Partida Rol por web

Los Salones Verticales

2.2. Dejándose caer por la Primera Planta

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13/10/2020, 21:45
Narrador de Interiores

Lo primero que sintieron fue un calor agradable, como el del hogar. Lo segundo fue el polvo. Demasiado para el gusto de cualquier persona, tanto salvaje como civilizada.

La tenue luz anaranjada les reveló las huellas que iban dejando sobre los escalones. Tukk estornudó un par de veces por la nube de polvo que generó al llegar al último escalón. Cuando al fin se asentó, pudieron ver la estancia que tenían delante.

 

 

Parecía una biblioteca. O lo que quedaba de ella, al menos. Las estanterías, que cubrían hasta el último centímetro de pared, estaban deterioradas y a rebosar de libros y polvo a partes vergonzosamente iguales. También pudieron comprobar que había cuatro posibles salidas de aquella estancia, frente a ellos.

La luz y el calor, sin embargo, provenía de su espalda: una chimenea crepitaba alegremente junto a una columna de cristal que brillaba con la misma tenue luz anaranjada que el resto de las ruinas. Frente al fuego, una figura se arremolinaba sobre un sucio y ajado sillón de orejas.

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13/10/2020, 22:01
Isbin

La apergaminada y decrépita cabeza de una especie de diablillo emergió de uno de los lados del sofá. Parecía malhumorado.

¿Sois vosotros los que estáis armando alboroto en la torre de mi amo? ¡Esto es una biblioteca! Haced el favor de…

Se detuvo en seco, frunciendo el ceño, e hizo una pausa para limpiarse las diminutas y cómicas gafas. Cuando estuvo satisfecho —aunque tenían el doble de polvo que antes— la criatura sonrió revelando una dentadura postiza.

Ah, pero si sois visitantes del exterior. Disculpad mis modales, soy Isbin, el bibliotecario. ¿Qué les trae por aquí? ¿Han venido en busca de conocimiento?

Notas de juego

Snorri puede volver a subir y hacer el ritual si quiere, o hacerlo ahora y bajar más adelante.

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13/10/2020, 23:10
Tukk Sorenson

Tukk estornudó sonoramente por segunda vez y se restregó su narizota y los bigotes con el antebrazo mientras levantaba el índice de la otra mano para indicar al bibliotecario que enseguida estaba con él. Meneando el bigote en grotescas muecas expulsó al fantasma del siguiente estornudo.

Ya, perdona. El bibliotecario ¿eh? Muy bien, Isbin no te entretendremos mucho —dijo plantándose al pie de la escalera—. Yo soy Tukk Sorenson, de los Sorenson de Khaz Burtz. Venimos buscando a ese malnacido de Bertoldo Virutas desde Puerto Esmeralda para hacerle pagar por sus fechorías —dijo el enano mientras estrujaba con sus manos un cuello imaginario sin percatarse de ello— ¿Ha pasado por aquí? —pregunto juntando las cejas—... Ah, y luego está ese asunto de la maldición que nos aqueja desde que pusimos los pies en Pasombrío. Si con todos estos libros puedes ayudarnos con ese asunto te lo agradeceríamos —hablaba como si deshacerse la maldición que amenazaba sus vidas fuese asunto menor al lado de sacar las entrañas del maldito mediano por el lugar donde se sienta uno. 

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15/10/2020, 20:35
Snorri Von Wurbat

Snorri estaba dispuesto a preparar un antiguo ritual muy básico y tosco que los antiguos hechiceros, dueños del conocimiento verdadero y del saber, habían llamado linterna. Este ritual llevaba una serie de pasos bastante sencillos que todo mago aprendía en sus primeras lecciones, pues contar con luz era una cuestión básica para poder leer en las bibliotecas de la Academia cuando el sol expiraba en el horizonte. Pero cuando el mediano le prestó su antorcha, simplemente la colocó frente a las esferas y Santas Pascuas.

