para soportarlo. Pronto empiezo a sentir la presión, la falta de aire y los fuertes pálpitos. Lo único que me mantiene cuerda en estos momentos es Suzanne. Su pequeño cuerpo tembloroso todavía se encuentra entre mis brazos.

Lo habíamos retardado el máximo tiempo posible, pero al final tuvimos que ir a la zona donde nos reunían a todos los posibles tributos. Juntos y hacinados como ganado. Como lo que siempre habíamos sido. Suzanne tenía miedo, mucho miedo. Era el primer año que su nombre entraba en la Cosecha, pero sabía muy bien lo que eso significaba. Le aseguré que no se preocupara, que no le iba a pasar nada. ¿Qué podía pasar? Nuestro distrito era uno de los más grandes (o eso decían), lo que reducía las posibilidades. Además, éramos tan pobres que eran muchos quienes ya habían perdido la cuenta de su aparición. Pero mis palabras no habían conseguido quitarle la angustia. La puse delante de mí y la agarré entre mis brazos, para darle el máximo apoyo. Era tan pequeña, tan delgada, tan frágil. Nunca había tenido madera de campesina, y eso siempre había sido una gran preocupación en el núcleo familiar.

Poco a poco voy volviendo a la realidad. No tardo en percatarme en el gran vacío que han dejado a nuestro alrededor. Echo un vistazo rápido hacia el público pero es imposible ubicar a mi familia. ¿Qué estarán pensando en estos momentos? Me imagino a mi padre, poniendo todos sus esfuerzos en no encabezar una revolución suicida, mientras mi madre lucha por mantener unido su resquebrajado corazón.

- Esto no está bien – musito – No está bien…

Mi cabeza funcionaba a mil por hora. Mientras, empiezan a escucharse murmullos en la zona de los chicos. Al parecer el tributo masculino ya ha superado el shock y está haciendo frente a la realidad. - Y es el momento de que tú te enfrentase a la tuya– me digo. Justo unos segundos antes de que el Agente de la Paz de turno alcance a mi hermana me interpongo en su camino.

- Me presento voluntaria – le digo de forma monótona e indiferente, casi inconsciente.

Qué iba a hacer, ¿ponerme a suplicar? No, no les voy a dar ese gusto. Nunca permitiría que mi hermana fuese en mi lugar, así que no puedo cambiar las cosas. Tras darle un fuerte beso a mi hermana y dejarla a cargo de unas amigas me dirijo hacia el escenario. Vuelvo a intentar ver a mis padres pero de nuevo resulta ser en vano. Cuando llego al escenario me coloco a la altura del tributo masculino. – Un niño – me digo, sin saber muy bien cómo sentirme.

Sin más dilación miro al resto de presentes. Lo hago con una calculada expresión de tranquilidad, mezclada con tenacidad, desprecio y enfado. Pero enseguida decido perder mi mirada entre el público, antes de perder los nervios y echarme a llorar allí mismo.

Para qué mentir, estoy acojonada. El corazón me va a mil por hora, me tiembla cada músculo de mi cuerpo y tengo los pelos como escarpias. Acabo de sentenciar mi vida. Por mucha preparación que haya recibido, nunca será superior a la de algunos tributos, sobre todo los masculinos. No estoy tan loca como para no darme cuenta de ello. Sé que voy a morir, y sé que será más pronto que tarde. Pero puestos a hacerlo, mejor causando el mayor número de problemas posible.

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11/04/2013, 10:59
Muerto 02 - 11 - M - Jerome Hikins

Me quito las lágrimas de los ojos y miro hacia la multitud. Pasado el brote de ardiente furia, quedaba una fría ira, algo le tenía que agradecer a mi hermano, me había dado una motivación más fuerte del instinto de supervivencia para luchar. 

No puedo evitar mirar a la otra tributo, no me sonaba de nada. No era raro, nuestro distrito era grande, lo normal era conocer a tu familia y a los que estaban en tu turno de trabajo. Pero había hecho algo con lo que se había ganado mi respeto, se había puesto en píe por alguien a quien quería proteger. La mire fijamente, y no sé porqué, pero me pareció que lo adecuado era saludarla con un asentimiento, como si en una tribu bárbara se reconocieran entre sí que son dignos.  

