Partida Rol por web

Los Monjes de la Nada

5 - La fiesta de compromiso

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09/09/2007, 12:13
Melegat Ansey

Mélegat se queda de piedra, no esperaba esa respuesta por parte de una "dama", con torpes movimientos comienza a rascarse la cabeza mientras mira hacia todos lados...

-Ehm...uhm...está bien, adiós.

Aligera el paso para escurrise por la puerta del edificio mientras su piel va adquiriendo una tonalidad muy semejante a la de su barba.

¡Pedruscos, pedruscos y más pedruscos!...¿quién te mandará meterte donde no te llaman?

Al entrar al edificio busca a Missey, su amigo minero, para pasar la noche junto a él.

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09/09/2007, 12:15
Illianna Sondrent

Notas de juego

Melegat, hijo mío, que te han dado pie para que te quedes fuera...
;)
umpf! Hombres!
:P

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09/09/2007, 13:29
Melegat Ansey

Notas de juego

Melegat is different :)

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10/09/2007, 09:36
Director

Notas de juego

Como estás de vacaciones, para no detener el avance de la partida para tus compañeros, voy a dejar en Stand-by la conversación con DeValin y la podemos realizar en otra escena cuando vuelvas.

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10/09/2007, 09:38
Director

La reunión se había disuelto. Volverían a verse por la mañana.

Intentarían descansar las horas que quedaban de noche, ahora que parecía haber vuelto la calma, aunque quizás esta fuese una forma muy frívola de describir el estado en el que había quedado sumido el Mesón.

Notas de juego

Que cada uno me comente donde va a pasar lo que queda de noche, con quien y si hace algo más antes de dormir.

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10/09/2007, 16:09
Illianna Sondrent

Illianna se ha dirigido al Mesón, tal como ha dicho, a la habitación donde Brúnil descansa. Recoge una manta, y se tiende a su lado, cansada. Le dirige una mirada cariñosa y un suspiro, y se dispone a aprovechar algunas horas que aún le quedan a la noche para procurarse descanso, para dormir.

Supone que Henry acudirá también, y quizá DeValin disponga que alguien más les acompañe, para evitar nuevos ataques. Pero ella cierra los ojos, y deja que su mente se vacíe de preocupaciones. Mañana quiere despertarse despejada y fuerte. Debe intentarlo de nuevo. Debe procurar sanar a Brúnil...

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10/09/2007, 17:11
Melegat Ansey

El hombretón ve como una puerta se cierra a su paso...más bien lo intenta, pues se trata de la puerta que minutos antes había echado abajo con su martillo, le parece ver a Illianna más no se para a mirar, su paso es apresurado y se dirige hacia el piso de arriba, a la habitación en la que le habían alojado y en cuya cama había encontrado el sueño hasta que ese muchacho se le apareció...

Missey estaba avisado, no tardaría en subir a dormir al cuarto. Prefería dormir junto a él , con quien había hecho todo el camino hasta el mesón, que no con esas gentes extrañas que había conocido hoy, venidas de rincones en los que jamás puso pie, que habían hecho noche en el mesón para partir hacia nosedonde y que se ganaban la vida quien sabe como... no, definitivamente no ofrecían demasiada confianza como para quedarse dormido junto a ellas.

Será la última vez que le tienda la mano a una muchacha, intentas ser amable y te dan una patada en el trasero...¡Habrase visto!

Mélegat queda tendido en su cama, con los ojos cerrados, pensando en esto y lo otro, en la misteriosa sanación de Illianna, en la aparición de siniestros seres, en el muchacho, en su misión...en su tierra...

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10/09/2007, 23:24
Nhadia Demialt

La muchacha se arropa en medio de la fria noche. Va notanto como sus dedos se van helando poco a poco... su cuerpo se va relajando mientras por su mente pasa todo lo sucedido... Nada es sufiente para quitarle el sueño a Alexandra.... o eso cree ella...

No se para mucho a pensar en los detalles, ya que sus pensamientos tintinean en su cabeza como si de una campana se tratase.

...¿Y esos ojos del monje, qué le sucedía?... El niño "santo" aquél que tendrá que ver con todo esto... ¿Y acaso puede ser tan fácil terminar con ese bastón?...

Entre dudas sin respuesta la chica va cayendo en un profundo sueño...

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13/09/2007, 05:21

Deliambert considera que no le han hecho mucho caso a su idea, asi que imaginando que todos dormiran con los mismos compañeros de habitacion, cierra la puerta, pero coloca en posicion precaria a objetos que hagan mucho ruido (metales inclinados sobre ella por ejemplo, lo que encuentre), de tal manera que si la puerta se abre, entonces se escuche mucho ruido desde otras habitaciones.

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13/09/2007, 09:58
Director

Resulta cuanto menos complicado conciliar el sueño tras la avalancha de acontecimientos que han azotado vuestras vidas en las últimas horas. No obstante, la fatiga también es una oradora hábil y finalmente consigue llevar vuestra mente hasta el descanso deseado. Unos con mayor facilidad y otros con un poco más de resistencia, pero todos acabáis encontrando reposo en las insuficientes horas que restan hasta el amanecer.