Snorri bajó el último siguiendo la estela de sus compañeros. Le preocupaba que Tukk, con su ímpetu y algarabía habitual terminara rodando por las escaleras por tropezar con su propia barba al no ver nada allí. Por fortuna, parecía que abajo también había luz. Los gritos de Tukk habrían alarmado a toda la torre, pero que se encontraban dentro era algo que bien debían saber todos allí dentro, a juzgar por la bienvenida que les habían dado anteriormente.

Allí abajo fueron recibidos por el bibliotecario. Un personajillo bastante singular. Tukk hizo las preguntas precisas que todos querían saber, así que Snorri simplemente esperó las respuestas que el tal Isbin pudiera darles. Mientras tanto, su curiosidad le llevó a echar un vistazo a los libros que la biblioteca polvorienta guardaba en sus estantes.

- Tiradas (1)

Motivo: Discernir la realidad

Tirada: 2d6

Resultado: 6(+1)=7 [1, 5]

Notas de juego

¿qué hay útil o valioso para mí?

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16/10/2020, 01:49
Franerick "Montero" Cienleguas

Parecía ser que con la antorcha era suficiente, así que Franerick bajó junto a los demás. Estaba contento porque había conseguido lo que quería, y además, parecía que se acercaban a su hermano. Tanto era así, que pasó por el costado de Snorri, y mientras los demás hablaban, fue caminando hacia cada una de los pasillos, buscando encontrar cuál era el que podía conducir hacia la voz... y posiblemente su hermano.

-Disculpe, Don Isbin, ¿dónde están aprisionados los que estaban haciendo alboroto?- preguntó, primero apoyado en una pierna, luego en otra, como si estuviera aguantando algo más que el paso.

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17/10/2020, 12:05
Talan Lumbia

Talan bajó el arco mientras destensaba la cuerda al comprobar que no había ninguna amenaza inminente. Solo un pequeño ser con forma de duende que afirmaba ser el bibliotecario. Más tranquilo examinó el lugar sin moverse demasiado para no molestar al anfitrión. Todo parecía demasiado tranquilo, especialmente después de los ruidos extraños que habían oído unos segundos antes. Algo no le cuadraba al elfo.

- Tiradas (1)

Motivo: discernir realidad

Tirada: 2d6

Dificultad: 7+

Resultado: 12 (Exito) [6, 6]

Notas de juego

  • ¿Qué debería estar buscando?
  • ¿Quién manda aquí realmente?
  • ¿Qué hay aquí que no es lo que parece? 
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20/10/2020, 20:43
Isbin

El diablillo chistó frunciendo el ceño. Obviamente, debido a la edad y la sequedad de su garganta, solo más bien como un siseo.

Haced el favor de bajar la voz. A mi amo no le gusta que nadie arme alboroto en su lugar de estudio. Pero sí, sí que puedo responder a vuestras preguntas. Sí, pasó por aquí un tal Bertoldo Virutas. Como habéis oído antes, no sois los únicos buscándole. Respecto a la maldición de la que habláis… Bueno, soy un bibliotecario, solo sé de clasificar cosas, memorizar y pedir silencio. No obstante, mi amo es muy aficionado a experimentos "inestables", es posible que haya atraído algo siniestro sin darse cuenta. Puede que encontréis algo entre los libros. Sentíos libres de consultar los que queráis, siempre y cuando no os llevéis ninguno. De todas formas, los textos y anotaciones sobre sus experimentos suele guardarlos en su laboratorio y en la sala de conjuración.

Isbin le dedicó una mirada divertida a Franerick.

Ah, tú te refieres a Ralph. Es un buen chico. Un poco iracundo, pero cuando no se altera es bastante dócil. Al menos, eso me han dicho los siervos del amo.

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20/10/2020, 21:50
Narrador II

Curiosamente, salvo por los ácaros, la luz indirecta que proviene de la columna es lo suficientemente débil como para mantener los libros en un estado relativamente decente para la antigüedad que tienen. Sabes de magos y charlatanes que se dejarían los bolsillos por adquirir alguna de las rarezas que el geómetra ha recopilado en el suelo y las estanterías. Tomos sobre geometría, aritmética, xenobotánica, xenozoología, astronomía y un sinfín de temas similares brillan ante tus ojos. ¿O es quizá el oro que te estás imaginando?