Se echó a llorar, pero no era por rabia como era mi caso, era la certeza de su muerte lo que la asolaba. No iba a permitir que eso me ocurriera a mi. Me mantengo erguido, una vez la pataleta había terminado debía mantenerme firme. Busco entre la multitud a Arthur y me centro en él, iba a ser mi objetivo, de ahora en adelante. Los Juegos serían solo un obstáculo a superar para lograr mi venganza.

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15/04/2013, 00:40
Hide Evanete

¡Qué gran espectáculo! dijo acercándose a los dos jóvenes. ¡Uno que jura venganza y la otra que protege a su hermana pequeña! ¡Qué valientes son nuestros tributos! ¿Verdad que sí? preguntó dirigiéndose al público.

Había una gran cantidad de Agentes de la Paz rodeando a todas las personas. Nadie se movía, nadie decía nada. Se oían susurros lastimeros, pero nada más.

Bueno, pues nada. Queridos, entrad por esa puerta os señaló una Allí podréis encontraros con vuestros padres y hablar con ellos para despediros. ¡Sólo por si las moscas! ¡Jajajaja!

Notas de juego

A no ser que queráis decir algo, os toca relatar la despedida con vuestra familia. Los podéis manejar a vuestro antojo.

Desmarcaos, no estáis en la misma habitación.

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17/04/2013, 21:18
Muerto 02 - 11 - M - Jerome Hikins

Los agentes de paz me escoltaron hasta uno de los cuartos y me ordenaron esperar dentro. Poco después apareció mi madre con mi hermano pequeño en brazos. No hubo palabras, solo me abrazo, así como yo les abracé a ellos.

-Es culpa de tu padre, estuvieron hablando anoche.-me dijo mientras me estrechaba entre sus brazos.- Ya tiene dieciocho, no puedes culparle por lo que ha hecho.

-¿No? ¿Como que no?. Me ha vendido cuando más le necesitaba. Se ha saltado las normas. Nuestras normas.

-Jerome, es la mejor decisión. Si no hubieras sido tú ¿No te hubiera alegrado que el peligro sobre tu hermano haya desaparecido?

-¡Claro que sí! Pero no ha ocurrido eso.

-¡Un minuto!.-La voz del guardia nos urgió.

- Sobrevive, Jerome, tú puedes. Siempre has sido el chico más listo de la familia. Demuéstrales que vale mucho más un cerebro ejercitado que el resto de los músculos juntos...

-Mama, el cerebro no es un...

-... y sobre todo, alégrate por Arthur en vez de culparlo.

- Eso no es justo.-Respondí mientras notaba que la rabia se apagaba por los reproches maternales.

-Cariño, la vida no es justa. Para ganar, vas a tener que matar a ventitrés personas, aunque ganes, habrás perdido si te dejas enterrar por la culpa. Pero aún así será más justo que el destino de los que mueran.

-Señora. Tiene que salir.

-Voy.- Me dio un beso en la mejilla.- No pienses en ellos como personas, no dejes que te corroa la culpa.

Mientras la puerta se cerraba tras ella al salir de la habitación acompañada del agente, me dí cuenta de que eso era exactamente lo que había hecho conmigo. Después de aceptar que el nombre de la Cosecha era el mío, sencillamente dejó de considerarme sangre de su sangre o tan siquiera un conocido. Estaba solo, ahora comenzaban los Juegos del Hambre, convertido en un paria, con depredadores y competidores por doquier, tenía que sobrevivir.

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19/04/2013, 23:20
Muerto 02 - 11 - F - Keara Blaine

Me dirijo hacia la salida del escenario de forma autómata, como si una tercera persona estuviese controlando mis movimientos con los hilos de una marioneta. – Los que guiarán mi vida a partir de ahora – pienso con amargura. No puedo quitarme sus palabras de la cabeza. “¡Qué gran espectáculo!”. ¿Qué gran espectáculo? Me revuelve el estómago.

Sin darme cuenta he llegado a la habitación donde me espera mi familia. Me quedo quieta en la entrada como una estatua de mármol. Noto la mirada del Agente de la Paz sobre mí, pero no reacciono. Al final me empuja y me obliga a continuar mi camino. Y cuando entro, solo hay silencio. Silencio y pena, mucha pena. Siento como nos rodea y oprime. Al final Tracy es la encargada de romper el hechizo y devolvernos a la realidad.