Amanecer... brusco, pues os despiertan gritos que llegan hasta vosotros desde el exterior del edificio. Aquellos de sueño más ligero os alzáis con mayor velocidad de la cama y, al abrir las ventanas, observáis que el cielo comienza ya clarear en el amanecer de un nuevo día. Paulatinamente a todos os despiertan las voces de alarma que parecen proceder de las gargantas de los soldados de DeValin.

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13/09/2007, 14:33
Melegat Ansey

Picar y cargar, picar y cargar, al calor de las antorchas, en la oscuridad de las grutas subterráneas...allí donde hasta el más valeroso de los caballeros se siente diminuto y a merced de los caprichos de la madre tierra, escurríendose entre afiladas grietas en la tierra viva...angustia, soledad, asfixia...y de pronto luz solar, cantos de pájaros, las ojas de los árboles siendo movidas por el viento...y gritos de alarma...brusco despertar.

Había dormido a rienda suelta toda la noche, aunque le sabía a poco, hubiese preferido despertarse porque el cuerpo se lo pidiese, pero no había sido así, los causantes de ello habían sido unos gritos de alarma que provenían del exterior del Mesón...o de sus restos.

Como quien sigue una rutina ancestral, el minero salta de la cama, se pone su peto de cuero como malamente puede, sus toscas botas con punta de hierro, agarra el brutal martillo y baja las escaleras tan rápido como sus zambas piernas se lo permiten, aún a riesgo de tropezar y caer rodando como una roca, cosa que no deja de imaginar a medida que desciende peldaños.

Se dirige a campo abierto, al claro, en busca del lugar donde nacen esos irritantes gritos.

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13/09/2007, 21:02
Illianna Sondrent

Entre brumas de un sueño espeso, agotado y sombrío, Illianna despierta, sobresaltada. Los gritos resuenan a través de la ventana, por la que a través del cristal roto asoman los rayos frágiles del sol del amanecer.

Se incorpora con rapidez, y se detiene apenas un segundo, la mano en el pecho donde aplaca el galope desenfrenado al que su corazón se ha entregado, para dar un vistazo a Brúnil. Pero descansa, como ayer, sin dar ninguna señal de que su conciencia haya regresado.

Se levanta suspirando, y se asoma, para ver qué ocurre, mientras le grita a Henry, que aún está hecho un ovillo en su jergón, agotado también sin duda.

-Henry! Algo sucede allí fuera! Despierta!

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13/09/2007, 21:16
Nhadia Demialt

El frescor de la mañana va despertando a la muchacha, quien siente su cuerpo como el más pesado de los aceros... no consigue despertarse del todo debido al cansancio de la noche...

Derrepente, unos gritos le ponen en pie, empuñando su daga se gira en dirección a los mísmos intentando ver lo que sucede...

Una de las cosas que más le llama la atención, es ver al grandullón insensanto correr escaleras abajo... con torpes pasos... arrollándolo todo a su camino... como si el mismísimo demonio le perseguiéra...

- ¿Qué pasa ahora de nuevo, es que no termino todo ayer?

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16/09/2007, 06:14

El grito de Illiana despierta a Deliambert,

Que ocurre Illiana?

acto seguido, se acerca a la ventana y despues de unos segundos, para permitirle a sus ojos adaptarse al brillo proveniente del exterior, Henry mira hacia afuera

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17/09/2007, 18:14
Director

El día amaneció cubierto y gris, cual reflejo del estado de ánimo que reinaba entre los asistentes a la, ya bastante frustrada, fiesta de compromiso. Aún no había comenzado a caer lluvia, mas las oscuras nubes que avanzaban desde el Este presagiaban un día húmedo e incómodo.

Nadie había vuelto a pensar en Willer y Ánaris, ningún invitado alborozaba ya por su felicidad. Las palmaditas en la espalda se habían convertido, en tan sólo unas pocas horas, en manos que aferraban el puño de una espada al menor sonido inesperado. Las carcajadas se habían transformado en lamentos por los caídos y en susurros de espanto ante lo desconocido. La hermandad se tornó en desconfianza y recelo.

Ayer amanecía un día radiante y despreocupado, el de hoy se debate ahogado por la amenaza que se vislumbra en los Montes Perdidos. Allá en el Norte, donde aún ahora, con la luz del día, puede divisarse el fulgor rojizo del intenso fuego en una de sus cimas, como un cruel recordatorio de que todo lo vivido no ha sido una simple pesadilla. Eso… y el esqueleto carbonizado del otrora majestuoso Mesón Fronterizo.

Un grito rompe el silencio de la mañana... hace tan sólo unos instantes, y todos corréis ya desde el edificio para localizar al fuente del alboroto. Al salir al exterior notáis en el ambiente un frescor turbador del que el día anterior no había dado muestra alguna. La piel se eriza allí donde los ropajes no son capaces de guarecerla del frío. Alcanzáis a ver a tres de los soldados que rodean un par de bultos en el suelo, junto a ellos, podéis reconocer a DeValin que mira hacia el suelo con gesto preocupado. En el linde del bosquecillo de pinos y a lo largo del recorrido del riachuelo, podéis ver al resto de los soldados que examinan la zona más alejada del Mesón. Parecen estar buscando algo.

