Partida Rol por web

Sigo el rastro en la dirección más probable. Agua, alimento, refugio. Una vez cumpliera mis necesidades básicas saldría a cazar a los demás tributos.

Camino a paso ligero, pero tampoco me esfuerzo, no quería perderme los cañonazos que indicaban la cantidad de fallecidos, aunque lo cierto es que la propia Cornucopia se había pulido a unos cuantos.

Cada metro que avanzas es un metro que te alejas, sin darse cuenta, empezó a repetirse esta frase como mantra una, dos, tres veces, hasta que perdió la cuenta, simplemente concentrada en poner su vida a salvo de los peligros en forma de humanos.

Sabía que en otras circunstancias estaría maravillada, observando el bosque que se extendía a su alrededor, fascinada con el juego de luces que producían los rayos de sol al pasar entre el follaje pero no creía que volviera a tener un momento de arrobación de nuevo en su vida: viviera o muriera, con la última matanza le parecía que había perdido la capacidad de sorprenderse por algo gratamente. Aunque no dejaba de repetirse que no debería estar tan asombrada ante las reacciones de sus compañeros y que ella haría lo mismo si tenía oportunidad, pero eso no hacía que sintiera menos asco.

Cuando le pareció que había recorrido suficiente distancia se paró un momento con la intención de descubrir de una vez qué había en las mochilas, deseando que valiera la pena el riesgo que había corrido.

Doy un rápido paso para dejar a Max en el centro, con Sean al otro lado, asi su guardia se vería dividida y justo cuando gira la cabeza para controlar a Sean, mi puño izquierdo golpea como si de un martillo se tratara en su espalda, haciendo que las piernas comiencen a temblarle

Tras coger su mochila siente como alguien la ataca. Allí no estaba a salvo, y aunque sentía curiosidad por ver lo que su mochila contenía por si estaba a tiempo por cambiarla por otra, desistió de la idea. Ya había hecho su elección, y agradeció haber escapado, de momento, de la agresión del chico del distrito 12. No quería que aquello se volviera a repetir, por lo que su intención era internarse en el bosque para no ser un blanco fácil. Y si tenía que empujar a Marcus o a quien fuera que intentara apresarla, no dudaría en hacerlo.

Ya definiría lo que hacer a continuación una vez llegara a la espesura del bosque. Si es que llegaba.

Zorra, quedate dormida que ahora volveré a rematarte.

Sin pensarlo dos veces, doy un paso para golpear a mi siguiente enemigo, Max, aprovechando el flanqueo que me ofrece Theod para intentar golpearle con fuerza

Max no ha respondido a mi pregunta pero por su actuación dejó clara la respuesta. Así que aparco el acabar con la rubia para intentar ayudar a los tributos del 1.

Rápidamente abro las mochilas a ver si encuentro algo que me sea de utilidad para ayudar a mis aliados pues de lo contrario ambos morirán rápidamente.

- Veamos que tengo aquí. - pienso tras abrir ambas mochilas mientras observo el interior de las mismas sin perder de vista tanto a la rubia como al grupo de la pelea fuera del círculo.

Tanta tranquilidad no me gusta. Por ello, decido seguir hacia delante. Todavía me quedan fuerzas y no tiene ningún sentido quedarme tan cerca de la Cornucopia. Cuanto más alejada esté, menos problemas tendré con el resto de tributos. - Aunque no te pasará igual con el resto de peligros... - pienso.

Los consecutivos golpes en la tributo del districto uno dan su fruto, y el ultimo golpe porpinado por la chiquilla del segundo districto. Me sorprende la contundente del golpe, y solo salgo de mi impresion cuando escucho la queja de alguien junto a mi. No me habia percatado de Max, el chico del districto uno, que esperaba cogerme por la espalda, pero alguien carga contra el. No lo esperaba, pero es bien recibido.

Ambas parejas son de los districtos uno y dos, y lo que hasta ahora estaba claro, ya no lo esta tanto. Mientras golpeaba a Nyx, ella, era mi unico objetivo. Ahora, tenia mas objetivos a mi alrededor y no sabia quien era mas peligroso, de quien encargarme. La idea de vengarme de Max, quien venia a golpearme, es tentadora. Pero quedarme solo con dos del districto dos no era la mejor idea que podia tener. Doy un paso en lateral, para no darle la espalda a Max, y alzo un segundo la mano hacia Lyah, pidiendole algun tipo de tregua para encargarme de Max, y alzo el cinturon, balanceandolo en el aire para que coja fuerza, y lanzando el golpe. Pero no contra Max. Sino contra Lyah, mi antigua aliada, aprovechando que esta herida por el golpe de Nyx, y deseando que Max y su nuevo asaltante, se enzarcen uno con el otro.

El golpe va desde arriba hacia abajo, llegando a agarrar el cinto con ambas manos para que tenga mas fuerza, y golpearle en la cara o la clavicula, puntos dolorosos que como medico, recuerdo, a pesar del momento y la tension.

Sonrío al ver lo que contienen las bolsas. Antes de nada, miro a mi alrededor, asegurándome de que ya no hay nadie más allí. Al ver que entre las cosas que encuentro está la pomada para curar heridas y el botiquín, me quito el improvisado vendaje y me desinfecto la herida con el botiquin, aplicando despues la pomada en mi mano, para acabar vendando la herida. Guardo en la riñonera los restos del botiquin y de la pomada, que me cuido en no gastar del todo, por si acaso.