Sea como fuere, podrías pasarte horas estudiando en esa biblioteca. Ya sea cultivando tu mente o contando monedas imaginarias.

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20/10/2020, 21:56
Narrador II

Está claro que la fuente del ruido no está en la biblioteca. Te detienes a examinar la habitación con calma. Mientras tus compañeros se dedican a interrogar a Isbin o a inspeccionar las estanterías, tú te fijas en detalles más propios de tu profesión. La biblioteca, como cabría esperar, no tiene muy buena acústica. Parece especialmente diseñada para no transportar bien el sonido. ¿Cómo es posible que resonase tanto aquel alboroto? ¿Qué clase de monstruo es ese tal Ralph, como para ser capaz de berrear de esa forma?*

Definitivamente, las voces llegaron desde otra habitación. La única puerta que te llama la atención es la que se encuentra a la derecha según entrasteis, de la cual surgen extraños zumbidos. Cuando apartas la mano, después de pararte a escuchar, descubres que tienes el vello de la mano completamente erizado.**

Cuando te giras, escuchas a Isbin decir "siervos del amo" con un tono sutilmente despectivo, lo cual te hace pensar que quizás el bibliotecario tiene cierto estatus respecto al resto de subordinados del geómetra.***

Notas de juego

*¿Qué hay aquí que no es lo que parece? 

**¿Qué debería estar buscando?

***¿Quién manda aquí realmente?

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24/10/2020, 12:44
Tukk Sorenson

Tukk enarcó una ceja, hacía años que no le mandaban callar.

Creía que habías sito tú el que ha gritado antes maldiciendo el nombre del vil mediano ladrón. Supongo que me he equivocado  —añadió mientras entrecerraba los ojos y buscaba cadenas alrededor del bibliotecario—. ¿Quién ha sido entonces, tu maestro? ¿Prisioneros como dice mi amigo? —se sorprendió a si mismo usando esa palabra para referirse a Franerik, pero después de todo lo pasado tenía que admitir que empezada a sentir algo de respeto por el explorador mediano en decidida búsqueda de su hermano Ralph.

El enano desvió la vista hasta las polvorientas estanterías con desinterés y compartió un mirada complice con el mago al pie de las escaleras.

Los libros son cosa tuya —le dijo a Snorri caminando hasta el corredor suroeste para husmear un poco sin adentrarse en él—. Talan, quizá puedas ayudarle o no saldremos de aquí en dos vidas, si no está tallado en piedra no me interesa —masculló mientras trataba de averiguar a dónde llevaba aquel pasillo—. ¿Y por dónde dice que se fue esa sabandija de Vertoldo? —preguntó al diablillo de nuevo.

Repitió la operación exploratoria con los otros corredores.

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24/10/2020, 17:53
Snorri Von Wurbat

-Tenéis una buena colección de libros. - Alabó el mago mientras sostenía un ejemplar sobre aritmética y le sacudía el polvo con la manga del caftán. -Si no fuera por todo este polvo y los ácaros incluso sería una gran colección. Supongo que no dejaréis llevar ninguno de estos ejemplares, ¿verdad? - Preguntó con genuino interés.

La mirada de Snorri fue del libro a la estantería, admirando los títulos de otras obras, hasta que se topó con la del enano y cerró el ejemplar que sostenía.

-Oh, claro, claro.

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24/10/2020, 22:18
Franerick "Montero" Cienleguas

Cuando el bibliotecario mencionó aquel nombre, el mediano bajó los brazos y detuvo su frenético movimiento.

-¿No pasó ningún semiorco por aquí?- preguntó mirando con atención a Isbin, ya desilusionado, pero ansioso por dentro de saber hacia dónde había ido su hermano.

Necesitaba respuestas, pero tal vez no había estado haciendo las preguntas adecuadas. Tukk hizo una que bien valía una buena respuesta, ya que tal vez habría más de dónde tirar...

