Partida Rol por web

Aceptó el cigarro de su hermano y dio una calada profunda.

-Illo, ji, danoh algo... Io toy mu mal, que siento aquí en el pesho to lo del Brandon, to su doloh... ¿Tú no ha oído de lo hehmanoh que jienten to lo del otro?- enseguida entró al trapo del Brancon, estaban entrenados y sincronizados. -Amo, danoh algo, pa tu premoh, pa to, pa nuehtro cuelpo... Una poquita... Ame meneno que quiero moriiiiii ame meneeeeeenooooo.

El Brandon acompañó con palmas a su hermano.

-Ole ahín! Ame menenooo que me quiero morí ame veneno -placa placa, placa placa, placa placa, plá plá-. Enga ahora en zerio Guapo, enróllate ahín que tamo con el tembleque illo. Ame argo. ¿Tú zabe la que llevon ensima, chacho? ¿Tú zabe lo que duele er mordihco del cuello? Ni las medecina me lo qitan. Enga illo, ame aargoo joputa. Que tú jiempre tiene argo.

-Amo, Guapo, illo- tirón de camiseta. -Ame algo- tirón. -Pa mi cuelpo. -tirón. -Algo güeno- tirón. -Enga, premoh- tirón. -Ame algo güeno. -tirón. -Güeno pa mí- tirón. -Güeno pa to- tirón. -Ame, ame, premoh- tirón. -Ame, algo, pa mí- tirón.

*Fisch fisch* - disparo con la pistola de agua a los cigarros de los gitanillos para apagárselos, pero lo hago en plan chuleta, mirándolos sobrao.

Mierdehillas, llamalnos d'usté, que somo léroes di las tremil - me doy la vuelta y sigo bajando las escaleras con el Chacho, mientras sigo hablándoles - Amos pablal con los milicos a vel si nus dan argo o argo. Siguro que tan to cagaos y han divisao lo qui hemus muntao y que lis himus sarvao lojete. A lu mejol nus dan el tanque a cambio duna cruscampo... jeee... je je je... - seguí bajando las escaleras riéndome solo.

Fissssss sonó el pitillo. Le quedó colgando del labio con la cara de incredulidad.

PERO QUÉ COJONES. Es decir, PERO QUÉ COJONES.

Eso ya era el puto colmo, los adultos se estaban pasando cuatro pueblos ese día y empezaba a tener los huevos hinchaos ya.

-¡Pero tú qué te cree joputa! ¡Tah loco o qué cabronaso! ¡Que te rajo eh! - y sacó la otomática-. ¡Que te rajo joputa!

Cigarro apagado. Sonido de navaja del Brandon fuera. Acto reflejo para hacer lo mismo. Coordinación superior a las payas de la natación que salían en la tele y que el yaya miraba con los ojos de fuera.

-¡Ioputa! ¡Te pinsho maricona! ¡Mariconaso! ¿Tú con quién te creeh que tratah?- apuntando al Caietano, que ni daba droja, ni mielda en las tripas. -¡Te pinsho! ¡Te pinsho, ira que te pinsho!

Paro en seco en las escaleras, me giro a los gitanos y les digo, ya con las pelotas hinchadas y levantando un brazo en plan karateka que va a partir 3 bloques de hormigón de un golpe - TAHVIA SUH LLEVAI OTRO PEHCOHON, COHONE YA CON LO PUTO ENANO EHTO - y poniendo caraloco les miro un par de segundos antes de seguir escaleras abajo.

Mecagonlaputa ya de loh puto crio ehto ya con la puta droga y la puta tó - sabía que no iban a usar las navajas, o esa sensación tenía. Esa poco acertada sensación tenía... me decía parte de mi subconsciente.

Encima les amenazaba gritando, ¿pero qué se creía? No le pinchaba porque era familia, pero no se libró de que el Kevin sacara el pie para que el Cayetano tropezara escaleras abajo. Con los gemeliers no se jugaba uno así la vida y mucho menos si acababan de tocarles los cojones como el tito había hecho.

Se pasó la navaja por el gaznate con la lengua entre los dientes, en un claro gesto de "te ví rajárcuello". No sería el primero que cataba su chirla. Pero el primo les dio la espalda y para el Brandon estaba claro que se había acojonao y bajaba la escalera, bravuconeando, pero con los huevos de corbata. Era suficiente pa él. Casi suficiente. El Kevin le puso la zancadilla y el Brandon se agarró a la barandilla pa pegarle una patá en la espalda.

