Partida Rol por web

Judge simplemente asintió al mismo tiempo que sacaba su arco.

- Me quedaré en la puerta por si necesitaráis apoyo o distracción.

De acuerdo entonces. Cubridnos por si necesitamos ayuda. Vamos Sicho, nos toca.

Me adelante a mi compañero de nuevo hacia la puerta de entrada de la sala donde habíamos dejado a aquellas dos cosas viscosas que nos habían hecho huir. La puerta estaba bloqueada con los cascotes y lo que habían utilizado para evitar que las criaturas salieran.

Quizás estuvieran al otro lado de la puerta esperando para salir, pero era algo a lo que tenían que arriesgarse. Acerqué la cabeza a la puerta para ver si escuchaba algo al otro lado antes de empezar a retirar la barricada.

No parecía moverse nada en el interior, así que empecé a retirar la barricada que bloqueaba la puerta

Sicho. Ayúdame. Entraremos rápidamente y saldremos igual. No parece que estén muy activos aquí dentro.

Cogí unas piedras y las retiré a un lado dejando de nuevo libre la entrada.

Sicho, intentando caminar en silencio, se situó detrás de Threkor y dejó que fuese él quién decidiera el camino, parecía mucho más seguro de sí mismo.

- Creo que deberíamos intentar ir a por el cuerpo de la líder, ¿o con uno de los cultistas bastará? -susurraba justo a la espalda del pícaro-

Threkor y Sicho entran en la sala tan silenciosamente como pueden, si bien está claro que el miedo de Sicho le está haciendo una mala jugada y sus pies no son todo lo silenciosos que le gustaría. O el hecho de que se ponga a susurrar a Threkor mientras entren.

La tensión es tan palpable que se podría cortar con un cuchillo.

Una vez dentro, una oleada de miedo llena a ambos aventureros. Los bocones no están en ningún lado. La sala está vacía y en el suelo solo hay restos no orgánicos. ¿Que pasó con los cuerpos? ¿Y los monstruos?

Sin embargo ambos pudieron ver las pertinencias del culto, estos habían estado acampando unos días en esta sala y a un lado estaban sus mantas y mochilas, así como libros, herramientas y demás utensilios. Uno de esos libros tenia pinta de ser un diario personal ... ¿quizá seria prueba suficiente de su éxito?

Hago una señal a Sicho para movernos hacia las pertenencias de los cultistas. No íbamos a sacar nada de sus cuerpois, pero quizás sus objetos tuvieran algo de información. En concreto me llamó la atención uno de los libros que parecía tener una encuadernación diferente.

Indiqué con el dedo hacia el rincón señalando el libro. No podíamos llevar un cuerpo como prueba, pero si llevábamos algo de los cultistas, serviría para demostrar que hemos cumplido.

Sicho se sorprendió al no ver absolutamente a nadie en la sala, sus ojos hacían un barrido por toda la estancia para comprobar que no había restos de nada vivo.

Imagino que habrán devorado los cuerpos de los cultistas y se habrán ido tal cual vinieron, el hechizo que los trajo hasta aquí debe haber terminado. -pensaba mientras sus ojos no paraban de mirar cada rincón de la sala-

El miedo y la incertidumbre invadía por completo el pequeño cuerpo de Sicho. Tras examinar la estancia, caminaba despacio y un poco torpemente, sin parar de mirar a ambos lados, en la dirección que le había indicado Threkor y, con mucho cuidado, se agachó y recogió lo que parecía ser un diario.

Con el diario en la mano, echó un vistazo al resto de pertenencias de los cultistas y agarró una de las mochilas más cercanas al diario, esperando que fuera la de la Yuan-ti.

Sicho y Threkor llegaban hacia donde estaban las pertinencias de los cultistas, examinando los libros y mochilas rápidamente para encontrar cartas, libros y diarios que de seguro podían demostrar su origen. A unos metros de las mochilas y sacos de dormir estaba el arco de la yuant-ti. Tallado en exquisita madera y con formas de serpiente.

Mientras ambos recogían las cosas y se disponían a salir, se dieron cuenta donde estaban los bocones parloteantes.

Estaban en el techo, en la esquina encima de la puerta, una especie de grotesco capullo de carne, venas y bocas que brillaban con una luz latente en su interior. ¿Estarían durmiendo? ¿Dormían esas cosas?

La visión del arco pudo más que mis ansias de salir de allí. Un tesoro así debía ser rescatado de aquella tumba olvidada. Sin perder de vista a los bocones que acechaban desde encima de la puerta de salida.

Tenía que intentar no hacer ruido al coger el arco y teníamos que ser silenciosos como serpientes en la arena para no despertar de nuevo a aquellas criaturas del infierno.

Sicho contuvo la respiración inmediatamente en cuanto sus ojos vieron aquellas masas de carne colgada del techo y no pudo evitar que su cara mostrara un gesto de repugnancia.

Sin decir nada, se acercó muy lentamente unos metros hacia el arco y lo levantó teniendo cuidado que las puntas del arco no rebotaran en el suelo y pudieran hacer ruido.

Arco en mano, lanzó una mirada a Threkor señalando la puerta y se dirigió hasta allí sin quitar ojo a los bocones.

Threkor y Sicho avanzan por debajo de los capullos de carne palpitante, por un momento el pícaro se ve sobrepasado por la situación y su cuerpo de hiela presa del pánico. -¿Ha sido eso un ojo que me miraba?-

Pero el mediano tira de el y lo saca rápidamente de debajo.

Segundos mas tarde, el resto del equipo cierra las puertas detrás de ellos y vuelve a colocar piedras para obstaculizar la puerta tanto como estas pudieran permitir, que era mas bien poco.

Myrmex se contuvo de aplaudir para no hacer ruido, pero en verdad tenía muchas ganas de hacerlo cuando sus compañeros regresaron sin incidentes. Además, traían algunas cosas con ellos.

Una vez la puerta estuvo cerrada y atrancada de nuevo, el gnomo se relajó un poco.

-¡Excelente! Sabía que lo conseguiríais. Los mejores saqueadores de todos los Reinos. No me cabe ninguna duda-dijo con una amplia sonrisa-. Veamos, ¿qué habéis traído?

Por deferencia, Myrmex dejaría que sus compañeros examinasen primero lo acarreado, ya que ellos lo habían conseguido. No obstante, no podría contener su curiosidad mucho tiempo antes de echar un ojo a todo ello.

El libro era interesante para el punto de vista de la misión, pero aquel arco era lo que realmente me interesaba del botín recuperado de la sala.

El arco de la Yuan-ti. Es excepcional.

Tensé su cuerda para ver de que factura estaba hecha y probar su utilidad. Sabía que tendríamos que repartirlo, pero esperaba poder quedármelo.

¿Qué dice el libro? ¿Es un diario?