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24/10/2020, 23:01
Isbin

Creía que habías sito tú el que ha gritado antes maldiciendo el nombre del vil mediano ladrón. Supongo que me he equivocado  —añadió mientras entrecerraba los ojos y buscaba cadenas alrededor del bibliotecario—. ¿Quién ha sido entonces, tu maestro? ¿Prisioneros como dice mi amigo? 

—¿Y por dónde dice que se fue esa sabandija de Vertoldo? 

Ha sido Ralph, como ya he dicho —contestó con una sonrisa—. Un buen chico, pero bastante iracundo. Los siervos le adoran.

Isbin frunció el ceño, pensativo.

¿Bertoldo? ¡Ah, si! Es la sabandija que me roba los libros. Los siervos le han visto desvalijando el laboratorio infinidad de veces. Bertoldo Virutas, le recuerdo muy bien. 

Si no fuera por todo este polvo y los ácaros incluso sería una gran colección. Supongo que no dejaréis llevar ninguno de estos ejemplares, ¿verdad?

Lo es —el pecho del bibliotecario se hinchó como en de un palomo—. No obstante, mi amo solo permite la consulta. Solo se admite el intercambio equivalente. Conocimiento por conocimiento.

¿No pasó ningún semiorco por aquí?

El diablillo asintió.

Han pasado al menos dos. Unos maleducados, ni siquiera se dignaron a volver. En general, pasan muy pocos aventureros por aquí: la mayoría son despachados por la picadora que instaló mi amo. Toda una obra maestra de la carnicería, seguro que la habéis visto. 

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24/10/2020, 23:24
Franerick "Montero" Cienleguas

Franerick sonrió.

-¡Gracias! ¿Hacia dónde fueron?- preguntó alegre, pero confuso por la amabilidad de ese bibliotecario. No es que se hubiese cruzado con muchos, pero no esperaba encontrar tal recibida en una torre que venían a saquear.

-¿Cuántos siervos hay? ¿Cómo son? ¿Y Ralph?- preguntó soltando preguntas que generalmente era su hermano el que las hacía, pero que no estaba seguro de si alguno allí las haría.

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29/10/2020, 16:34
Talan Lumbia

Talan comenzaba a impacientarse ante la ambigüedad del diablillo. Parecía que sabía muchísimo pero no quería soltar prenda, y la indiferencia con la que hablaba de la trampa mortal del nivel superior le acabó de convencer de la maldad de los propietarios de este lugar.

- Creo que es mejor que sigamos avanzando. – Dijo el elfo con una mirada suspicaz a Isbn. – Creo que esta puerta lleva a un lugar interesante. -  Talan se encaminó a la puerta de donde había escuchado los zumbidos, la que quedaba a la derecha según habían bajado.

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29/10/2020, 20:19
Snorri Von Wurbat

-Espera, Talan. Una cosa más, señor bibliotecario. En esa sala de la picadora de vuestro amo, ¿hay alguna especie de doble cámara tras la geométrica pared? Tuvimos la suerte de encontrarnos con unos alegres mozos que disparaban su saetas a través de pequeñas oquedades como si de aspilleras se tratase. - Preguntó con interés, pues era probable que volvieran a encontrarlos si podían moverse por algún pasaje que ellos desconocían.

 

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01/11/2020, 19:52
Isbin

-¡Gracias! ¿Hacia dónde fueron?

¿Cuántos siervos hay? ¿Cómo son? ¿Y Ralph?- preguntó soltando preguntas que generalmente era su hermano el que las hacía, pero que no estaba seguro de si alguno allí las haría.

Isbin sonrió, alegre de que al fin llegase alguien con consultas para el bibliotecario.

Los visitantes suelen ser saqueadores. Pocos llegan hasta aquí, pero los que lo hacen no suelen quedarse. Suelen buscar el laboratorio de mi amo o la sala de conjuración. Solo unos pocos parecían interesados en los Salones Verticales —contesta, señalando una puerta a su derecha*—. Respecto a los siervos… Me temo que es difícil saberlo, ¿sabes? Se multiplican. Son algo atolondrados, pero leales. ¡Oh! Excepto Laurence, claro. Es el único que viene a visitarme de vez en cuando. Ralph es algo diferente. También tiene cierta lucidez, pero es bastante irascible cuando alguien perturba la paz de los salones o menta al sabandija de Bertoldo. Normalmente suele pasar el día… 

Se interrumpió bruscamente. Estaba a punto de señalar la puerta hacia la que se dirigía Talan.