Cuando el pequeño cuerpo de Tracy choca contra el mío por poco me caigo. Me abraza con fuerza, como si así fuese  solucionar lo que va a pasar en pocos minutos. Y yo hago lo mismo. Tras unos segundos que parecen horas repito la operación con mi Suzanne y mi madre. Si me obligasen a elegir no sabría decir cuál de las tres tiembla más. Suzy sigue en shock. Intento despertarla de su letargo pero no lo consigo. Sus ojos me miran pero sé que no me está viendo. Beso su frente y me despego de ella.

- Estaré bien – le digo a mi madre. No deja de sostenerme la mirada, y hago lo propio para darle entidad a mi afirmación. Sabe que no es cierto pero mis palabras le reconfortan, y asiente sin decir palabra. Se toca el vientre con ansiedad, mientras no deja de mirarme ni un solo segundo. Sé lo que piensa. - "¿De verdad quiero condenar a mi hijo a tener que sobrevivir en este mundo?”. Yo también lo pensaría en su lugar.

Llega el turno de mi padre y siento que me quedo sin fuerzas para mantener la compostura. Me lleva aparte, quiero hablar a solas.

- No sobrevivirás.

- Lo sé – respondo automáticamente. El corazón me oprime tanto que si me estallase aquí mismo no me sorprendería. Por un momento deseo que ocurra y poder librarme de mi fatídico destino. Me han entrenado bien, pero eso no basta. Una cosa es una revolución y otra los Juegos del Hambre. Entran demasiados factores en juego y, por desgracia, la gran mayoría se encuentran fuera de la arena.

- Pero hazles todo el daño que puedas – Noto su beso en la frente y por un momento vuelvo a sentirme como una niña. Asiento de nuevo y le dedico mi mejor sonrisa. Sé que está orgulloso de mí, lo noto en su mirada. Y entonces, rompo a llorar.

Cuando los Agentes de la Paz vuelven a buscarme no opongo resistencia. Hago todo lo posible para mantener la vista sobre mi familia, y captar la imagen borrosa que empañan mis lágrimas. Papá, mamá, Tracy, Suzanne… Quiero tenerlos presentes para siempre. Quiero que su imagen sea lo último que recuerde antes de mi muerte.

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29/04/2013, 01:19
11 - Annie Vicenta

Dos mensajeros irrumpieron en la habitación y se quedaron apostados en la puerta. Unas últimas palabras surgieron de vuestras bocas, abrazos, besos y alguna lágrima rebelde se asomó a los ojos de vuestras familias. Tras una mirada de despedida, esos hombres te escoltan hasta la entrada del tren. Allí puedes ver doce vagones, sin contar el del maquinista. Uno por distrito. Allí estarán tus futuros compañeros y rivales.

Una señora muy mayor está sentada en el sofá de vuestro vagón. Os sonríe casi sin miraros, con una expresión triste y seria en su cara.

Soy... Annie, sí, eso... Seré vuestra mentora... Oh, pequeños míos, no os sintáis mal... Estoy aquí para recordaros que una vida larga es posible incluso pasando por los Juegos...

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29/04/2013, 09:12
Muerto 02 - 11 - F - Keara Blaine

Cuando el tren aparece me siento un poco intimidada. Antes de entrar en el vagón que nos correspondía echo un vistazo al resto. En alguno de ellos se encontrarían nuestros asesinos. Sonrío por innercia a la mujer que nos espera en el vagón. Durante un momento observo con detenimiento a mis dos acompañantes. - Cojonudo, una vieja y un crío, menudo equipazo - pienso molesta.

Me retiro el pelo hacia atrás y lo peino con mis manos de forma despreocupada mientras intento tranquilizarme. Tengo que verlo con perspectiva. Más o menos entrada en años, Annie no deja e ser una ganadora de los Juegos del Hambre. En cuanto al chaval... en un cara a cara su físico y edad solo podían ser ventajas para mi. Suspiro casi impersceptiblemente. - Solo espero no ser yo quien lo mate.

- Yo soy Keara - sonrío cordialmente con algo de esfuerzo - Encantada.

 

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29/04/2013, 11:36
Muerto 02 - 11 - M - Jerome Hikins

-Jerome.- la chica parecía recompuesta de su pánico inicial, eso era algo positivo.- Annie, todos sabemos lo que espera a los ganadores de los juegos, lo que queremos es que nos cuente su experiencia para saber como ganarlos.