Vuelvo a mirar, en las bolsas, examinando ahora la ropa. Guardo el abrigo en la mochila, y me pongo la riñonera, agrupando el resto de cosas en una única mochila, para que no imposibilite mi movimiento. Por último, cojo una de las linternas y dejo la ropa casual en la mochila que voy a abandonar y me cuelgo los prismáticos al cuello. Voy a tener que utilizarlos de inmediato.

Oculto la mochila, para que nadie se percate de que he pasado por allí y, acercándome al borde la pendiente, uso los prismáticos, intentando vislumbrar si Sean está cerca o no. Me mosquea que todo aquello esté tan tranquilo y cada vez me apremia más encontrar a mi hermano.  Oteo el horizonte en todas las direcciones, obligándome a controlar una respiración que está desbocada por el nerviosismo. Al menos ahora siento más alivio en la mano, y la herida me preocupa un poco menos que hace unos minutos. Vamos Sean, vamos... Dónde te has metido... Mi vista va de un lugar a otro e intento ajustar al máximo los prismáticos. Sé que es un gran superviviente, no tengo dudas de que peleará con uñas y dientes, pero el miedo de que algo terrible pueda ocurrirle sigue ahí, siempre presente, achechándome y provocándome un escalofrío.

Max mira a Marcus, aunque ya parece evidente a quién ha elegido. Intenta acuchillar a Theod pero falla así que se prepara para recibir los ataques de sus contrincantes, esperando ser capaz de parar alguno, porque sabe que ahora Sean, Theod y Lyah van a ir a por él. Aunque ya es obvio, Max no se esperaba que los profesionales intentaran atacarle, le parece la estrategia más suicida, ya que todos intentarán matarles si tienen oportunidad. Pero los traidores han decidido, que mueran los distritos 1 y 2. Sabe que sin estrategia ni un plan, lo único que van a hacer es matar a todos los de la cornucopia, así que cuando acaben con él irán a por Sean y Marcus. A no ser que Sean esté aliado con el distrito 2, cosa que duda, pero ya nada le parece imposible.

Max mira a Theod sorprendido, no se puede creer lo que ha visto, que los distritos profesionales se ataquen los unos a los otros implica que todos los profesionales mueran, ya que los demás distritos siempre intentan matarles.

Pero de nada le vale ya, ataca a Theod y falla, así que se prepara para el ataque de Theod, Lyah y Sean.
Sabe que sin estrategia ni un plan, lo único que van a hacer es matar a todos los de la cornucopia, así que cuando acaben con él irán a por Sean y Marcus.
A no ser que Sean esté aliado con el distrito 2, cosa que duda, pero ya nada le parece imposible.
Después de mí irán a por vosotros- les dice tratando de evitar que el resto le oiga.
Aliaos contra ellos o corred- dice mirando a Marcus, casi como una despedida.

Max, ante el ataque de Theod, decide cambiar de objetivo y enfrentarse al tributo del distrito 2, pero con mala suerte, pues su navaja no consigue alcanzar a su objetivo. Theod contrataca, golpeando con fuerza a Max, que se derrumba ante tal poderoso golpe y se queda en el suelo inconsciente.

Sean alza la mano a Lyah pidiéndole unos segundos para rematar a Max, dando un paso lateral para ponerse en mejor posición y, acercándose a Lyah, empieza a mover su cinturón. En el último momento, gira en redondo y golpea en el cuello a la joven del distrito 2. Lyah, aunque el ataque no debía haberla parecido demasiado contundente, empieza a marearse, pero consigue reponerse lo suficiente como para golpear a Sean con su puño.

Mientras tanto, Sam empieza a hurgar entre sus mochilas, Mark saca un machete de la bolsa, Clara se aleja de la pelea hasta la pared para comenzar a trepar y Marcus abre la mochila que ha escogido.

Sigues corriendo por el bosque, aunque no todo lo rápido que te gustaría porque estás evitando tropezar. El ambiente no cambia, pero ahora escuchas unos sonidos de algún tipo de ave, o eso te parece.

Sigues corriendo por el bosque, aunque no mucho. Decides detenerte para abrir las mochilas y comprobar qué ha en su interior. El ambiente no cambia, pero ahora escuchas unos sonidos de algún tipo de ave, o eso te parece.

- Veamos que puedo hacer con esto. - pienso sacando el Florete y cerrando bien la mochila para que no se caigan los abrojos.

Sin pensarlo dos veces me lanzo a por Theod intentando salvar la vida de Max, de momento mi único aliado, y la de Sean pues es evidente que no podrá con ambos tributos el 2.

- Tengo que intentarlo. Necesito a esos dos como aliados. - pienso. Al menos de momento.

Intento no hacer ruido para pillar a Theod por la espalda y acabar limpia y silenciosamente con su vida.

Sigues corriendo por el bosque, aunque no todo lo rápido que te gustaría porque estás evitando tropezar. El ambiente no cambia, pero ahora escuchas unos sonidos de algún tipo de ave, o eso te parece.

Sigues corriendo por el bosque, aunque no todo lo rápido que te gustaría porque estás evitando tropezar. El ambiente no cambia, pero ahora escuchas unos sonidos de algún tipo de ave, o eso te parece.

Al caminar más lentamente, puedes observar que los troncos de los árboles son lo suficientemente gruesos para que no puedas rodearlos con los dos brazos y que, para alcanzar a las ramas, hay que trepar. No parece que haya hierba en el suelo, salvo algún hierbajo suelto, y los sonidos de los pájaros siguen estando presente.