¡Detente, insensato! A Ralph no le gusta que le molesten mientras se alimenta!

-Espera, Talan. Una cosa más, señor bibliotecario. En esa sala de la picadora de vuestro amo, ¿hay alguna especie de doble cámara tras la geométrica pared? Tuvimos la suerte de encontrarnos con unos alegres mozos que disparaban su saetas a través de pequeñas oquedades como si de aspilleras se tratase. 

¡Ah, así que conocisteis los reciclados! No se lo tengáis en cuenta. Son todavía más tontos que los siervos, y solo saben cumplir con su misión: encargarse de echar a la picadora a todos los intrusos. ¿Has dicho que disparaban saetas? Debe tratarse de un error, humano. Los reciclados son demasiado estultos como para construir arcos.
»Y no, no hay ninguna habitación secreta, que yo sepa. Lo que hay es una red de túneles habilitado para los siervos y los reciclados. Ralph y Laurence son los únicos lo suficientemente grandes como para caber por los túneles, pero se apañan.

Notas de juego

* La primera a la izquierda según bajasteis de las escaleras.

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07/11/2020, 21:10
Franerick "Montero" Cienleguas

Franerick miró hacia las puertas, como si fuera tomando nota de cada indicación.

-Y el semiorco más reciente, ¿hacia dónde fue?- preguntó -Seguro lo recordarás porque tiene buena labia- le dijo con orgullo en la voz.

-¿Qué son los Salones Verticales?- preguntó, con la curiosidad que caracteriza a su raza, metiéndola en los problemas que suele estar siempre inmersa: tesoros de dragones, anillos de poder, dioses de la luz...

Le entraban dudas cuando mencionaba a Ralph, y a Laurence... y ni hablar de los siervos y reciclados. ¿Qué era cada cosa?

-¿Qué es Ralph? ¿Y qué come?- preguntó temeroso de la respuesta -¿Y Laurence?-

Notas de juego

¡Perdón la demora! Ha sido una semana de locos.

Entiendo que, dado que bajamos por la escalera de caracol, la puerta de la derecha (que tiene una puerta ancha) lleva a donde Ralph está comiendo; la primera puerta de la izquierda lleva a los Salones Verticales; y quedarían la que está siguiendo derecho, y la que está a la izquierda, en el segundo lugar. ¿Es así?

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08/11/2020, 00:07
Snorri Von Wurbat

-Parece que hay una marabunta de gente correteando por aquí. - Comentó el mago mirando con curiosidad hacia la puerta que Isbin les anunció que no deberían traspasar mientras alimentaban a no sé qué fulano. 

-Parece que no sabe dónde está concretamente Bertoldo. Igual deberíamos avanzar por los Salones Verticales esos. 

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08/11/2020, 21:17
Tukk Sorenson

Tukk se frotó las sienes de nuevo. La cabeza le iba a estallar por momentos.

Sí, será mejor moverse —siguió a Talan—, verticales o no Bertoldo no está aquí, quizá esté en esos salones. Y tú —dijo a Isbin— solo queremos al hafling y quitarnos este martilleo en al cabeza, pero si alguien más vuelve a dispararnos esto será personal.

Se despidió del diablillo con un gesto seco y suspicacia en su mirada. Balanceó su pico de guerra y apretó los estribos del escudo tratando de encontrar algo prosaico a lo que aferrarse para olvidarse del dolor de cabeza. El olor a cuero rancio y pergamino viejo que despedían las estanterías comenzaba a ser insoportable para su bulbosa nariz. Todo parecía incomodarle. 

El enano se internó por el pasillo que llevaba a los mencionados Salones Verticales, atento como un gato. O todo lo atento que sus abotargados sentidos le permitían.