Cuando os aproximáis al Capitán reconocéis con espanto los dos bultos que tiene ante sí. No se trata de dos bultos, sino de dos personas. Personas que hasta hace una horas compartieron vida y destino con vosotros. Uno de ellos está tapado por una sábana del Mesón, el otro yace bajo su propia capa, que lo cubre casi por completo. Anthonie DeHarve y Willowrong Limerirck.

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17/09/2007, 18:38
Melegat Ansey

El minero de Cánarel se cruza por el camino con la muchacha de rubia melena, evita mirarla a los ojos y continúa al galope hundiendo sus pies en la tierra.

Puede notar como el frío penetra en su piel a pesar de tener los brazos cubiertos por una gruesa capa de pelo.

¡Jamás vi un amanecer tan desagradable!

A medida que avanza puede distinguir a DeValin y sus hombres, unos pasos más y distingue unos bultos tendidos en el suelo...unos pasos más y puede ver cómo dos hombres yacen inertes sobre la hierba...uno es el caballero de la luz que anoche compartió mesa con ellos, y el rostro del otro también le suena de averlo visto durante la cena, más no recuerda su nombre.

Jadeante y expulsando aire por su nariz como si de un fuelle se tratase, consigue articular palabra sin dejar de mirar atónito el par de mustios cadáveres...

-¿Por mil rocas capitán ...qué ha causado la muerte de estos dos pobres desdichados?

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17/09/2007, 19:25
Nhadia Demialt

La muchacha va andando hacía los gritos, con cautela... cuando todo lo ocurrido empieza a estar al alcance de su vista, va guardando el puñal...

Tanto soldado junto nunca fue bueno... ¿Qué es ese bulto que guardan tanto? ¿Será un monje?

El pelirrojo se le adelante dando pasos de gigante, y ella escucha atentamente las palabras que este intercambia con el capitán... mientras va curioseando en el lugar, intentando verlo todo....

¡Si son Anthonie DeHarve y Willowrong Limerirck! ¿Qué les habrá llevado a la muerte?

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18/09/2007, 16:42
Illianna Sondrent

Corriendo he bajado las escaleras, saltando he salvado los obstáculos que el fuego de ayer dejó esparcidos en lo que queda del Mesón. Y aún, una vez fuera, he de serpentear para eludir piedras, fisuras y raíces que el espantoso temblor que sufrió la tierra levantó o hundió a su paso.

Pero a pesar de eso llego rápida al lugar dónde los soldados estaban gritando, para ver con horror lo que DeValin tiene a sus pies, semicubiertos por sus capas.

¡El Caballero de la Luz! y el otro hombre, aquel que llegó más o menos al tiempo que nosotros, un explorador... ¿Qué puede haber ocurrido...?

-¡Capitán! Melegat... ¿Qué ha pasado, qué les ha sucedido a estos hombres...?

Me acerco a los cuerpos, ¿quizá aún haya algo que una sanadora pueda hacer por ellos...?

-¿Están... muertos? ¿O quizá sólo heridos?

Me arrodillo junto a los cuerpos aparentemente sin vida, para comprobarlo, mientras espero la respuesta de DeValin.

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19/09/2007, 13:10
Marius Bhamir

-¡Por todos los dioses! ¡No, por favor! Mas muertes no, no en mi casa... - la voz de Marius sonaba tremendamente abatida.

El augusto regente, tan enérgico y animoso durante toda su vida, caminaba ahora apoyado en uno de sus hijos. Su fatiga era claramente visible, así como su angustia. Las ojeras ocupaban su rostro sin autoridad alguna que les marcaran límites y las arrugas, que antes se veían respetables, ahora se asemejaban a zanjas que surcaban su cara como heridas abiertas.

Aún llevaba los mismos ropajes que anoche durante la fiesta, aunque se mostraban sucios y arrugados. Despeinado el pelo y cubierta de polvo la barba, la imagen de Marius era la de un hombre profundamente abatido.

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19/09/2007, 17:59
Melton DeValin

-Hace unos minutos fui alertado por uno de mis hombres - comienza a explicar el Capitán sin apartar la vista de los dos cuerpos -. Estando en su ronda encontró los cadáveres en este mismo lugar y cubiertos de sangre. Al caballero le habían cortado el cuello límpiamente, seguramente mientras dormía, no se enteró de nada. El batidor, en cambio, llegó a despertar e intentó defenderse, aunque sin éxito. Recibió una puñalada en el corazón. Pudo ver a su asesino, aunque eso de nada le sirvió... y a nosotros tampoco. He enviado a mis hombres a exporar el bosque y las zonas más alejadas del valle, como medida de seguridad. No obstante, sospecho que el culpable de estos dos asesinatos se encuentra dentro de estos edificios. Aún habita el mal entre nosotros, a pesar de que anoche matásemos a ese Monje.

El oficial realizó su breve exposición con palabras firmes y de forma mecánica. Su rostro era una máscara inexpresiva, los últimos acontecimientos habían vuelto a sacar a la luz el caracter autoritario y básicamente lógico del Capitán.