-¡Asín teslomes, joputa!

Sin nada que hacer en casa y con el abuelo remendao, la Choni bajó también a la calle. A curiosear, cotorrear y bichear. Bichear, buena palabra. Restos de bichos muertos en parcial descomposición por la cruzcampo, otros razonablemente enteros al haber sido muertos a tiros.

Los soldados lo habían flipado mucho. Cinco supervivientes, uno de ellos herido de gravedad. El resto, pa los pollos. Estaban en torno al tanque y les miraron con desconfianza cuando se acercaron. Gitanos y de las tres mil. Fiése usted. El que parecía el jefecillo se asomó desde arriba del tanque, guardando la cantimplora en la que había bebido hace poco.

-Gracias por la ayuda, ha sido providencial.

Muchos de los presentes ni siquiera sabían que significaba "providencial".

-¿Que coño les habéis echado encima que se disolvían enseguida? Es increíble.

Tanto mengues por todos laos, hechos mierda, que habían sabido lo que pasaba cuando uno entraba en las tres mil, porque ni payo ni mengue salía sin llevarse lo suyo. Los milicos estaban flipando y ¡tenían un tanque! El Kevin fue corriendo a subirse, sin pedir permiso ni na, si aquello estaba en el barrio ya era del barrio. Y decían que qué les habían echao a los mengues, él solucionó rápido la respuesta disparándole con la pistola de agua que tenía en la goma de la cinturilla del pantalón.

-Ia, ia, cátalo que ehtah güena- comenzó a descojonarse y volvió a acabar con esas toses de jubilado fumador de puros de ochenta años, que se tuvo que disparar él mismo a la boca un chorrazo de cruzcampo para que se le pasara la carraspera.

El Brandon trepó al tanque como un mico y se puso en lo más alto a jugar disparando con una air-metralleta.

-¡TATATATATATA TATATATATA TATATATATATA! -gritaba escupeteando con un nuevo pitillo entre los dientes, y luego tiró una air-granada-. ¡KABOOOMM! -pegó una calada pensativo unos segundos y se puso serio-. Tú, payo -le dijo a uno de los soldados-, ame una graná.

No era suficiente la cantidad de basura, que ahora había ahí el copón de mierda de mengue. Pues mi coño moreno no lo iba a limpiar. No, no no. Me negaba. Eso voy pensando, mirándo todo, cuando reparo en los milicos. Hechos mistos estaban...Putos payos, son una raza débil.

- ¿Que ayua, payo? Solo hemoh defendio nuehtra casa...A veh si tenterah...- los gemelos del demonio se suben al tanque- !Tatuh quieto ya, ohtia puta! - les digo.

¿Que les habíamos tirao?

- !Cruhcampo atontaoh! Tanto payo y tanta mili...- niego desaprobatoriamente. Luego me engancho al brazo de mi Cristo, que estos venían de una guerra y a saber cuánto hace que no catan hembra. Y yo era mucha hembra.

Ya estaba la tita Choni dando por culo. Anda que no se había subido ná desde que llegó el tito Cristo. Eso seguro que era porque el tito labía puesto bailando en la punta´la vara y asín iba ella, flotando a medio metro.

Le hico caso omiso. Por supuesto.

-Payo, he disho que me dé una graná.

Los soldados creyeron que estaban de cachondeo, que se subían al tanque por entusiasmo. Craso error. Cuando comenzaron a dar por saco, el sargento sonrió como si fueran cosas de niños.

-No, la granada no, que es peligrosa.

El conductor miró a la Choni, no fijándose en que estaba buena, que lo estaba indudablemente, si no a lo que había dicho.

-¿Cruzcampo? No me jodas. Tiene que ser un chiste...

-Potonse dame una metrallieta, joputa.

- No payo, no...No eh un chihte...Cruhcampo de toa la vida.- niego - !NIÑO, NI GRANÁ, NI METRAIETA, NI POLLAH! Cohoné ya con loh niño...Hahta er potorro ehtoy eh. !Hahta er potorro! - digo mirando al par de enanos cabrones.

-¡Tú a fregal!

- !Me vá coméh er coño, dehgrasiao! - le digo cabreada. No porque me diga de fregar, sino porque un enano de mierda a mí no me da ordenes.

-Ira la tita como je sube ahora que ehta el tito- dijo subido al tanque y bien crecido. -Loh marica de lo paio no te van a dah na, tieh que ih a buhcahlo tú, Brandon... Que eio no saben.