Partida Rol por web

-Es verdad que aquí podríamos estar más resguardados, pero mis reservas eran por si se reactivaba algún tipo de magia al transcurrir de las horas. No obstante, como gustéis. Ambas ideas me parecen bien.

Pasáis la noche en la habitación algo incómodos. La verdad es que si bien los bocones no han podio salir si que lo han ido intentando de vez en cuando, con sus horribles ruidos escapándose para alterar vuestro descanso. Pero si bien os levantáis al día siguiente algo soñolientos e intranquilos, al menos habéis podido descansar lo suficiente y recuperar vuestras fuerzas.

Es el momento de decidir cual es vuestro siguiente paso.

Myrmex estiró sus músculos en cuanto se despertó. Se encontraba mejor, pero la preocupación seguía ahí. Si finalmente decidían volver a la demoníaca sala, más les valía planearlo bien, de lo contrario podrían no salir con vida.

Tomó un bocado rápido mientras recogía sus cosas del rincón donde había acampado. Seguidamente, se aproximó a la puerta y afinó el oído para intentar determinar si los bocones seguían cerca de la puerta.

-¿Cómo estáis de ánimos? Si los bichos no están justo al otro lado de la puerta, mi voto sigue siendo a favor de intentar entrar y sacar uno de los cuerpos de los sectarios.

Sicho había puesto el catre en uno de los rincones más alejados de la puerta metálica y lo más acercado de la escalera posible, por si había que salir corriendo rápidamente, pero por suerte para todos, el descanso transcurrió tranquilamente.

- Lo bueno de acostumbrarse a dormir en exteriores es que cuando hay un techo se descansa mucho mejor. -sonrió levemente para tratar de levantar un poco los ánimos- Por mi parte me encuentro muy bien y estoy dispuesto a lo que sea necesario. Quizá sería buena idea intentar coger el cuerpo de la Yuan-ti porque será la que más información tenga.

El mediano se dirigió también a la puerta junto con el gnomo para ver si conseguían algo de información.

- ...además quiero quedarme con su arco -dijo entre dientes-.

Myrmex se giró y se movió de puntillas acercándose a sus compañeros.

-Estoy de acuerdo-dijo en voz baja, respondiendo a Sicho sobre la idea de intentar hacerse con el cuerpo de la líder sectaria-. No he escuchado ningún movimiento brusco ni cercano a la puerta. Quizá no tengamos una ocasión mejor para entrar. Ahora o nunca compañeros.

El gnomo estaba listo para entrar de nuevo. Si los demás estaban de acuerdo, volvería a aproximarse a la puerta. Esta vez la abriría lentamente, para mirar primero por un resquicio y comprobar que tenían vía libre.

Quizá lo mejor sea actuar rápidamente, comentó el enano, y no volver a lucha. Me dieron una paliza, pero no les tengo miedo ahora que sabemos a qué nos enfrentamos. Pero creo que sería mejor idea sacar lo que necesitemos de allí y a ser posible rápidamente y no despertar una vez más a las cosas esas que nos atacaron. 

De todas maneras, el tema de no usar la magia, ¿era solo dentro de la sala, o en general este sitio? Porque a lo mejor, si la cosa se complica, podríais lanzar hechizos a distancia desde detrás de la puerta.Comentó a modo de sugerencia.

-El efecto llega también hasta aquí, me temo. Fue esta sala desde donde lancé los proyectiles mágicos que convocaron a esas informes criaturas. Efectivamente, intentemos centrarnos en sacar un cuerpo y evitar el combate.

Lo mejor sería entrar y salir de forma rápida y silenciosa. Tal vez Sicho y yo podamos escurrirnos en la habitación y sacar lo que necesitemos.

No me apetecía volver a entrar allí, pero cuanta menos gente entremos y menos ruido hagamos mejor. Además ninguno de los dos éramos magos.

¿Qué pensais?

-Me parece bien. Yo me quedaré aquí, observando atento por si necesitáis ayuda. Suerte.

¿Sólo necesitamos uno de los cuerpos de los cultistas?

Seguramente entre Sicho y yo tuviéramos suficiente fuerza como para arrastrar uno de los cuerpos hasta la entrada. Eso demostraría que hemos acabado con el culto. Lo que no quitaba que hubiéramos despertado un peligro aún mayor, tal vez.

-Confiemos en que sí. Lo ideal sería traer el cuerpo de la líder, pero si no es posible, tendremos que conformarnos con alguno de sus secuaces.

Kai asintió a las palabras de Myrmex. Os apoyaré desde aquí. Y si las cosas se complican os echaré una mano. 

- De acuerdo, podemos intentarlo. Pero no sé si me gusta mucho la idea de dejar a los bocones vivos para que se los encuentre alguien.

Sicho no quitaba atención en ningún momento a la puerta, quizá escuchase algún ruido, algún movimiento o alguna señal de la posición de las abominaciones.

- También podemos sacar un cuerpo y quemar a esas criaturas de alguna manera sin utilizar magia. ¿Creéis que funcionaría?

-Podría ser, aunque sería aumentar el riesgo. Si tan sólo pudiese lanzar mis descargas de fuego...-se lamentó Myrmex-. Yo os aconsejaría centraros en sacar cuerpos, pero vosotros sois los que vais a entrar, así que confío y apoyo vuestro criterio.

El gnomo se preparó, colocándose cerca de la puerta. El nuevo asalto a esa infernal estancia era inminente.