Partida Rol por web

-Edrran tiene razón, tengo ganas de ver sana y salva a Leowyn pero tendremos que conformarnos con saber que está bien. Gracias a los enanos. Nosotros tenemos el deber de encontrar a quienes buscamos - Miró a sus compañeros y no pudo evitar que las lágrimas afloraran a sus ojos, sobre todo al ver a Miriamele, había hecho grandes migas con ella. -Os voy a añorar mucho. -Dijo con la voz quebrada dando por inevitable la división del grupo. -Espero que podamos vernos de nuevo algún día.

En el salón común de la posada, mientras esperaban a que tomarán una decisión, ellos la pasaron degustando las pintas dejadas a medio beber, lo poco que se podía la verdad, ya que no era un exquisitez comparada con la rica y legendaria cerveza enana, y menos ahora que se habían calentado ya.

Fue al empezar con su segunda pinta cuando pidieron la cena.-¿Qué nos recomienda para cenar?- Le preguntó Dorndaggan al posadero.

El posadero miró al enano como si la pregunta fuera extraña o la hubiera pronunciado en otra de las muchas lenguas de la Tierra Media. Luego sonrió y orgulloso asintió.

-Hombre, ¡pues cocido!. -Lo dijo con total convencimiento, como si no hubiera nada mejor en el mundo, aunque el enano sospechaba que no había nada más en la posada... -No habrán comido mejor en toda la región, es cocido con patatas y judías, y algo de tocino para darle sabor.

-Bien, pues pónganos tres platos de ese cocido del que habla tan bien.- Sonrió mientras pensaba que eso de que era el mejor de la región deberían de decidirlo ellos mismos. Y mucha esperanza de ello no tenía tras haber probado la cerveza.

Antes de que se fuera a prepararles la cena, le pidió alojamiento para hospedarse.-Y también querríamos unas habitaciones para pasar la noche. A ser posible una doble y otra individual.-

-Claro, claro, pueden elegirlas ustedes mismos. Salvo las que han cogido ese grupo tan numeroso están todas libres. - Comentó el posadero mientras cambiaba sus jarras vacías por unas nuevas. Después se marchó dejando a los dos enanos y a Celedhen allí esperando a la cena.

Un rato después apareció con tres platos de cocido, llevaba dos en una mano y el tercero en la otra con notable habilidad adquirida de la práctica. Les había dicho que el cocido cocido tenía patatas y judías y algo de tocino para darle sabor. Pero lo cierto fue que tuvieron que rebuscar bastante en el plato para encontrar dicho tocino. La comida no era muy buena, siguiendo el curso que presuponían dada la calidad de la bebida, pero estaba caliente y llenaba el estomago y eso, después de varios días comiendo provisiones, se agradecía.

-Bien, nos quedaremos con las dos habitaciones más próximas que queden libre en el piso más superior.- No le extrañaba que el resto de habitaciones estuvieran libres entre la comida y la bebida de baja calidad que servían. Estaba claro que dado el servicio, no le dejaría propina.

Cuando acabaron de cenar, y a pesar del cansancio que acumulaban esperaron un poco más para subir a las habitaciones a descansar por si alguien del grupo bajaba.

La noche fue tranquila, la posada estaba en mitad de un camino poco transitado por aquellas fechas y tan sólo escucharon el merodear de algún búho y otros animales nocturnos. Las camas eran más cómodas de lo que esperaban dada la calidad de la posada. O quizá estaban tan cansados de dormir a la intemperie que ni lo notaron.

A la mañana siguiente se encontraron en el comedor de la posada. Los enanos y el misterioso montaraz estaban allí ya cuando bajó el otro grupo, sentados a una mesa suficientemente grande para que pudiesen sentarse todos. Les estaban esperando mientras desayunaban algo. El posadero se acercó y les sirvió lo mismo para todos, no había mucha variedad de desayuno: el mismo cocido del día anterior. Sospecharon que aquel plato servía como desayuno, merienda, comida y cena...

Miriamele se sentía intranquila esa mañana, así que apenas probó algo de la comida. Más bien se quedó embelesada con el cubierto, mientras daba vueltas lentamente al plato. Al cabo de un rato se le ocurrió una idea, y la expuso tal cual.

-¿Por qué hemos de separarnos? La última vez que alguien se separó del grupo no salió muy bien, estamos buscándola al fin y al cabo - Intencionadamente no mencionó el hecho de que Leowyn había sido raptada, aunque era algo que todos sabían - Podríamos ir todos juntos hacia donde está nuestra compañera, y más adelante buscar a..¿Thadin? - No estaba del todo segura del nombre de las personas que estaban buscando -. Así no tendríamos que separarnos. Y si aparecen más salvajes como los que secuestraron a Leowyn, podremos con ellos. 

Neram baja al comedor meditando sobre la situación. Allí, saluda con la cabeza y unas escasas palabras a los enanos y al montaraz. Luego, saluda a la elfa que ya está allí.

- ¡Señores! ¡Miriamele!

Luego, se pone a comer despacio. No es de los que se preocupa demasiado por la comida acostumbrado como está a pasar penalidades en los exteriores. 

Los demás, van llegando progresivamente mietras Neram degusta el manjar del desayuno.

Asiente a las palabras de Miriamele.

- Opino lo mismo... Tal vez no sea buena idea separarnos... y conseguiríamos encontrar a ambos.