Nunca me había andado por las ramas, al menos no en sentido metafórico. Todos los habitantes de mi distrito habían trabajado recogiendo fruta alguna vez.

-Por cierto, sé que está fuera de lugar, pero Keara, lo que has hecho por tu hermana, te honra. Si no sobrevivo a los Juegos, espero que los ganes.

 

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30/04/2013, 12:30
Muerto 02 - 11 - F - Keara Blaine

Sonrío divertida ante el respeto y cordialidad con la que Jerome se dirige hacia Annie. - Que bien educados están nuestros chicos - me digo sin poder evitar recordar por un momento a mis hermanas.

Pero la poca jovialidad que me queda desaparece al escuchar el comentario del chaval. Por mucho que me lo digan como un elogio, está claro que voy a llevar bastante mal que me recuerden el momento de la Cosecha. - Gracias - le digo intentando sonreír aunque sin mucho éxito. Carraspeo la garganta para que mi voz recobre su compostura y retomo la conversación con Annie. Quiero dejar el foco de atención cuanto antes. - ¿Hay algo que nos puedas adelantar sobre los Juegos de este año?

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03/05/2013, 22:11
11 - Annie Vicenta

Aunque siempre se piensan que por dentro se saben muchas cosas, la realidad es que es mentira dijo Annie mirando a Keara. No nos informan de nada de lo que va a pasar en los Juegos, lo siento querida.

Tosió y se llevó la mano al pecho. Sacó un pañuelo y se limpió la comisura de los labios.

Mi experiencia... Fue dura, sobre todo al principio. El año que me eligieron, no fui la primera; tampoco me presenté como voluntaria. Salió elegida mi hermana mayor. Pero se deshizo y salió corriendo hacia mis padres. Los Agentes de la Paz la golpearon hasta tal punto que murió delante de todos... Se hizo una segunda votación y salí yo sonrió con mucha tristeza, obviamente recordando el momento.

La arena, en mis Juegos, era muy peligrosa. Nos pusieron en la ladera de un volcán. No maté a nadie, pero huía de todos. No se por qué consideraron que yo era la más peligrosa. Encontré una pequeña cueva que cubrí con piedras. Sólo salía para buscar comida.

Notas de juego

A no ser que haya preguntas que puedan dar lugar a conversaciones extensas, el siguiente post será llegando al Capitolio.

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04/05/2013, 22:31
Muerto 02 - 11 - M - Jerome Hikins

Miro alrededor, y veo comida por todas partes, fruta propia de nuestras cosechas entre otras cosas. Pero sobre todo dulces y bollos de aspecto delicioso. Solo quedaban una semana o diez días a lo sumo para que empezasen los Juegos.

Comienzo a asaltar los dulces, comiendo a dos carrillos. La grasa que acumulase en estos días, después de años de austeridad, sería poca, pero me permitiría aguantar mejor el tiempo de ayuno y el frío si me veía obligado a padecerlo, mejor que mi situación actual sin reserva alguna de energía. 

-Nuestra gente está mejor preparada para sobrevivir a entornos hostiles.- Comento con la boca llena y saliendo migas por todas partes.- Te considerarían la mejor preparada, si te mataban antes de que los matase La Arena, era su única posibilidad de ganar. Tiene sentido.-No íbamos a saber nada del entorno hasta que estuviéramos allí, y nuestra campeona, lo había sido ocultándose como un conejo durante el invierno. Además con esa cara, no iba a influenciar a los posibles patrocinadores a nuestro favor. En otras palabras, "Estamos jodidos".- Gracias por tu historia.- Termino diciendo con sorna y crema pastelera en la voz.

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06/05/2013, 13:17
Muerto 02 - 11 - F - Keara Blaine

El resto del trayecto estuve callada como una tumba. Ni tenía ganas de hablar, ni parecía que Annie fuese a contarnos por el momento nada útil. Pasé el viaje pensando en mi familia y en los duros meses que les esperaban. No solo por tenerme a mi en los Juegos, sino por haber perdido un recurso para sacar adelante los campos. Pero también dediqué mucho tiempo a pensar en la historia que nos había contado Annie sobre ella y su hermana. Tenía que haber sido extremadamente duro, no solo para ella sino también para toda su familia. Además, no dejaba de sorprenderme la mala suerte que había tenido. Con todos los nombres incluídos, ¿tenía que salir el de la hermana menor?. Aunque, ¿hasta qué punto ese tipo de elecciones solo dependían de la suerte?...