- Hace mucho que no tenemos una pista buena de aquellos que buscamos. ahora sabemos que van juntos y no podemos desaprovecharla - aseguro el comandante - ahora bien, cierto es que estas tierras son peligrosas, y que el numero es importante a la hora de enfrentarse al enemigo, por parte, un grupo pequeño pasaría mas desapercibido - Edrram estaba contrariado, no podía tener las dos cosas. - ¿Cuánto nos llevaría ir a por Leowyn y volver a este camino? - pregunto mirando a los enanos.

- Si no es demasiado, tal vez sea interesante esperar, aunque un grupo grande seria mas lento... - seguía indeciso. No era propio de el, su mente acostumbrada al mando, debería de tener ya mas que sopesadas todas las variables, tomar la mejor opción. Si la respuesta del enano, superaba los dos días, se separarían, no podían permitirse perder tanto tiempo ahora que estaban tras una buena pista.

Después de que el grupo se sentará a su mesa y los saludos matutinos previos, el enano únicamente dio un par de cucharadas a su cocido para dejarlo a mitad. Ayer había podido terminárselo por el hambre y lo cansado que estaba, pero aquel día no, ya no iba a dar una cucharada más a ese plato, que muchos podrían denominar de bazofia.

Dorndaggan seguía la conversación sobre la separación del grupo para saber quien los acompañaría, tras que nadie bajará la noche anterior a decírselo. De repente, Edrran le lanzó una pregunta importante para que el grupo tomará una decisión.- Volver hasta el asentamiento nos costaría unos 3 días, ya que tendríamos que estar una jornada de viaje para regresar hasta la encrucijada en la que nos encontramos a Celedhen, y desde allí aun nos quedarían 2 días . Sin embargo, después podríais retomar el viaje hacia el Sur sin necesidad de volver a deshacer el camino andado.- Contestó tras tardar unos instantes en pensarlo.

El otro enano comía con hambre a pesar de lo insulso del plato. Dejó que su compañero hablara para responder al gondoriano y luego habló con la boca llena.

-Mhm, sí, en efecto. Desde nuestro campamento podréis continuar el viaje al sur directamente sin tener que volver por aquí. -Señaló el plato como si lo peor de volver a recorrer el camino fuera alojarse de nuevo en la posada y tener que comer el repetitivo cocido del posadero. - Hay un camino que lleva de vuelta al camino del Norte-Sur.

Edrram miraba a los hobbits, sopesaba la idea de acompañar a los enanos hasta su campamento, asegurarse de que Leowyn estuviese bien, y cumplir su promesa de ayudarla. Si no perdían mas que tres días, era asumible, con los cuatro o cinco que le llevaban de ventaja, se abria demasiado la brecha, pero aun había esperanza...

Estaba contrariado, por un lado saldría de inmediato al sur, junto a los hobbits, arriesgándose en el camino por su reducido numero. Por otro lado, la seguridad del grupo y el bienestar de Leowyn.

- ¿Que opináis vosotros? - dijo mirando a Amy y a Tim. No eran niños, eran adultos, y debían de tener algo que decir.

El rohirrim bajo con sus compañeros y comenzó a comer el desayuno, estuvo en silencio y taciturno debido a la posible despedida. Cuando sus compañeros se pusieron a debatir sobre si seguir todos juntos o separarse, escucho atentamente todo lo que estaban diciendo y finalmente solo agrego -Cada uno es libre de decidir, no obligare a nadie a seguirme-

-No nos retrasamos mucho, al fin y al cabo.- Respondió Tim a quien le gustaría seguir con el grupo, sobre todo por la compañía de la elfa con quien había trabado muy buena amistad. - Ir todos juntos será más seguro, y también me gustaría volver a ver a Leowyn después de todo lo ocurrido. -Parecía como si hablase más para convencerse a él que para convencer al resto, no quería separarse de aquel grupo con el que había vivido tantas cosas, a pesar de que su tío parecía estar en el camino que quedaba por delante.

- Tal vez sea lo mejor - dijo a Tim, - podemos acompañaros, nos sacan unos cuatro días* de ventaja, alguno mas no importara - aunque hubiera preferido salir al galope tras ellos, acortar esa diferencia, sabia que ir en grupo podía significar mucha seguridad.

- Seguro que no llevan tanta prisa y confio en que se detendrán mas que nosotros allá donde puedan hacerlo - estaba decidido - Compañeros, Fhengel, seguiremos juntos

Celedhen que no había intervenido en las conversaciones desde que presentara a los enanos, dejando que entre estos y el otro grupo se entendieran tomo ahora la palabra poniéndose en pie.

-Entonces será mejor que nos pongamos cuanto antes en marcha. Recoged vuestras cosas y salgamos ya. No tenemos tiempo que perder.

Amy escuchaba la conversación y la disputa sobre si separarse o seguir unidos. Las lágrimas que había derramado de alegría al saber nuevas sobre su hermano, pasaron en poco tiempo a lagrimas de tristeza. Todos estaban de acuerdo en volver atrás e intentar rescatar a la Leowyn y la pista que tenían sobre el paradero de su hermano se esfumaría, o por lo menos no sería tan fiable tras posponer la partida. Todo ello contando con que rescataran a Leowyn con cierta facilidad.

Casi convencida de que nada se podría hacer, de pronto apareció esa típica cólera que llevaba dentro.

- Muy bien, pues si así lo habéis decidido, yo decido ir sóla hacia el sur en busca de mi hermano. No necesito ayuda ¿Que piensas hacer tú Benjamín? Pareces tonto siempre sin decir nada. Dí algo, por todos los dioses!!

Las lágrimas se le cortaron, la alegría dio paso a la tristeza y pronto se convirtió en furia y una extraña valentía y coraje que ni ella misma creía poseer.