Cuando llegamos al Capitolio seguía dándole vueltas a estos asuntos. Estaba tan concentrada que, por unos instantes, me costó percatarme de lo que estaban viendo mis ojos. Pero pronto toda la belleza, el esplendor y la demasía de ese lugar se convirtieron en el foco de toda mi atención. Estaba sorprendida y deslumbrada, pero al mismo tiempo indignada, irritada y horrorizada. Todos los rumores eran ciertos. Mientras nosotros moríamos de hambre, frío y sed, había gente que nacía, crecía y moría entre lujos y excesos.

La cosa no mejoró cuando nos plantaron delante de toda esa comida. Parecíamos ganado al que cebar antes de la matanza. Era asqueroso. Por un momento me negué a probar bocado, pero mi estómago me jugó una mala pasada. Decidí cogerme un par de pastas y comérmelas en silencio, con los cinco sentidos puestos en lo que sucedía a mi alrededor.

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06/05/2013, 16:39
Muerto 02 - 11 - M - Jerome Hikins

A medida que el Capitolio se desplegaba ante nuestra vista, la velocidad a la que comía iba disminuyendo, hasta terminar ligeramente boquiabierto. 

-¡Joder!.- Es todo lo que consigo farfullar antes de tragar y acercarme a la ventana, pegándome todo lo que puedo al cristal maravillado con las vistas.- Si no les falta de nada.

Los edificios tenían adornos y formas estéticas cuyos materiales podrían haber servido para hacer casas en cualquier distrito, sin tener porque echar a perder la funcionalidad de los pisos. Parajes destinados al mero placer de pasear, fuentes que tan solo embellecían el paisaje...

- Viven de nuestra sangre....- "Y el que gane los Juegos, se convertirá en otro parásito."-... y lo hacen bien.

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07/05/2013, 21:36
Muerto 02 - 11 - F - Keara Blaine

Ni siquiera pude terminarme lo que había cogido. Se me revolvía el estómago. - Lo hacen bien y se encargan de recordárnoslo cada año, si no es cada día - completo la fase del chaval con amargura. Tras esas palabras me quedé en silencio. Estaba siendo especialmente negativa y borde, y la estaba pagando constantemente con este chico, que se sentía solo y traicionado por su hermano. Y Jerome no tenía la culpa de lo que estaba pasando.

Me acerco hacia él y le pongo una mano sobre el hombro. - Haremos todo lo que podamos, aunque solo sea para morir con dignidad...

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07/05/2013, 23:29
11 - Annie Vicenta

Las horas habían transcurrido y vuestra mentora se había quedado dormida. Parecía hablar en sueños cuando un pequeño timbre sonó en vuestro vagón. Eso hizo que Annie se despertara de golpe y se llevara la mano al corazón.

¡Ya está! dijo asustada antes de recomponerse y sonreír. Hemos llegado. Mirad fuera y ver el Capitolio.

Con la gran cantidad de luz que desprendía, en el Capitolio parecía que era de día. Edificios enormes y brillantes rodeaban el paso del ferrocarril que os transportaba hasta la puerta del hotel. El edificio era muy alto, mucho más de lo que os podíais haber imaginado nunca. Quizá era más que suficiente para albergar a los ciudadanos de varios distritos.

El tren se paró y tardaron unos minutos en abriros la puerta. Allí no había nadie para recibiros, aunque tampoco lo esperabais. Os abrieron las puertas un par de chicas jóvenes con la cabeza agachada y visteis el ascensor delante de vosotros. Annie apretó un número.

Cada distrito tiene su planta, así no os veréis hasta el entrenamiento os dijo.

El ascensor parecía volar porque no tardasteis en llegar a vuestra planta. Un chico de unos 25 años estaba esperando. Sin miraros a la cara, empezó a andar y Annie os empujó para que le siguierais. Llegó ante un par de puertas de madera. Al abrirlas, os encontrasteis con una sala más grande que vuestra casa, con varios sofás, mesas, sillas, una pantalla enorme de televisión.

Allí tienes tu habitación le dijo a Keara. Y la puerta de enfrente es la tuya, Jerome añadió.

Cada uno tiene su propio baño, y aquí os reuniréis conmigo mañana, después de que os aseen y os limpien y os quiten toda la mugre del cuerpo. ¿Alguna pregunta? Si no, os podéis ir a la cama.